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Desuniversidad - Boletín 5

Desuniversidad :: 16.03.13

Metodologías y pasos para el trabajo de autoorganización y empoderamiento en un barrio

Desuniversidad – Boletín 5

La Desuniversidad trabaja todas las áreas del saber, cualquiera disciplina, carrera, materia, profesión, arte u oficio, universitaria o no, autodidacta o de saberes sociales y ancestrales, ya que hace de la investigación y del trabajo de campo con la población en una localidad concreta su principal metodología. En ese trabajo de campo se aprende construyendo nuevas relaciones económicas, sociales y vecinales. Es decir no aprendemos un saber estancado, sino un saber en movimiento, acorde con los cambios generales y locales de las cosas, temas e influencias que rodean el mundo de la vida.

Con el ingeniero haremos un biodigestor, energía alternativa y reutilizaremos la basura y desechos que no son orgánicos, desarrollando producción artesanal y autogestionaria. Sin embargo hay un gran abanico de posibilidades de utilización de medios naturales, materiales y sociales para una reingeniería de localidades. Con el de salud haremos un comité autónomo de salud y así por delante. Usted puede pensar el área o vocación que sea y puede verla operando en el barrio, ya que todas se supone que son de utilidad, y esa utilización es en conjunto con vecinos aprendiendo entre todos a dirigir esa área en beneficio de soluciones y necesidades de la gente. Sólo así podrá haber participación.

No se trata de una convocatoria a integrarse, sino de comenzar desde la gente hablando de las necesidades y buscando soluciones. Para eso nos capacitamos en la Desuniversidad: para descubrir soluciones en cada área y necesidad de la vida, así que para ver como funciona, traemos esta vez para examinar como ejemplo (entre cientos de temas) el problema de “alimentos”.

Alimentación, nutrición, dietas, etc.

Para tener alimentos en casa, hay dos modalidades, o se compra o se produce. La primera, la compra, es nuestra contribución involuntaria y obligada al sostenimiento y reproducción de las relaciones mercantiles, al mismo tiempo que explica nuestra dependencia al dinero. ¿Para qué quiero dinero? Para ir al súper o al almacén o feria y recibir alimentos a cambio de ese dinero. En ese punto -de la transacción de compra del producto-, hacia atrás está el drama de obtener dinero, y hacia adelante está nuestra participación en la educación ideológica del que vende, pues le reconocemos y reforzamos su rol de intermediario de la cadena mercantil, fortalecemos la red que nos oprime y auxiliamos a que todos sigan creyendo que es así que funciona y debe funcionar la vida. Que una persona, familia, cuadra o comunidad no compre alimentos, sino que los produzca, representa una grieta, una fisura en la red mercantil. Eso interesa sobremanera, ya que la multiplicación de la experiencia genera una contradicción de compleja comprensión y abordaje de parte del sistema y una escuela que puede marcar tendencia creciente según como se vaya desenvolviendo. Ya el lector avispado habrá notado que se abre un enorme abanico para estudios de otra área: la economía, de modo que la disciplina de alimentos, que vamos a indisciplinar, se cruza y se nutre mutuamente con otras, como veremos seguidamente. Por lógica hay que ver como cada una de las otras indisciplinas se irá cruzando y retroalimentando con otras, así puede verse una red o una colcha de retazos que configura el terreno interactivo en que opera la Desuniversidad. Es claro que las formas de adquirir dinero llevan a profundizar el tema del trabajo, el mercado negro, el choreo y el narcotráfico, entre otros asuntos. También está ahí presente el tema de género, pues la precariedad del trabajo acarrea el drama de la crisis del rol proveedor del macho y la consiguiente expansión de la mujer.

¿Es mejor invitar a la gente a quebrar el mercado mediante la expansión de la experiencia de producción autogestionaria de alimentos? Es posible que mucha gente inteligente lo capte sin necesidad de explicitarlo, así como que mucha gente no vea ahí una opción que le motive. El hecho es que para comenzar tal vez sea prudente una acción propositiva, de carácter positivo, de construir antes que criticar o destruir, como que sale más barato producir el alimento que comprarlo. Alguno puede hacerlo porque ama la agricultura, pero estamos hablando de una media en la urbe.

