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Atentado en China III

Agencias :: 29.10.13

Tercera parte y final

UNISCI Discussion Papers, Nº 16 (Enero / January 20
08) ISSN 1696-2206
130
desarrollar gasoductos para transportar gas natural
turkmeno y uzbeko al mercado chino. Para
China, el acceso a los recursos de Asia central es
de importancia estratégica tanto por el
volumen de petróleo suministrado que espera garanti
zarse por esta ruta (20 millones de
toneladas anuales) como por su carácter próximo, te
rrestre y directo, al no tener que transitar
por terceros países. De esta manera, para Pekín es
una fuente y ruta de aprovisionamiento
mucho más segura que las de Oriente medio o África,
en las que China se siente mucho más
vulnerable al no poder garantizar su seguridad.
La reorientación energética de Asia central hacia C
hina es parte, a su vez, de la gran
estrategia anunciada por Pekín en 1996, que contemp
la la creación de grandes infraestructuras
de transporte panasiático, conectando el Medio Orie
nte, Asia central, Rusia, Corea del Sur y
Japón y en el que China se atribuye el rol de centr
o de redistribución entre las áreas
productoras y los áreas consumidoras
52
. De esta manera, se revaloriza aún más, el papel d
e
Xinjiang como puente entre estas regiones y las zon
as costeras de China.
Como resultado de todos estos proyectos de desarrol
lo chinos el PIB combinado de las
regiones del Oeste se ha multiplicado por tres
53
y sus efectos son evidentes a simple vista en
los principales núcleos urbanos de Xinjiang, inmers
os en una auténtica fiebre constructora. Al
mismo tiempo, este intenso nivel de desarrollo tien
e un importante impacto medioambiental y
la región da síntomas de estrés ecológico. Aunque l
as autoridades chinas muestran una
creciente preocupación por la sostenibilidad de su
modelo de desarrollo, en esta región la
prioridad parece ser el desarrollo y su integración
con el resto de la RPC; y la realidad es que,
Xinjiang es una región cada vez menos remota y más
integrada con China y los países
vecinos.
3.3. El malestar uigur y sus riesgos
A pesar de que las políticas y medidas implementada
s por Pekín en los últimos años, han
conseguido afianzar por completo su dominio sobre X
injiang, no han contribuido a mejorar la
relación con los uigures y su inserción satisfactor
ia en el marco social de la RPC. Las historias
de integración satisfactoria y de carreras profesio
nales exitosas (e incluso enriquecimiento)
son más el resultado de situaciones individuales qu
e colectivas. No en vano, buena parte de
los uigures sienten su propia existencia, como enti
dad cultural y etnográfica, seriamente
amenazada por las políticas chinas.
Como resultado de las medidas represivas, es prácti
camente imposible escuchar voces
públicamente críticas dentro de Xinjiang. La descon
fianza y el temor reinantes, dificultan
mucho el conocimiento directo de las impresiones de
los uigures en la región. No obstante, a
través de la diáspora y del trabajo de campo es pos
ible atisbar el creciente malestar uigur.
Además del rechazo a las medidas represivas y asimi
lacionistas analizadas en los apartados
precedentes, los uigures mantienen su preocupación
por la situación demográfica en Xinjiang,
su marginación política y económica.
52
Vid.
Len, Christopher (2007): “Energy Security Cooperati
on in Asia: An ASEAN-SCO Energy Partnertship?”
en AA.VV:
Energy Perspectives on Singapore and the Region,
Singapur, Institute of Southeast Asian Studies,
pp. 161-162.
53
“One trillion yuan spent on mwestern infraestructu
re”,
Xinhua,
6 de septiembre de 2006, disponible en
http://news.xinhuanet.com/english/2006-09/06/conten
t_5055217.htm Acceso: 16 de diciembre de 2006.
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A) La angustia demográfica uigur: el riesgo de desa
parición
La cuestión que concita mayor consenso entre los ui
gures es la preocupación por la
inmigración Han constante desde 1949 que sigue tran
sformando inexorablemente la realidad
demográfica de la región.
