Inaudito grito de silencio institucional
No es posible que el Presidente Nicolás Maduro y el Vicepresidente Jorge Arreaza hayan estado en el Zulia con un buen número de Ministros, Viceministros y Directores de instituciones desde el jueves 25 de abril de 2013 hasta el lunes 29 y no haya hecho referencia de Sabino y al drama del pueblo Yukpa. Este inaudito grito de silencio institucional nos muestra la poca comprensión de este problema de Estado que heredó y el Gobierno socialista y que en lugar de buscarle solución adecuada lo ha agudizado.
Oímos, vimos y leímos como el Presidente Maduro aprobaba millones sobre millones de bolívares en asuntos y obras de gran interés para el pueblo zuliano tan abandonado por Tirios y Troyanos. Pero los zulianos nada sabemos del dinero para comenzar a pagar desde el viernes 24 de este mes las bienhechurías de las haciendas y parcelas invasoras al territorio Yukpa tal como acordaron los Caciques Yukpa del Centro Originario Chaktapa bajo la jefatura del Cacique Mayor Sabino Romero hijo con el Canciller de la República de Bolivariana de Venezuela Elías Jaua en Caracas el 25 marzo de 2013. Así mismo no se observa la presencia de funcionarios del INTI o de alguna otra institución haciendo los censos, las conversaciones pertinentes con los indígenas, hacendados y parceleros y las mediciones de los predios agropecuarios a adquirir; comenzando desde luego por las tierras solicitadas por Sabino hijos, Carmen Fernández Romero y demás Caciques de las comunidades constituyentes del Centro Piloto Chaktapa.
Durante la intervención del Presidente Maduro Moro en el Teatro Baralt de Maracaibo solo toco muy tímidamente dicho asunto, siendo tan vaga la referencia en cuestión que no tenemos a ciencia cierta si estas dos o tres frases están en verdad relacionadas con el pago a “productores” de las haciendas y parcelas a ser entregadas por el Gobierno nacional al pueblo Yukpa el 24 de mayo. Esta fue la única referencia pública que conocemos: “Los vengo a convocar para hacer mesas de trabajos. Que hay cosas pendiente con algunas fincas, pues vamos a regularizarlas, por qué no, no hay excusa para no hacerlo. Vamos a ponernos de acuerdo con una forma de pago. También regularizaremos el pago a las empresas petroleras nacionalizadas. Rafael Ramírez está terminando de hacer algunos cálculos”. (Panorama, 26/04/13 http://m.panorama.com.ve/not.php?id=64002).
Tampoco se sabe cuál ha sido el resultado del asesinato del Cacique Sabino Romero Izarra, mucho menos de los otros 7 Yukpa también asesinatos, entre ellos: los familiares de Carmen Fernández Romero: Darío Segundo García Fernández (hijo de su hermana), Alexander y José Luis Fernández Fernández (hijos) y Leonel Romero cuñado de José Luis Fernández Fernández; del anciano José Manuel Romero, padre de Sabino, Wilfrido Romero compañero de Guillermina Romero hija de Sabino, de Lorenzo Romero hijo de una tía materna de Amalia Pérez. O de Gabis Alberto Fernández Fernández (hijo de Carmen Fernández Romero) dos veces operado en el Hospital General del Sur de Maracaibo de sus intestinos por haber sido herido cuando asesinaron a su primo Darío Segundo García Fernández.
Sabino, su lucha, su muerte y la de los otros indígenas Yukpa debe entenderse como el final de la política colonialista del Gobierno chavista. De no ser así esta revolución está cuestionada en una de sus venas centrales. Así debe entenderlo el Presidente Nicolás Maduro Moro, el Vicepresidente Jorge Arreaza y el Gobernador Francisco Arias Cárdenas. El problema indio debe mirarse con un lente gran angular de buena calidad para no seguir arando en el mar, y para eso están las leyes, las comunidades indígenas y sus líderes de base (no sólo sus mal llamados Caciques Mayores), y las manos abiertas de los cuadros de nuestra organización, las de Caracas y de tantas otras esparcidas por todo el país, pues son estas mujeres y hombres los que desde hacen varias décadas acompañan solidariamente las lucha de los pueblos indígenas del Zulia por sus territorios libres de infraestructuras vial minero energéticas, minas, ganaderos, parceleros, entre otros terceros invasores presentes y por llegar.