El cura Gatica predica, pero no practica
La iglesia católica, aparato del poder
Por el Profesor J
Los marinos chilenos que debían gritar contra Bolivia, Perú y Argentina, hoy día se cuidan de ello, porque al otro lado de la cordillera fue instalada la corona del poder eclesial vaticano. “Cuenta como les va con los chilenos” le preguntaban con socarronería los otros purpurados a Bergoglio (del latín, vergonha en portugués, Vergüenza en castellano, no se si sale así en el diccionario, pero suena así), quien muerto de la risa miraba al inglés que de lejos le sacaba la lengua por no soltar Malvinas. Desde tiempos de Perón y estimulado por militares y gobiernos, el nacionalismo ha sido el plato fuerte argentino y base de sustentación de uno de los sectores más conservadores y siniestros de la orgánica religiosa que comentamos, que ha instalado un cerco continental entre Argentina-Brasil-Chile y México, lugares prioritarios para el control ideológico y soporte del poder. Con Perón no les fue tan bien, pero tampoco mal. Enemigos acérrimos del populismo que les competía en el endiosamiento de figuras públicas llenas de magnetismo y que sabían sacar provecho de los mismos católicos, como Evita, a contrario sensu, fueron muy amigos de los militares que sumieron al país en un baño de sangre.
Cuando el Papa fue invitado por los gobiernos chileno y argentino a ser mediador del conflicto del Beagle, su representante en Chile era Ángelo Sodano, fascista de tomo y lomo, y uno de sus principales interlocutores en Argentina fue Bergoglio, otro lobo de la misma camada, acusado públicamente por sacerdotes y ex sacerdotes que sufrieron torturas y vejaciones gracias a la delación de este actual santo padre para sacarse de encima a los curas que organizaban comités eclesiales de base y participaban en organizaciones sociales y sindicales, los famosos curas obreros y villeros. La Santa Inquisición habría enrojecido de vergüenza y pudor ante las acciones represivas de este moderno Richelieu que conspiraba con palacio para auxiliar al mantenimiento del trono. Famosa fue su amistad con Massera, el Himmler del patio, fascista cuyo nombre hasta hoy asusta a los argentinos. Los jesuitas chilenos se vanaglorian de que estudió con ellos en Chile, cuando la prudencia recomendaba silencio, pues el hombre es peludo.
A la cabeza de la jerarquía católica argentina, no vaciló en manifestarse a favor de Mennem contra Kirchner, siendo ambos peronistas, aunque el primero aliado a la oligarquía y el segundo, populista a reventar, constituía base político-social y punteros de choque a los antiguos montoneros ya debidamente integrados como algunos tupamaros en Uruguay, y la CTA. Lo peor para este futuro santo padre es que por instrucciones de la nomenklatura continental, Hebe de Bonafini, la dirigente de Madres de Plaza de Mayo, se declara aliada de Kirchner, ya que la alianza entre el neoliberalismo de Lula y el nacional-populismo en Venezuela, había sido designada como la estrategia correcta y había que plegarse. Entre otras divergencias con los Kirchner, el jefe de los católicos argentinos convocó a una guerra santa de cruzadas contra las leyes que el gobierno impulsaba respecto del aborto y del matrimonio gay, medidas ampliamente apoyadas en el país vecino que llevaron al fracaso la yiddah personal del pastor haciéndolo caer. Efectivamente Bergoglio es retirado y la conferencia episcopal colocó de cabeza a un moderado dialogante. El vaso se había llenado, era necesario detener las ráfagas de odio que destilaba con babas de rabia en los labios el fascista aquel que hoy es premiado con la corona real vaticana como representante de Cristo en la tierra sucesor de la piedra sobre la que se edifica
el partido-iglesia.
Habrá que reflexionar un tanto acerca de cual es la necesidad de esa iglesia de poner como figura emblemática y rostro visible a un personaje con esas características que Chávez ayudó a escoger, según palabras de Maduro.
