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Ecuador: entresijos de una encrucijada

Pablo Ospina Peralta :: 04.08.13

La continuidad prevalece peligrosamente sobre el cambio

Pablo Ospina Peralta:
profesor del Área de Historia de la Universidad Andina Simón Bolívar; inves-
tigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos y militante de la Comisión de Vivencia, Fe y Política.

Ecuador: entresijos de una encrucijada

Rafael Correa ha obtenido tres triunfos electorales arrolladores.
El último ocurrió el 30 de septiembre de 2007, cuando las listas
oficialistas consiguieron más de 60% de los votos en las elecciones
de asambleístas para la nueva Constitución. El temor que genera el
gobierno en los sectores empresariales, si bien no es una prueba
concluyente de que algo significativamente nuevo esté ocurriendo,
sí demuestra un cambio en la composición social del poder y en
sus prioridades. El artículo indaga la profundidad del programa
posneoliberal llevado adelante por Correa y sostiene que, aunque
se han generado algunos cambios importantes, sobre todo como
r
esultado de la decisión de darle al Estado un rol más fuerte
en la economía, en otros ámbitos, como las políticas sociales,
la continuidad prevalece peligrosamente sobre el cambio.
>
COYUNTURA

¿Quién es Rafael Correa?
R
afael Correa Delgado nació en Gua-
yaquil en abril de 1963, en el seno de
una familia de clase media. Estudió
Economía en la Universidad Católica
de Guayaquil y
estuvo siempre liga-
do a grupos cristianos, especialmen-
te a la orden de los salesianos, con
quie
nes realizó un año de t
rabajo mi-
sionero en Zumbagua, una de las
parroquias indígenas más pobres de
la
provincia de Cotopaxi, en la sierra
central de Ecuador. Durante ese año,
el joven economista costeño conoció
la historia de la lucha campesina por
la tierra, los e
sfuerzos de la Iglesia
de los pobres y los efectos del proce-
so de consolidación identitario de
los pueblos indígenas. También hizo
algo que casi
ningún intel
ectual de
clase media, incluso comprometido,
ha hecho: aprendió
kichwa
. Al termi-
nar esa experiencia vital, viajó con
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista
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OCIEDAD
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213,
enero-febrero de 2008, ISSN: 0251-3552,

.
una beca a estudiar en la Universi-
dad Católica de Lovaina, en Bélgica,
donde permaneció dos años y con-
trajo matrimonio con una ciudadana
de ese país. Luego prosiguió sus es-
tudios de doctorado en Economía en
la Universidad de Illinois, también
gracias a una beca. Durante estos años
de formación, Correa se distinguió
como un disciplinado lector, un
inte-
ligente escritor, un académico apasio-
nado por sus ideas y una persona ale-
jada de la ortodoxia liberal que suele
dominar las escuelas de economía. Al-
gunos antiguos profesores y amigos lo
r
ecuerdan como un cristiano de iz-
quierda, que fue precisamente la defi-
nición que dio de sí mismo durante la
campaña electoral de 2006.
T
ras su regreso a Ecuador, el futuro
presidente consiguió un trabajo en la
Universidad San Francisco de Qui-
to, institución privada, sumamente
costosa, destinada a los sectores más
acomod
ados de las clases medias y
altas del país. Durante su estadía en
Quito, además de entablar frecuentes
c
ontroversias intelectuales con des-
tacados pr
ofesores y directivos de su
universidad, se ligó a un grupo de
economistas, académicos y empresa-
rios que buscaban construir y difun-
dir propuestas de política económica
alternativas a la ortodoxia neoliberal:
el
For
o Ecuador
Alternati
vo. Ese nú-
cleo de intelectuales se convirtió en un
importante grupo de trabajo bajo cuyo
impulso se publicaron varios estudios
académicos, se realizaron diversos
seminarios de reflexión y se conquis-
taron algunos espacios en los medios
de comunicación.
Sin embargo, el giro decisivo en la vida
de Correa fue su designación como mi-
nistro de Economía de Alfredo Palacio
en abril de 2005, luego de la abrupta
caída de Lucio Gutiérrez. Al parecer,
las viejas conexiones de Palacio con
ideas y grupos de izquierda (su padre
estuvo ligado al Partido Comunista) lo
impulsaron a designar al joven y bri-
llante economista radical al frente del
Ministerio. Correa se rodeó de un gru-
po de colaboradores, muchos de ellos
miembros del Foro, además de algu-
nos amigos personales. Su propósito
declarado era mostrar, en la gestión,
que otra política económica era posi-
ble. Durante los tres meses que ocu-

el Ministerio, no solamente mostró
una actitud beligerante frente a los or-
ganismos internacionales, sino que hi-
zo repetidas declaraciones en contra
de la ortodoxia neoliberal y logró la
r
easignación de prioridades de un fon-
do formado por los excedentes petro-
leros. El cargo, además, le permitió
exhibir sus cualidades de liderazgo y
su
carisma. Poco después de su salida
del Ministerio de Economía, impulsa-
do por amigos y colaboradores del Fo-
r
o, otros grupos políticos y personali-
dades, Correa organizó alrededor de
su figura lo que más tarde sería el mo-
vimiento Acuerdo País (Patria Altiva y
Soberana).
