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Bolivia: La lucha de Felipe Quispe desde su militancia en el Eln fundado por el Che

Erbol :: 12.11.13

Y precisamente entramos a militar en el MITKA y los otros compañeros, que antes me acompañaban, no aceptaron porque seguían con la línea de la izquierda, más que todo del ELN, y trataban de volver a reconectarse

LA LUCHA DE FELIPE QUISPE
Awqa Runa
José Luis Saavedra
Martes, Noviembre 5, 2013 - 19:34
Erbol

El próximo 14 de noviembre se cumple el 232 aniversario de la inmolación del más importante héroe de la insurgencia aymara, Julián Apaza – Tupaj Katari y en esta entrevista (parte de una conversación más amplia) con Felipe Quispe Huanca, el más significativo líder de la sublevación aymara contemporánea, hablamos de su radical experiencia de lucha política en el contexto de las históricas insurrecciones del pueblo aymara y sus proyecciones estratégicas en el siglo XXI.

1. Cómo inicia su militancia en el MITKA

Lo que yo debo reflejar es que era muy inquieto, quería hacer política en el país, al igual que mis amigos, contemporáneos, paisanos de mi comunidad, que ya militaban en otros partidos de izquierda, más que todo en el ELN (Ejército de Liberación Nacional). Entonces, a mí me reclutaron para que sea militante y hemos estado trabajando como militante clandestino, cumpliendo el trabajo de hacer propaganda en los años 70, 71 y 72. Ahí muere el contacto, Emilia, yo no sabía quién era esa mujer, pero la mata el gobierno de Banzer y se rompe el contacto. En esa época no había celulares, no teníamos teléfono a domicilio, sino los contactos eran así, dejar la carta en un hueco, recoger y volver a cargar en el mismo hueco en algún lugar oculto. Entonces, así hemos estado trabajando, pero cuando Emilia murió, nosotros (toda la célula) hemos caído, hemos sido cortados, ya no teníamos enlace, o sea que ya no había contacto. El valor, la energía sobraba y como éramos jóvenes queríamos ir más allá. Entonces, yo fui a Santa Cruz a trabajar, a buscar gente militante.

Y un día escuché por la radio San Gabriel la novela de Tupaj Katari, me impactó mucho e invitaban a las personas que podíamos comentar sobre esa novela. En esa época la radio estaba aquí, en Sopocachi, y Cipca (Centro de investigación y promoción del campesinado) tenía ese programa, esa novela, y funcionaba en la calle Sagárnaga entre Paredes. Entonces, yo llegué ahí, hablé, me grabaron, y parece que hablé algo bien, caí bien al que me ha entrevistado, era un señor (Apaza) de nuestra raza, de nuestra cultura. Entonces, él me dijo “mírame bien, ¿me puedes reconocer?”, yo le dije “sí, te puedo reconocer”, “entonces, nos encontraremos a las seis de la tarde en la puerta del cementerio”, aquí, en la ciudad de La Paz. Entonces, yo le esperé a las seis y él llegó un poco atrasado, con diez minutos, y comenzamos a hablar, hablamos unas tres horas, pero no en un solo lugar, sino caminando, por Alto Tejar, La Portada, por todas esas zonas, y yo le planteé hacer la lucha armada y él me dijo “no te preocupes, en nuestro programa también está la lucha armada, pero ya tenemos un partido, para qué vamos a fundar otro, es el MITKA (Movimiento Indio Tupaj Katari)”, yo no conocía, “pero, quiénes dirigen”, “Constantino Lima”, a quien yo le conocí el año 71 en el congreso (sindical campesino) de Potosí. Entonces, ya con más confianza acepté.

