Señalaron en comunicado conjunto que el movimiento Idle no More (No más Pasividad) representa un vigoroso llamado a construir una sociedad más igualitaria y sostenible, en la cual las poblaciones vulnerables tengan acceso a una vivienda apropiada, alimentación, agua limpia, educación y autonomía
Ottawa, 23 ene
Organizaciones de latinoamericanos en Canadá respaldaron hoy la campaña de protesta que realizan las tribus indígenas del país norteño para exigir respeto a sus derechos ancestrales y el cese de medidas gubernamentales dañinas para la naturaleza.
Esos grupos señalaron en un comunicado conjunto que el movimiento Idle no More (No más Pasividad) representa un vigoroso llamado a construir una sociedad más igualitaria y sostenible, en la cual las poblaciones vulnerables tengan acceso a una vivienda apropiada, alimentación, agua limpia, educación y autonomía.
A su juicio, el levantamiento constituye una fuerte voz a favor de la democracia participativa real y en contra de la destrucción y continua privatización de los recursos naturales, así como de las políticas racistas y de asimilación que perpetúan las relaciones neo-coloniales.
Las agrupaciones hispanas destacaron que Idle no More desafía imágenes y estereotipos convencionales de indígenas pasivos y provee visibilidad a las voces alternativas.
Asimismo, consideraron el movimiento una oportunidad para repensar las relaciones sociales, políticas y económicas con la inclusión de los valores ambientales, espirituales y comunitarios.
Entre los 13 firmantes figuran el Congreso Hispana Canadiense, el centro cultural Casa Maíz, la Asociación Salvadoreña Canadiense de Toronto,la Red de Comunidades de Guatemala, así como las organizaciones Casa Salvador Allende, Memoria Viva y Latino Rebels.
Desde Estados Unidos también se sumaron la emisora One Voice Radio, de Arizona; y la agrupación Latino Advocacy, de Seattle, en el estado de Washington.
Idle no More surgió el pasado 10 de diciembre en rechazo a reformas aprobadas por el Parlamento canadiense para permitir la exploración y extracción de petróleo y gas, así como la pesca en ríos ubicados en asentamientos aborígenes.
Los nativos denuncian que esas medidas vulneran sus derechos ancestrales sobre la tierra, el agua y los recursos naturales, y son perjudiciales para el medioambiente porque permitirán al Gobierno controlar las zonas protegidas.
También piden a las autoridades de Ottawa una solución concreta al racismo y a las desigualdades socioeconómicas que enfrentan.
Los indígenas están dispuestos a continuar con sus manifestaciones pacíficas mientras el primer ministro Stephen Harper se rehúse a atender sus demandas.
Ademas, convocaron a un jornada mundial de acción el 28 de enero para denunciar los ataques a la democracia, la soberanía indígena, los derechos humanos y la protección del entorno.
Los originarios escogieron ese día porque será cuando los diputados canadienses reiniciarán sus sesiones