Hoy día mucha gente tiene noción del envenenamiento que representa la masificación de los transgénicos, de los agrotóxicos, contaminación del agua, del aire, la vaca loca, el hacinamiento de chanchos, la alimentación sospechosa de aves, etc. Biólogos, ecologistas, animalistas y ambientalistas tienen por consiguiente bastante por delante en los equipos de investigadores y constructortes de la Desuniversidad en el barrio que comentamos. No habrá dificultad en elaborar y desplegar una campaña en la localidad para contribuir a la comprensión y futuras definiciones en el ámbito de las opciones personales y familiares respecto a la “calidad” de los alimentos que compra. He ahí el espacio de estudio y desarrollo del indisciplinamiento de las comunicaciones, medios, volantes, diario, boletín, murales, etc. ya que la comunicación está profundamente ligado a la antipedagogía del aprendizaje de las experiencias del mundo de la vida, con lo que estas dos áreas (comunicación y aprendizaje) están cruzando fuertemente y nutriéndose con el tema alimentos, lo que lleva a pensar que ese último puede ser un eje estratégico para la articulación y el desarrollo de las diversas indisciplinas con la llegada, comprensión y adscripción de buena parte de la población, así no son los discursos los que buscarán “atraer”, sino que la solución de necesidades hará que aparezcan los palillos del nuevo tejido. Otra área entrecruzada y que será tratada también como indisciplina específica, es la salud (llegué tarde, usted ya lo había pensado, si acompañó el hilo), que ya podrá imaginar, está orientada a los saberes ancestrales, populares, originarios y naturales, lo que por su vez se cruza con la indisciplina de química y química-farmacéutica, donde nuestro programa muestra que hay harto paño que cortar.

Así puede verse que todas las disciplinas del saber formalizado pueden desarrollarse como indisciplinas en una dinámica barrial de tejidos interpersonales y autoorganización comunitaria contribuyendo y retroalimentando con otras áreas. Pero nos estamos adelantando, pues falta la parte sustancial: la producción de alimentos.

Lo primero son las semillas, que por nada del mundo pueden comprarse en el mercado, por muy “naturales” y sanas que sean, pues ya no es posible hoy día confiar debido a la extraordinaria expansión de las empresas de transgénicos. Todo lo que usted vea en el mercado debe descartarse. De modo que en nuestra indisciplina tendremos que descubrir donde están. Usted lo sabe, yo también, pero en este caso y en general de la Desuniversidad, no interesa tanto el saber como la metodología de investigar y conocer juntos, que contribuye al acto epistemológico plural. Obviamente este tema lo indisciplinamos en la antimateria de Filosofía y específicamente del Epistemología o teoría del conocimiento, así como en la antipropedéutica y antipedagogía. Ya ve usted, partiendo de diferentes lugares, vocaciones, actividades, carreras, profesiones y gustos, nos encontramos en el terreno cambiando el mundo, porque a esta altura usted estará notando que si estamos tomando distancia del comprar alimentos para producirlos, el cambio es bastante radical. Pero bueno, sigamos con la semilla, aunque antes habrá que descubrir cuales semillas vamos a buscar.