Desde esa noche comencé a pensar, a repensar, y a cumplir el trabajo (militante) a tiempo completo, gracias a mi esposa yo he sido militante y he trabajado, a ella le gustaba la política y me decía “yo voy a mantener a los chicos, voy a hacer todo lo que se necesita, pero vos anda, haz política”. A las seis de la mañana -cuando despertaba- me decía “dónde vas a ir ahora”, “yo voy a ir a tal lugar”, “ah ya, aquí hay plata para tu pasaje, hay tu merienda, tu comida, anda”, y en la noche (ella) me decía “qué has hecho”, le contaba todo, claro, yo me portaba bien, no tomaba (bebidas alcohólicas), no era un hombre mañudo. Así, pues, mi esposa me ha impulsado mucho.

Y precisamente entramos a militar en el MITKA y los otros compañeros, que antes me acompañaban, no aceptaron porque seguían con la línea de la izquierda, más que todo del ELN, y trataban de volver a reconectarse, pero yo ya estaba en el MITKA. Ahí he conocido a mucha gente, a Luciano Tapia, después a Calixto Jaillita, Fernando Surco, y a otros compañeros más, que eran militantes muy activos.

Así, llega de Canadá Constantino Lima con plata, porque había conseguido, no sé de dónde venía esa plata, él debe saber el origen, de dónde ha conseguido. Pero, llega con plata y decidimos fundar un partido político, legalmente, el año 1978, y nos dirigimos no a la Ciudad de Piedras sino a la comunidad de Jaime Apaza Chuquimia (que actualmente está con la media luna). Yo le admiraba a él, era mi modelo, era como un profesor, yo le hacía caso en todo lo que (él) me mandaba, me ordenaba, iba a las comunidades, viajaba, iba a pintar, etc. Además, hice mi propio grupo, ellos no eran aptos para ganar militantes, pero yo sí ganaba militantes.

De aquí (de La Paz), hemos viajado muy bien a la comunidad, la gente estaba alegre, contenta, contrataron camiones, llegamos, se inauguró el congreso del MITKA, se formaron comisiones al estilo de una organización sindical, comisión política, económica, social. Yo estaba en la comisión política porque quería aprender más de política, quería saber qué era ideología, qué era el partido, todo eso. Pero, tampoco había gente que tenga un amplio conocimiento sobre esos temas, sino que todos estábamos aprendiendo. Finalmente, las comisiones comenzaron a informar y entramos a las elecciones. Como Constantino Lima era del lugar, de Viscachani, toda la gente votó por él, y Luciano Tapia se enojó, ya no ocupaba ningún cargo, estaba como cuarto o quinto hombre, se molestó, cambió su rostro, no hablaba con nadie, ni conmigo, en realidad no sabía perder, ni entender que (en el futuro) podía volver a subir. Yo estaba a tiempo completo, me nombraron Secretario permanente aquí, en el (hotel) Torino, cuyo dueño, Mario Urdininea, también estaba en ese congreso, como quechua de Chuquisaca. Ahí (en el Torino) hicimos conferencia de prensa, expuso Constantino Lima, como jefe del MITKA, y yo ocupaba el tercer lugar, era Secretario de Organización. Y Mario Urdininea dijo (medio en serio, medio en broma) “aquí están a un paso del palacio (de gobierno), pueden entrar, les entrego este local” y nos dio gratis varios meses, no hemos pagado, ahí funcionaba la oficina del MITKA.

Pero, lo que no nos gustaba es que había peleas, Tapia, que nunca estaba contento, comenzó a hacer guerra contra Lima. Y hay ratos que me salen ideas, de pronto una mañana yo pensaba “cómo se puede apagar estas peleas, estos rencores que existen”, eran peleas internas, no (las) sacábamos públicamente, y se me ocurrió que podíamos nombrarlo como candidato, hablé con Constantino (Lima), le dije “mira, haremos esto, no seamos igual que los partidos tradicionales, por qué no cedes como candidato y le damos ese lugar, ese sitial a Luciano Tapia”, “ah, está bien, muy bien, haremos eso”. Entonces, en una reunión yo sugerí “por qué no nombramos (a Tapia) como candidato del MITKA”, la directiva aceptó y recién el tipo cambió de rostro, se puso legal, o sea normal, y preguntó “¿en serio me están hablando?”, “sí, hermano, tú vas a ser el candidato”. Entonces, le proclamamos candidato, pero no había un vicepresidente, aunque en esa época teníamos un Isidoro Copa Cayo, era potosino, quechua, y a él más lo nombramos como vicepresidente. Pero, Tapia seguía fregando a Constantino Lima “vos (como jefe) tienes que dictar el documento, tienes que hacer esto, tienes que hacer el programa de gobierno”, Lima tampoco aportaba, es no más pues un alarde, un hablador, no lee libros, los bota, dice “no, es cuestión q’ara”; sin embargo, Tapia tenía ideas, aportó muchas cosas. Así entramos a las elecciones el año 1978, 79, hasta el 80, después el MITKA se divide.

