Ahora se trabajarán los sábados para fortalecer la Agroindustria
Agrocomunal; Quito 9/9/2012.- Con suma preocupación se ha recibido por parte de la ciudadanía obrera y los sindicatos la noticia del nuevo entendimiento entre el sector empresarial y el gobierno de Rafael Correa; los aspectos que más llama la atención al respecto de los derechos laborales se producen en la declaración de Francisco Vacas, ministro de Relaciones Laborales al respecto de lo que llama ?dinamización de la jornada laboral?, cuando señala que en varios sectores habrá una nueva distribución de la jornada de 40 horas.
La jornada laboral en el Ecuador, legalmente, se divide en la jornada ordinaria o diurna de lunes a viernes, 8 horas cada día, sumando 40 horas semanales para cuyo pago no se puede realizar ningún recargo y la jornada nocturna de trabajo de lunes a viernes, también de 8 horas, que se desarrolla entre las 19h00 y 06h00 del día siguiente; su pago reconoce un 50% de recargo sobre la remuneración de jornada ordinaria y un 100% pasadas las 24h00.
Las horas extras, mismas que están en el centro de la reforma propuesta por el gobierno de la revolución ciudadana a través del ministro Vacas, se dividen entre jornada suplementaria, cuando excede las ocho horas diarias y se paga un por hora 50% más del sueldo; y en jornada extraordinaria, como los sábados, cuando se percibe un 100% más por hora trabajada.
En el mencionado encuentro entre el gobierno y los empresarios realizado en el Salon Saint Moritz del Swiss Hotel en la ciudad de Quito, se dejo claramente establecido que ya se llegó a un acuerdo con los sectores florícolas, pesqueros, ganaderos y turísticos; la propuesta pretende distribuir las 40 horas de trabajo de la semana entre lunes y sábado, eliminado la jornada extraordinaria.
Las declaraciones anti populares y pro burguesas del gobierno clarifican el panorama político y desdicen el pretendido discurso revolucionario del régimen.
De una forma desatinada Vacas señaló como ejemplo el caso de las florícolas, en donde se trabaja de lunes a sábado, porque este último día se cortan las flores y las empresas deben pagar un recargo adicional del 100% por concepto de jornada extraordinaria; más con este nuevo ajuste, explicó el ministro, que el sábado tendrá ahora un recargo de solo el 25%, por que pueden trabajar siete horas de lunes a viernes y 6 horas el sábado para completar las 40 horas de la jornada laboral.
Esto en la práctica quiere decir que los derechos laborales del pueblo retroceden para mejorar la apropiación del trabajo por parte de los dueños de las florícolas; tomando en cuenta además que en dicha industria la mayoría del personal es femenino y se basa en el despojo territorial de comunidades en la sierra central, se convierte en una situación aun más grave porque conlleva una triple explotación: la laboral, de género y derechos colectivos.
Las luchas de las/os trabajadoras/res históricas en el mundo entero han consagrado una serie de derechos, los mismos que se van establecidos en las respectivas legislaciones laborales de los países, en nuestro caso están en el Código Orgánico del Trabajo y la constitución de la república.
Así, en el Código Orgánico del Trabajo, se dice claramente en el artículo 50 que los días sábados y domingos son de descanso forzoso, y si es que por razones extraordinarias se trabajase se debe destinar un día a la semana para el descanso. El artículo 55 numeral 4 dice que si se trabaja en sábado o domingo se debe pagar el ciento por ciento de su recargo.
Estas declaraciones se implican fuertemente en lo que el gobierno de la revolución ciudadana busca para el Ecuador, la reforma capitalista del sistema, sino de que otra manera se entiende estas reformas en contra d los intereses de los trabajadores/as del Ecuador.
Tomando en cuenta las declaraciones conjuntas de firmar un acuerdo de complementariedad con Europa que las llevará a cabo el Presidente de la república, es claro observar que el verdadero interés radica en el fortalecimiento de la agroindustria y no de la agricultura familiar como base para la soberanía alimentaria.
En este punto, ya nos estamos acostumbrando a las mentiras del régimen.