Hijo de italianos y de Argentina, el país europeo del continente, donde todos los jefes de algo llevan apellido italiano en primer lugar, alemán en segundo lugar y judío en tercer lugar. Tercermundista todo lo que quieran, pero italiano al fin. Sin que sea tomado como argumento principal hay que tener la seguridad de que no es uno el argumento esgrimido, sino varios. Por ejemplo, entre el brasileño, un africano y un asiático con las mismas características, el italiano cae de cajón, el centralismo se mantiene.
La diferencia con el candidato brasileño que llevaba lejos la preferencia inicial y que le pesó finalmente al carioca, es que en Brasil el partido católico ha conseguido utilizar a sus bases progresistas para entrar y mantener enorme influencia dentro del partido de gobierno, lo que no ocurre en Argentina, que tiene el mismo modelo brasileño. El problema es que hay que apoyar el modelo Lula, pues se trata de la mejor estrategia que ha encontrado el poder hoy día, de alianza entre sectores que controlan diversas capas sociales con el capital. No olvidemos que los principales sindicatos petistas como los metalúrgicos y bancarios, hoy día tienen sus propias empresas financieras que realizan préstamos e inversiones en bolsa. Es el único gobierno del mundo que además de llamarse “de izquierda”, tiene tan estrechos lazos con el partido católico. Una verdadera maravilla de estabilidad, cohesión y rendimiento acelerado de la ganancia en que el PT reparte canastas a los pobres sobre la base sangrienta del capitalismo extractivista, depredador y asesino. Ya ha ido quedando claro que el modelo de bienestar, de redistribución de riquezas hacia los sectores pobres, de papá-estado que lleva médicos gratuitos a los barrios, etc. todo ello es una buena máscara para adormecer a la gente, conformar voluntades y evitar la autoconciencia que desnuda al capital que está detrás. Los soviéticos tenían todo eso y más, pero había que mantenerlo sobre la base del autoritarismo y centralismo, que al caer sólo queda la continuidad capitalista al desnudo.
El polaco Whojtyla (o como se escriba) fue electo Papa para trabajar justamente a nivel mundial lo que había realizado en Polonia: la lucha ideológica contraria a ese centralismo-autoritarismo. Sus seguidores formaron el sindicato Solidaridad, que consiguió atraer a incautos de otras corrientes, especialmente troskistas, que no vieron el juego del partido católico. Al poco tiempo, el principal apéndice de Wojthyla, Lech Waleza (¿se escribe así?), llega a encabezar el gobierno de Polonia y el cura zorro llegaba a la curia papal y se le adjudica ser el causante de la caída del muro, sea cierto o no. Lo interesante es que sectores revolucionarios pensaron que el sindicato Solidaridad era un sindicato libre y se metieron en masa, posteriormente se comienza a ver más claro el rol que había jugado el partido católico, lo que lleva a estar más que alerta en el día de hoy.
De ese modo, por muy socialistas o progresistas que sean los gobiernos, ya se encargarán los católicos de horadar y aserruchar el piso para evitar el fin del estado y del capital. Mientras siga habiendo capitalismo de estado y vidas individuales, seguirá existiendo base para el desarrollo de las ideologías individualistas que atrapan desde el poder. Ratzinger fue una copia pobre, un infeliz calco de Godzilla, digo Wolthyla, muy débil y pusilánime, pero fue necesario y sirvió mientras se perfilaban los cambios y necesidades de los nuevos tiempos, hasta que hubo que sacarlo por la necesidad política contingente y de paso resolver problemas cruciales de la imagen que estaban haciendo dudar a la feligresía. Había que dar ya un golpe de timón.