Acuerdo País ha tenido una historia ful-
gurante. Se construyó en el transcurso
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5
de seis meses y quedó conformado a
inicios de 2006. En octubre de ese
año, en la primera vuelta de las elec-
ciones presidenciales, obtuvo 23% de
los votos, el segundo lugar; en la se-
gunda vuelta, en noviembre, consi-
guió 57% de los votos, un triunfo cla-
r
o. Y finalmente obtuvo una victoria
aplastante, sin parangón en la histo-
ria electoral reciente del país, con
más de 60%, en las elecciones para la
Asamblea Nacional Constituyente
impulsada por Correa. Según datos
preliminares, todavía incompletos, en
estas elecciones, realizadas el 30 de
se
ptiembre, Acuerdo País práctica-
mente demolió al resto de los parti-
dos y movimientos. El Partido Socie-
dad Patriótica (
PSP
), del ex-presidente
Lucio Gutiérrez, bajó de 18% de los
votos en la primera vuelta de las pre-
sidenciales de 2006 a 7%. Fue la se-
gunda fuerza electoral, ¡a más de 50
puntos de diferencia! Por su parte, el
Partido Renovador Institucional Ac-
ción Nacional (Prian), del magnate
del banano Álvaro Noboa Pontón, ca-
yó estrepitosamente: de 26% en octu-
bre de 2006 a 6,5%. Del resto de los
casi 25 movimientos que presentaron
opciones nacionales, solo uno superó
el 4% de los votos, el otrora poderoso
Partido Social Cristiano.
Estos r
esultados le permitieron a la
lista oficial obtener 75 asambleístas
(sin considerar las alianzas) sobre 130,
mientras que la fuerza opositora que
le sigue tendrá menos de 15. Los dos
movimientos polít
icos de i
zquierda
que habían concentrado una votación
signific
ativa en el pasado, el Movi-
miento Popular Democrático (
MPD
) y
el movimiento Pachakutik (dirigido
fundamentalmente por las organiza-
ciones indígenas de la Confedera-
ción de Nacionalidades Indígenas
del Ecuador, Conaie), bajaron de un
promedio de 4% cada uno a 2% y 1%
r
espectivamente. Sin
embargo, entre
ambos tendrán nueve asambleístas,
con lo que la hegemonía de la iz-
quierda en la Asamblea será inédita
en la historia.

T
riunfos electorales
y resistencia empresarial
Desde un punto de vista político, la
estrategia de Acuerdo País constituye
un éxito asombroso. Los principales
hitos de esa carrera son fácilmente
identificables, aunque su logro prác-
tico no deja de sorprender. El movi-
miento electoral ascendente se inició
cuando, en una decisión controversial
y riesgosa, Acuerdo País decidió abste-
ne
rse de presentar candidatos a di-
putados en las elecciones presiden-
ciales de 2006, junto a la promesa de
convocar a una Asamblea Constitu-
yente. Al apostar todo a la figura
presidencial y desplegar un discurso
contra la partidocracia y el Congreso,
el movimiento logró convencer de la
sinceridad de
su vocación antisisté-
mica en un momento de profunda
incredulidad social frente a cual-
quier mensaje político. En la campa-
ña por la segunda vuelta, en un hábil
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Pablo Ospina Peralta
6
cambio de estrategia, el movimiento
enfatizó las propuestas económicas
destinadas a los sectores más pobres
y buscó conquistar a los votantes que
en la primera vuelta habían apoyado
al
PSP
de Gutiérrez. Esto permitió re-
montar la ventaja inicial de Álvaro No-
boa. La movilización casi espontánea
de todas las fuerzas progresistas y de
casi toda la militancia dispersa en con-
tra del patrimonialismo de derechas
expresado por el empresario contribu-
yó también a la victoria electoral de
Correa en las elecciones presidenciales.
El éxito político una vez instalado en
el gobierno también puede resumirse
con cierta facilidad. En esencia, con-
siste en la combinación de dos ingre-
dientes. Por un lado, un presidente
que sostiene una constante confron-
tación con los poderes establecidos
(partidos, Congreso, medios de co-
municación, banqueros). Esto le per-
mite alejar de la percepción popular
el fantasma de una transacción inde-
bida y desmontar así la desconfianza
y la irritación por los repetidos pac-
tos de trastienda. Es que, aunque los
medios de comunicación enfatizan
siempre la necesidad de generar
acuerdos, los sectores populares sue-
len considerarlos como el prólogo a
una traición. La polarización se perci-
be como una prueba de que se están
afectando poderosos intereses crea-
dos. El presidente polariza, y esa po-
larización ayuda a galvanizar a sus
partidarios, especialmente entre los
grupos más pobres.