Distribución étnica de la población de la región au
tónoma del Xinjiang-Uigur (1949-2003)
54
Grupo étnico
2003
% del total
2003
1949
% del total
1949
Uigur 8.823.500 45,6 3.290.000 76
Han 7.711.000 39,9 290.000 6,8
Kazajo 1.352.100 7 440.000 10,2
Hui (dungano) 866.700 4,5 120.000 2,8
Kirguiz 173.700 0,9
Mongol 166.900 0,8
El dato más significativo de la tabla precedente es
, sin duda, el aumento de la población
Han en la región; que ha pasado de representar algo
menos del 7% en 1949 a casi un 40% en
2003. Es decir, que en los últimos cincuenta años l
a población china se ha multiplicado por
25. Este crecimiento se debe a la inmigración soste
nida desde 1949 fomentada por Pekín.
Históricamente la mayor afluencia de inmigración ch
ina ha coincidido con los grandes
proyectos de desarrollo. Así por ejemplo, sólo en l
os años 90 se calcula en más de un millón
el número de chinos que han inmigrado a Xinjiang.
Obviamente, en este dato se incluyen
trabajadores temporales que regresan después a sus
lugares de origen, pero el desarrollo de
Xinjiang actúa como polo de atracción para una inmi
gración permanente y que busca la
reunificación familiar. Así, el tipo de inmigración
china ha variado notablemente, pasando de
una inmigración de carácter conscripto a una de tip
o voluntario o económica.
Durante los años 50 y 60, las autoridades de la RPC
canalizaron la inmigración Han a
través de los Cuerpos de Construcción y Producción
de Xinjiang; una organización destinada
específicamente al empleo y asentamiento de unos ci
en mil soldados del EPL desmovilizados
al concluir la guerra civil. Para los uigures, cons
tituye una estructura paramilitar paralela que
contribuyó a subyugarlos en los años del Gran Salto
y de la Revolución Cultural. Así, los
miembros de esta organización tienen sus propias es
cuelas, hospitales, juzgados, etc. y han
sido un elemento central en la estrategia de coloni
zación de la región uigur. Aunque
actualmente, las migraciones tienen un carácter eco
nómico y voluntario, los Cuerpos de
54
Elaboración propia. Las cifras de 2003 proceden de
l China Population and Information Research Center
disponibles en http://www.cpirc.org.cn/en/eindex.ht
m Consulta: 15 de junio de 2006. Las cifras de 1949
proceden de Sun Jingxin
et.al.: Kua shiji de Zhongguo renkou Xinjiang juan
, Pekín, China Statistical Press,
1994, p.26 cit. en Mackerras, Colin (2001): “Xinjia
ng at the turn of the century: the causes of separa
tism”,
Central Asian Survey,
20(3), p. 293.
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Construcción y Producción de Xinjiang siguen contan
do con más de dos millones de
miembros (incluyendo a los trabajadores y sus famil
ias)
55
.
De esta manera, el desarrollo de grandes infraestru
cturas es un arma de doble filo para los
uigures pues, si bien facilitan su contacto con el
resto del país y los países vecinos, al mismo
tiempo contribuyen a la expansión Han por zonas en
las que históricamente habían estado
prácticamente ausentes, como los oasis del sur como
Kashgar o Hotan.
La promoción de la inmigración Han hacia Xinjiang p
ara fortalecer el dominio de Pekín,
así como la sinificación progresiva, pero forzosa d
e los uigures, conectan claramente la
política de las autoridades de la RPC con los presu
puestos y propósitos de las autoridades
imperiales Qing. De esta manera con relación a Xinj
iang y los uigures, se diluyen las
diferencias ideológicas entre ambos regímenes y el
dominio chino sobre la región y sus
habitantes adquiere un carácter marcadamente coloni
al.
Para los uigures, esta inmigración Han (colonizació
n desde su punto de vista) es el
problema más acuciante, ya que temen verse sobrepas
ados muy pronto y arrollados más tarde
por la potencia demográfica china, diluyéndose por
completo el carácter uigur de la región y
limitándose aún más, sus posibilidades para consegu
ir una mayor visibilidad y participación.
