En el censo de 2001 se preguntó si uno era aymara o quechua así de manera clara y concisa. El resultado fue que el 64% se identificaba como indígena.
La Paz, julio 2013
Taxativamente:
Estado Plurinacional en
detrimento del Pueblo Kolla
Eduardo G. Quisbert
Ramos
*
“
Hace cuatro siglos que la raza
indígena en el alto Perú sufre una
especie de esclavitud, semejante
a la que sufrieron los pueblos
ilotas y bárbaros, subyugados por
la antigua Roma.
La tremenda carga de la contri-
bución territorial, los servicios
personales gratuitos y la esclavi-
tud de la ignorancia han sido
mantenidos religiosamente por la
república como herencia forzosa
del coloniaje, en contra de la civi-
lización y la redención de ésta
raza, en cuyo nombre se inició
la gloriosa guerra de la Indepen-
dencia de la América Latina.
Aberración cruel e inexplicable
que hace dudar de la justicia
sobre la tierra…..”
1
El presente escrito parte del
último censo de población y
vivienda realizado en diciembre
de 2012 en Bolivia, en el cual
hubo esta pregunta polémica:
Como boliviana o boliviano ¿per-
tenece a alguna nación o pueblo
indígena originario campesino o
afro boliviano?
2
No se Incorporó
en la pregunta la opción de mes-
tizo demandado por una parte
de la población; además de
incluir la opción de “No perte-
nece” en caso de no identificarse
con las opciones de la pregunta.
¿Es posible identificarse como
campesino o de una comunidad
indígena hoy en día, si la gran
masa indígena está en las
ciudades? Es decir: uno es
aymara pero no necesariamente
campesino o agricultor.
¿Se erró en la formulación de
la pregunta? Porque en el censo
de 2001 se preguntó si uno era
aymara o quechua así de manera
clara y concisa. El resultado fue
que el 64% se identificaba como
indígena.
Apelando a la memoria
histórica
El proceso histórico del Kolla-
suyo con sus subidas y bajadas
supo adaptarse de acuerdo a las
condiciones de estadio, de pro-
ducción económica, régimen so-
cial con mucha habilidad para
mimetizarse aceptando los nive-
les sociales más bajos: Indio,
prisionero de guerra en calidad
de esclavo; pongo, sinónimo de
bestia de carga; campesino,
ciudadano de segunda clase.
En la primera etapa de indio
más que adaptarse fue una si-
tuación de desaparición cultural
política pública por tanto some-
timiento de la corona española,
a punto de negar al ser humano
las necesidades básicas: alimen-
tación, educación, salud, salubri-
dad. Sin estos principios básicos
obviamente el ser humano se
reduce a bestia o apuntaba a ese
camino con trabajos como la
mita. Sin embargo, el cargo de
conciencia fue aplastante para la
colonia y decidieron ceder y
extender títulos de propiedad a
algunas comunidades guiados
por un cacique, en el marco de
una relativa conservación de
usos y costumbres de la región.
Por tanto, en este contexto se
pude entender la falta de lideraz-
gos para plantear la búsqueda
de la reconstitución de una
nación con su cultura y territorio
o simplemente la libertad. Pero
existieron varias revueltas y el
caso sobresaliente es la rebelión
de 1781 de Túpac Katari.
Nacería la república en el Alto
Perú. La historia oficial de Bolivia
afirma la existencia de un bloque
de blancos, mestizos, indios y
otros, contra la corona. Firma-
ron los indios con esperanza por
su libertad y por vivir en sus
comunidades como lo habían
hecho generaciones pasadas.
Pero sucedió todo lo contrario.
La política pública de la república
fue la desaparición de las tierras
comunitarias arrebatándolas con
violencia para convertirlas en
parcelas de propiedad individual.
Este fue el caso de Mariano Mel-
garejo, un dictador que desco-
mulgo a los ayllus parcelando y
vendiendo sus tierras a los ha-
cendados. Esta etapa del pon-
gueaje la describe Alcides Argue-
das en su obra
“Pueblo enfermo”
,
donde cita una nota comercial
de la época: “Se alquila un pon-
go con taquia”
3
que resume el
grado social del kolla en la repú-
blica. Casos aislados como el de
Zarate Wilka en 1899, líder con
conciencia política social que
intentó negociar la libertad y
autodeterminación del pueblo.
Fue acribillado por el General
Pando al pedir que se hiciese
efectivo el trato.
Desde 1825 el kolla sufrió con
intensidad una involución social
de toda índole dejándolo en la
indigencia sin posibilidad de pen-
sar el porqué de su sufrimiento;
el de su comunidad y buscar
soluciones políticas u otras.
En el siglo XX el mundo transi-
tó del antes feudal e industrial
al mundo global de tecnología.
