Junto a él fueron asesinados también otros cuatro miembros del “Escudo de la Patria”. chavistas críticos del gobierno burocrático de Maduro
La funcionalidad de la muerte: de Robert Serra a José Odreman
Por: Roland Denis | Jueves, 09/10/2014
Aporrea
Barbarie absoluta la cometida en el asesinato de Robert Serra y su asistente o ahijada según me han dicho. Una circunstancia plagada de elementos que solo irrumpen dentro del horror paramilitar inaugurado en Colombia desde hace más de dos décadas. Escándalo público que genera la respuesta de indignación correspondiente, sus partidarios y compañeros más cercanos con mayor razón. La pista apunta hacia la beta asesina dejada entre comentarios develados por parte de este Saleh y el mundo protofascista y terrorista que lo rodea monitoreado desde Colombia. Con toda la ingenuidad que supone la rabia contenida entre tantísimos, la tesis se deja correr como verdadera de inmediato. Digamos que la necesidad de ubicar el culpable que se desea que sea, mezclando la rabia personal y los odios políticos que parecen en este caso sintetizarse, hacen que la verdad ingenua prospere.
El gobierno reacciona asumiendo primero el compromiso de la investigación y luego levantando la tesis incriminatoria hacia toda la derecha. Entiende rápidamente la funcionalidad de este asesinato dentro de su propia lógica de confrontación política y la usa.
Robert es tratado de mártir juvenil junto a la muchacha asesinada, con los consiguientes honores que podría merecerse. Sin duda lo es, ¿pero un mártir fruto de qué?, ¿para qué sirve la ingenuidad y confundir de antemano lo que quisiera que fuese a lo que es realmente?. Esa no es actitud para un movimiento revolucionario que debe saber sobre qué realidad se está moviendo y la complejidad de ella.
Lo cierto es que esa ingenuidad que dejan ver tantos comentarios y artículos, no es admisible de parte del gobierno hasta que tenga prueba en mano, teniendo como hacerlo.
Su falta de unidad interna y la confrontación de factores económicos y de poder en lo interno lo lleva a utilizar esa ingenuidad como catalizador de un reconocimento que siente perderse y que todos a su interno la necesitan. Peligrosa aventura en la que se mete que ya le costó muchas dudas a la hora de descubrirse la realidad del asesinato de Juancho (Juan Montoya) a principios de año en medio de las manifestaciones de estudiantes de derecha, que luego utilizó muy bien el profascismo para lanzar su verdadera estrategia guarimbera, que como sujeto político va mucho más allá matar a este o al otro.
En todo caso nada podemos sacar como conclusión salvo especulaciones y deseos. Se sabrá lo que se sabrá sobre este horroroso asesinato, pero ya es evidente que el uso descarado está mostrando debilidades en las evidencias que ya empiezan a colarse en los medios privados, nada ingenuos, mucho más inteligentes y claros en sus intereses de clase.
Lo cierto es que es uso funcional de este asesinato deriva el día de ayer martes 7 de octubre, en algo absolutamente increíble que vuelve a develar lo descompuesto que está el sancocho interno dentro del gobierno. Se hace un acto en Miraflores con la juventud del PSUV, gobierno, militares, en honor a la juventud y en particular hacia la figura de Robert Serra. Muy bien, pero ayer mismo toda Caracas estuvo conmocionada por la masacre que genera el Cicpc horas antes en el centro de Caracas de 5 activistas del colectivo 5 de Marzo y “Escudo de la Patria”. Secuestros de agentes policiales por parte del colectivo, enfrentamientos, negociaciones, arrestos, puso en vilo toda la cuidad y una enorme presión sobre el Frente de Motorizados ligados a ellos que estuvieron a punto de entrar en confrontaciones mucho mayores. En el acto, de eso no se dice absolutamente nada. Robert Serra es efectivamente un mártir pero ¿y estos compañeros qué?, “ni pa´ muertos de waterclose” quedaron.
Sobre el supuesto de la ingenuidad inmediata y total, hoy en la mañana el comisario Sierralta jefe del Cicpc, declara que no fue otra cosa que enfrentamiento con delincuentes donde quedaron abatidos los que se confrontaron con armas con los funcionarios que fueron a hacer un allanamiento. Perfecto, pero hay tres eventos de enfrentamientos que no se explica y sucede que entre los muertos, José Odreman líder del colectivo, no solo hasta ayer era un reconocido militante de los colectivos chavistas, hombre de confianza y muy cercano al gobierno, sino que horas antes de su muerte como ya se conoce, deja una declaración sobre el sitio de uno de sus compañeros asesinados de que responsabiliza a Rodríguez Torres Ministro del Interior de lo que pueda pasarle a su vida. Momentos después cae asesinado y con él varios más.
