Es hora de tejer alianzas por el desarrollo sostenible de nuestra Región Piura y tener como objetivo transversal la conservación de nuestros páramos y bosques de neblina, porque sin agua no hay nada
Por Mario Tabra*
25 de mayo, 2013.- Los años pasan y con ellos desfilan presidentes nacionales y regionales, gobernadores, alcaldes y demás autoridades al margen de las necesidades de los pueblos, que una vez arrancándoles su voto con demagogia se presentan a sus amos de las transnacionales, como si ser siervo fuera una forma de elevar su statu quo.
El 16 de mayo del 2003 bajo una luna llena desfilaban camiones que bajaban desde las alturas de Ayabaca para participar en la gran “Marcha de los Wayakuntu”. Por primera vez en el siglo XXI la presencia de comunidades con sus rondas hacían su presencia por las principales avenidas de la ciudad de Piura.
En aquella ocasión se presentó un petitorio mínimo a las autoridades regionales y nacionales que permitirían la aplicación del Plan estratégico de desarrollo concertado de la provincia de Ayabaca, basado en la agricultura, ganadería, turismo natural y cultural, descentralización económica del plan binacional, infraestructura vial (6º eje vial) autonomía administrativa y económica de la UGEL Ayabaca, construcción del Hospital de Ayabaca y un rotundo rechazo a la presencia minera en la provincia.
Los presidentes regionales (Cesar Trelles Lara) y de la nación (Toledo, García II y Humala) con sus esbirros funcionarios lejos de atender estas demandas, lo único que hicieron fue trazar cuadrículas en el mapa regional y empezar a concesionarlo a las grandes empresas mineras transnacionales y a las empresas mineras pequeñas como si fuera su casa, olvidando que en las provincias existen comuneros y comuneras que son los auténticos dueños ancestrales de sus territorios.
Diez años de resistencia, muchos costos humanos, detenidos, torturados, asesinados y enjuiciados por estas empresas, demostrando contundentemente que lo único que traen estos “agentes del desarrollo” es muerte, zozobra, enfrentamientos, división, desorganización y atraso.
Hartos están de soportar tanta indiferencia, hay una reserva moral y ella se encuentra en nuestras comunidades, en sus organizaciones que miles de veces han querido desorganizar, confrontar entre sí, desviar de sus propios intereses, domesticarla, partidarizarla, pero gracias a unos claros estatutos han logrado sobrevivir y fortalecerse.
Este 16 de mayo de 2013 bajo la influencia de la luna en su cuarto creciente y brindándonos una lluvia como bendición, partieron nuevamente con gran coraje los guardianes del agua, la madrugada era testiga de esta nueva epopeya, cada uno con su propio fiambre, entre bromas y relatos se oían carcajadas dentro de cada camión fuso que los trasladaba, el sol nos saludaba a las 6 de la mañana -en Piura nos comentaron que después de días nublados se abría el firmamento- por Las Lomas y desde tempranas horas por Tambogrande no faltaron esos malos agentes policiales que lejos de cumplir su deber, viéndonos los documentos en regla presionaban para que les paguemos coimas para dejar transitar a la movilidad en la cual bajábamos a la Marcha por la vida y la seguridad alimentaria.
La marcha fue contundente. Más de tres mil comuneros y comuneras que llenaban cuadras sobre cuadras, cada delegación con sus carteles elaborados de todo material, rechazando la presencia de la empresas mineras transnacionales y artesanales, informales o ilegales como quieran denominarles, todas son contaminantes y lo decían por experiencia vivida no por ideas aprendidas, ni “formación académica” recibida.
Después de recorrer la avenida Sánchez Cerro desde la avenida Vice, se ingresó a la avenida Loreto para pasar por los óvalos Grau y Bolognesi, entrar por La Libertad para dirigirse al Gobierno Regional donde se realizó un plantón, designando una comisión con representantes comunales de Ayabaca, Huancabamba, Morropón, Tambogrande, Las Lomas.
Fueron dos horas de espera, de pronto a exigencia de los manifestantes salió Magdiel Carrión Pintado presidente de la comunidad de Yanta para informar lo acordado: “hemos venido a hacernos escuchar, de que las comunidades no queremos minería y que se respete nuestra decisión, el presidente regional ha desconocido lo publicado en su resumen institucional de 2 años donde se manifestaba que el proyecto Río Blanco era un proyecto de inversión prioritario para la Región y arrancó delante de los comisionados la hoja que contenía lo contrario”, y que los demás habían quedado firmando el acta que luego fue leída públicamente.
Cuando salieron los demás integrantes de la comisión también salió Javier Atkins presidente regional de Piura, quien manifestó “si el pueblo no quiere minería no habrá minería, ayúdenme también a combatir la minería informal” a lo que los asistentes aplaudieron en señal de una alianza para luchar por la conservación del medio ambiente.
Ayabaca cuenta con un plan de desarrollo estratégico elaborado hace más de diez años, pero cada gobierno local desvía su aplicación para ganar mayores adeptos y empernarse en el poder. Es más fácil repartir, atomizar el presupuesto local por más votos, cuando no se tiene una visión de desarrollo provincial clara, sino una clara visión de eternizarse en el poder.
Es hora de tejer alianzas por el desarrollo sostenible de nuestra Región Piura y tener como objetivo transversal la conservación de nuestros páramos y bosques de neblina, porque sin agua no hay nada.
Esta marcha ha demostrado el camino, si las autoridades pretenden desviarse de sus promesas, el pueblo unido debe demostrarle el camino correcto, sin violencia pero con resistencia lograremos llevar a nuestra Región al sitial que le corresponde.
—
*Mario Tabra Guerrero es presidente del Frente de Defensa del Medio Ambiente, la Vida y el Agro de Ayabaca. Fue perseguido, judicializado y sometido a torturas en el campamento minero de la ex minera Majaz (Río Blanco) por participar en una marcha pacífica en defensa de los bosques de neblina y páramos del alto Piura y que cumplen una función ecológica esencial para abastecer de agua a los valles de Piura. Un tribunal de Londres logró en 2011 que la empresa Monterrico Metals (accionista de Río Blanco, ex Majaz) indemnizara a los denunciantes por los daños sufridos.