Sin embargo, nosotros queríamos seguir trabajando porque pretendíamos que el movimiento indio siga adelante, pintábamos las calles, yo sacaba documentos, aunque mal o bien redactados, y dejaba a los periódicos a nombre del MITKA, eso no le gustó a Luciano Tapia y me ha enjuiciado ante la Corte electoral, en esa época no se necesitaba firmas, uno podía no más adquirir su personería jurídica, bastaba con presentar el nombre de la directiva, el programa de gobierno y el estatuto del partido político.

Como nos han enjuiciado a nosotros, nos han visto como a los rebeldes que han sobrepasado al jefe político, nos separamos, y dijimos “hagamos nuestra propia tienda política, una corriente política del ayllu”, de ahí nace Ofensiva Roja de los Ayllus TupaKataristas, eso no cayó del cielo, no es un milagro de nadie, no es de ningún dios. Entonces, salimos (del MITKA) Surco, Jaillita, mi persona, Camila Choquetijlla, mucha gente, casi todos, lo dejamos solito a Luciano Tapia, y Constantino Lima y su gente también se fueron por otro lado, ellos se fueron más antes; o sea que nos hemos dividido, los más rebeldes nos hemos ido con los ayllus, aquellos hombres y mujeres que pensamos llegar al poder con las armas o tomar el camino de las armas, el camino de Tupaj Katari, nos hemos separado.

Así hemos estado cumpliendo con el trabajo político, yo ya era dirigente sindical, aquí, en la FSUTCLP- TK (Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de La Paz – Tupaj Katari). Si bien ahí estaba solo, ese credencial (de dirigente) me sirvió mucho para llegar a las comunidades y comenzar a conocer a la gente, y también para avanzar.
Y ahí hemos conocido, el año 1985, a Álvaro García Linera y a su hermano (llegaron de México), claro, recién llegaron, creo que estaban (aquí) tres o cuatro meses. Estaban colaborando a su tío, Oscar García Suárez (Ministro de la UDP), sí, Ministro de Trabajo. Entonces, ellos estaban pintando MNRI, UDP, no sabían nada, eran unos tipos novatos, unos chicos bisoños, que recién estaban aprendiendo a hacer política.

Fernando Surco Calle, el año 70 y 71, había estado en Argentina, él trabajó con Roberto Santucho2, que hizo la guerrilla urbana, y había otro de Santa Cruz, que había estado en las mismas filas, se trataba de Juan Rodríguez, que asaltó la casa Toyota. Hemos sido muy amigos, era muy bueno ese hombre (Rodríguez), era muy capaz, no tenía miedo, eso me gustaba a mí, es que como comandante tiene que ser así, sereno, porque si el comandante va a temblar, va a ser un cobarde, no funciona, él también era diputado de la UDP.

Así marchamos junto con Juan Rodríguez, y un día hemos ido al parlamento, como yo era dirigente, no faltaban problemas. El compañero Surco se encontró con él (con Rodríguez), yo no le conocía, hablaban en clave muchas cosas, por ejemplo lo que recuerdo es que decían “¿te acuerdas hermano que hemos hecho tres payasadas en un día?”, después que nos hemos separado de Rodríguez, yo le pregunté a Surco, “qué es payasada”, “es pues el asalto”, o sea que hablaban en clave. Entonces, Surco también era profesional, había aprendido en Argentina y nosotros en El Salvador, en Guatemala, etc.

