El informe The Living Planet Report de 2014 constata que la mitad de la fauna salvaje ha desaparecido en los últimos 40 años
Balance: los últimos informes de la ONU confirman las previsiones sobre el calentamiento global
“Hay que ganar tiempo frente al cambio climático”
Los científicos recomiendan dejar bajo tierra las reservas fósiles ya descubiertas.
María José Esteso Poves
12/10/14 · 9:53
Entre el 6 y el 17 de octubre, se está celebrando en Corea del Sur la Cumbre Mundial de la Biodiversidad. La desaparición de especies y la destrucción de su hábitat preocupa especialente a la ONU, organización que tratará estos días de establecer una serie de objetivos en este sentido de cara a 2020. El informe The Living Planet Report de 2014 constata que la mitad de la fauna salvaje ha desaparecido en los últimos 40 años. El estudio científico denuncia que esta grave pérdida de biodiversidad se debe al actual “consumo humano insostenible”.
“La novedad ahora con respecto a otros cambios climáticos es que éste va muy rápido”
Pero no sólo la biodiversidad. El pasado 23 septiembre, la cumbre sobre el cambio climático de la ONU celebrada en Nueva York, con altos representantes de 126 países, volvió a encender las alarmas ante los cambios dramáticos que se avecinan. Sin embargo, como en cumbres anteriores, las palabras de los representantes de las naciones más contaminantes no dejan de ser una declaración de buenas intenciones. Se espera que en la cumbre de Lima, en diciembre, se alcancen compromisos y un plan de acción común que se pretende cerrar con carácter vinculante en París a finales de 2015.
Medidas urgentes
Los estudios científicos son concluyentes y llaman a tomar medidas. El cambio climático está en marcha y lo más importante en este momento es “ganar tiempo”, dice Fernando Valladares, profesor investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).“La novedad ahora con respecto a otros cambios climáticos es que éste va muy rápido”, asegura. Se han producido cambios climáticos muy drásticos en la tierra, explica Valladares, como las glaciaciones, que ocurren cada miles de años. “La tierra ha estado congelada varias veces; se ha pasado también por momentos tropicales, pero, la diferencia es que ahora va muy deprisa”, señala. “Aunque no consigamos los objetivos de revertir los valores de los gases de efecto invernadero para que vuelvan a los datos de los 90, si conseguimos que el calentamiento vaya un poco más despacio, tendríamos más opciones para frenarlo”, apunta Valladares. Según este científico, así habría más tiempo para concienciar a la población “porque los efectos están ahí, no son cosas de un chalado”. Para Valladares, ganar tiempo “permite avanzar más en las tecnologías, tanto en la mitigación de los efectos como en la adaptación a los mismos. Muchos organismos, incluida la especie humana, pueden evolucionar. Pero el cambio evolutivo requiere tiempo”, explica. Todos los científicos coinciden en que, si para 2020 no existen nuevos recortes de emisiones, desaparecerá cualquier esperanza de ralentizar el calentamiento del planeta por debajo de los niveles considerados ya muy peligrosos. También queda patente que el negacionismo del cambio climático ya no tiene hueco, “es pura ignorancia”, afirma Valladares.
El petróleo, bajo tierra
Según el Quinto Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), formado por más de 850 científicos de 85 países, los efectos del cambio climático sobre la tierra son graves. El informe señala que entre 1880 y 2012, la subida de la temperatura fue de 0,85º. Hoy, los científicos estiman que las temperaturas a finales de este siglo aumentarán 1,5 grados respecto a la época preindustrial. Sin embargo, hay previsiones que cifran este incremento de la temperatura en este mismo periodo en 4,8º.
Antes de final de siglo, según detalla el último informe del IPCC, aumentará el nivel del mar y los desastres naturales serán más frecuentes: olas de calor, sequías, ciclones y otros fenómenos climáticos. También las cosechas serán escasas debido a la falta de precipitaciones. Los conflictos a consecuencia del cambio climático en países empobrecidos provocarán más desplazamientos de la población. Además, la subida de los oceános y las temperaturas extremas pondrían en riesgo las fuentes de alimentación de millones de personas.