De esto el presidente revolucionario no dice absolutamente nada. ¿da para tanto la ingenuidad?. Esto supera toda todas las fronteras del descaro y la sorpresa, es algo donde el surrealismo es una tontería en inventiva. ¿Cómo no va a decir nada de esta masacre?.
¡Adelántese amigo presidente al jefe del Cicpc, y explique algo compañero!, ¡la política no puede ser sólo el uso de lo que le conviene a usted y los suyos, y mucho menos si esta la muerte de por medio!, ¡no entiende el peligro que esta inaudita irresponsabilidad supone!. Usted es el jefe de Estado y supuestamente líder máximo del chavismo; ¡son cinco hiperchavistas militantes los que han sido masacrados!. Diga al menos que no era cierto, que eran unos tristes delincuentes y ustedes por buena fe creyeron en ellos, y nos convence con pruebas a todos. Tampoco; esto está peor que la masacre del Amparo donde al menos desde la presidencia tuvo que justificarse en argumentos aberrantes, para luego saberse la verdad, ¡pero aquí ni eso, solo unas declaraciones aisladas del jefesote del Cicpc, justificando lo injustificable!. La ascensión de un poder de Estado meramente utilitario y funcional exclusivamente a sus intereses toca aquí un pico jamás visto.
¿Con qué derecho se trata a todo el movimiento popular como fuese una camada de imbéciles a sueldo?, ¿o es que ya lo son?, habría que probarlo. En todo caso, esto es algo absolutamente insólito, que no está lejos de la rabia que deja la muerte misma. En todo caso, ese es el Estado, ese es el gobierno, que tenemos, nuestro presidente.
Dejo, seguramente con mucha carga de ingenuidad aún, solo una tesis de lo que estamos viviendo. Asumamos la tesis del paramilitarismo y ya frente a la muerte de Robert Serra y , aunque haya mucho más que esto, no importa. Se ha expresado por este lado la cara del horror que va a la toma del Estado cavando el suelo de su terror. Pero al mismo tiempo, con tanta evidencia, ayer se expresó de manera horrorosa el terrorismo incrustado en el Estado. ¿Puentes entre ambas cosas?. Por supuesto, y se hacen evidentes sus vínculos posiblemente no entre los casos ocurridos, sino en su lógica última y probada en ambos casos. Estos se arman y expresan su terror para acabar con el corazón revolucionario activo de un pueblo, esa es toda su razón de ser. Y cuando ambos coexisten, como lo estamos probando, allí entra la sapiencia superior de la estrategia imperialista para generar entre ambos el caos que necesita, para debilitar y desarmar definitivamente al pueblo en lucha e imponer su orden de salvación última, como hoy lo intentan en el Medio Oriente.
Esta acción ya está presente entre nosotros… saquemos conclusiones, desechemos nuestro imbécil, que solo la verdad y solo ella nos hará libres.
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La funcionalidad de la muerte II: del paramilitarismo al parapolicialismo
Por: Roland Denis | Jueves, 16/10/2014 10:21 AM | Versión para imprimir
El muerto bueno al muerto malo: por un lado Robert, por otro lado Odremán por tomar los personajes emblemáticos de las matanzas acaecidas este mes, en situaciones aborrecibles, pero donde uno es exaltado como mártir del pueblo mientras el otro y los cuatro que murieron en los mismos hechos, son tirados a la basura de quien no merece ni aclaratorias de parte oficial, ni siquiera el reconocimiento del “chavista errado”.
Que tremendo desgaste el que vive al interno todo el sistema político, incluidos los escenarios públicos de la política oficial de gobierno, la política derechista de la oposición, y sus respectivas versiones mediáticas donde el Estado parece ganar más espacio. Tremendo desgaste que se denota en la forma más clara a partir de asesinatos terribles, que son en sí mismos un cuadro hiperrealista de la sociedad que vivimos plagada de ellos todos los días, pero que en este caso se superponen a cualquiera por sus connotaciones políticas y por tanto mediáticas.