En segundo lugar, Correa ha desarro-
llado una extenuante agenda de via-
jes y giras y se ha esforzado por cum-
plir las promesas electorales. Entre
otras medidas, se destacan la baja de
la tarifa eléctrica para los más pobres;
el aumento del Bono de Desarrollo
Humano de 15 a 30 dólares mensua-
les para discapaci
tados, ancianos y fa-
milias pobres; el incremento del Bono
de la Vivienda, para la construcción de
viviendas populares, de 1.800 a 3.600
dólares; el desarrollo de un programa
de microcréditos para actividades pro-
ductivas; la lucha contra el alza de pre-
cios, que incluyó subsidios temporales
a la harina, los fertilizantes y el trans-
porte público; y el incremento de la in-
versión pública en pequeñas obras de
infraestructura. Cumplir las promesas
electorales es algo tan raro que varios
comentaristas de diferentes medios de
comunicación suelen considerarlo ex-
presión de «populismo» y de «irres-
ponsabilidad». Una cosa es lanzar pro-
mesas para ganar una elección y otra
muy distinta la actitud al llegar al po-
der: «En febrero 21 [el gobierno] subió
los salarios de los empleados por ho-
ras, de las empleadas domésticas, de
los militares. Populismo pur
o», defi-
nió una analista
1
.
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Ecuador: entresijos de una encrucijada
7
1. María de la Paz Vela: «El gasto como eje de la
propuesta económica» en
Gestión. Economía y so-
ciedad
N
o
155, 5/2007, p. 20. Vale la pena recor-
dar que los militares no votan en Ecuador, por lo
que el aumento de sus salarios no es propiamen-
te una estrategia electoral. Falta añadir que se
aumentaron también los salarios de los profeso-
r
es del sector público, de los médicos y los asis-
tentes de salud de los hospitales del Estado.
Esta estrategia le permitió a Correa la
hazaña de llamar a una consulta po-
pular para convocar a una Asamblea
Nacional Constituyente de plenos
poderes a pesar de la oposición del
Congreso, el Tribunal Constitucional
y el Tribunal Supremo Electoral. To-
da
la institucionalidad establecida le
cerraba el paso. Maniobras políticas
asombrosas, como la aprobación del
estatuto electoral para la Constitu-
yente y la inédita destitución de 57
parlamentarios de la oposición en
marzo de 2007, le permitieron al pre-
sidente seguir adelante con su plan.
La victoria electoral de abril de 2007,
cuando 82% de los votantes se pro-
nunció a favor de la convocatoria en
un contexto de baja abstención, mar-
có el mejor momento político del go-
bierno. Después, el 30 de septiembre,
Correa obtuvo un nuevo triunfo elec-
toral, esta vez en los comicios para
definir los asambleístas, con 56% de
los votos, un porcentaje amplio pero
menor al de quienes se habían pro-
nunciado por el Sí en abril. De todas
formas, el resultado muestra una iné-
dita capacidad de canalizar la mayor
parte de ese caudal inicial y ratifica
la extrema dispersión y debilita-
miento de todas las fuerzas de la
oposición y la bancarrota de
los par-
tidos que dominaron el escenario po-
lítico desde 1978.
¿Quiénes son los artífices de esa cor-
ta historia de triunfos políticos? El
núcleo original básico de Acuerdo
País está formado por un grupo de
economistas del Foro Ecuador Alter-
nativo. Varios académicos integran-
tes de ese Foro, o cercanos a sus acti-
vidades, son ahora funcionarios
2
. En
el Foro participaban también algunos
empresarios que actualmente tam-
bién son funcionarios
3
. Además, se
sumaron a Acuerdo País dos grupos
políticos provenientes de la izquierda
que tienen hoy una gran influencia
i
nterna, precisamente debido a su expe-
riencia anterior, a sus redes de rela-
ciones y a las pequeñas estructuras
políticas que lograron construir a lo
largo de los años. El primero es Ini-
ciativa Ciudadana, liderado por Gus-
tavo Larrea, actual ministro de Go-
bierno y Policía, un ex-dirigente de
una de las fracciones del Movimiento
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8
2. Alberto Acosta, ex-ministro de Energía, ele-
gido asambleísta nacional; Eduardo Valencia,
gerente de la Corporación Financiera Nacional;
Carlos Marx Carrasco, vinculado al Partido So-
cialista y actual director del Servicio de Rentas
Internas; Leonardo Vicuña, gerente del Banco
del Estado; Fander Falconí, ex-director de in-
vestigaciones de Flacso y actual secretario de
Planificación; Jeannette Sánchez, actual minis-
tra de Inclusión Económica y Social (antes Bie-
nestar Social); y Pedro Páez, actual ministro
coordinador de Política Económica.