B) La marginación política y económica: el riesgo d
e creación de bantustanes uigures
La represión china ha silenciado casi por completo
la voz uigur en Xinjiang, pero el exilio
uigur, la diáspora políticamente organizada, ha tom
ado el relevo. En este sentido se pueden
distinguir claramente dos posturas: la independenti
sta y la autonomista. La primera es la
mayoritaria entre los miembros de la diáspora, mien
tras que la segunda opción es la
mayoritaria entre los uigures de Xinjiang. En lo qu
e hay un consenso claro, es en la necesidad
de acabar con la vulneración sistemática de los der
echos humanos en Xinjiang y conseguir un
respeto para su especificidad cultural.
Obviamente, establecer el sentir de una población d
ada es una tarea compleja y más,
teniendo en cuenta las dificultades existentes para
el trabajo de campo en Xinjiang,
fundamentalmente por el control chino más allá de l
os circuitos turísticos. No obstante, la
impresión generalizada es que la mayor parte de los
uigures de Xinjiang se contentarían con
un mayor nivel de autonomía y de respeto de su idio
sincrasia particular. Es decir, la
aplicación de las medidas contempladas tanto en la
Constitución de 1982 como en la ley de
Autonomía Regional de 1984 y es que, ambos textos g
arantizan teóricamente tanto la libertad
religiosa como cultural y un nivel mínimo de contro
l sobre los asuntos de la región autónoma.
Sin embargo, en la práctica, la autonomía se vacía
de contenido real y la RPC funciona de
forma muy centralizada. En este sentido, las autori
dades locales, actúan más como un
apéndice del poder central que como un poder con ci
erta autonomía y capacidad de iniciativa.
No obstante, esta discrepancia entre lo escrito y l
a practica cotidiana no es exclusiva de la
política relativa a Xinjiang o los uigures, ya que
“los mecanismos que realmente gestionan el
ejercicio del poder en China son de carácter inform
al y no aparecen recogidos en ningún
documento”
56
.
55
Vid.
Sines, Abigail (2002): “Civilizing the Middle Kingd
om ́s wild west”,
Central Asian Survey,
21:1, pp. 11-
13.
56
Esteban Rodríguez, Mario (2007): “La China reformi
sta y el mantenimiento del Partido-Estado”,
op. cit
., p. 5.
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Asimismo, la secesión de Xinjiang de China no es un
a perspectiva realista en los
condiciones actuales o en un futuro previsible. Una
realidad de este tipo sólo sería posible en
un escenario de crisis muy grave y de consecuencias
imprevisibles, lo que se une al recuerdo
de los años turbios del primer tercio del siglo XX,
como elemento desmovilizador de las
reivindicaciones abiertamente independentistas. Ade
más, la situación etnográfica actual en
Xinjiang es aún más complicada que antaño y es más
que dudoso que las demás minorías
étnicas de la región simpaticen con un posible Turk
están oriental independiente y mucho
menos, que estuvieran dispuestas a atravesar el inc
ierto camino que provocaría una secesión
de China (que difícilmente sería pacífica). Pekín,
por otra parte, ha utilizado la táctica del
divide et impera
en Xinjiang y ha aprovechado en su beneficio, por e
jemplo, los tradicionales
recelos entre uigures y kazajos y kirguises, fortal
eciendo sus prefecturas autónomas (dentro de
Xinjiang).
Por su parte, muchas de las voces de la diáspora ui
gur abogan abiertamente por la
creación de un Uigurstán o Turkestán oriental indep
endiente y soberano, como única solución
posible. No obstante, desde la perspectiva de Pekín
las diferencias entre una y otra postura no
son tales, sino que forman parte de una estrategia
común y en este caso, sus suspicacias tienen
cierto fundamento, no tanto por la existencia de es
trategias comunes, si no porque para parte
de los uigures, la autonomía no sería más que un pa
so previo hacia una independencia total.
Se establece así, una connivencia tácita perversa y
a que al considerar unos y otros, una
autonomía real como un mero paso hacia la secesión,
se dificulta mucho la búsqueda de una
solución de compromiso y consenso en este sentido,
que permita la creación de un marco de
convivencia aceptable para todos. No obstante, el g
obierno de Pekín está limitado en su
acción por su propio discurso de legitimación nacio
nalista
57
.