De pronto un día (Rodríguez) nos dice “hay tres jóvenes, que hablan igual que ustedes, también son unos locos”, yo le dije “me gustaría conocerlos”, por entonces él vivía aquí, en el Hotel Avenida, en la avenida Montes entre Bozo, saliendo de la plaza Alonso de Mendoza, ahí en plena esquina, (ahora) sigue siendo hotel. Ahí nos citó a las 6 de la tarde, nosotros llegamos un poco adelantados, ellos también ya habían estado ahí, dos blanquillos, un indígena más, eran tres, ahí nos han presentado, nos dimos la mano. Pero, eran pues muchachos (los García), mal vestidos, famélicos, insignificantes; en cambio, nosotros ya con experiencia, ya habíamos hecho vida política, clandestina, conspirativa. Ellos eran “marxistas”, nos dieron algunos documentos hechos por ellos, citaban mucho a Marx, pero no definimos nada, sólo hablamos sobre la lucha armada que se podía realizar y desarrollar, ellos también hablaban de El Salvador, citaban al comandante Marcial3, nosotros también lo conocíamos, pero por otro lado, ellos no sé por qué, parece que Raquel Gutiérrez tuvo contactos.

Desde ese día aquí, en la Federación (campesina) de La Paz, en la zona San Pedro, el cojudo paraba todos los días, la gente me decía “qué cosa quiere ese q’ara”, ahí estaba parado, “qué es de vos, ese maricón” decía la gente, ellos ya calcularon qué era, se notaba pues, era notoria su presencia, a las 9 de la mañana ya estaba parado ahí, a las 12 parado. Finalmente, yo me enojé porque no me gusta ese tipo de gente. Entonces, le dije “qué quieres, hagamos una prueba (para ver) si servimos o no para la lucha armada”. Entonces, hicimos una prueba en Cochabamba, ahí ha resultado no más, porque a ellos (a los García) los vestimos con uniforme, más que todo de policías, subteniente y teniente efectivo, salía bien, bien fino, porque aquí, en este país, los oficiales son pues blancos, blanco mestizos, (en cambio) el soldado, el guardia es pues indio. Eso hemos hecho, de ahí poco a poco nos hemos conocido y hasta lograr unir el EGTK (Ejército Guerrillero Túpac Katari), aunque ellos no querían llevar ese nombre, pero nosotros hemos impuesto, porque éramos mayoría. De eso se trata hasta caer en la cárcel. Así empezamos nuestra vida política y eso es lo que te puedo contar.

2. A propósito de la caída del EGTK, Álvaro García Linera sugiere que hubo delación

Es que ese tipo (Linera) no tiene argumento, porque no puede decirme nada, yo he caído el 14 de noviembre de 19894, a mí me han de-tenido 15 días en las oficinas de Inteligencia del Estado, me han hecho lo que han querido, inclusive han metido gente, entró mi paisano Fidel Yujra, dormimos así esposados, encadenados los dos, y toda la noche me preguntaba “por qué han hecho eso”, yo no hablé porque sabía que él era un agente, aunque era mi paisano.

Entonces, me han torturado, no hablé, yo pasé como dirigente sindical, venimos de allá, pero yo no hablé los nombres, ni apellidos de nadie, ni de los García, ni de nadie, porque si yo hubiera delatado como ellos delataron, el EGTK no hubiera nacido. Yo sabía que ellos estaban viviendo aquí, en Sopocachi, en Alto Obrajes, en Ciudad Satélite, también vivían aquí, en la calle Ecuador, ahí donde vivía Guillermo Lora, en ese callejón. Yo conocía todas las casas de seguridad, ahí estaban las armas, los panfletos, las multi-copiadoras, las herramientas, incluso teníamos plata, autos, que habíamos robado, pero no hablé nada. Después de dos semanas me remitieron a la cárcel, donde estuve seis meses, y como reivindiqué la organización sindical, la CSUTCB me ha sacado, ahí estaba Mario Flores, él vino, personalmente, y como (Secretario) Ejecutivo me ha garantizado y yo pude salir. Después de salir de la cárcel, yo fui a Caranavi, porque estaba clandestino, de ahí ya comenzaron a buscarme.

