Cuando la horizontalidad democrática de la sociedad primitiva fue sustituida por las sociedades de castas o de clases, impuso el mandato de unos sobre otros… aplastando la horizontalidad origina
El “liderazgo” individual es fabricado por los opresores para aplastar la horizontalidad
Por Hugo Blanco*
24 de noviembre, 2013.- Aprovecho el incidente sucedido en Colombia, en que el “líder indígena” Miguel Palacín agredió físicamente al comunicador Jorge Agurto de Servindi, para hablar del problema de fondo que condujo al incidente: cuando la horizontalidad democrática de la sociedad primitiva fue sustituida por las sociedades de castas o de clases, impuso el mandato de unos sobre otros… aplastando la horizontalidad original.
Ahí surgieron los “líderes”. Prefiero usar este término venido del inglés, porque el imperio norteamericano es precisamente el “líder” máximo de los opresores.
Ese concepto jerárquico se mantiene con toda su fuerza hasta la actualidad. Se individualizan las acciones colectivas, en positivo o en negativo. Roosevelt, Churchill y Stalin vencieron en la segunda guerra mundial. Los perdedores fueron Hitler, Mussolini e Hirohito.
El Perú fue liberado por Bolívar y San Martín. Cada uno puede poner mil ejemplos.
Esa jerarquización, que es mostrada como natural, hace que hoy en día, un puñado de empresas transnacionales gobierne el mundo en su propio beneficio, las que se valen del verticalismo en todos los ámbitos en beneficio propio.
Ahora atacan a la naturaleza y a la humanidad para enriquecerse y tienen a su servicio todo el sistema: Gobernantes, parlamentos, ejércitos, policías, medios de comunicación. Como señalo repetidamente, de continuar este sistema la humanidad no subsistirá cien años más.
Yo pertenezco a las filas de quienes luchamos contra esa opresión y por lo tanto contra el orden jerárquico fabricado a su servicio; los que estamos por que la sociedad en su conjunto forje su futuro como fue en los albores de nuestra especie. Para esto naturalmente tienen que derrumbarse las jerarquías y reconstruirse la horizontalidad.
Maravilloso ejemplo de esto es la sociedad zapatista, donde la autoridad soberana es la asamblea y sus 7 principios del mandar obedeciendo: 1.- Servir y no servirse. 2.- Representar y no suplantar. 3.- Construir y no destruir. 4.- Obedecer y no mandar. 5. Proponer y no imponer. 6.- Convencer y no vencer. 7.-Bajar y no subir.
Desgraciadamente se da la contradicción de que los organismos que son creados para combatir el sistema existente, repiten la jerarquización, inutilizando con esto el éxito de organizaciones que luchan por la horizontalidad.
Ejemplos de ello, desafortunadamente, tenemos en abundancia: ¿Por qué se hundió la Revolución Soviética que fue obra de las organizaciones horizontales de obreros, campesinos y soldados (soviets)? Por el surgimiento de la burocracia de Stalin y compañía, que acabó por destrozarla y volver al capitalismo, donde parte de los principales neoliberales rusos son ex-miembros de la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética.
Ése es solamente el caso más escandaloso. Otro es el fracaso de derrotar al capitalismo por la clase obrera en Europa, que es lo que Marx había previsto. No pudo aplastarse el sistema opresor debido a la traición de las burocracias Social-Demócratas y Stalinistas.
Tenemos abundancia de ejemplos en sindicatos, cooperativas, organizaciones indígenas, etc.
Estoy muy agradecido a mis maestros por haberme educado en la lucha no sólo contra el capital -el enemigo externo-, sino también en la lucha contra la burocratización interna.
Esa lucha me ayudó eficientemente en mi participación en el movimiento campesino de La Convención, en el Cusco, que hizo la primera reforma agraria del Perú en los años 1962-1963. Por eso logramos realizarla.
Yo nunca fui “líder”, nunca ocupé ningún cargo en mi sindicato de Chaupimayo; fui sólo su delegado ante la Federación Provincial. En ésta tampoco ocupaba un cargo notable. Fui primero sub-secretario y después secretario de prensa y propaganda.
Luego, cuando la amenaza de los latifundistas de aplastar en forma armada los inicios de la reforma agraria realizada por los campesinos, la asamblea general de delegados me nombró por unanimidad como encargado de la organización de la autodefensa armada.
Como fui perseguido por las autoridades, el congreso de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco me nombró: “Secretario de Reforma Agraria”. ¿Para qué? Pues para que firmara un “Decreto de Reforma Agraria” elaborado por el campesinado, ya que como yo estaba perseguido, no necesitaban que otro compañero que no lo estaba, lo firmara y luego lo persiguieran.
La represión prohibió las reuniones de la federación. Ante la ausencia de ella se reunían clandestinamente grupos de sindicatos. Fue una asamblea de cuatro sindicatos la que por unanimidad me ordenó encabezar el inicio de la autodefensa armada, orden que como sindicalista disciplinado, cumplí.
Hay quienes hablan de “La Reforma Agraria de Hugo Blanco”. Esto es falso. Otra vez es la atribución a una persona de la acción colectiva. Fue la Reforma Agraria hecha por el campesinado de La Convención. La mayor parte de ella fue implementada cuando los participantes de la autodefensa ya estábamos presos. Como el campesinado estaba más combativo, la reforma agraria que hizo superó lo dictado en el “decreto”.