Los uigures también ven limitada su participación p
olítica como tales en la RPC, por su
menor representación entre los cuadros del PCCh
58
. Los miembros del partido son, por otra
parte, uno de los colectivos que recibe una mayor a
tención con relación a su ortodoxia
ideológica y lealtad hacia Pekín. En el caso especí
fico de Xinjiang, además desde los años 90
existe una política clara de reforzamiento de los m
ecanismos de control sobre las estructuras
locales del partido.
Además de esta marginación política, los uigures su
fren, a su vez, una marginación
económica, determinada por su escasa participación
en los grandes proyectos de desarrollo de
Xinjiang y una creciente exclusión del floreciente
comercio transfronterizo.
La reapertura de fronteras desde mediados de los añ
os 80 tuvo un gran impacto para los
uigures desde muy diferentes perspectivas. Una cons
ecuencia muy destacada de esta nueva
situación, fue el rol central que adquirieron comer
ciantes uigures con relación al comercio con
la Unión Soviética y Pakistán. Desde los años 90, e
ste tránsito comercial ha seguido creciendo
de forma imparable y las perspectivas son de un cre
cimiento todavía mayor para los próximos
años.
En un principio, los uigures fueron actores destaca
dos en este comercio, ya que
aprovechaban su cercanía étnica para actuar como pu
ente entre los grandes productores de la
China central y costera y los importadores en Asia
central. Con el tiempo, unos y otros, es
decir vendedores chinos y compradores centroasiátic
os han tendido a una conexión más
directa y sin intermediarios, tanto por el desplaza
miento de comerciantes chinos hacia
57
Vid.
Esteban, Mario (2007):
China después de Tian’anmen, op.cit , passim.
58
Mackerras, Colin (2001): “Xinjiang at the turn of
the century…”,
op. cit.,
p. 290.
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Xinjiang y Asia central como de comerciantes de Kaz
ajstán y Kirguistán hacia la región uigur
y más allá.
Dadas las corruptelas y deficiencias en la gestión
de fronteras (fundamentalmente del
lado centroasiático), es difícil establecer cifras
fidedignas del volumen de negocio. No
obstante, para el año 2003 la cifra oficial de come
rcio entre Kazajstán y China a través de
Xinjiang rondaba los 3.000 millones de dólares, per
o con la convicción generalizada de que el
comercio no declarado podría igualar en volumen al
oficial. De esta manera, la cifra real debía
estar más próxima a los 6.000 millones
59
. De hecho, cuando las autoridades de ambos países
establecen el objetivo de un volumen de 10.000 mill
ones de dólares anuales como objetivo
para 2010, aceptan implícitamente la aportación de
este comercio informal, tácitamente
aceptado en ambos lados. Así, cada día decenas de c
iudadanos de Kazajstán y China cruzan la
frontera cargados con enormes fardos con productos
chinos destinados a los mercados de
diferentes ciudades de kazajas (algunas tan alejada
s de los pasos del sur, como Astaná,
Pavlodar o Karagandá). Desde el lado kazajo, este c
omercio informal, más allá de algunos
sobornos
fronterizos, no recibe restricciones; mientras que
desde el lado chino, con una mejor
organización, también se permite, pero con un mayor
control sobre las mercancías y con una
“fiscalidad” más regularizada y sistematizada que d
el lado kazajo.
Desde un primer momento, comerciantes uigures, esta
blecieron, a su vez, redes de
distribución transfronteriza ocupando espacios impo
rtantes en los grandes bazares locales,
fundamentalmente en la
barajolka
de Almaty, que es el mayor bazar de Asia central y
en
Bishkek; y, aunque mantienen zonas y productos bajo
su control, la impresión y su lamento
generalizado es que cada vez tienen un papel menor
en este comercio. En este sentido, por su
condición étnica y su situación política los comerc
iantes uigures son más vulnerables a la
arbitrariedad administrativa (en ambos lados de la
frontera) y a la presión del crimen
organizado local.