Entonces, qué cosa yo he delatado, solamente sería su persona, su homosexualidad, todo el mundo conoce eso. Pero, (la acusación a mi persona) es una calumnia, una vil calumnia que la hacen a través de los medios. Pero, mira, yo no estoy diciendo que él (Álvaro) nos debe dos compañeros (de lucha), con su hermano, Raúl García, armaron una bomba y aquí, en Qhelluani, han tenido que morir dos compañeros (nuestros) por culpa de ellos, porque armaron muy mal esa bomba (con reloj), parece que no aprendieron de los mineros. Por eso, Víctor Ortiz, que ahora es su mano derecha, que está trabajando con ellos, ha sido bien claro en su declaración, “ellos se equivocaron, mataron dos compañeros nuestros”.

El blanco (siempre) es así, calumniador, mentiroso y desleal, siempre ha hecho eso, lo mismo ha pasado con Zárate Willka, (también) con otros líderes, eso ya es normal. Pero, yo voy a seguir hablando donde sea, ante quien sea, yo he caído más antes, el 89, ellos caen el 92, han hablado, todo han hablado, ahí han caído las armas, inclusive han sacado la plata de la pared, han entregado cinco movilidades y hasta ahora no sé, parece que han devuelto, pero a mí no me han dado nada; hemos comprado -para la biblioteca- libros, que él los tiene en su biblioteca; hemos comprado buenas armas, no se sabe dónde han entregado, parece que a las minas, pero tampoco en las minas se sabe, creo que han hecho un simulacro, como si estuvieran comprando de los militares y con esa plata han viajando al exterior, ya sabemos, estaban en Rusia, en Estados Unidos, en México, en muchos lugares, mientras nosotros estábamos trabajando aquí.

Es que nosotros hemos pensado la verdad de las verdades, queríamos hacer la lucha armada, porque somos discriminados, explotados, oprimidos. Pero, los García Linera, llámese Álvaro o su hermano Raúl, nunca han sufrido la explotación, ni siquiera la discriminación, ellos vienen de la élite, son de ese linaje criminal y colonial, y actualmente están dónde están (en el palacio de gobierno), son parte del gobierno, y eso es pues lo que ellos buscaban, por eso se han infiltrado a nuestro movimiento, ellos no estaban con la causa india, eran no más pues infiltrados que nos han traicionado y han llevado a la ruina al EGTK.

3. Después de la cárcel usted accedió al ejercicio de la dirección ejecutiva de la CSUTCB

Escúchame hermano, cuando yo he salido (de la cárcel) no pensaba ser dirigente, más bien estaba preocupado por estudiar (que lo inició en la cárcel), claro, pero no terminé, ni siquiera terminé primer año, apenas vencí unas tres o cuatro materias, porque no dejaban entrar a los docentes. Yo debo contarte que cuando nosotros entramos a la Universidad, García linera se enojó, nos llamó la atención, “ustedes para qué estudian, ustedes son militantes del EGTK y han nacido para morir luchando”, entonces yo salté y le dije “y usted para qué ha estudiado, no debía pues estudiar, debía ser un ignorante igual que nosotros”, y se calló. Pero, yo no le hice caso porque a mí no me va a manejar esa gente.

Y así he llegado al congreso (sindical)… donde he sido elegido como Secretario Ejecutivo (de la CSUTCB), aunque yo no pensaba llegar a ese sitial, a ese lugar, a ese escenario tan importante, era un 28 de noviembre de 1998. Esto (mi elección) produjo un alto impacto, ya que un ex terrorista fue nombrado (Secretario) Ejecutivo de la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia), hasta el cura Albó ha tenido que hablar sobre mi persona5.

