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Costa Rica. Agencias.-
El proyecto hidroeléctrico Diquís pretende ser la central hidroeléctrica con el embalse más grande de Centroamérica, aprovechando la cuenca hidrográfica del río Térraba, al sur del país.
Sin embargo, la construcción de este proyecto enfrenta una férrea oposición de parte de grupos ambientalistas y comunidades indígenas, que consideran habrá grandes afectaciones al medio ambiente con este megaproyecto.
El geólogo y especialista en evaluación ambiental, Allan Astorga, comentó a Xinhua que una de las principales afectaciones de este proyecto se produciría sobre el humedal Térraba-Sierpe, protegido por la Convención Internacional Ramsar.
Astorga explicó que los cambios en el balance hídrico de la cuenca del Térraba, y las variaciones en los flujos de sedimento, amenazan el equilibrio del delta de este importante humedal.
Sin embargo, el gobierno costarricense ha defendido el proyecto alegando la necesidad de que el país siga recurriendo a fuentes limpias de energía, esto con el fin de continuar en busca de la neutralidad de carbono.
El dirigente indígena, Geiner Blanco, comentó que los indígenas sienten que la naturaleza en Costa Rica está “muy enferma y contaminada” pues se ha producido una explotación de los recursos naturales sin pensar en las futuras generaciones.
Blanco destacó que las grandes reservas de recursos naturales con que cuenta Costa Rica se encuentran precisamente en territorios indígenas, donde son preservados por los pobladores, que tienen una vinculación especial con la naturaleza.
“Los pueblos indígenas conciben el desarrollo no en el mismo concepto de occidente que privilegia un mecanismo de consumo sin control, haciendo uso de los recursos naturales llevándolo casi a su desaparición”, comentó Blanco.
“Los Pueblos Indígenas hablamos de otros conceptos que nos aseguren un modo de vida en donde se nos asegure especialmente el acceso a nuestras tierras, territorios y recursos y el reconocimiento de nuestros derechos de autonomía”, añadió.