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Bolivia: Simposio Katarismo-Indianismo, izquierda y proyecto nacional

Pukara :: 11.08.13

Los objetivos eran evaluar el actual proceso de cambio desde la perspectiva indianista-katarista, hacer un diagnóstico del estado de las relaciones entre indianistas-kataristas y la izquierda que gobierna. Veamos como fue

La Paz, julio 2013
Contenido del simposio: Katarismo-Indianismo, izquierda y proyecto nacional
Pukara

El sábado 6 de julio de 2013,
de 9:30 de la mañana a 8:30 de
la noche, en la ciudad de La Paz,
se realizó un simposio en torno
a los planteamientos del
indianismo y el katarismo, sus
relaciones con la izquierda, y la
perspectiva de un proyecto
nacional.
Participaron de la jornada
alrededor de 70 personas, entre
líderes históricos del movimiento
indianista-katarista como
Constantino Lima, Teodomiro
Rengel o Quintín Apaza, impor-
tantes animadores del debate
actual como Víctor Hugo Cár-
denas, Idón Chivi, Simón
Yampara, Carlos Mamani o
Marianela Paco, y represen-
tantes de las nuevas gene-
raciones como Carlos Macusaya.
Además estuvo presente un
grupo de representantes de la
izquierda como Nila Heredia y
Loyola Guzmán. La cita fue
organizada por la Fundación
Friedrich Ebert y la Fundación
para el Desarrollo y el Cono-
cimiento Andino DyCA PUKARA.
Contenidos
El simposio y las discusiones
fueron ordenados en torno a
tres preguntas:
1. ¿Para esto hemos luchado?
2. ¿Dónde estamos parados?
3. ¿Y ahora, qué hacemos?,
¿awrasti?, ¿kunasti?
Como se puede percibir, la
motivación principal de la reunión
era evaluar el actual proceso de
cambio desde la perspectiva
indianista-katarista, hacer un
diagnóstico de La Paz, julio 2013
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13
Contenido del simposio:
Katarismo-Indianismo,
izquierda y proyecto nacional
El sábado 6 de julio de 2013,
de 9:30 de la mañana a 8:30 de
la noche, en la ciudad de La Paz,
se realizó un simposio en torno
a los planteamientos del
indianismo y el katarismo, sus
relaciones con la izquierda, y la
perspectiva de un proyecto
nacional.
Participaron de la jornada
alrededor de 70 personas, entre
líderes históricos del movimiento
indianista-katarista como
Constantino Lima, Teodomiro
Rengel o Quintín Apaza, impor-
tantes animadores del debate
actual como Víctor Hugo Cár-
denas, Idón Chivi, Simón
Yampara, Carlos Mamani o
Marianela Paco, y represen-
tantes de las nuevas gene-
raciones como Carlos Macusaya.
Además estuvo presente un
grupo de representantes de la
izquierda como Nila Heredia y
Loyola Guzmán. La cita fue
organizada por la Fundación
Friedrich Ebert y la Fundación
para el Desarrollo y el Cono-
cimiento Andino DyCA PUKARA.
Contenidos
El simposio y las discusiones
fueron ordenados en torno a
tres preguntas:
1. ¿Para esto hemos luchado?
2. ¿Dónde estamos parados?
3. ¿Y ahora, qué hacemos?,
¿awrasti?, ¿kunasti?
Como se puede percibir, la
motivación principal de la reunión
era evaluar el actual proceso de
cambio desde la perspectiva
indianista-katarista, hacer un
diagnóstico del estado de las
relaciones entre indianistas-
kataristas y la izquierda que
gobierna, y analizar las pers-
pectivas de una propuesta
política propia de cara a las
elecciones de 2014.
¿Para esto hemos
luchado?
La respuesta de todos y todas
a la primera pregunta ha sido:
No. Los participantes del sim-
posio coincidieron en señalar
que el actual proceso de trans-
formaciones es claramente
insuficiente y que carece de los
contenidos y metas, que se
fijaron los movimientos india-
nistas y kataristas hace, cuando
menos, tres décadas.
Incluso los miembros del
gobierno como Nila Heredia,
Idón Chivi y Marianela Paco
Durán, reconocieron que el
partido oficial no representa
plenamente los intereses y
objetivos de los pueblos indí-
genas. Chivi dijo, por ejemplo,
que si el gobierno era “q’ara”,
ello se debía a que los
indianistas-kataristas se han
auto-excluido del proceso.
Añadió que el Estado sigue
estando copado por personas
de las clases medias, pero que
