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País Vasco: Nueva modalidad de organización juvenil

Ernai :: 25.03.13

Con ese modelo no hay futuro para los jóvenes, y que si queremos otro sistema, lo tenemos que empezar a crear desde nuestro día a día, desde nuestras propias actitudes

25-03-2013
Primeros pasos del nuevo movimiento juvenil vasco Ernai
“La desobediencia será nuestro instrumento para visualizar las injusticias”

Mikel Pastor
Gara

Maialen Etxeberria e Irati Sienra. En cuestión de meses, la vida ha situado a estas dos jóvenes como encargadas de transmitir las reflexiones y decisiones de la nueva organización juvenil de la izquierda abertzale. Irati Sienra (Deustua, 1990), a punto de terminar la carrera de Derecho, y Maialen Etxeberria (Iruñea, 1987), titulada en Filología Inglesa, aceptan el reto con ilusión y muchas ganas de ponerse a trabajar desde ya para darle la vuelta a un futuro que los jóvenes ven cada vez más negro.
Se presentaron en el Congreso fundacional que Ernai celebró en Lizarra el 2 de marzo, junto a otros tres portavoces nacionales. «Estábamos nerviosísimas» reconocen. En estas semanas, sin embargo, ya han acumulado kilos de experiencia ante los medios. Todo será necesario para transmitir las preocupaciones y expectativas de una juventud que atraviesa momentos muy díficiles.

Tras todo el proceso de formación teórica de Zukgua, la creación de la organización, etcétera… ¿Cuál va a ser la primera iniciativa, la primera campaña, el primer objetivo de Ernai?

Irati SIENRA: El objetivo inmediato es que la Gazte Danbada, una iniciativa de cuatro días que se celebrará a partir del próximo viernes en Urduña, salga bien. A partir de ahí, tomamos el 1 de mayo como una fecha importante de trabajo por todo lo que ese día significa para la lucha obrera, el socialismo, y sobre todo para denunciar la situación de precariedad a la que nos aboca este sistema.

Maialen ETXEBERRIA: Además, hay que dejar claro que el rumbo de las iniciativas, planteamientos o campañas que se hagan dependerá mucho de las decisiones de cada pueblo tome dentro de su ámbito, adecuándose a sus ritmos y necesidades.

I.S: Esto es, que sea una organización de abajo a arriba y no de arriba a abajo.

¿Se nota entre los militantes de Ernai ese ánimo de arrancar, de pasar de la teoría a la práctica, de «venga, vamos a ponernos manos a la obra»?

M.E: Sí, al final se notan las ganas de llevar esa filosofía del proceso Zukgua a la práctica. Tras seis meses debatiendo y reflexionando, y una vez que tenemos ya una organización estable, la gente arde en deseos de ponerse a trabajar.

I.S: El mejor ejemplo de todo esto es que en su momento no se planteaban hacer presentaciones de Ernai pueblo a pueblo y desde el 2 de marzo se están realizando decenas de ellas para presentar la organización juvenil a nivel local y promocionar la Gazte Danbada.

Ernai. ¿Por que ese nombre, qué se quería reflejar, qué otras alternativas se manejaron?

M.E: La verdad es que se abrió un plazo para que los pueblos hicieran propuestas, y aunque sí hubo alguna idea, no recibimos demasiadas. En ese sentido, se decidió Ernai porque se quería reflejar ese espíritu de estar atentos, de estar alerta, de dejar claro que los jóvenes debemos estar despiertos ante el sistema y ante nosotros mismos.

¿Como va a funcionar Ernai en la práctica, mediante método asambleario, con una dirección estable…?

I.S: La idea es que la organización sea lo más participativa y horizontal posible. Es por ello que las distintas realidades de los pueblos van a tener un papel fundamental en Ernai. No va a haber un planteamiento general que los pueblos y barrios tengan que seguir a rajatabla. El grupo de cada pueblo deberá analizar y detectar las necesidades propias y plantear alternativas en función de estas. Se quiere impulsar que la lucha sea local, y que mediante esas alternativas locales se vaya generando una alternativa global a nivel nacional. En ese sentido la línea de trabajo principal tiene que ver con los modelos de vida, porque si no cambiamos estos estamos perpetuando el sistema capitalista, reproduciendo el único modelo de vida que ofrece, basado en el consumismo, en el individualismo, en la competitividad… Si algo ha quedado claro en esta crisis es que con ese modelo no hay futuro para los jóvenes, y que si queremos otro sistema, lo tenemos que empezar a crear desde nuestro día a día, desde nuestras propias actitudes. Esto es, desde nuestra revolución interna, iraultza gure baitan hasten da.

La preocupación principal de los jóvenes hoy día es socioeconómica (altísimos niveles de desempleo, precariedad laboral, aumento de las tasas universitarias…) ¿Va a centrarse Ernai en ello, y sobre todo, cómo lo va a hacer?

M.E: Como comentaba Irati, los modelos de vida van a tener un papel importante en nuestra estrategia. También otras iniciativas como las cooperativas, por ejemplo, que vayan en el sentido de construir una alternativa socioeconómica. En el apartado universitario defenderemos el currículum vasco, la soberanía también en este ámbito, una universidad de calidad, pública y euskaldun.

I.S: Ernai se sitúa dentro del movimiento juvenil, por lo que si algún organismo en algún pueblo decide poner en marcha alguna iniciativa que vaya contra el modelo productivo actual, o que plantee otro modelo de consumo, Ernai lo va a apoyar. Creemos en el modelo de auzolan, de pluralidad, y en ese sentido no nos cerramos ninguna puerta a colaborar con otros movimientos sociales. Todas están abiertas.

