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Venezuela: La burocracia y el burocratismo

Aporrea :: 01.06.14

El burócrata es enemigo de la transformación

La burocracia y el burocratismo
Por: Jesús M. Vivas P. | Sábado, 31/05/2014
Aporrea

¿Cuántas veces hemos oído hablar de burocracia y su ejercicio paralizante y deformador de la administración pública, diremos que muchas veces? ¿Cuántas veces erróneamente hemos oídos asociar burocratismo sólo a la actividad gerencial, pues muchas veces? Se trata de un error y lugar común, que nos limita el horizonte analítico, y le permite al burocratismo seguir con vida. El burocratismo es un cáncer que ha hecho metástasis en todas las formas de sociedades modernas. Los revolucionarios señalamos a la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, como ejemplo y modelo burocrático de lo que no se debe hacer. Pero nos quedan por señalar incontables malos ejemplos tanto en el campo capitalista, como en los intentos de construcción del socialismo. El Ché Guevara, fue un duro crítico contra las prácticas burocráticas en el gobierno cubano. Había visto de cerca el Comandante Guevara la hipertrofia sufrida en los países de Europa Oriental, vinculados a Rusia y en particular a la propia Rusia. Entendió, como aquel burocratismo, paralizó, desvió y degrado el intento socialista impulsado por Lenin. Hasta llega El Ché a señalar a Lenin, de haber tenido corresponsabilidad en estos desvaríos, que luego fueron profundizados por el estalinismo. Pudiéramos admitir que el burocratismo es consustancial al sistema capitalista, pero no lo debe ser en una sociedad socialista. Ahora entendemos por qué, se decía en aquella época en boca de los críticos de izquierda, que la ideología oculta y reproduce al modelo capitalista, hasta llegar a justificarlo, y que en la URSS había ideología, esto es clases sociales. Por mejor decirlo, no había socialismo, sino un corrupto capitalismo de Estado. Lo que fracaso allí no fue el socialismo, pues ya afirmamos que no lo hubo, lo que fracaso allí, fue un podrido capitalismo de Estado, férreamente burocratizado. Lo que deja claro, que burocratismo es ideología, y que toda ideología es reaccionaria, y que con la ideología no se hacen revoluciones. Al ocultar el metabolismo del capital, hacer aparecer sus máculas como naturales, y manipular para que el dominado reproduzca con su conducta el modelo dominante, la ideología, es por lo tanto contrarrevolucionaria. Afirmamos pues, que el burocratismo no es meramente un asunto gerencial, no, penetra importantes espacios de la sociedad.

El burocratismo pretende controlarlo todo. Prefiere la evolución y no la revolución. Las soluciones burocráticas son coyunturales. Pone énfasis en el líder, así, los problemas son de incompetencia humana, o gerenciales, ocultando el modelo sistémico. Frente a la crítica, argumentan normas legales, éticas, políticas y hasta morales. Organiza para dividir, fragmentar y controlar a la sociedad. El burocratismo es conciliador cuando le conviene. Prefiere el orden dominante y le aterra el orden revolucionario. Con sofismas detienen los procesos revolucionarios. Lo institucional, es de su agrado. Usan falsos patriotismos para imponer sus designios. Reproducen la dominación. Se autocalifican de indispensables; sin ellos perece la República. Las ideas, los planes y sus ejecuciones, deben salir de su seno. Cuando les conviene recurren al apoyo social, para confundirse intencionadamente con el interés nacional. Hasta pueden llegar al chovinismo, para ocultar su intención de control. Las instituciones son para ellos El deber ser, por eso no admiten la implosión institucional. Usan los íconos nacionales para ocultar su verdadero rostro. Apelan al reformismo cuando están contra la pared. Tienen un enorme poder de mimetización, pueden fingir un valiente ímpetu revolucionario, como explotar en cólera contrarrevolucionaria. Son expertos en construir controles y barreras. Viven haciendo y diseñando cursos gerenciales y administrativos, desde donde puede inocular su veneno. El burocratismo es vertical y jerárquico. Soy el jefe, son órdenes del jefe, hable con el jefe, ciudadano, aprenda a respetar las normas, aquí somos enemigos de la anarquía, estas normas son por el bien público: acátelas y punto. Los burócratas se consideran merecedores del absoluto respeto público: trabajamos para usted. Apelan al reformismo para detener los cambios radicales. El burocratismo sabe mimetizarse para sobrevivir. Es castrante; el interés público es de su control. Los controles burocráticos impulsan la corrupción: las llamadas alcabalas en la administración pública, casi siempre están diseñadas para favorecer la corrupción. Cuando se ven en peligro apelan al chantaje al temor de la desestabilización, del desorden y la guerra. El ejercicio del poder popular, es para el burócrata, desbordamiento de las normas, roles, leyes, es anarquía inaceptable. Para el burócrata, Pueblo haciendo historia, es relajo, atrevimiento, horror, acción inaceptable. Se le opone a todo aquello que no pueda controlar. Puede operar fundiéndose en un mar de papeles o en la tranquilidad derivada de la tecnología. Le encanta ser mediador de crisis, para poder controlar la situación. El burocratismo es parásito, vive, administra y se consume lo que produce el Pueblo. Está siempre a la defensiva. Planifica al margen de la participación popular. Inmoviliza y desmoviliza al Pueblo. Reproduce y defiende al sistema dominante. Determina su salario y el de toda la administración pública. Como ideología, el burocratismo reproduce el sistema dominante. El burócrata no cree en los poderes creadores del Pueblo. Fosiliza todo lo que controla, pues anestesia el aparato institucional. Es consumista, y le encanta exhibir el fruto de su sacrificio. Se esconde bajo sofismas como: Secreto de Estado, Interés nacional, Interés del Pueblo, La fe, la objetividad, la demostración científica. El burocratismo, desvía, corrompe, coarta, prostituye, congela e impide la revolución; es contra revolucionario.

El Comandante Supremo Hugo Chávez, nos alertó muchas veces sobre los peligros de éste monstruo de mil cabezas, que puede decapitar ésta revolución. Con certeza nos señaló que sólo la presencia alerta y permanente del pueblo, puede frenar y liquidar este cáncer. Por esto, siempre hay que solicitar y reivindicar la presencia del Pueblo. Al Pueblo no se le dan migajas de poder; EL ES EL VERDADERO PODER. Invitar sólo el Pueblo a votar, a hacer bulto en actos políticos, o darle mendrugos de pan, es asistencialismo, populismo y burla al verdadero amo y señor del poder. El Pueblo sabe, que un explotado solo y aislado, es una gotita de agua, pero todos los explotados unidos son un poderosísimo rio que todo lo controla a su paso. La clase trabajadora debe tener cuidado con las prácticas economicistas de sus dirigentes, pues en fin de cuenta, cuando el patrón se ve obligado a dar aumentos salariales, simplemente traslada a sus mercancías los aumentos conferidos. La pelea no es económica sino política. El Pueblo sabe que en el salario está su prisión. Que superar el valor de cambio, es quedarse en el valor de uso. El Pueblo ha aprendido que el burócrata es un enemigo a vencer. El burocratismo es la tumba de la revolución. Hay que arrebatarle a los burócratas, la dirección del Estado, para transformarlo en un Estado al servicio pleno de los trabajadores, que luego sea implosionado y dar paso definitivo al socialismo.

HISTORIADOR Y PROFESOR UNIVERSITARIO.

jesusm_vivas@hotmail.com


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