Supo el indio adaptarse; pasó
de pongo a campesino; por últi-
mo boliviano es la identidad que
asume. Aunque esto se encuen-
tra dentro del esquema concep-
tual de las dos Bolivias de Fausto
Reinaga quién afirma la existen-
cia de una Bolivia mestiza euro-
peizada y otra Bolivia kolla–au-
tóctona. Una Bolivia chola y una
Bolivia india
4
. Entonces podemos
señalar que el indio es conside-
rado ciudadano de segunda
clase sin importar cuál fuere su
instrucción académica. Por ejem-
plo: un doctor en X ciencias,
clase media por derecho, no
puede ser considerado en pari-
dad a la clase media blanca o
como diría un canta autor bo-
liviano
5
clase media naranja. El
indio tendrá que ser clase media
de otro color: gris, caqui, etc.
En 1930 apareció la reflexión
del mundo kolla. Se cuestiona
el porqué de sus males y la visión
de proyectar su cultura e ilustrar
a su pueblo como primer paso
para la autodeterminación.
Con mucho anhelo la comu-
nidad de Warisata trabajó desde
los adobes al acabado final de la
escuela del mismo nombre,
guiados por el amauta Avelino
Siñani y Elizardo Pérez. El sueño
acabó con la intervención
violenta de los hacendados.
Pasada la guerra del Chaco se
gesta algo así como ”El siglo de
las luces” para el mundo kolla.
Pensadores como Fausto Reina-
ga, Luciano Tapia, Constantino
Lima, Julio Tumiri, Isidoro Copa
Raimundo Tambo, Jenaro Flores,
Lucía Mejía de Morales, Santos
Marka T’ula y muchos otros
increpan al Estado republicano-
colonial. Algunos llegan a ser
diputados en el Parlamento
5
.
Esta etapa para el pueblo kolla
significa el repensarse, postular
la autodeterminación para
superar la indigencia y mejorar
las condiciones de vida individual
-colectiva. Esa es la meta por
sentido común para un pueblo
que padece necesidades de
educación, salud, alimentación
salubridad, etc.
En la Revolución del 1952 en
Bolivia se le asigna la categoría
de campesino al kolla. Le
devuelven las comunidades en
tierras parceladas de propiedad
individual. Es libre, puede vivir
aislado en su comunidad como
ciudadano de segunda clase. La
ventaja que tendrá es la tierra
como valor económico para
luego adquirir bienes y dotar
educación a sus hijos en
algunos casos hasta la edu-
cación universitaria.
Su sangre mercader en mu-
chos casos le llevan a ser un
comerciante exitoso, en bús-
queda de salir de la indigencia.
Proyecto plasmado en el único
referente de riqueza y cultura:
el criollo. Entonces adopta todos
estos patrones de comporta-
miento para dejar de ser indi-
gente y ser más criollo. Es decir,
asumir una actitud arrogante y
discriminadora aún para consigo
mismo, marginarse de la comu-
nidad. Sin embargo, no fue
consiente de las dos Bolivias y
se halla sumergido en la coloni-
zación interna en sí mismo. Ter-
mina rechazado por un lado y
por el otro. Lo curioso es que el
criollo halla su referente de
riqueza en el extranjero, en la
sociedad global.
En esta etapa si bien es un
”siglo de las luces” para el mun-
do kolla por sus pensadores que
estudian nuestro pasado, for-
mulan nuevos iconos culturales
sociales, arremeten el postulado
de autodeterminación en la
política nacional, faltó el caudillaje
de un Túpac Katari.
En este transitar siglo XX del
mundo feudal al global se perdió
lo kolla como indio (o prisionero
de guerra en su misma nación).
El pongueaje dejó seres mol-
deables cuyo único fin por sen-
tido común era salir de la indi-
gencia de manera individual.
Excluyendo a los grupos polí-
ticos de pensamiento indio, la
tendencia del kolla fue integrarse
a la vida nacional activamente
siendo campesino, comerciante,
artesano, obrero, contraban-
dista, etc.
Si bien el pueblo kolla supo salir
de alguna manera de la indigen-
cia mimetizándose en el coti-
diano nacional, sigue, de alguna
manera, siendo un ciudadano de
segunda clase y muchos grupos
kollas aún viven la indigencia,
como los potosinos de comu-
nidades quechuas que vagan
pidiendo limosna en La Paz o los
de regiones del altiplano que en
tiempos de sequía no tienen
acceso al agua potable o la
versión en las ciudades de
nuestra propia tierra.
La generación de indios, la
generación de pongos ¿descan-
san en paz a sabiendas que su
legado padece otros males ade-
más de la riqueza económica?
Se nos arrebató nuestra memo-
ria histórica ahora jugamos a
ser el blanco, discriminamos a
nuestro pueblo y nos auto-
marginamos, buscando sólo
nuestro bienestar.