Por otra parte, la participación uigur en este nego
cio ha contribuido, también a la creación
de una pequeña clase media uigur y, en algunos caso
s incluso, de segmentos muy
enriquecidos. La reacción de China con relación a e
ste fenómeno y la postura de estos
comerciantes uigures con respecto a su situación en
Xinjiang, son un buen indicador del grado
de integración real conseguido. Así por ejemplo, co
mo apunta Mackerras, el encarcelamiento
de Rebiya Kadeer en 2000, una muy conocida comercia
nte uigur multimillonaria, plantea la
existencia de la emergencia de una clase enriquecid
a que también promueve el cambio
60
.
Por último, en Xinjiang las diferentes minorías tie
nen, en general tasas de paro más altas
y, en el caso específico de los uigures, perfiles p
rofesionales más bajos que los chinos Han.
Así, los uigures, especialmente en la zona meridion
al, se dedican, en general a tareas
relacionadas con la agricultura o la artesanía y el
pequeño comercio y no participan en los
grandes proyectos de desarrollo. Al mismo tiempo, e
stas grandes inversiones atraen a un
número cada vez mayor de chinos, que ocupan y compa
rten espacios hasta entonces
exclusivamente uigures, pero sin que se produzcan i
nteracciones normalizadas entre ambas
comunidades, lo que, parece ser un factor que ha co
ntribuido mucho a la creciente
desconfianza entre ambas grupos en los últimos años
.
Así, se van configurando espacios comunes, pero nít
idamente diferenciados y separados.
En este sentido, Kashgar representa un ejemplo para
digmático por la creación progresiva de
59
United Nations Development Program (2005):
Regional Cooperation for Human Development and Secu
rity in
Central Asia,
Policy Studies, 1(106), Almaty, UNDP, pp. 97-99.
60
Mackerras, Colin (2003):
China ́s Ethnic Minorities and Globalisation, op. ci
t.,
p.53.
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dos ciudades o dos realidades totalmente distintas
en la misma ciudad. Por un lado, existe el
casco antiguo, prácticamente exclusivamente uigur;
y, por otro lado, existe una ciudad de
nueva construcción de carácter totalmente chino que
no para de crecer y cerca cada vez más el
área uigur, que va adquiriendo naturaleza de gueto
o bantustán. Al mismo tiempo, dados sus
menores perfiles profesionales y, en muchas ocasion
es, una menor fluidez con el mandarín,
los uigures quedan relegados a posiciones secundari
as, de las que difícilmente pueden salir.
Esto contribuye a su empobrecimiento y al hecho de
que existan bolsas de pobreza creciente
en la zona uigur y no en la zona china. Obviamente
esto repercute muy negativamente en la
relación y percepción entre ambas comunidades.
Otro ejemplo muy simbólico y que resume muy bien la
situación en el Xinjiang
meridional, es el hecho de la existencia de dos hus
os horarios diferentes. Así, mientras los
chinos (y la administración) se rigen por el huso o
ficial de Pekín (dos horas más que en
Xinjiang), los uigures funcionan con el horario loc
al (acorde con la hora solar); y, aunque
obviamente los uigures también operan con el horari
o oficial, esta situación contribuye a
fortalecer la percepción de pertenecer a dos realid
ades distintas, en la que una está
subordinada a la otra.
C) Problemas para una acción uigur eficaz y sus rie
sgos
Tradicionalmente se ha considerado que había tres p
roblemas que impedían una acción uigur
eficaz, tanto dentro como fuera de China: su falta
de unidad, el carácter musulmán de su causa
y los grandes recursos naturales que alberga la reg
ión. En primer lugar, la histórica desunión
entre los propios uigures, obviamente ha mermado mu
cho sus posibilidades de éxito. En
segundo lugar, su adscripción islámica detrae apoyo
s y simpatías internacionales por el
descrédito que sufren las causas asociadas a esta r
eligión en la coyuntura actual. En estos dos
puntos, la situación de los uigures contrasta con l
a situación de los tibetanos, unidos en su
representación por el Dalai Lama y con un considera
ble apoyo y simpatías en la escena
internacional. Por último, los grandes recursos nat
urales de la región agudizan el interés
chino. No obstante, en la situación actual, estos p
roblemas deben ser analizados más
detalladamente.
