Los docentes bonaerenses resolvieron realizar una jornada de protesta. Por eso ayer abandonaron las aulas y recorrieron las calles del centro de la capital bonaerense.
La protesta tuvo mayor adhesión en las escuelas del conurbano, donde hubo escuelas que no abrieron sus puertas. En el interior provincial el paro tuvo menor fuerza. En la provincia funcionan 17.000 establecimientos educativos, a los que asisten 4,2 millones de alumnos. El plantel docente está integrado por 205.000 maestros y profesores.
Para los representantes sindicales docentes la medida fue “un éxito”, con casi un 90% de ausentismo, mientras que las autoridades de la cartera educativa provincial dijeron que la adhesión fue “de poca relevancia”.
El paro —convocado por el Frente Gremial que integran SUTEBA, FEB y SADOP— fue para reclamar un “urgente” aumento salarial en el sector, incremento de becas escolares y apertura de comedores para los alumnos.
Es la tercera protesta con cese de actividades y la octava marcha de “guardapolvos blancos” que realizan este año.
Para el Gobierno provincial, el paro tuvo “color político”, de acuerdo con la interpretación del gobernador Felipe Solá. No obstante, el gobernador aclaró que si el domingo próximo obtiene la reelección, su actitud con el sector docente será de “pleno diálogo y no de confrontación”.
Los dirigentes gremiales no tardaron en responder: Hugo Yasky, de SUTEBA, dijo que detrás del reclamo no hay proselitismo. “Si fuera así hubiéramos inventado la protesta hace dos días y sin embargo venimos luchando desde 2002, cuando instalamos el campamento educativo.” Se refiere a la protesta que incluyó la instalación de maestros en carpas por más de 40 días, frente a la sede educativa bonaerense.
“Si las autoridades no nos escuchan continuaremos con los paros”, aseguraron los representantes de la FEB. En el gremio anunciaron que están previstas jornadas de protesta para el 25 de este mes, y para el 3 y el 14 de octubre. Esos días asistirán al aula para explicar a padres y alumnos el conflicto gremial. También trabajan en la organización de un Congreso, con la presencia de 600 representantes gremiales, para la discusión del sistema educativo vigente en la provincia.
El Frente Gremial exige un salario mínimo de 500 pesos, la eliminación de los recortes a los haberes superiores a los 1.200 pesos, la restitución de los beneficios por antigüedad y la equiparación de las asignaciones familiares con las que paga el Estado nacional.