En Michoacán, uno de los estados más afectados por la violencia que provocan los cárteles del narcotráfico, unas 40 comunidades indígenas se dotan de armas para defenderse
Indígenas de 40 pueblos en México se arman contra los ´narcos´
En Michoacán, uno de los estados más afectados por la violencia que provocan los cárteles del narcotráfico, unas 40 comunidades indígenas se dotan de armas para defenderse, una medida que no es legal.
Actualizado 21 enero 2013
Los pobladores de casi 40 poblaciones indígenas del occidental estado mexicano de Michoacán, uno de los más afectados por la violencia que azota al país, han decidido armarse e integrar las “guardias comunitarias” en contra de los miembros del crimen organizado y ante los que denuncian como “abandono” de las autoridades locales y federales.
El objetivo, de acuerdo con los líderes comuneros, es que esas “guardias comunitarias” sean legalmente reconocidas por las autoridades estatales, quienes aducen falta de personal y material para dar protección a todos los pueblos, comunidades y rancherías de la zona oriente del estado, justo donde operan los sangrientos carteles de “La Familia Michoacana” y “Los Caballeros Templarios”.
En entrevista con la agencia de noticias Apro, Alejandro Avilés, secretario de Pueblos Indígenas del Gobierno de Michoacán, afirmó que la intención es impulsar una reforma a la Constitución local para que, en materia indígena, las “guardias comunitarias” se puedan reconocer. Así, puso por ejemplo a la comunidad indígena de Urapicho, ubicada en el municipio de Paracho, donde fue retirada una Base de Operaciones Mixtas (operativo en el que participan fuerzas policiacas municipales, estatales y el Ejército) y sus habitantes levantaron retenes civiles a la entrada y salida del pueblo.
Sin embargo, Avilés Reyes advirtió que esas “guardias comunitarias” no están legalmente reconocidas por los gobiernos estatales y federal mexicanos, aunque se permiten dado el clima de inseguridad que se vive en varias partes del país.
Para las “guardias comunitarias”, los vecinos se organizan mediante calendario en donde se establece qué día toca vigilar a los miembros de una familia o de una misma calle.