3. Carlos Vallejo, floricultor, ex-miembro de la
Democracia Cristiana, ex-diputado del Prian,
uno de los pocos empresarios de flores opuesto
a la firma del
TLC
con Estados Unidos; Luis
Maldonado Lince, empresario asentado en
Quito, que dirigió en los 90 la Federación Ecua-
toriana de Exportadores, también pertenecía al
Fo
r
o, se opuso al
TLC
y actualmente es vocal an-
te la Junta Bancaria. Otros empresarios pequeños
que participaron del Foro son los agrupados en
la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del
Ecuador (Alafar), quienes también se destaca-
r
on por su oposición al
TLC
. Uno de ellos, An-
drés Ycaza, es subsecretario de Industrias del
Litoral.
de Izquierda Revolucionaria que luego
fue diputado por el partido del gene-
ral Frank Vargas Pazzos, quien lideró
una insurrección contra el gobierno
de León Febres Cordero. Este partido
apoyó a Abdalá Bucaram, de quien
Larrea fue subsecretario de Gobierno.
El otro grupo influyente es el de Ri-
cardo Patiño, primer ministro de Eco-
nomía de Correa y actual ministro del
Litoral, un cargo de perfiles no muy
claros pero que, al parecer, buscaría or-
ganizar las tareas políticas en la costa,
r
egión dominada por la derecha en los
últimos treinta años. Patiño fue mili-
tante del Partido Socialista Ecuatoria-
no durante su juventud y estuvo liga-
do a grupos cristianos de izquierda en
Guayaquil gracias a su actividad en el
Jubileo 2000, un movimiento mundial
patrocinado por la Iglesia católica que
busca la
condonación de la deuda ex-
terna de los países más pobres. La
experiencia militante de Patiño, sus
r
edes políticas previas y su vínculo
personal con Correa lo han c
onverti-
do en un actor fundamental y en el
coordinador nacional de Acuerdo País.
A
ese núcleo dirigente hay que añadir
un grupo de amigos personales del
presidente vinculados a él por su tra-
yectoria universitaria o por lazos fami-
liares
4
. Y después, conforme ha avan-
zado la gestión gubernamental, se han
ido sumando otros grupos que hacen
crecer la heterogeneidad interna del
movimiento. En cada provincia estas
alianzas locales varían, incluyendo a
ex-miembros de partidos de casi todo
el espectro
político.
Uno de los aspectos centrales del as-
censo de Correa y su movimiento es
la preocupación y la resistencia de los
empresarios. El tema de los hombres
de negocios es central, pues es una
muestra de
las reacciones que despier-
ta el programa implementado por el
gobierno. Un reportaje del semanario
V
anguardia
r
eveló que, en siete meses
de gestión, el presidente solo se reunió
con los empresarios una vez, durante
40 minutos. Algo insólito
5
. Durante la
campaña electoral por la Asamblea
Constituyente, el Comité Empresarial
financió una campaña publicitaria que
r
epetía casi frase por frase el discurso
del alcalde de Guayaquil, Jaime Ne-
bot, del derechista Partido Social Cris-
tiano, quien abogaba por la continui-
dad de la dolarización y un modelo de
libre mercado «como España, Chile e
Italia», en oposición a Bolivia, Vene-
zuela y Nicaragua. Un mensaje de la
Cámara de Industriales de Pichincha
que se publicó poco antes de las elec-
ciones de asambleístas constituyentes
del 30 de septiembre invitaba a los ecua-
torianos a «votar responsablemente».
Implícitamente, llamaba a no votar
por el gobierno. Los temores empresa-
riales están reflejados en
este frag-
mento del documento:
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Ecuador: entresijos de una encrucijada
9
4. Uno de los más destacados es el secretario de
la Administración, Vinicio Alvarado, y un gru-
po de ex-dirigentes de Izquierda Democrática,
entre los que sobresale Trajano Andrade, ex-mi-
nistro de Obras Públicas, asambleísta electo y
baluarte del oficialismo en la importante pro-
vincia de Manabí.
5. «La guerra de trincheras» en
V
anguardia
N
o
105, del 25/9/2007 al 1/10/2007, p. 19.
Para invertir y generar empleo es funda-
mental mantener y
defender las libertades
política y económica que son la esencia de
la democracia y de un sistema de libre em-
presa (…). El progreso de la sociedad ecua-
toriana no se logrará con la aplicación de
principios socialistas a
nacrónicos que par-
ten del desconocimiento a la propiedad e
iniciativa privadas, que propician la esta-
tización de varios sectores de la economía
y que fomentan un Estado todopoderoso
y aparentemente benefactor.
6
Sin embargo, es natural que, pese a
los temores, algunos grupos empre-
sariales hayan apostado por Alianza
País. Sin su respaldo, no se explica el
gasto electoral de este movimiento,
casi dos millones de dólares, en la
campaña presidencial de 2006. Al-
gunos sectores ligados al actual mi-
nistro de Industrias, Raúl Sagasti,
presidente de Aceros de los Andes y
ex-preside
nte de la Cámara de In-
dustrias de Pichincha, podrían haber
apoyado a Correa. Del mismo modo,
el temor de algunos miembros de la
banca o el empresariado ante una po-
sible victoria de Noboa, conocido por
las peores prácticas empresariales y
personales, pudo haber hecho que va-
r
ios de ellos contribuyeran inicial-
mente con Acuerdo País
7
.