Durante el proceso ZukGua se ha subrayado la necesidad de la desobediencia civil o la insumisión. ¿Cómo cristalizaría esa teoría en actos del día a día? Dicho de otra manera, ¿qué se puede hacer contra este sistema aquí, ahora y con estos medios?

I.S: En las ponencias iniciales sí que aparecía el término «desobediencia civil», pero generó muchas discusiones por las diferentes connotaciones que puede tener el término «civil». Hemos tenido debates muy interesantes sobre qué son medios pacíficos. Al final, se llegó a la conclusión de eliminar el término «civil» y dejarlo en simple «desobediencia». Nosotros mismos debemos ser quienes construyamos nuestro modelo de desobediencia propio.

M.E: Definimos desobediencia como un acto de comunicación. Es muy importante saber cuándo, cómo y por qué hacemos las acciones que se realicen. Y esto puede pasar por encadenarse a un banco, por colgarse de un puente o por cortar una carretera con bidones, en función de la situación y de lo que queramos comunicar.

¿Por qué va a estar marcado entonces el nivel de protesta, por el contexto?

M.E: Más bien por el objetivo. Y es muy difícil definir cuál es el nivel, porque al final algo que parezca menos violento puede tener mayor repercusión, mayor eco que otras acciones. De todas maneras, sí que marcamos la desobediencia como un instrumento fundamental de trabajo para visualizar en la sociedad las injusticias de este sistema de manera muy pedagógica. Los jóvenes tenemos la llave para acertar en la denuncia y llegar a la sociedad.

Antes hablaban de la necesidad de tejer complicidades con otros movimientos sociales de cara a articular alternativas. Tras la ronda de contactos mantenida durante el proceso, ¿qué sindicatos, organismos u otros movimientos han mostrado su predisposición a dar pasos conjuntos a corto plazo?

I.S: Hablaría de dos líneas de trabajo. Por un lado, el apartado de la resolución del conflicto, y por el otro, el de hacer frente a este sistema político y económico. En mi caso, yo estuve en varias reuniones con movimientos sociales y pude constatar que el análisis en el plano socioeconómico era muy similar.

M.E: Yo estuve con varios movimientos de Nafarroa ligados al mundo del euskara, con los que existe una cercanía lógica por la situación del herrialde en ese aspecto. Otros grupos ligados a la historia y la memoria histórica también comparten una visión cercana a la nuestra. Creo que ese es un camino en el que aún nos queda mucho por explorar.

¿Dónde entienden que puede haber más puntos de encuentro a corto plazo, en la resolución del conflicto o en la lucha social?

I.S: A día de hoy yo veo más factible avanzar por el terreno de la pelea social, de las alianzas contra este sistema, porque no hay tantas cosas que acordar, se parte de bases parejas, y sobre todo porque no existen tantas presiones externas.

M.E: Hay ciertos grupos con los que se ha coincidido desde un principio en señalar a los culpables de esta crisis, partimos de un análisis muy parecido. El tema de la resolución del conflicto necesita de un trabajo más profundo, de más «cocina».

Ernai es una organización juvenil de la izquierda abertzale, pero, ¿va a hacer una oferta más allá de ese sector, a toda la juventud?

I.S: Ernai tiene una ideología bien definida, pero también tiene una filosofía de cooperación, de auzolana, aspiramos a trabajar con otros agentes. Tenemos un objetivo común, es lógico pensar que no podemos recorrer solos este camino.

M.E: Nosotros tenemos que aportar a la problemática juvenil desde nuestra óptica. Esa cooperación va a ser fundamental.

¿Cuál es la relación con Sortu?

I.S: Ernai se enmarca dentro de la izquierda abertzale y hace suyo el planteamiento “Zutik Euskal Herria», pero al mismo tiempo somos un organismo autónomo, con nuestras líneas de trabajo y estrategia propia.

«Gazte Danbada debe ser un `chute’ de ilusión»
Hablando de la Gazte Danbada. ¿Cuánta se gente se espera para la cita de Urduña, como está funcionando la organización?

M.E: Hay varios grupos de trabajo organizados para estos días para que todo salga lo mejor posible. La gran mayoría de los talleres, charlas y mesas redondas ya están atadas.

I.S: Y en cuanto a la gente, queremos que sea el máximo posible, pero sobre todo que sea una experiencia enriquecedora.

¿Gazte Danbada puede funcionar como gancho para socializar Ernai entre la juventud?

M.E: El objetivo tiene que ser mostrar la filosofía de Ernai a los jóvenes cercanos a nuestro arco ideológico para que se decidan a militar. Debe ser un punto de inflexión para reforzar la apuesta de Ernai.

I.S: Si el Congreso fue un «chute» de ilusión, esto debe serlo aún más. Que la gente vuelva a casa pensando que podemos ganar, que tenemos las herramientas para ello.

¿Cómo se plantea la iniciativa, como algo festivo o en un plano más reivindicativo?

I.S: La idea es ser capaces de aunar ambas mediante un programa amplio y plural. El planteamiento es que sea una Gazte Danbada para todos, con diferentes ambientes. Incluso en el plano musical se ha apostado por estilos muy diferentes, para que cualquiera pueda disfrutar de estos días.

¿En que se parecerá y diferenciará la Gazte Danbada de anteriores iniciativas similares?

I.S: Tendrá la similitud del formato de cuatro días, de la acampada en un recinto… etcétera. Las principales diferencias estarán en el propio contenido de los talleres y charlas.

M.E: Se van a tratar temas que hasta ahora habían quedado en un segundo plano, como son la soberanía alimentaria, el feminismo o el planteamiento de reciclaje Zero Zabor.


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