CARBOZULIA/Pdvsa hoy pretende por orientación de empresarios chinos y zulianos del entorno político del gobernador del Zulia, capitaneado por Luis Soto Luzardo, dejar al Zulia sin agua, suelos y bosques ampliando las fosas de las minas
Sí al agua y a la energía limpia del Parque Eólico de la Guajira
No a la carboeléctrica en el Zulia ni a la explotación de carbón en el río Socuy
Por: Sociedad Homo et Natura | Lunes, 01/09/2014 09:04 AM | Versión para imprimir
El Presidente Maduro no puede asistir a la COP20 el 21 de septiembre próximo en Perú y a la Segunda Cumbre Mundial Climática a realizarse en Paris en el 2015 a seguir avalando la condición de productor mundial de petróleo y carbón y desviar la responsabilidad ambiental por parte de PDVSA y demás filiales, pues las generaciones presentes y futuras no se las perdonaran.
Luego de la muerte de Chávez, CARBOZULIA/Pdvsa hoy pretende por orientación de empresarios chinos y zulianos del entorno político del gobernador del Zulia, capitaneado por Luis Soto Luzardo, dejar al Zulia sin agua, suelos y bosques ampliando las fosas de las minas Paso Diablo y Norte en el río Guasare y abriendo una nueva mina en el río Socuy.
El plan macabro CARBOZULIA/Pdvsa pretende, además de exportar carbón barato, construir una carboeléctrica en las áreas de las minas para vender electricidad al occidente del país y a Colombia. En torno a este negocio el Ministerio de Energía está estudiando vender al mejor postor el Parque Eólico de la Guajira y Paraguaná, sin importarles que pensáramos los zulianos de todo este descalabro político, ambiental y económico que hoy se fragua entre Áreas Cárdenas, sus empresarios amigos de la Gobernación del Zulia y CARBOZULIA/Pdvsa. Todo esto abalado por supuesto por la jerarquía que hoy se ha posesionado del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente.
China prefiere seguir emitiendo sus gases invernaderos hacia la atmósfera que mantener la temperatura media mundial con un ascenso de no más de entre 2 y 2,4ºC, pues reducir sus emisiones recortaría de una manera drástica su espectacular crecimiento económico actual, algo a lo que Beijing no está dispuesto a renunciar (www.generacionnatura.org). La República Bolivariana de Venezuela no puede seguir el camino de China porque tiene una realidad muy distinta, pues pose sol en abundancia, fuertes vientos y la mayor cantidad de gas en el mundo (376 trillones de pies cúbicos de gas, según Reporte Anual 2008 BP Statistical Review), luego de Rusia, Irán y Qatar.
El Presidente Maduro debe darle un parao a este plan contaminante y depredador de CARBOZULIA/Pdvsa/Gobernación del Zulia y reflexionar sobre lo que dice Ignacio Ramonet “unos 1.500 millones de seres humanos siguen usando energía fósil contaminante procedente de la combustión de leña, carbón, gas o petróleo…Apenas el 13% de la energía producida en el mundo es renovable y limpia (hidráulica, eólica, solar, etc.). El resto es de origen nuclear y sobre todo fósil, la más nefasta para el medio ambiente. En este contexto, preocupa que los grandes países emergentes adopten métodos de desarrollo depredadores, industrialistas y extractivistas, imitando lo peor que hicieron y siguen haciendo los actuales Estados desarrollados…los mercados financieros y las grandes corporaciones privadas han restablecido la ley de la jungla, la ley del más fuerte. Un mundo en el que la búsqueda de beneficios lo justifica todo. Cualquiera que sea el coste para los seres humanos o para el medio ambiente. A este respecto, la globalización favorece el saqueo del planeta. Muchas grandes empresas toman por asalto la naturaleza con medios de destrucción desmesurados. Y obtienen enormes ganancias contaminando, de modo totalmente irresponsable, el agua, el aire, los bosques, los ríos, el subsuelo, los océanos…Que son bienes comunes de la humanidad” (http://www.monde-diplomatique.es/).
El Presidente Maduro debe tener en cuenta antes de ir a la segunda Cumbre en Paris cuatro señalamientos entre otros que hace el investigador Julio César Centeno en junio de este año:
1. “Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización Internacional de la Madera Tropical (OIMT), durante el período 2001-2010 se destruyeron en Venezuela 2,8 millones de hectáreas de bosques naturales, a una tasa promedio de 280.000 hectáreas anuales (FAO – State of the World’s Forests 2011; ITTO – The State of Tropical Forests 2011; CEPAL – Superficie de Bosques 2011). La superficie forestal se redujo de 49,15 a 46,27 millones de hectáreas en ese período”.
2. “Las emisiones de CO2 de Venezuela por habitante son efectivamente las más altas de América Latina. Se han mantenido así durante años. Así se reporta en varias fuentes, tales como el Banco Mundial, la Agencia Internacional de Energía, el PNUD y la CEPAL. Según el Banco Mundial, la fuente a la que hace referencia la nota publicada por Últimas Noticias, las emisiones por el consumo de combustibles fósiles en el 2010 superaron las 6.9 toneladas de CO2 por habitante, muy superiores a las de otros países de la región: Argentina (4.5), Méjico (3.8), Brasil (2.2), Perú (2.0), Colombia (1.6). El hecho de que un país del caribe, Trinidad-Tobago, registre niveles aún mayores, no le resta importancia al señalamiento”.
3. “Cuando se incluyen las emisiones netas de CO2 provenientes de la deforestación, la posición de Venezuela es aún más comprometedora. A las 200 millones de toneladas métricas anuales de emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles en el 2010 habría que añadir 90 millones adicionales por la deforestación anual neta. Las emisiones se aproximan así a las 10 toneladas por habitante, muy por encima de los otros países de la región y superando a las de países considerablemente más industrializados, como Alemania, Inglaterra o Japón.
4. Venezuela encara una difícil situación en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero se refiere, cuya negación atenta contra la estabilidad ecológica de la nación y compromete los derechos de generaciones futuras. Urgen políticas públicas destinadas a reducir efectiva y sustancialmente las emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles y erradicar la deforestación. Venezuela se encuentra también en una posición comprometedora en las negociaciones internacionales sobre cambios climáticos debido a sus elevados niveles de emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero por habitante”.