Estos temores, sin embargo, no son
una señal inequívoca de transfor-
ma
ciones significativas. En todos los
países lati
noamericanos donde se ha
pr
oducido un giro a la izquierda los
empresarios atacan al gobierno con
argumentos similares, incluso en
aquellos en los cuales el cambio de
modelo económico es muy poco per-
ceptible, como Brasil o Chile. ¿Temo-
r
es por la retórica y la incertidumbre?
¿Inquietud excesiva por la falta de fa-
miliaridad con los funcionarios de al-
to nivel? ¿Qué ha hecho el gobierno
en política económica durante sus
diez meses de gestión que justifique
estos temores?

Después del neoliberalismo
En un reciente artículo dedicado a
examinar en qué medida los prime-
r
os meses del gobierno de Correa re-
pr
e
sentan o no un verdadero cambio
en las políticas económicas y sociales,
Franklin Ramírez y Ana Lía Minte-
guiaga
8
llegan a una doble conclusión:
Se observa, en suma, un rol activo del Es-
tado en la economía, con un sello desarro-
llista al que se le ha agreg
ado tendencias
r
edistributivas «hacia abajo». Este neo-de-
sarrollismo se expresa en el énfasis a la in-
versión productiva pública; en la idea de
que el financiamiento del desarrollo debe
efectuarse a partir de capitales na
cionales y
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10
6.
El Comercio
, 23/9/2007, p. 10.
7. Un ejemplo: recientemente, el dueño del
Banco de Guayaquil reconoció que, durante la
campaña, se reunió dos v
eces con Correa. Aun-
que está claramente distanciado de las propues-
tas gubernamentales sobre la banca, su discurso
se diferencia también del de los gremios empre-
sariales. Cfr. entrevista con Guillermo Lasso, pre-
sidente del Banco de Guayaquil: «Rafael Correa
utiliza políticamente a la banca» en
V
anguardia
N
o
105, del 25/9/2007 al 1/10/2007, pp. 26-28.
8. «El nuevo tiempo del Estado. La política
posneoliberal del correísmo» en
Observatorio
Social de América Latina
N
o
22, Clacso, Buenos
Aires, 2007.
de ahorro interno; y en la búsqueda de un
tipo de interés moderado que procure la
r
eactivación productiva. (…) En el campo
de las intervenciones sociales, la situación
aparece bajo un velo de mayor ambigüe-
dad (…). Por un lado se evidencian cier-
tos intentos de ruptura respecto al esque-
ma neoliberal de intervención social y se
muestra una mayor prioridad de lo social
en la agenda gubernamental, en particu-
lar en términos de gasto. Por otra parte, se
observa que dicho énfasis se instrumenta
bajo formas ligadas al anterior esquema
de intervención social.
Coincido plenamente con la cita. En
lo que sigue presentaré unas pocas
evidencias adicionales para refrendar
la conclusión. Los cuestionamientos
de sectores empresariales y de los
economistas ortodoxos a la política
económica han girado alrededor de
dos ejes. El primero es el ambiente de
«inseguridad» e «incertidumbre» su-
puestamente provocado por los cons-
tantes conflictos políticos, por el esti-
lo pendenciero del presidente, por las
declaraciones socialistas o estatistas y
por los repetidos procesos electora-
les. La segunda crítica es que el creci-
miento económico se logra con un
aumento del gasto público y de la in-
versión directa del Estado, con el argu-
mento de que es necesario mantener la
austeridad en tiempos de bonanza y
ahorrar para cuando la situación
empeore. En este aspecto, las críticas
se han orientado al uso que el go-
bierno ha hecho del Fondo de Ahorro
y Contingencias (
FAC
), que había acu-
mulado 712 millones de dólares has-
ta el 28 de febrero de 2007 y que,
m
ediante sucesivas declaratorias de
emergencia (decretos presidenciales),
fue utilizado para diversos fines. De
hecho, la
oposición en el Congreso
obtuvo mayoría para derogar nueve
de esas declaratorias a mediados de
noviembre.
Del mismo modo, la oposición sostie-
ne que el incremento del gasto públi-
co es el responsable del aumento de
la inflación a mediados de 2007
9
. Y
que estas políticas, que definen co-
mo
populistas, son las responsables
de una caída de los pronósticos de
crecimiento formulados por el Banco
Central para 2007, de 4,3% a 3,8%, y
luego a 3,44%. Esta revisión a la baja
se debe, en realidad, a una caída en la
producción petrolera y a la lentitud
en el arranque de los proyectos eléc-
tricos: se prevé invertir 2.967 millo-
nes de dólares en proyectos eléctricos
hasta 2010
10
.
La mayor parte de la in-
versión provendrá del Fondo de In-
versión en los Sectores Energético e
Hidrocarburífero (Feiseh), formado
N
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Ecuador: entresijos de una encrucijada
11
9. En realidad, el índice de inflación ha sido
muy errático: en junio y julio se ubicó en 0,39%
y 0,42%, para bajar en agosto a 0,07%, subir en
septiembre a 0,71% y bajar en octubre a 0,13%
(cfr. Banco Central del Ecuador:
Información Es-
tadística Mensual
N
o
1.868, 10/2007,
fin.ec>).