Después, todo el año 1999 he hecho un trabajo de rearticulación, porque ya estaba sembrada (la conciencia de la rebelión) en la época del EGTK, era no más reactivar eso, era sencillo, yo no he hecho ninguna labor, ya estaba hecho; es como ahorita que estamos trabajando, (tanto que) de aquí a un tiempo si asumimos un cargo en algún lugar la gente va a salir (a luchar) como soldados.

Aunque no era tan fácil (trabajar) dentro del Comité Ejecutivo, porque, mira, Evo morales tenía 35 personas, Alejo Véliz tenía también 35, recuerda que 70 (miembros) conforman el CEN (Comité Ejecutivo Nacional) de la CSUTCB, entonces en los votos siempre igualaban, y la gente de Evo morales no quería hacer el bloqueo de carreteras, ni el cerco a las ciudades, no les gustaba, ellos decían “no, vamos a perjudicar al país, vamos a paralizar al país, no, eso no conviene, marchas nomás o huelgas de hambre, eso no les afecta (a los empresarios)”.

El año 2000 (en enero) se llevó a cabo el Congreso de la COB (Central Obrera Boliviana) en el Multifuncional de El Alto. Y yo pensaba “cómo salir de ahí adentro, cómo plantear a los obreros”, porque legalmente apenas teníamos 70 representantes en el congreso (de la COB), pero somos mayoría, (en cambio) los obreros son pocos, los mineros también. Por eso, yo he planteado una representación de más de 200 personas (indígenas u originarias), eso no les ha gustado, no les ha caído bien, todo el mundo me ha silbado, me ha rechazado. Y también he planteado dirigir la COB, porque nosotros ya somos capaces, no somos menores de edad, ya hemos crecido. Otro (tema) que he planteado es revisar la tesis de Pulacayo, la tesis de la Central obrera, tampoco les ha gustado, (dicha tesis) era como la Biblia. Como ya no podemos ser escaleras de ellos, salimos6, y ahí se quedó todo ese grupo de Evo morales, Villca, Loayza, Santos, el propio Evo, toditos. Ahí ya, carajo, nos hemos sacado el espino que teníamos incrustado en nuestro cuerpo.

Después (en abril) nos lanzamos a un bloqueo (de caminos), y ahí ya me confinan7. Después del confinamiento llegué acá, casi no logramos nada, y la gente de Evo morales protestó “solamente han conseguido la libertad de Felipe Quispe”.

Y luego, nuevamente, en el mes de septiembre nos lanzamos, pero ahí estaban comprados los dirigentes, todos los dirigentes, el Comité Ejecutivo, porque a los otros ya los habíamos expulsado, era no más pues la gente de Alejo Véliz, o sea que Véliz se fue como una mujer que se va y deja todos los hijos y yo los he tenido que criar, indianizar, educar, poner la línea política, formar cuadros sindicales, mucha gente, que ahora seguimos teniendo, son militantes activos del MIP (Movimiento Indio Pachakuti).

En una reunión del Comité Ejecutivo (de la CSUTCB), todos han dicho, “ha llegado la carta, el parlamento ya no va a discutir sobre la ley hídrica o la ley de agua, aquí está la carta”, “no, esa carta es falsa –yo decía- yo no puedo creer nada”, “no, compañero, aquí está la carta”. Entonces, todos alzaron la mano (indicando) que no van a bloquear, caramba, yo no podía hacer nada, dos no más hemos sido opositores, Felipe Machaca y Felipe Quispe, nadie más, toditos dijeron que no van a bloquear. Pero, ya habíamos anunciado (el bloqueo) a la opinión pública.