eso se debe, en parte, a que no
existen suficientes cuadros
profesionales indígenas dis-
puestos a aportar a las políticas
públicas. Chivi también atribuyó
la debilidad del polo indígena en
el Estado, al faccionalismo y
sectarismo que impera en las
filas de los militantes de la causa
indianista-katarista. “Entre
nosotros, nos tratamos sin
piedad”, se quejó. Chivi, quien
actualmente trabaja en el
Ministerio de Comunicación,
subrayó que el enemigo principal
no es la izquierda, a pesar de
su matriz colonial, sino la dere-
cha y que sólo unidos se podrá
avanzar en el proyecto auténtico
que todos aspiran.
A su vez Marianela Paco,
diputada por Chuquisaca por el
MAS, y Nila Heredia, ex ministra
de salud, criticaron la distancia
de indianistas-kataristas con
respecto a las grandes tareas
de transformación que se llevan
adelante y plantearon que no
debería haber división entre los
asistentes al simposio y la
izquierda.
Por su parte, Loyola Guzmán,
ex militante del Ejército de
Liberación Nacional (ELN), recor-
dó que no toda la izquierda
padeció la llamada “matriz
colonial”. Recordó al escritor
Jesús Lara, militante comunista,
que escribía en quechua, y la
preocupación del jefe guerrillero
Inti Peredo, que siempre pedía
traducir las consignas del ELN
al aymara. Guzmán recordó que
hablar algún idioma nativo no es
garantía alguna de compromiso
con el pueblo, dado que, por
ejemplo, los hijos de los
hacendados hablaban esas
lenguas con fluidez. Otro
ejemplo aportado por Guzmán
fue la participación de Casianol estado de las
relaciones entre indianistas-
kataristas y la izquierda que
gobierna, y analizar las pers-
pectivas de una propuesta
política propia de cara a las
elecciones de 2014.
¿Para esto hemos
luchado?
La respuesta de todos y todas
a la primera pregunta ha sido:
No. Los participantes del sim-
posio coincidieron en señalar
que el actual proceso de trans-
formaciones es claramente
insuficiente y que carece de los
contenidos y metas, que se
fijaron los movimientos india-
nistas y kataristas hace, cuando
menos, tres décadas.
Incluso los miembros del
gobierno como Nila Heredia,
Idón Chivi y Marianela Paco
Durán, reconocieron que el
partido oficial no representa
plenamente los intereses y
objetivos de los pueblos indí-
genas. Chivi dijo, por ejemplo,
que si el gobierno era “q’ara”,
ello se debía a que los
indianistas-kataristas se han
auto-excluido del proceso.
Añadió que el Estado sigue
estando copado por personas
de las clases medias, pero que
eso se debe, en parte, a que no
existen suficientes cuadros
profesionales indígenas dis-
puestos a aportar a las políticas
públicas. Chivi también atribuyó
la debilidad del polo indígena en
el Estado, al faccionalismo y
sectarismo que impera en las
filas de los militantes de la causa
indianista-katarista. “Entre
nosotros, nos tratamos sin
piedad”, se quejó. Chivi, quien
actualmente trabaja en el
Ministerio de Comunicación,
subrayó que el enemigo principal
no es la izquierda, a pesar de
su matriz colonial, sino la dere-
cha y que sólo unidos se podrá
avanzar en el proyecto auténtico
que todos aspiran.
A su vez Marianela Paco,
diputada por Chuquisaca por el
MAS, y Nila Heredia, ex ministra
de salud, criticaron la distancia
de indianistas-kataristas con
respecto a las grandes tareas
de transformación que se llevan
adelante y plantearon que no
debería haber división entre los
asistentes al simposio y la
izquierda.
Por su parte, Loyola Guzmán,
ex militante del Ejército de
Liberación Nacional (ELN), recor-
dó que no toda la izquierda
padeció la llamada “matriz
colonial”. Recordó al escritor
Jesús Lara, militante comunista,
que escribía en quechua, y la
preocupación del jefe guerrillero
Inti Peredo, que siempre pedía
traducir las consignas del ELN
al aymara. Guzmán recordó que
hablar algún idioma nativo no es
garantía alguna de compromiso
con el pueblo, dado que, por
ejemplo, los hijos de los
hacendados hablaban esas
lenguas con fluidez. Otro
ejemplo aportado por Guzmán
fue la participación de Casiano