10. María de la Paz Vela: «El pulso de la eco-
nomía a bajo ritmo» en
Gestión. Economía y
sociedad
N
o
158, 8/2007, pp. 30-5 y «El gasto
como eje de la propuesta económica» en
Ges-
tión. Economía y sociedad
N° 155, 5/2007. En
la segunda mitad del año se han acelerado
los procesos de aprobación de los proyectos.
Cfr.
Gestión. Economía y sociedad
N
o
16,
10/2007, p. 9.
con los excedentes petroleros. El
anuncio más importante al respecto
es
el
de
recurrir a los fondos disponi-
bles en la seguridad social (ahorro in-
terno) para financiar estos proyectos,
que cuentan con una alta rentabili-
dad asegurada. Correa explicó la
idea en estos términos: «el gran desa-
fío del país es
movilizar adecuada-
mente el ahorro nacional a la inversión
nacional. Vamos a tratar de minimizar
el crédito externo y trabajar con nues-
tros ahorros»
11
.
Pero más allá de los proyectos y las
críticas, lo central es que el gobierno
incrementó el gasto social y está op-
tando por devolverle al Estado un
protagonismo mayor en la economía.
Pueden existir debates sobre qué tan
nuevo es este nuevo desarrollismo,
pero no hay duda de que está alejado
del liberalismo económico predomi-
nante durante las últimas décadas.
En efecto, los principales gastos adi-
cionales de estos últimos meses han
sido el ya mencionado aumento del
Bono de Desarrollo Humano, que pa-
só de 15 a 30 dólares (490 millones de
dólares); la prohibición de los cobros
por autogestión en los hospitales y
es
tablecimientos educativos públi-
cos (532 millones de dólares); la du-
plicación del Bono para Vivienda (70
millones); la rebaja de las tarifas
eléctricas para los hogares más po-
bres (70 millones
12
); y el aumento de
los salarios de los pr
ofesores del sec-
tor público, médicos y jubilados. En
noviembre, como parte del anuncio
de
ca
mbios educativos, se abrieron
12.000 nuevas partidas para profesores
de la educación pública, más de 10%
adicional a la planilla total de maestros
existente. De hecho, el gasto social pasó
de 5,3% del
PIB
en 2006 a 6,4% en 2007.
El plan económico del gobierno, pre-
sentado en mayo de 2007, prevé dos
fuentes de financiamiento para estos
nuevos gastos. La primera es una re-
ducción del servicio de la deuda exter-
na, de 38% del Presupuesto General
del Estado en 2006 a 28% en 2007 y
1
1% en 2010. En segundo lugar, se pre-
vé una reducción de los impuestos in-
directos (el
IVA
bajaría de 12% a 10%),
un aumento de los impuestos directos
(el Impuesto a la Renta para los altos
contribuyentes pasaría de 25% a 35%)
y una mejora de la recaudación. El pre-
sidente ha anunciado incluso la posibi-
lidad de un impuesto a la salida de
ca
pitales. De hecho, las cifras de recau-
dación entre enero y agosto de 2007
han mejorado en 8,4% respecto al mis-
mo periodo del año anterior, mientras
que el director del Servicio de Rentas
Internas ha anunciado su intención de
elevar la carga tributaria de 11% a 13%
del
PIB
en los cuatro
años de gestión
13
.
N
UEVA
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OCIEDAD
213
Pablo Ospina Peralta
12
1
1. «El gran desafío: movilizar ahorro a la in-
versión nacional» en
Ecuador en pocas palabras
año 1 N
o
8, 11/2007.
12. El gobierno anunció que este subsidio se
volvería «cruzado» en 2008, es decir que au-
mentaría el costo de la electricidad de los hoga-
r
es de alto consumo para pagar el subsidio a los
hogares más pobres.
13.
Gestión. Economía y sociedad
N
o
160, 10/2007,
p. 69.
Sin embargo, pese a estos anuncios,
la sustentabilidad fiscal del progra-
ma económico no está asegurada.
T
ampoco está claro si en algún mo-
mento se reducirán los subsidios a
los combustibles (gas de uso domés-
tico y gasolinas), que implican unos
2.500 millones de dólares al año. So-
bre este tema, el gobierno ha anun-
ciado y está acelerando los procesos
de construcción y ampliación de dos
r
efinerías, con el propósito de reducir
sustancialmente la importación de
combustibles. También se espera que
la construcción de varias centrales hi-
droeléctricas permita reducir los es-
candalosos subsidios que reciben las
empresas de generación térmica.
Hay, además, otras medidas econó-
micas que también ayudan a delinear
un cont
exto de políticas económicas
alejadas de la ortodoxia neoliberal.