En esa época estábamos llevando cursos de capacitación político sindical en Pucarani, desde el día martes, miércoles, jueves hemos acabado, y al cerrar los cursos, los compañeros dijeron “ya hemos cerrado, ahora qué hacemos, ¿vamos a bloquear?”, yo les decía “sí”, no les iba a decir que no o que el Comité Ejecutivo había aprobado que ya no, yo he dicho “sí”, “ah muy bien, entonces llamaremos a radio San Gabriel, Pachaqamasa, a muchas radios”, llamaron ellos, llegaron los corresponsales (a Pucarani), he tenido que declarar, “declaro el bloqueo a partir del lunes”, ya, miércoles, jueves, viernes, sábado, lunes han entrado como soldados, todo el mundo, el camino (estaba) alfombrado de piedras. Y de eso me han dicho dictadura sindical.

Después de tres semanas volvemos a dialogar con el gobierno porque el cura Jesús Juárez vino a buscarme, me dijo “Felipe, yo te voy a garantizar, no te van a hacer nada, habla con el gobierno”. En Cáritas yo entré, no había ni un dirigente, entonces yo me he dado cuenta qué iban a decir “qué va a hacer, ahí está, solito negocia”. Entonces, yo les insulté, hablé, así en voz alta:

“Nosotros les hemos llamado a ustedes, les hemos dado nuestro territorio, les hemos alojado a ustedes extranjeros ¿y ahora?, nos matan, ¡carniceros! Y ahora ¿por qué no me matan a mí?, ¿por qué matan a mis hermanos quechuas?, ¿por qué matan a mis hermanos aymaras?, ¿por qué? Quiero saber la respuesta. El único delito que hemos cometido es reclamar justicia y libertad, el único delito que hemos cometido es reclamar el poder político que nos devuelvan. ¡Asesinos!… ”8.

En fin de cosas, varios adjetivos he manejado, y yo me salí, abandoné. Ahí estaba temblando Ana María Romero, también estaba tiritando el cura Jesús Juárez, Waldo Albarracín cambió de rostro, estaba totalmente demacrado (era la primera vez que un indio interpelaba a la casta blanco mestiza), claro, yo enfrenté, no tenia miedo, ahí estaban sentados los ministros, Guiteras, Vásquez, varios. A mí me ha dolido mucho la muerte de los hermanos en Huarina y en muchos lugares. Pero, Fortún y otros ministros me amenazaron, me lo pusieron así, “aquí hay plata, con esto puedes vivir (puro verdes-dólares) y aquí hay otro (un revólver calibre 9 mm), con esto puedes ir al cementerio, cuál quieres alzar, qué te importa esos indios, con esto (dinero) puedes vivir años, no te va a faltar nada, ya levanta la huelga”, “no, no señor, dame esto (el revólver)”. Por eso he ido a parar al confinamiento, después me han seguido juicios, casi me matan, pero no me han podido doblegar porque yo estaba preparado para las cuestiones de seguridad.

Después de unos días volvemos a dialogar, ahí ganamos la sede social que está en la avenida Saavedra, también ganamos tractores, mercados campesinos a nivel nacional, además insertamos el seguro social indígena (que está en su libro “La caída de Goni”), esos son los puntos que están ahí (después los 72 puntos), después van sumándose.

4. La insurgencia aymara contemporánea pone en cuestión la dominación colonial

SÍ, de ahí sale un discurso diferente, la prensa, la opinión pública estaba acostumbrada a escuchar cantos marxistas, bien sofisticados. En cambio el mío era otro discurso, implicaba una lucha de nación, de nación contra nación, la lucha por volver al Qullasuyu, por reconstituir el gran Tahuantinsuyo. Y también para orientar a la gente dónde estamos nosotros y por qué estamos ahí, abajo, y por qué los colonos están ahí, arriba. Creo que ha impactado, era un discurso de alto impacto. Y también la gente se ha puesto la mano al pecho, o sea que ha tocado su corazón y ha alzado el espejo, se ha mirado, (se ha reconocido) quién era. También a los colonizadores, a los que estaban en el gobierno, no les era fácil comprar a un dirigente, hasta ellos lloraban, decían, “si no quieres esto (plata), qué buscas, qué quieres, todos los días bloqueo”. Pues, nosotros queremos el poder, aunque en esa época no estábamos preparados, no teníamos cuadros intelectuales, pero ya más o menos había esa idea de tomar el poder y volver a nuestro propio Estado, a nuestro propio gobierno. Y así hemos llevado adelante (la movilización), se levantó al indio hacia adelante, hacia arriba, lo hemos llevado a una instancia superior, hemos sido referente de otros pueblos indígenas a nivel internacional.