Después de cárceles y exilios fui nombrado secretario de Derechos Humanos y luego secretario de Organización de la Confederación Campesina del Perú (CCP). Me destacaron para que colaborara (no dirigiera) con la recuperación de tierras en Puno, donde las comunidades recuperaron 250,000 hectáreas de “cooperativas” burocratizadas.
Hugo Blanco en la Asamblea Constituyente
Luego fui enviado a colaborar con el campesinado de Ucayali en Pucallpa que estaba en huelga. Alan ordenó masacrar. Mataron a varios campesinos y nativos y me secuestraron a golpes. Afortunadamente un campesino vio, comunicó inmediatamente a la CCP, ésta lo hizo a la Secretaría General de Amnistía Internacional la que dispuso una acción mundial urgente. De modo que antes de que esté cuatro horas preso, comenzaron a llegar pedidos de libertad de varias partes del mundo y Alan ya no pudo “desaparecerme”, lo que era su intención.
Ahora no soy “líder” de nada, colaboro con diversas luchas pero no dirijo ninguna.
Miguel Palacín, “dirigente”
Lo conocí como dirigente de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (CONACAMI).
Ese nombre es impresionante en el Perú, donde actualmente la principal amenaza contra las comunidades es la minería a cielo abierto, cuya defensa asumen los gobiernos, la policía, los grandes medios de comunicación, etc.
Han habido ejemplares resistencias, en algunos casos triunfaron los pueblos. Tambogrande, en Piura, fue el primer pueblo en el mundo que realizó un plebiscito entre el Agua y el Oro, combatió fuertemente y la minera canadiense tuvo que retirarse.
Posteriormente Ayabaca y Huancabamba también convocaron a referendo y triunfaron.
Moquegua. En su lucha tomó de rehenes a policías para impedir la masacre.
En Islay, Cocachacra, el pueblo bloqueó la pista y rechazó el pedido del presidente García de “tregua” para la primera vuelta de las elecciones. El gobierno tuvo que retroceder, frenando a la mina Tía María.
El sector aymara de Puno libró una gran batalla antes de la salida de Alan.
Actualmente tenemos la lucha de Espinar, en el Cusco, donde el gobierno sirviente de la minera hirió y apresó al alcalde que apoyó el reclamo por el agua y la vida del pueblo.
¿En cuál de estas batallas contra la minería ha estado Palacín? Que yo sepa en ninguna de ellas.
Hoy día, el caso más emblemático de la lucha contra la minería es el de Cajamarca contra el proyecto Conga, Visito con frecuencia Celendín y a veces Hualgayoc-Bambamarca que serían las provincias más afectadas. El año pasado pasé mi cumpleaños a 4,000 m. de altura cuidando la laguna azul. Ahí nadie sabe de la existencia de Palacín ni de “su Conacami”.
Una de las movilizaciones más importantes de la lucha antiminera fue la marcha por el agua y la vida de Cajamarca a Lima. Ahí no se vio a Palacín ni a ningún dirigente de su organización; sí vi a cuatro jóvenes paisanos míos del Cusco con pequeños banderines de Conacami levantados con timidez.
Dicen que uno de los compañeros de Palacín en el Cauca, Colombia, acusó a las organizaciones del Pacto de Unidad de ser “oenegés que lucran con la cooperación y que no tienen representación territorial”.
Precisamente ese es el término exacto que le cabe a la CONACAMI de Palacín. Tiene bastante dinero para publicaciones y viajes internacionales. ¿De dónde saca el dinero? ¿De la cotización de sus bases? ¿De qué bases?
Jorge Agurto
Son parte importante del movimiento indígena, indigenistas que pueden no formar parte de una comunidad y a veces no ser indígenas.
Tal es el caso, por ejemplo, de escritores como José Carlos Mariátegui, quien en su obra más importante: “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana”, dedica dos ensayos al problema indígena.
También novelistas como Ciro Alegría y Jorge Icaza. José María Arguedas y sus innumerables escritos.
Cuando el gobierno pidió a los zapatistas que manifestaran cuáles eran las reivindicaciones indígenas, ellos no se sintieron autorizados a darlas. Llamaron a todos los pueblos indígenas de México, y, como respetan mucho a los intelectuales, también a los indigenistas del país. Todos estos elaboraron las demandas y nombraron a sus representantes para defenderlas.
En el Perú contamos con un extraordinario y eficiente periodista especializado en cuestiones indígenas. Es parte del movimiento indígena peruano. Y Servindi, el medio informativo que dirige Jorge Agurto, es el mejor y más valiente noticiario indígena del Perú.
De ahí mi indignación ante la noticia de la agresión que sufrió, lo que de paso sirvió para denunciar a un sector de la burocracia, cuya acción favorece al enemigo.
Ya se ha dicho bastante sobre los fraudes de Palacín por mantenerse en el poder de CONACAMI, ya no insistiré en ello.
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* Hugo Blanco Galdos es dirigente quechua histórico del movimiento campesino indígena peruano. Fue encarcelado por su rol clave en una rebelión quechua para reclamar sus derechos y territorios. En la cárcel, escribió el libro “Tierra o Muerte: la Lucha Campesina en Perú”. Fue exiliado en Chile, Argentina, Suecia y después México. Fue dirigente de la Confederación Campesina del Perú (CCP) y de la izquierda peruana. Integró la Asamblea Constituyente de 1979 por la agrupación Frente de Izquierda Revolucionaria (FIR) y fue candidato al Parlamento Andino por el Partido Socialista el 2006. En agosto de 2013 participó en la Escuela Zapatista y el Congreso Nacional Indígena en México. Actualmente es director del periódico “Lucha Indígena”.