El gobierno ha anunciado que no
r
einiciará las negociaciones para la
firma de un
TLC
con
EEUU
, lo cual lo
aleja de los sectores empresariales
que volvieron a insistir con el tema
luego de que, en noviembre, el Con-
greso estadounidense aprobara el
TLC
con Perú. Además, el gobierno
solicitó el reingreso a la Organiza-
ción de Países Exportadores de Pe-
tróleo (
OPEP
) y fue invitado a partici-
par en la
II
Cumbre de la organización
que se realizó en Riyad, Arabia Saudi-
ta. Otra medida importante fue la de-
cisión de modificar las reglas de la
contratación por horas, con un au-
mento del salario mínimo obligatorio
y
una rebaja de la cantidad de perso-
nal que se puede contratar bajo esta
modalidad en cada empresa, que pasó
de 75% a 20% del total
14
. El gobierno
ha anunciado también la rene
gocia-
ción de contratos con las empresas de
telefonía móvil
15
. Finalmente, una se-
mana después del triunfo en las elec-
ciones de la Asamblea Constituyente,
el 4 de octubre, Correa firmó un de-
creto por el cual las ganancias ex-
traordin
arias generadas por el alza
del precio del petróleo irán en un
99% al Estado, en lugar del 50% pre-
visto en el Reglamento de julio de
2006. La medida permitirá obtener
unos 815 millones de dólares adicio-
nales al año
16
. En la misma línea, el
presidente de Petroecuador, la com-
pañía estatal petrolera, solicitó al
ministro de Minas y Petróleo la ca-
ducidad del contrato con la empresa
City Oriente por no transferir al Es-
tado los valores adicionales. City
Oriente ha interpuesto un recurso
contra el Estado ecuatoriano en el
N
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OCIEDAD
213
Ecuador: entresijos de una encrucijada
13
14. Una significativa caída del subempleo re-
gistrado de 49% a 40% en el primer semestre de
2007 podría estar ligado con esta decisión; cfr.
ibíd.
15. De hecho, pende de un hilo el conflicto con
la mayor empresa de telefonía móvil de Ecua-
dor por pago de impuestos y las características
del contrato. En efecto, en 2006 la empresa Co-
necel reportó ventas por 717 millones de dóla-
r
es y pagó impuestos de 2,5, mientras que su
competidora, Otecel, propiedad del magnate
mexicano Carlos Slim, con ventas de 364 mi-
llones, pagó siete millones de impuestos (
Vis-
tazo
N
o
961,
6/9/2007, pp. 54-55).
16. «Cambio de la participación en las rentas
extraordinarias del petróleo» en
Gestión. Econo-
mía y sociedad
N
o
160, 10/2007, p. 9.
Centro In
ternacional de Arreglo de
Diferencias Relativas a Inversiones
(Ciadi); mientras la demanda no se re-
suelva, ha anunciado que no cumplirá
la resolución.
No obstante, el mayor conflicto se vi-
vió
entre mayo y agosto de 2007,
cuando el gobierno envió al Con-
greso un proyecto conocido como
«Ley de Justicia Financiera», que
buscaba eliminar el cobro de comi-
siones en los créditos, transparen-
tar el costo del dinero y aumentar la
capacidad gubernamental para re-
gular las tasas de interés. El presi-
dente exigía que la banca privada
r
epatriara apr
oximadamente 1.115
millones de dólares depositados en
el extranjero y redujera sus ingresos,
estimados en 1.620 millones de dóla-
r
es (791 por intereses y 532 por co-
misiones y servicios). La controver-
sia inundó la prensa durante esos
meses: la Asociación de Bancos Pri-
v
ados invirtió una gran cantidad de
r
ecursos en una campaña publicitaria
agresiva y presionó a los diputados
para evitar su aprobación. Finalme
nte,
ganó la batalla en el Congreso. Fue la
primera derrota política del gobierno.
No en balde las primeras declaracio-
nes de Correa luego de su último
triunfo electoral se dirigieron contra
la banca. El capítu
lo no está cerrado.
Y,
además, estas iniciativas de refor-
ma legal se complementan con un
fortalecimiento del papel de la banca
pública: la canalización de progra-
mas de créditos pequeños a través
del Banco Nacional de Fomento, la
transformación de la Corporación
Financiera Nacional en una banca de
primer piso (es decir, que atiende di-
r
ectamente a clientes) y el fortaleci-
miento del Banco del Pacífico, un
banco privado estatizado luego de la
crisis financiera de 1999, que no ha
sido vendido
17
.
Pero el neoliberalismo no es solo un
conjunto de políticas que reducen el
papel del Estado en la regulación de
la economía. Es también un modelo
que debilita el poder de los trabaja-
dores y de las organizaciones popula-
r
es. No en vano, Álvaro García Line-
ra, actual vicepresidente de Bolivia,
sostiene que la primera tarea para
desmontar el neoliberalismo es re-
construir las organizaciones de los
pobres
18
. Las políticas sociales del go-
bierno podrían hacer algo al respec-
to, pero hasta ahora no lo han hecho.
