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Comunidades en el norte de Brasil, cansados de la inoperancia del gobierno, decomisan por su cuenta madera talada por invasores de su territorio

Noticias Aliadas :: 08.03.13

“Lo que hicimos fue peligroso”

Comunidad indígena se enfrenta a taladores
07/03/2013

Nativos confiscaron camiones con madera extraída ilegalmente dentro de su territorio.

Cansados de la tala de sus bosques, integrantes del pueblo indígena Pukobjê-Gavião, en el estado nororiental brasileño de Maranhão, decidieron a fines de enero incautar cuatro camiones y un tractor con unos 20 m³ de madera extraída ilegalmente en su territorio.

La reserva indígena Governador, en el sudoeste de Maranhão, marca el límite de la Amazonia oriental con el bioma Cerrado (sabana). Es una zona donde abundan árboles como el ipê, supucaia, aroeira, copaiba y cerejeira.

“Nos cansamos de denunciar y entonces resolvimos tomar nuestras providencias”, dijo el cacique Evandro Gavião, a la agencia International Press Service (IPS). “Veíamos los camiones dentro de la reserva. ¿Qué iba a pasar si no hacíamos nada?”.

Desde el 2009, la comunidad había denunciado la tala ilegal en su territorio, actividad que está estrechamente vinculada a la construcción de carreteras y a la migración, ya que el acceso vial facilita el ingreso al bosque. Según autoridades policiales, en el territorio Pukobjê-Gavião existen al menos siete grandes aserraderos.

Los indígenas pukobjê-gavião han reclamado infructuosamente la presencia de instancias gubernamentales como la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y la Policía Federal.

“Lo que hicimos fue peligroso, pero fue la única forma de llamar la atención de los órganos responsables”, señaló Gavião.

Los indígenas han recibido amenazas que atribuyen al proceso de redefinición de los límites de la reserva que fue homologada en 1980. Debido a que partes del territorio original Pukobjê-Gavião quedaron fuera de la demarcación y fueron ocupadas por ganaderos, los indígenas solicitaron en 1999 la revisión de los límites, que podría ampliar el territorio de las actuales 42,000 Ha a 80,000 Ha.

La tala ilegal es una práctica frecuente en Maranhão. Según el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), vinculado a la Iglesia Católica, la explotación maderera “está fuera de control. Los indígenas no saben dónde acudir, se arriesgan para defender su territorio, y si las autoridades no actúan, las consecuencias pueden ser desastrosas”.

Según el CIMI, la invasión de los territorios indígenas es una realidad cotidiana en Maranhão. Los pueblos Tentehar/Guajajara, Krikiati y Awá-Guajá, este último en aislamiento voluntario, han sufrido ataques y la ocupación de sus tierras por parte de madereros y ganaderos.

La FUNAI asegura que Maranhão es el lugar donde encuentra los mayores problemas para proteger los territorios indígenas.

“De las 20 áreas más desforestadas en el 2011, cinco fueron en Maranhão”, afirmó Thaís Dias Gonçalves, coordinadora general de Monitoreo Territorial de la FUNAI, en declaraciones recogidas por la prensa.

El CIMI invocó al gobierno federal “a que asuma su responsabilidad constitucional y tome las iniciativas razonables y necesarias para proteger el territorio indígena Governador de las invasiones, y que disponga la protección física inmediata del pueblo Pukobjê-Gavião, víctima de amenazas, violencia y violaciones de sus derechos por parte de madereros y comerciantes locales”. —Noticias Aliadas.


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