El tema es que hoy día ya no se trata del maniqueísmo blanco/negro de “socialistas o no” como en Polonia y luego en todo el vasto campo socialista, pues está surgiendo a nivel planetario un nuevo enemigo del poder, esta vez imbatible, ya que no se traga el canto de sirena del “socialismo estatal” porque no disputa el estado ni le interesa el poder. La frase “cambiar el mundo sin tomar el poder” no es manejable por las jerarquías de los partidos, interesados en que se mantenga el status quo de la verticalidad estatal, de allí que desde la derecha, el centro, la izquierda y los partidos religiosos, todos a una, como Fuenteovejuna, apuntan con el dedo, hacen cruces y anatemizan a las comunidades originarias, las identidades y multitudes autónomas, los municipios autónomos zapatistas, las cooperativas integrales catalanas, los indignados, los occupy, los YoNoSoy123, las asambleas barriales y movimientos contra la minería y la depredación, en fin, a los de abajo, a los que no quieren más jefes ni verticalidad, a los horizontales y sembradores de las semillas de las formas de vida comunitaria.
Son innumerables los temas fuertes que contraponen a los partidos con la autonomía comunitaria en el terreno conceptual, ideológico, teórico e intelectual, especialmente en el plano teológico no sólo la existencia o no de un dios o de varios, que, siendo real o no, siempre será subjetivo, no existe lo objetivo hasta que es captado por la mente y la sensibilidad de la naturaleza que se piensa a si misma mediante el ser humano, una de sus partes componentes, y hay que respetarlo como tal, pues la subjetividad de sujetos es diversa a través de lo que se llama interpretación de la experiencia, donde cada una es sólo una aproximación, una cosmovisión adecuada, correspondiente y pertinente a las distintas forma de manifestarse el mundo de la vida, sino además de ese “problema” meramente lógico, también está la “necesidad” de primero amar a dios y después a los demás, a pesar de que en el primer cisma histórico que da origen al cristianismo, del cual una de sus vertientes es el catolicismo, algunos hablan de amar al prójimo independientemente de si ama a dios, graficado en la parábola del buen samaritano. Sea como sea, los seres humanos ya son plenamente considerados entes individuales, rechazándose el concepto de comunidad como sujeto de lo común, sujeto epistemológico común y productor de la subjetividad común (su interpretación del mundo) denominada cosmovisión. Podemos profundizar al respecto a través de la Desuniversidad en el correo unlibre@gmail.com
El partido católico capta, pues para eso tiene sus aparatos de captación, sus antenas y sapos a lo largo y ancho del planeta y en todas las esferas del poder y del saber-poder, que las forma de vida comunitaria son la recuperación de la espiritualidad que impregna la vida de los pueblos originarios en nuestro continente Abya Yala, por poner un ejemplo, que, a pesar de más de 500 años de concientización, lavado de cerebro y ejercicio del poder, han podido reclutar sólo a algunos y hoy día la gran mayoría constituye un serio obstáculo a la expansión capitalista del extractivismo y la depredación tan caros y vitales para la ganancia. En ese nuevo frente de lucha del poder, que transita de la pugna interna entre capitalistas y capitalistas de estado hacia la lucha de todos ellos contra la autonomía comunitaria, pasa a ser secundaria para los propietarios y para los aparatos ideológicos aquella vieja contradicción interestatal.