En efecto, tendremos que estudiar con los vecinos del barrio lo que interesa comer, tal vez una reunión-conversatorio informal, un comunicado, una encuesta con entrevistas, en fin, habrá campo para los comunicadores y para “nuevas metodologías de investigación social y comunitaria” con lo que indisciplinaremos las disciplinas tradicionales de “Metodología de la Investigación Social”. La conversación y el estudio metodológico de las formas de llegar a conclusiones con la población va a ser un interesante campo exploratorio, pues en conjunto con la indisciplina de salud, habrá que profundizar el conocimiento y en especial el autoconocimiento que la población del barrio tiene de lo que come. Después de ello tendremos una lista de x productos, además de cientos de recetas y ritmos y dietas específicas de acuerdo con los datos de obesidad, diabetes y demás detectados en nuestro estudio de salud, así como los ejercicios y juegos que descubramos que sea mejor estimular. A todo esto usted comienza ya a ver una especie de perfil de lo que se puede hacer y lo que nos interesa es que vea allí un mundo, que se rearma de otra manera. Pensar que hay que entrar en tanto detalle para que algunos consigan verlo, ya que nos han dado muy intensamente en la tecla de que papá-estado se hará cargo de todo y así nos llevan a un comodismo de izquierda, que además es oportunismo, pues acarrea que el estado me da empleo, status y buen nivel de ingreso, pero se esconde que sólo puede hacerlo profundizando el capitalismo y el extractivismo que mata a la madre tierra. No somos ingenuos. Sabemos que a algunos les interesa un carajo la madre tierra y sólo piensan en administrar el poder. Por suerte este texto ha caído en sus manos y no se pierde. Si quiere, podemos terminar esta parte de la siguiente manera:

Seleccionados los alimentos y sus cantidades aproximadas, las semillas se ponen donde puedan germinar y crecer (Sencillo, ¿no?). Para ello se necesita tierra o solamente agua si se hace hidropónico. Lo que tal vez sea innecesario decir, pero abre el terreno para el despliegue de la investigación y la práctica de temas como agroecología, huertas, permacultura y similares, que no crean que en dos meses van a estar fioca, no, va para largo. Para esa tierra y/o agua se necesita espacio, aire, sol y riego. En casas o edificios puede ser colgantes en las paredes o de plataformas en balcones o de terreno en techos y azoteas, así como estilos de macetas o maceteros en escalas y rincones. Aprenderemos a cuidar esa vida sin tóxicos y de modo tal que sea interactivo con el aire y ambiente de la casa. Están los patios y jardines, aunque el cemento ha invadido buena parte de ellos, así que a conseguir chuzo y pala para destruir, ahí si que hay que ser duro y violento. Abajo el cemento! Eso nos lleva a la arquitectura y construcción, pero también al tema de vivienda y urbanismo, así que habrá material de estudio en la Desuniversidad. No crea que va a venir a rascarse la pera.

Fuera de las viviendas hay espacios públicos, sirios eriazos, veredas muy amplias, terrenos municipales, fiscales y “abandonados” y será tarea investigativa el catastro de todos los espacios disponibles y aptos. Este será uno de los terrenos de operaciones de lo jurídico, donde además del derecho oficial, hace falta conocer los resquicios, el positivismo de combate, el derecho alternativo, el uso alternativo del derecho oficial y las meta-reglas de hermenéutica (abanico de posibilidades interpretativas del juez), tanto para el uso productivo de esos espacios, la autodefensa jurídica y social de ellos y las posibilidades de construir con medios naturales viviendas para los sin techo del sector.

Es evidente que debemos calcular la producción de acuerdo al consumo, pero eso no es en abstracto, sino que obedece al desarrollo del proyecto y la participación, por lo que hay que encararlo de forma progresiva. Inicialmente con algunas familias y luego se van incorporando otras o constituyen su propia red producción-.consumo. De ahí viene el concepto de prosumidor, que consume produciendo y no comprando.

La elaboración de alimentos puede hacerse en conjunto entre varias familias, procesarlos y cocinarlos, lo que ahora mucho en gas, agua, tiempo y espacio y permite la convivencia. Para mostrar el ejemplo puede hacerse un “campamento” un sábado y domingo, con tienda de campaña y cocina al aire libre en un terreno adecuado. El comedor común cae de cajón. Además podemos organizar un sistema de colección de la basura y desechos industriales, rescatando materiales para producción de artefactos diversos y la materia orgánica viene al compostaje o al biogás.

Así la indisciplina de alimentos resulta no sólo en una investigación práctica, sino en la construcción de nuevas relaciones económicas, humanas y con la madre tierra. Destruya su disciplina, venga a desarrollar la indisciplina

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