Ra
mírez y Minteguiaga han mencio-
nado que las políticas sociales imple-
mentadas por Correa reproducen va-
lores y visiones hegemónicos durante
la etapa neoliberal. Se trata de hacer
N
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213
Pablo Ospina Peralta
14
17. Cfr. Vanesa Brito: «Banca, comisiones y tasas
al debate» en
Gestión. Economía y sociedad
N
o
154,
4/2007, pp. 28-31.
18. «En primer lugar, neoliberalismo significa un
proceso de fragmentación, de disgregación de
las estructuras, de las redes de apoyo, de solida-
ridad y de movilización de los pueblos» en «Có-
mo desmontar los cuatro pilares del neoliberalis-
mo y con qué sustituirlos», discurso de clausura
de Álvaro García Linera, vicepresidente de la Re-
pública de Bolivia, en el Primer Encuentro de
Pueblos y Estados por la Liberación de la Patria
Grande, Sucre, 29 de octubre de 2006.
más de lo mismo, aunque mejor y
más ampliamente
19
.
Con una anécdota ilustro el punto.
Durante la etapa neoliberal, el Estado
ecuatoriano creó una red de guarde-
rías infantiles en los barrios pobres
de las ciudades y en las zonas rura-
les. Esa red fue manejada por dos ins-
tituciones, el Instituto Nacional del
Niño y la Familia (Innfa), convertido
en fundación en los 90, y el programa
Operación Rescate Infantil del Minis-
terio de Bienestar Social (hoy Ministe-
rio de Inclusión Económica y Social).
En lugar de contratar personal espe-
cializado en el cuidado infantil, como
maestras parvularias, el Estado recu-
rrió a «madres comunitarias», muje-
r
es de los propios barrios populares.
En el caso de las guarderías del Innfa,
esas madres tenían el apoyo de edu-
cadoras contratadas a destajo y de
otras especialistas que ofrecían capa-
citación y hacían visitas ocasionales.
En el caso de las guarderías del Mi-
nisterio, ese apoyo ni siquiera existía.
Aunque el Estado paga el salario de
estas mujeres, no las contrata, sino
que transfiere el dinero a cuentas de
asociaciones de padres de familia de
los barrios, que se encargan de hacer
los pagos sin contrato laboral, bajo la
modalidad de personal que recibe
una bonificación. Con esta forma de
tercerización el Estado se ahorra los
costos laborales usuales: no paga se-
gur
o
médico, ni seguro de materni-
dad, ni de desempleo, ni de jubilación,
ni vacaciones. Ni siquiera
el sa
lario
mínimo vital. El neoliberalismo es,
entre otras cosas, una estrategia de re-
ducción de costos laborales. Un pro-
grama semejante, pero diseñado en la
época del Estado desarrollista, habría
llevado a la creación de un sindicato
de trabajadoras de guarderías, a la
manera de los sindicatos de la
educa-
ción pública básica. Con un sindicato
semejante, las trabajadoras de las
guarderías exigirían el salario mínimo
y los beneficios laborales propios de
un contrato decente.
El gobierno de Correa no ha hecho
ningún gesto para cambiar este es-
quema. Sigue pagando los mismos
costos laborales subvalorados y sigue
utilizando la tercerización disfraza-
da, a pesar de haberla denostado pú-
blicamente en el discurso de toma de
posesión el 15 de enero de 2007. Y
esta política, que tiene el objetivo
declarado de bajar los costos labora-
les, tiene el efecto real de impedir o
dificultar la organización social de
los pobres.
Pero sin protagonismo popular no
habrá un verdadero proyecto de libe-
ración. S
olo ese protagonismo puede
asegurar que los cambios en el mo-
delo económico, en la estructura po-
lítica y en los valores culturales sean
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Ecuador: entresijos de una encrucijada
15
19. Así entiendo las declaraciones iniciales de la
ministra de Bienestar Social, Jeannette Sánchez:
«Buscamos una política social que promueva el
desarrollo y construya ciudadanía» en
Entre
V
oces. Revista del Grupo Democracia y Desarrollo
Local
N
o
10, 1-2/2007,
GDDL
, Quito, pp. 38-40.
su
ficientemente profundos. Ese pro-
tagonismo, sin embargo, es imposi-
ble de lograr sin formas propias de
organización que les permitan a los
sectores popular
es entender, expre-
sar, priorizar y batallar por sus inte-
reses de largo plazo. Esta tarea es fun-
damental para transformar de raíz el
legado de casi tres décadas de neoli-
beralismo. Por lo tanto, una
forma bá-
sica de combatir y de resistir el neo-
liberalismo es persistir en el intento
de hacer más densas, más numero-
sas, más poderosas y más exi
gentes
a las organizaciones sociales y popu-
lares. Si el intento es sincero y se rea-
liza un esfuerzo sistemático e inteli-
gente por promover la organización
popular desde el Estado, pugnando
por mantener su autonomía política,
se presentaría, por primera vez en
décadas, un contexto medianamente
favorable para vencer algunas de las
principales restricciones al protago-
ni
smo popular en la política. Pero
eso no está todavía en la agenda gu-
bernamental. Es una cuenta que sigue
pendiente.


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