Para eso no es suficiente vanagloriarse de los laureles obtenidos en Brasil, donde aún el ex peligroso MST se ha rendido a las bondades de la alianza con el capital y maneja buen discurso de vez en cuando para no perder su lugar entre los progresistas del mundo. Por eso en Argentina, aunque esté esa familia tan anti-.familia (ya llegaremos a eso) de los Kirchner, pero con la que basta cambiarle una ficha para que acepten el contubernio, está la única experiencia mundial de autonomía que ha sido derrotada aunque no aniquilada, que fue justamente el punto más elevado socialmente hablando alcanzado por las autonomías, amenazando muy seriamente la continuidad y funcionamiento de las estructuras. Ha sido una increíble escuela universal de que ese otro mundo soñado, aunque sin forma específica, es posible: Miles y miles de personas tumbaron gobiernos sin partidos ni guías, no eran ovejas cuidadas por perros guardianes, eran libres, alegres y autónomos, para luego no buscar quien dirigiría el poder, sino en todo el país saliendo del encierro de sus casas como esclavos liberados o mineros rescatados o mariposas abriendo el capullo. Miles y miles de miradas tejiendo afectos y manos tejiendo abrazos, sentándose en plena calle con vecinos que antes apenas hablaban o saludaban. Conociéndose, tomando juntos un mate, en fin: compartiendo, el viejo verbo “compartir” abandonado por la ruptura de las comunidades por efecto de la propiedad, el patriarcado y el poder. El pánico cunde en los aparatos ideológicos del poder. El partido católico aterrorizado porque resurgen comunidades de base y miles de feligreses se lanzan en brazos de sus vecinos en tanto aparecen por todos lados los curas obreros y villeros nuevamente, aquellos que habían ido perseguidos y enviados a prisión por el actual Papa. Estremecimiento en la columna vertebral y en la médula de los huesos. Había que destruir ese camino, pues no se sabe a donde puede llevar, aunque el destino es lo de menos, lo importante es que no se suelten ni se saquen las camisas de fuerza, que vuelvan al redil del primero amor a dios y cohesión estatal, luego lo que quieran. Así todos los aparatos de poder de la derecha, centro e izquierda, fueron arrojados como jaurías en contra de la autonomía comunitaria que seguía creciendo arrolladoramente en cientos de barrios en prácticamente todas las ciudades argentinas. Era una ola o mejor un tsunami multicolor que se expandía por las praderas de la vida ante la ausencia de las cercas y rejas que antes contenían el despliegue de la libertad.
De esa manera, junto a la notable escuela de autonomía comunitaria, los aparatos también aprenden a cercar, atacar, dividir, debilitar, aislar y destruir a las asambleas vecinales, a las autonomías y a las comunidades originarias. Begoglio es un especialista en esa arte. Sabrá cumplir bien su papel allá arriba, donde se aprietan los botones que mueven miles de buitres ansiosos por morder el cuello de las víctimas escogidas.
Pero el tema es más profundo, pues habrase visto que junto al hecho de salir de las casas y querer vivir en comunidades vengan con el aborto y el matrimonio gay? Espantoso. La familia es para producir el hijo primogénito, lo demás es paja. Ese hijo debe vivir, no puede perderse estando en el vientre materno, pero antes debe ser producido mediante el coito heterosexual. Para el partido católico esos dos frentes de batalla, las comunidades por una parte y el fin del patriarcado por la otra, son demasiado complejos, en especial en esta época de crisis existencial del macho por la crisis estructural de su rol de sostenedor ante la precariedad del trabajo con la consiguiente expansión de la mujer, cuya historia es diferente a la del hombre, ya que fueron las primeras rebeldes cuando el macho poseedor de la propiedad exclusiva y excluyente en la forma de unidad productiva decide armar una unidad reproductiva funcional al objetivo de continuidad en la propiedad. Desde allí surgen las primeras formas ideológicas de la corta historia de la humanidad que lleva millones de años viviendo en forma comunitaria hasta ese momento de ruptura de las comunidades para dar nacimiento a los aglomerados y conglomerados de individualidades opuestas y en competencia “asociadas” mediante la fuerza o la convención en lo que dio en llamarse “sociedad”.
Bergoglio es experto en estos temas. En el frente interno aún no hay humo blanco respecto de la función procreadora negada que lleva a los curas y monjas a buscar satisfacción erótica de maneras que aparecen saltando los muros prohibidos del árbol del saber. En casa del herrero, cuchillo de palo o haz lo que digo, pero no lo que hago. El cura Gatica predica, pero no practica
Ese es el nuevo Papa, plenamente al gusto de Maduro.
Abrazos
Jaime Yovanovic (Profesor J)
Profesor_j@yahoo.com