5. Homenaje a Tupaj Katari en el mes de su inmolación

Hay muchas corrientes kataristas e indianistas, que han surgido, pero muy pocos seguimos, fielmente, como Tupakataristas; hay otros que ya no, que simplemente llevan el nombre, nada más, hasta ahí no más avanzan. En cambio, para nosotros, para los que hemos abrazado con todo cariño y amor el Tupaj katarismo, Tupaj Katari es un paradigma vivo, por eso hay que leer bien sus cartas, sus arengas político militares y lo que decían aquellos tiempos, “fundir a la ciudades”. Los occidentales, los invasores coloniales, pertenecen a Europa, por eso decimos “vamos a ponerlos en su camino, que se vayan los europeos, ahí está su camino”, porque en este país (incluso ahora) los extranjeros están como ministros, viceministros, hay que nacionalizar al gobierno.

Sin embargo, alzan el nombre de ese gran hombre que ha luchado contra el colonialismo. Pero, lo que yo debo decir es que, mira, hermano, tenemos que cumplir al pie de la letra lo que dijo Tupaj Katari, “volveré y seré millones”, es una tarea que nos corresponde a todos los aymaras y quechuas.

Yo pienso que el mes de noviembre, desde principios hasta fines de noviembre, todo el mes va a ser de Tupaj Katari, habrá concentraciones, encuentros de los movimientos políticos Tupakataristas. Hay que estar pues rindiendo homenajes, pero homenajes de pie, no de rodillas, un gran jallalla a Tupaj Katari, porque es un hombre que supo dar su cuerpo a los cuatro caballos y fue descuartizado. Entonces, su memoria, su sagrada memoria está en nosotros, nos ha legado ese pensamiento de decir no al colonialismo, no al capitalismo, no a la discriminación racial, no al occidentalismo, porque él dijo “no comer pan, no tomar agua de la pila, no vestir a lo español”, entonces con eso nos ha enseñado a rechazar el colonialismo y el capitalismo. Por eso es que los Tupakataristas vamos a rendir homenajes con todo amor y cariño y también vamos a orientar a la nueva generación emergente, que nos espera, que escucha nuestra voz, porque el Tupakatarismo tiene que vivir eternamente.
¡Jallalla!

José Luis Saavedra es docente de la UMSA

[2] Mario Roberto Santucho fue un revolucionario y guerrillero argentino. Fue fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Comandante de la mayor guerrilla marxista (no peronista) de Argentina, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Wikipedia.

[3] Salvador Cayetano Carpio, conocido también por el seudónimo de Comandante Marcial, fue un político y dirigente sindical salvadoreño, fundador de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” y del FMLN. Wikipedia.

[4] A propósito, la prensa de la época refería que “La CSUTCB denunció que el campesino Felipe Quispe, de la provincia Omasuyos, fue detenido antes del estado de sitio (15 de noviembre), sin que las autoridades hayan dado alguna explicación” (Presencia, 28 noviembre 1989)

[5] Cfr., por ejemplo, Albó, Xavier, “Felipe Quispe, el Mallku”, en: Pueblos indios en la política, La Paz, CIPCA, 2002.

[6] Cfr., por ejemplo, “Exigen que Gómez renuncie y se suspenda el Congreso de la COB”, La Razón, 22 enero 2000.

[7] Felipe Quispe, en ese entonces Secretario Ejecutivo de la CSUTCB, estuvo confinado durante una semana en el cuartel de la localidad beniana de San Joaquín.

[8] Declaración de Felipe Quispe frente a los ministros de Estado, 1 octubre 2000.
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