En primer lugar, para hacer frente al primer y segu
ndo problema, los uigures del exilio
han trabajado por la unidad y, en este sentido, la
segunda asamblea general del
World Uyghur
Congress
(WUC), celebrada en Munich del 24 al 26 de noviembr
e de 2006 supuso un hito
fundamental; ya que se consiguió un acuerdo general
de actuación coordinada entre las
diferentes organizaciones uigures en el mundo (Kaza
jstán, Kirguistán, Turquía, Alemania,
Suecia, EEUU) y se decidió que Rebiya Kadeer pasara
a ocupar la presidencia del WUC. Su
elección refleja tanto su proyección internacional
como el creciente peso de la comunidad
uigur en Estados Unidos, donde la
Uyghur American Association
(UAA), presidida también
por Kadeer, ha efectuado una eficaz labor de lobby
y ha acercado la causa uigur al poder
político estadounidense. Rebiya Kadeer fue condenad
a a ocho años de prisión en China en el
año 2000 por haber pasado supuesta información secr
eta a su marido, exiliado en EEUU. Sin
embargo, según denunciaron las organizaciones de de
rechos humanos, la supuesta
información secreta, consistía en recortes de prens
a local (a través de lo cuales era posible
llevar un recuento de las ejecuciones de uigures en
Xinjiang). Con su encarcelamiento, Rebiya
Kadeer se fue convirtiendo, poco a poco, en el nuev
o símbolo de la arbitrariedad y represión
china sobre los uigures. Finalmente, en marzo de 20
05, Pekín liberó a Kadeer que, desde
entonces, vive exiliada en EEUU. Con su elección co
mo presidenta del WUC, los uigures
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esperan aprovechar su creciente popularidad interna
cional (desde 2005 suena anualmente
entre los posibles candidatos al Nobel de la Paz) y
contribuir a la mejora de la imagen de los
uigures y su lucha, dada su condición de mujer.
Por otra parte, el carácter musulmán de la causa ui
gur debe ser matizado. La lucha uigur
busca el respeto de su especificidad cultural en Xi
njiang y esto, obviamente incluye un
respeto para la práctica islámica. Sin embargo, la
posición mayoritaria entre los activistas
uigures es secular y nacionalista y entre las princ
ipales organizaciones uigures, ninguna de
ellas hace del Islam un elemento central de su disc
urso de acción política. De hecho, algunas
figuras tan conocidas como Kajarman Ghojamberdi, vi
cepresidente del WUC, muestran una
posición clara de oposición frontal ante cualquier
intento de injerto de corrientes islamistas
extremistas en la causa uigur
61
. Por ello, muchos de los intentos de Pekín de uni
r la actividad
uigur con la violencia y el terrorismo, son más un
ejercicio de oportunismo político para
justificar su autoritarismo y violaciones masivas d
e derechos humanos que una realidad
sólidamente argumentada. Así por ejemplo, en diciem
bre de 2003 el ministerio chino de
seguridad pública facilitó una lista de supuestas o
rganizaciones terroristas uigures, entre las
que incluía, entre otras, al
World Uyghur Youth Congress
; organización que siempre ha
defendido los métodos pacíficos y democráticos para
la consecución de sus objetivos
políticos. En el 2004, esta organización convergió
con el
East Tukistan (Uyghuristan)
National Congress
(ETNC) para formar el
World Uyghur Congress,
organización de
referencia de la causa uigur desde entonces y que t
ambién insiste claramente en el empleo de
métodos pacíficos y democráticos y de defensa de lo
s derechos humanos en Xinjiang. Para
hacer frente a este intento de Pekín de vincular su
s acciones con el terrorismo, el ETNC
publicó en Munich un manifiesto titulado
Help the Uyghurs to fight terrorism
en el que
insistía en esta línea y se ofrecía como interlocut
or con Pekín, en el caso de un hipotético
proceso de democratización en China
62
.