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Amurrio, también comunista, en
la creación de la CSUTCB.
Al respecto, Carlos Bohrt, ex
parlamentario, recordó la convi-
vencia inicial de izquierda e
indianismo-katarismo, sobre
todo en la lucha por la demo-
cracia. Vinieron a su memoria
muchos líderes campesinos
como Juan de la Cruz Vilca,
Pedro Rodríguez o Leoncio
Gutiérrez, que asistieron a
cursos de la izquierda. Incluso
señaló que la formación de Evo
Morales tuvo una relación directa
con el trabajo de los comunistas
en la Normal Rural que queda
cerca de Orinoca, lugar natal del
actual presidente. Borht reco-
noció que ya en los años 80,
tras la recuperación de la
democracia, la izquierda buscó
y logró copar las direcciones
sindicales campesinas, despla-
zando a los kataristas mediante
métodos clientelares. Ello pro-
vocó un natural distanciamiento.
Carlos Macusaya y Carlos
Mamani coincidieron en su crítica
al MAS subrayando que quienes
mandan dentro de ese partido
no son los indígenas. Macusaya
planteó que el problema es
agudo, porque en la izquierda
existe un bloqueo cognoscitivo
que le impide ver e interpretar
la realidad indígena. Es por eso
que para el MAS, dice él, todo
se reduce a una exaltación de la
diversidad. Borht corroboró
esta idea recordando que la
izquierda se limitaba a repetir
fórmulas y concepciones
mecánicas. “En el pasado, se
decía que cuando llovía en
Moscú, los comunistas abrían
sus paraguas”, apuntó.
¿Dónde estamos parados?
Con respecto a la situación
actual, Quintín Apaza, fundador
del movimiento, afirmó que Evo
Morales está en el poder gracias
al katarismo-indianismo, pero
que ahora que tiene el control
del Estado, se ha convertido en
enemigo de los indígenas, como
se ha observado, por ejemplo
en el conflicto del TIPNIS. Apaza
lamentó que el gobierno se haya
dedicado a dividir a las orga-
nizaciones sociales en su pro-
pósito de anular a la oposición
y al cuestionamiento.
Por su parte, el ex
vicepresidente Víctor Hugo
Cárdenas planteó que si algo
debemos agradecer al actual
gobierno es que ha demostrado
que los indígenas no somos
ángeles y que podemos ser tan
corruptos como los que criti-
cábamos en el pasado. Señaló
además que si bien hay una
democratización en la ocupación
del aparato estatal, porque más
y más aymaras o quechuas
tienen puestos de responsa-
bilidad, al mismo tiempo se
percibe una especie de colo-
nialismo aymara, cuando se
quiere, por ejemplo, imponer un
rito matrimonial a culturas que
no son andinas. Ello muestra
una escasa comprensión de lo
que implica la interculturalidad.
Sobre el tema, la diputada
Marianela Paco respondió a las
críticas con una pregunta: ¿qué
otra cosa podríamos tener? Y
¿con quiénes? Cuestionó al
mismo tiempo si estábamos
preparados para administrar el
Estado. De acuerdo a su expe-
riencia, muchos cuadros profe-
sionales indígenas mantienen los
vicios heredados del pasado y
no contribuyen en nada, porque
saben que su sueldo va a llegar
de todos modos. Paco planteó
que lo mejor es pelear desde
adentro del gobierno, apren-
diendo a decir las cosas para
conseguir influir en las políticas
que se deciden.
Isidro Paz, dirigente katarista,
afirmó que nada ha cambiado con
Evo Morales porque el Estado
sigue siendo una fábrica de
nuevos burgueses.
En un análisis histórico, Pedro
Portugal, director del periódico
Pukara, recordó que uno de los
rasgos de los conquistadores
españoles fue movilizar a los
indios en su favor. En ese sen-
tido hubo una dualidad sumi-
sión-rebeldía entre los coloni-
zados. La máxima parece haber
sido: “se rebela, quien antes
colaboraba”. Es el ejemplo de
Tupaj Amaru, que en un princi-
pio, formó parte de la élite social
y después encabezó una revuelta
(Julián Apaza —Tupak Katari—
es, en ese sentido, la excepción,
porque era un comunario que no
pertenecía a la jerarquía colonial).
Esta dualidad habría seguido
vigente hasta nuestros días. De
acuerdo al esquema usado por
Portugal, Felipe Quispe y Víctor
Hugo Cárdenas muestran con
claridad la polarización entre
alguien que colabora con el
sistema y otro que se rebela
radicalmente. Como se ha
comprobado, ambos extremos
han fracasado. Lo ideal parece
ser una combinación de ambas
actitudes, un equilibrio entre los
dos temperamentos. Portugal
considera que el MAS tampoco
ha logrado culminar las metas
descolonizadoras y que se ha
reducido a una fachada
simbólica.
José Luis Saavedra, militante
indianista, sostuvo que la
izquierda y el indianismo-
katarismo nunca se han recon-
ciliado y menos aún durante
este gobierno que es
esencialmente anti-indio como
ha sido siempre la izquierda.
Puso como ejemplo el
desinterés de Álvaro García
Linera por aprender algún
idioma nativo.
¿Y ahora qué hacemos?
¿awrasti?, ¿kunasti?
Los participantes del simposio
se concentraron al final en el
lanzamiento de propuestas para
el futuro. Las ideas más visibles
fueron las de Pedro Portugal,
Simón Yampara, Pablo Mamani,
Liborio Uño y Constantino Lima.
Portugal dijo que estamos en
un momento favorable para
proyectos futuros porque el
MAS ha despertado la sed por
lo indígena, pero, al mismo
tiempo, no lo entiende. Se pre-
senta entonces una opor-
tunidad para nuevos abordajes.
Recomendó dejar de lado el
llamado pachamamismo, sin por
ello, dejar de valorar la
Pachamama. Planteó mirar el
futuro con un sentido moderno,
escuchando más a nuestros
hijos, que a nuestros abuelos.
Afirmó que ya no puede negarse
que Bolivia exista, y que lo que
corresponde es participar en
ella, sin asimilarse. Ello implica
desechar mitos perjudiciales
como el de la natural bondad
del indígena o su apego casi

