La misión de la Marina y del Ejército en nuestras tierras no es brindar seguridad a la ciudadanía, sino exterminar a como dé lugar a la Policía Ciudadana y Popular
Los de abajo
Policías comunitarias
Gloria Muñoz Ramírez
La presencia de elementos del Ejército y de la Marina en las comunidades en las que se han establecido procesos comunitarios de vigilancia está provocando preocupación y desconfianza de los pueblos. Lo ocurrido esta semana en Temalacatzingo, municipio de Olinalá, Guerrero, donde se exige su retiro, es sólo una muestra de que las fuerzas armadas no son bien vistas en las regiones en las que son más que conocidas las consecuencias de sus incursiones. La Coordinadora Regional de Seguridad y Justicia-Policía Ciudadana y Popular denunció que esta semana integrantes de la Armada entraron con violencia a Temalacatzingo y amenazaron de muerte al comandante comunitario Tepostototl, quien se encontraba en un retén de vigilancia en el crucero de Lomalapa.
De manera violenta y arbitraria atravesaron sus carros en la calle principal de la comunidad y rodearon a los comisarios que estaban saliendo de una asamblea popular en la que se analizaron asuntos de seguridad de las comunidades, denuncian desde Olinalá, lugar en el que permanecen vivas las incursiones castrenses de 1996 y 1997, años en los que los militares se metieron a las casas, privaron de la libertad a muchas personas, torturándolas y violando a mujeres. Por eso es que tenemos desconfianza y exigimos su retiro de este territorio.
El 8 de diciembre de 2012, ante la ola de asaltos e incremento de la violencia en la región por parte del crimen organizado, 10 comunidades nahuas del núcleo comunal de Temalacatzingo integraron la Policía Ciudadana y Popular (PCP) con más de 100 elementos elegidos en asambleas. Este cuerpo de seguridad se declaró desde un inicio hermano de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria de Guerrero, una de las experiencias autónomas más notables del país en cuanto a seguridad e impartición de justicia.
Somos hombres y mujeres comprometidos con la justicia, con la seguridad, con la paz social y el desarrollo de nuestros pueblos, pero no desde el discurso, sino desde estas tierras que pisamos y que nos alimentan, señalan las autoridades comunitarias en un reciente comunicado en el que exigen la salida inmediata de las fuerzas armadas y el cese del hostigamiento contra sus policías.
La misión de la Marina y del Ejército en nuestras tierras no es brindar seguridad a la ciudadanía, sino exterminar a como dé lugar a la Policía Ciudadana y Popular. ¿Por qué tanto odio y desprecio hacia nosotros los indígenas? ¿En qué les afecta a ellos que como ciudadanos y ciudadanas nahuas nos organicemos y nos protejamos de la delincuencia?, se preguntan desde las tierras convulsas de Guerrero.
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