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Botellas vacías, silbidos, insultos e intentos de pugilato se vivieron ayer frente al palco oficial donde se encontraban el alcalde municipal de Quillacollo, Wálter Villanueva y sus invitados especiales.
Los protagonistas de estas manifestaciones fueron los espectadores, las autoridades presentes y danzarines afiliados a la Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña.
La instrucción de “no bailar para las autoridades municipales de Quillacollo” en la zona del palco oficial, fue una decisión de último momento, después que el Alcalde y los directivos de la asociación de fraternidades firmarán un acuerdo poniendo fin a la vigencia de dos rutas en la Entrada Folklórica de este 14 de agosto de 2003.
Cuando el público exigió que los fraternos bailen, éstos les respondieron primero que se vaya el Alcalde. Frente a ello, la gente ubicada al sur de las graderías del palco oficial empezó a gritar que el Alcalde debería irse para que la fiesta continúe.