A pesar de todo, es cierto que existe un riesgo de
islamización de la causa uigur, y que
este riesgo, se ve incrementado, fundamentalmente p
or la situación en Pakistán y la política
china hacia Xinjiang. Con relación a Pakistán es im
portante distinguir entre la posición de
Islamabad, muy próxima a Pekín, y la actuación de l
as redes y movimientos islamistas
radicados en el país. Así, mientras Islamabad se ad
hiere públicamente a las tesis de Pekín y
colabora en su política represiva, las redes islami
stas, contribuyen a la radicalización de,
todavía pequeños núcleos uigures. La apertura de la
conexión entre Kashgar e Islamabad en
1987 antes referida, ha influido mucho en la llamat
iva revitalización islámica en la zona
meridional de Xinjiang en los últimos años. Paradój
icamente, esta relación transfronteriza se
ha visto fortalecida por la dureza de Pekín que al
reprimir severamente cualquier
manifestación religiosa fuera del cauce oficial, po
r nimia que fuera y promover la
desconexión de los uigures del sur con las organiza
ciones de la diáspora en Asia central y
Occidente, ha contribuido a la conexión de pequeños
segmentos de una población
crecientemente marginada y empobrecida con los sect
ores más radicales del islamismo
pakistaní. En este sentido, Pekín, como otros actor
es, paga ahora las consecuencias de su
apoyo a los sectores más radicales de la resistenci
a
afgana de los años 80, lo que contribuyó a
su sobredimensionamiento y consolidación.
61
Entrevista personal el 17 de abril de 2006 en Alma
ty (Kazajstán).
62
East Turkistan (Uyghuristan) National Congress (s.
f.):
Help the Uyghurs to fight terrorism,
Munich, ETNC, p.
22. Agradezco a Kajarman Ghojamberdi y, muy especia
lmente a Hamid Hamra, el haberme facilitado este
material y otras informaciones relativas al proceso
de unificación de las organizaciones de la diáspor
a uigur.
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No obstante, a día de hoy, la posición mayoritaria
entre los uigures sigue siendo la de la
defensa de los derechos humanos y de la democratiza
ción de Xinjiang. Al mismo tiempo, las
informaciones que periódicamente facilitan las auto
ridades o medios de comunicación chinos
sobre grupos desmantelados y demás, si bien pueden
ser un claro indicador del creciente nivel
de difusión de tendencias islamistas desde el área
afgana y pakistaní, no resultan convincentes
en cuanto al nivel de implantación y estructuración
de las mismas entre los uigures. De hecho,
la impresión generalizada es que los grupos islamis
tas militantes dentro de Xinjiang siguen
siendo pequeñas células aisladas, sin conexiones en
tre ellas o con el exterior y, desde luego
sin la existencia de una cierta estructura común.
En este punto, conviene tener presente que una hipo
tética islamización de la causa uigur,
supone un grave riesgo, en primer lugar para los pr
opios uigures, ya que, muy probablemente
acabaría con su, todavía precaria unidad y, en segu
ndo lugar, detraería los aún escasos apoyos
que tienen en la escena internacional. Si además, e
sta hipotética islamización fuera
acompañada del empleo de métodos terroristas, se po
dría provocar una fractura definitiva en
el movimiento uigur, tanto dentro como fuera de Xin
jiang, ya que éste, en su mayor parte,
aboga por la consecución de sus objetivos por medio
s pacíficos.
4. Dimensión internacional: el conflicto uigur en l
a geopolítica regional y
global
63
El conflicto de Xinjiang tiene, fundamentalmente ca
rácter interno, pero al mismo tiempo, una
importante dimensión internacional, determinada por
sus implicaciones trasnfronterizas, la
acción de la diáspora uigur y la inclusión de la cu
estión uigur en la política exterior china.