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religioso por la naturaleza.
Ahora es posible plantearse un
indianismo-katarismo que aspire
al desarrollo y al bienestar.
Simón Yampara, ex candidato
a gobernador, planteó la
reconstitución del horizonte
indígena en complementación y
diarquía con la Bolivia occidental.
Al respecto, criticó el hecho de
que seguimos viviendo en un
estado mono-cultural, que
prescinde del lado indio. “Hay
que dejar de ser chulla”,
concluyó.
Por su parte, Pablo Mamani,
docente de la UPEA, recomendó
una nueva reconfiguración del
indianismo-katarismo, conside-
rando sobre todo la realidad
urbana, hoy mayoritaria. De
acuerdo a su esquema de la
chakana, hay que restablecer la
lógica del equilibrio, en el que
todos gobiernen y disfruten de
la riqueza producida. Mamani
propone considerar un promedio
social, es decir, un balance entre
los que tienen mucho y los que
carecen de todo, a fin de que la
mayoría tenga un nivel aceptable
de vida. En vez de una economía
para una élite, él sugiere generar
un excedente redistribuible. La
idea de repartir el poder, propia
de la visión andina, debería
poder aplicarse en contextos
urbanos, donde, por ejemplo,
en la Federación de Juntas
Vecinales (FEJUVE), existe un
esquema de rotación de
liderazgos por distritos. Mamani
ha estudiado esos procesos y
confía en que ellos ayudarán a
relanzar un nuevo proyecto
político alternativo.
Liborio Uño, docente univer-
sitario, fue más allá planteando
un estado federal en el que las
46 naciones originarias se cons-
tituyan en gobiernos autóno-
mos. Uño señaló que la recons-
titución de los territorios ances-
trales no necesita respetar los
límites departamentales y por
eso mismo, debe avanzar hacia
una transformación radical de las
divisiones territoriales. Por otra
parte, es fundamental evitar el
empobrecimiento de las comu-
nidades por lo cual el Estado
tiene que desarrollar políticas
contra fenómenos como el
minifundio, la sequía o la helada.
Por su parte, Constantino
Lima, dirigente histórico del
indianismo, reafirmó la idea de
reconstituir el Qollasuyo, como
el único camino posible hacia la
reversión de la conquista
europea. Lima pidió la devolución
del poder político y económico
de parte de los “invasores”


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