No es una sorpresa si la mayo-
ría se identifica con el
no perte-
nece
(a ninguna nación étnica…)
en la boleta censal. Porque
simplemente muchos estamos
como tercera o segunda
generación de migrantes del
campo a la ciudad y ya no
pertenecemos a las comunidades
activamente. Incluso muchos
borraron todo vínculo.
Entonces, ¿cual fue la inten-
ción de crear una pregunta con-
fusa y no simplemente pregun-
tar si uno era aymara o quechua
o guaraní? La gran masa india
es urbana, no está en el campo.
Según los resultados del censo
de población y vivienda realizado
el 5 de septiembre de 2001, la
población en Bolivia cuenta con
8,274, 325 habitantes, de los
cuales se encuentran en el área
urbana 5,965,230 (62, 42%) y
3,109,095 en el área rural (37,
58%).
7
Es cuestionable el modelo de
Estado Plurinacional y es
necesario pensar si realmente
funciona. Analizando los grupos
étnicos en Bolivia, no viven en
comunidades aisladas; no
vivimos en reservas como los
apaches de EE.UU. El pueblo
kolla supo ser parte viva de la
sociedad y por eso está disperso
en todo el país, ocupándose del
comercio, transporte, agricultu-
ra, etc.
Si retrocedemos al primer
censo seguramente veremos la
observación directa como
método censal para la clasi-
ficación de indio o mestizo etc.
En este caso, uno no tenía la
posibilidad de identificarse como
lo que uno es realmente aymara,
quechua, guaraní o afro boli-
viano. Luego se dio esa opor-
tunidad, por ejemplo en el censo
de 2001 Pero, ¿qué pasó con
este censo de 2012?
El mundo global y la const-
rucción y reconstrucción de la
república tal si fuera un castillo
de naipes nos está dejando en
la indigencia política a tal punto
que aceptamos la cultura global
en toda su plenitud junto a ello
el modelo social nacional. Pero,
en el sentido de ser los
otros
:
ellos, ciudadanos del primer
mundo; nosotros, ciudadanos
del tercer mundo; en el contexto
interno: ellos, blancos ciuda-
danos de primera; nosotros,
ciudadanos de segunda.
Imaginemos el Kollasuyo en el
pasado próspero con libertad;
con nuestra identidad plena.
El sufrimiento del indio como
prisionero de guerra; el trabajo
forzado del pongo; el campesino
en la indigencia ¿valió de algo?
Sin embargo, queda plantearnos
el futuro inmediato y nuestras
proyecciones. Pero, ¿en base a
qué identidad o proyecto de
pueblo podemos hacerlo si
estamos absorbidos por una
identidad global con pequeños
vislumbres folklóricos que rinden
tributo al señor dólar? ¿Es aun
posible, si no es político, por lo
menos un proyecto de iden-
tidad kolla o nuestra identidad
y dignidad murió en ese duro
trajinar de nuestra historia en
el que nos metieron a dios en
tierra de indios y el dólar en
tierra de campesinos?
En memoria de todos los que
lucharon por nuestro pueblo.
Notas.-
1
Periódico de Bolivia “El Comercio
“La Paz, 23 de mayo de 1901. Esta
editorial posiblemente se dio
luego del censo de 1900 en el cual
la raza indígena, como se
calificaba, estaba por desaparecer
por su diezmada población.
El Editoriasl, cuyo inicio colocamos
com encabezado de este artículo,
concluye así:
«Tiempo es para dar una
satisfacción al mundo y a la
humanidad reintegrando a esa
raza infeliz los derechos primitivos
y naturales que le fueron
arrebatados por la conquista, el
vasallaje y las estrechas teorías
económicas y sociales.
Hasta ahora han temblado
estadistas publicistas y perio-
distas ante el problema de la
incorporación del indio a la
comunidad boliviana; de la que
este no hace parte, porque no es
ciudadano; no es ciudadano,
porque es ignorante y es
ignorante porque es tributario,
paria del que el Estado se acuerda
más que para el cobro de
contribución y el postillonaje.”
2
Boleta del Censo nacional de
población y vivienda 2012 de
Bolivia, Capítulo F1 pregunta
No.29
3
ARGUEDAS Alcides: Pueblo
enfermo: “Creen los patrones, y
especialmente los patrones cholos
que al adquirir un terreno les
pertenece todo lo que vive en él.
Y como los indios son parte del
terreno, se les apropian sin
escrúpulos. Incluso se publicaba
hasta hace poco en los periódicos
de ciertas localidades un aviso
que decía, textualmente: SE
ALQUILA UN PONGO CON TAQUIA”
Nota.- Taquia es abono.
4
REINAGA Fausto: La tesis india
5
Manuel Monroy cantautor boliviano
6
Extraído de: HURTADO Javier: El
Katarismo, 1986
7
INE: Bolivia características
sociodemográficas de la población
indígena