Con la desaparición de la Unión Soviética, China te
mía que, o bien Asia central se
convirtiera en un santuario o área de apoyo a las o
rganizaciones uigures o bien que una
hipotética inestabilidad en Asia central se extendi
era por Xinjiang. Para hacer frente a esta
situación, China ha incrementando notablemente su r
elación bilateral y multilateral con Asia
central y su interacción con la región. Pekín ha ut
ilizado su poder económico y ha ofrecido
garantías de seguridad, a cambio de un acercamiento
a su posición con respecto a Xinjiang y
la cuestión uigur. Las repúblicas centroasiáticas s
e han acercado progresivamente a Pekín y
han asumido como propia la concepción de la lucha c
ontra las “tres fuerzas del mal”
(separatismo, extremismo y terrorismo); que es, de
hecho, el elemento sobre el que se
construye la conceptualización securitaria de la Or
ganización de Cooperación de Shangai. En
general, las organizaciones uigures en Asia central
han pasado de ser tácitamente permitidas a
ser reprimidas en cuanto a su acción política y sus
vínculos con Xinjiang. No obstante, en
Kazajstán y Kirguistán, los países con mayor número
de uigures (y de organizaciones), los
recelos que despierta el creciente rol chino en la
región entre muchos sectores condicionan su
actuación con respecto a la cuestión uigur
64
.
63
Tratamos aquí muy someramente la dimensión interna
cional del conflicto de Xinjiang y remitimos al lec
tor al
artículo monográfico sobre esta cuestión que aparec
erá publicado en el próximo número de esta misma re
vista.
64
Vid.
de Pedro, Nicolás (2006): “Balance y perspectivas d
e la relación de Kazajstán con China (1991-2006)” e
n
San Ginés Aguilar, Pedro (ed.):
La investigación sobre Asia Pacífico en España,
Granada, Universidad de
Granada, pp. 781-800; y de Pedro, Nicolás (2007): :
“El desafío chino de Asia central”,
Boletín Safe Democracy,
nº 84, disponible en http://spanish.safe-democracy.
org/
UNISCI Discussion Papers, Nº 16 (Enero / January 20
08) ISSN 1696-2206
138
En cualquier caso, esta presión creciente sobre sus
actividades ha desplazado el centro de
la actividad desde Asia central y Turquía a lugares
como Alemania o Estados Unidos. Con
relación a Turquía, además de las presiones y contr
apartidas económicas chinas y las propias
limitaciones de la política exterior de Ankara, la
pretensión turca de ejercer una cierta tutela
sobre la causa uigur y su diferente concepción sobr
e la turquicidad, ha sido un factor
determinante para impedir su consolidación como lu
gar de referencia para la acción de la
diáspora uigur.
Munich se ha consolidado como centro neurálgico de
la actividad uigur, aunque
Washington juega cada vez, un papel mayor. El acerc
amiento al poder político
norteamericano, comporta innegables oportunidades p
ara los uigures, pero también un
creciente riesgo de instrumentalización de su causa
y de pérdida de influencia con la situación
en el interior, tanto por la lejanía como por la an
tipatía que despierta entre la mayor parte de
los uigures (como en el resto de Asia central) la p
olítica agresiva y unilateralista
implementada por EEUU en los últimos tiempos, espec
ialmente, con relación a la invasión de
Irak.
El principal temor chino es que la acción de la diá
spora provoque una
internacionalización del conflicto de Xinjiang. Así
, Pekín observa con recelo el papel
destacado que juega la causa uigur en algunos foros
internacionales como la Organización de
las Naciones y Pueblos no representados (UNPO por s
u nombre en inglés) radicada en La
Haya. No obstante, el elemento clave en la situació
n en la región uigur sigue siendo Pekín y
los posibles cambios que puedan producirse en Xinji
ang están supeditados a la evolución de
la situación en la RPC.
Conclusiones: perspectivas de futuro
Como resultado de las políticas de Pekín en los últ
imos años, la integración de Xinjiang con
el resto de la RPC parece irreversible. El domino c
hino sobre la región es sólido y no son
previsibles cambios significativos en la situación
de Xinjiang. No obstante, este
afianzamiento de la posición china, sustentado en e
l autoritarismo y violaciones masivas de
los derechos humanos, ha provocado un creciente mal
estar de la población uigur y no ha
contribuido a la integración de los uigures y su in
teracción armoniosa en la estructura de la
RPC. En líneas generales, su situación ha empeorado
y esto contribuye a su creciente
alienación con respecto al conjunto de la RPC. Por
ello, a pesar de la calma de los últimos
años el conflicto dista mucho de estar resuelto y n
o es posible descartar por completo un
nuevo ciclo de desórdenes y violencia como el que s
acudió Xinjiang en los años 90.
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