El Quinto Informe del IPCC señala también la certeza de que es la actividad humana, en un 95%, la causante del cambio climático. Sobre todo, la quema de combustibles fósiles es responsable del 80% del efecto invernadero. Aunque una parte es absorbida por la atmósfera, la concentración de dióxido de carbono (C02) en la atmósfera ha aumentado por el uso de combustibles fósiles y la deforestación, aunque esta última en menor medida. El incremento de concentraciones de C02, metano y óxido nitroso en el siglo pasado no tiene precedentes en los últimos 22.000 años, afirman los científicos. Los niveles de dióxido de carbono han aumentado en más del 30% desde la revolución industrial (a mitad del siglo XIX). En este sentido, los científicos recomiendan no emitir más gases a la atmósfera y para ello, como ha indicado Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, deberíamos dejar bajo tierra las reservas fósiles ya descubiertas.
“La pregunta que hay que responder –reflexiona Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional de Ecologistas en Acción– es ¿cuánto CO2 podemos todavía emitir a la atmósfera sin que crucemos ese umbral de los 2ºC a final de siglo?”. Martín-Sosa se refiere al límite del incremento de la temperatura (acuerdo alcanzado en la Cumbre de Cancún en 2010) que evitaría consecuencias catastróficas para el cambio climático. Un “mal acuerdo” –afirma– alcanzado por la mayoría de los Estados. “Hay que ser honestos y decir que vamos hacia un cambio climático catastrófico porque no estamos por la labor de no quemar las reservas de reservas fósiles conocidas hasta ahora”, dice Martín-Sosa. Para este miembro de Ecologistas en Acción resulta incomprensible que se estén “buscando reservas que son de peor acceso, de peor rentabilidad energética, con un mayor coste económico en la extracción, cuando no deberíamos ni siquiera quemar las que ya han sido descubiertas”. Si quemáramos todas las reservas a día de hoy conocidas, calcula Martín-Sosa, “se emitirían 2.860 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera. Esto sería suficiente para producir un aumento de 3ºC de la temperatura global”. Ni siquiera el debate sobre el pico del petróleo tiene sentido ya, sostiene Martín-Sosa: “Sobre si antes o después se van a acabar las reservas fósiles, lo que ocurre es que no podemos quemarlo aunque quede poco. Es la única forma de contener el aumento de la temperatura”.
Actuar y cambiar el mensaje
Greenpeace asegura que las peores predicciones supondrán una subida del nivel del mar de siete metros por el derretimiento del Ártico: “España es uno de los países que se enfrenta a los costes más altos por la subida del nivel del mar, incrementándose el riesgo de vivir en la costa”. Ante un montaje fotográfico en el que Benidorm aparece arrasado por el mar y la playa de la Concha de Donostia inundada, Greenpeace explica: “No es alarmismo, es realismo puro y duro. Es bueno que la sociedad sepa que puede llegar este escenario”.
Sin embargo, para Valladares es necesario cambiar el mensaje. “Si el discurso es que ‘todo es catastrófico y ya no podemos hacer nada y tendremos que cambiarnos de planeta’, la gente no querrá oír hablar del tema”, dice. El científico asegura que es necesario seguir con las campañas y transmitir que el cambio climático está ahí. “No se habla de soluciones. Pero las hay. Son los grupos ecologistas y las personas con sensibilidad las que se están preguntando qué va a ser del mundo cuando lo hereden nuestros hijos. Las soluciones deben venir desde la sociedad civil. Debe ser algo que trascienda a los políticos, porque su mandato es muy corto y muchos tienen intereses. Tiene que ser la ciudadanía la que diga lo que quiere”, afirma.
Mientras tanto…
1. Apostar por las renovables.
Los científicos insisten en que la principal causa del cambio climático es la quema de combustibles fósiles. Por ello, piden el uso de energías renovables.
2. Ampliar el transporte público
La declaración de Nueva York sobre el cambio climático, firmada por más de un centenar de Ong, propone mejorar la red de transporte público para personas y mercancías.
3. Reciclado y cero desechos
Movimientos sociales y organizaciones ambientales dan soluciones al cambio climático como la puesta en marcha de sistemas eficientes de cero desechos para el reciclado.
4. Hacia una agricultura local
Promover la producción y consumo locales, estimulando la transición de la agricultura industrial a la agricultura local como fórmula de soberanía alimentaria.