Decíamos respecto al asesinato de Robert Serra y su asistente, que no basta con exaltar conciencias ingenuas, que deseo y realidad, la rabia y lo que es, hay que distanciarlos y acabar por completo toda ingenuidad. Estamos metidos en una olla histórica muy compleja que no lo permite, en cuyo ajedrez ya no quedan muchas piezas y por tanto la próxima jugada puede ser la definitiva. El caso de Robert Serra apunta a una componenda compleja donde no queremos hacer conjeturas, pero donde queda en evidencia la participación de agentes de Estado y su contrapartida paraestatal -paramilitar- dentro de la misma. El odio escuálido quiso y así lo expresó mediáticamente lo que le gustaría que sea, donde homosexualidad y santería, asquerosos pecados enfatizados frente a su angelical, asexuada e hipócrita moral, junto a la sabida guerra interna de factores de gobierno, dieran como resultado lo que ha pasado. Una manipulación fallida de la “moral de Dios”. La conciencia ingenua en la expresión chavista, apostó por el discurso etéreo de un paramilitarismo que avanza desde fuera de las fronteras queriendo destruir la revolución nacional. A la final y me refiero exclusivamente al “parte de guerra” que presenta el presidente, es que aquí hay una sopa de relaciones entre Colombia-Venezuela, Estado y paramilitarismo colombiano, que si lo vemos más allá de los hechos es mucho más peligroso que cualquier enemigo disparando desde fuera. ¿Cuáles fueron las razones de estos hechos?. El que sepa que lo diga, aquí hay todavía mucho que decir: Estado y paramilitarismo están actuando juntos, ¿desde qué partes de los mismos?, ¿hacia un plan superior?, muy posiblemente. Tarea del movimiento revolucionario develar esto, sin estar siendo funcionales a nadie sino a su propia identidad política de liberación.
Pasamos ahora al caso Odreman. Mucho más sencillo. El Cicpc decidió masacrar a un conjunto de compañeros y si no fueron más es porque en medio de los hechos donde ya estaban sobre la “parrilla” varios otros de los “malditos colectivos” una llamada “de arriba” los hizo calmarse. ¿Las razones?. “Plazas” de lo que fuera en el centro de Caracas que estos colectivos le estaban arrebatando al Cicpc, puede ser, “pa maladros todos”. Y todos en esta sociedad rentista, me refiero a lo profundo de las clases subalternas, van a ver como hacen para meterle mano a algún mercado desde donde “corra real” y resuelvo mi hambre. Esto no es un problema moral es un problema estructural de la sociedad que vivimos que el “socialismo burocrático” que vivimos no ha hecho sino profundizarlo. ¿Es esta la razón por la cual había que masacrarlos?, ¿una palea entre malandros, unos fuera y otros dentro del Estado?. ¿O será mas bien que los compañeros eran algo así como unos conspiradores contra Maduro y por lo cual había que quebrarlos?. ¿O hay una derecha dentro del gobierno que se ha decidido acabar con estos colectivos, callando algunos mientras tanto para después acabarlos a todos?
Sea cual sea las razones, todas apuntan a un solo hecho: un aparato parapolicial esta formado y actuando en lógica asesina con una estrategia definida. Actúaron en forma dispersa sobre el territorio acabando con la vida de centenares de dirigentes campesinos, indígenas, obreros, pero los hechos de Quinta Crespo nos evidencian que esto tiende a centralizarse y superponerse al Estado oficial que en este caso ha actuado de la manera más cochina y cómplice de los asesinatos como unos especies de barones sumisos y en el fondo acordes con él. Me refiero mas que todo a la actitud del ministro Rodríguez Torres quien tuvo comunicación con Odreman hasta sus últimos momentos.
Los “colectivos” son una realidad harto compleja, fundamentalmente caraqueña de donde nacen en los años 80, en el 23 de Enero. Todos, salvo aquellos que se han apodado como tal para hacer cualquier tipo de desastres y malandrajes en diferentes comunidades utilizando su fama, son entes políticos-revolucionarios. Han sido impregnados por el chavismo desde su base, convirtiéndose en su vanguardia inmediata organizada y en muchos casos armada, moldeando su acción dentro de una sociedad terriblemente deteriorada por el capitalismo rentista, especulativo, mafioso, que es impulsada desde sus agentes públicos y privados dominantes, pero dentro de la cual ellos viven. Odreman y el 5 de Marzo, los compañeros del “Escudo de la revolución” eran expresión de esa historia, incluso en su debilidad máxima: ser terriblemente dependientes de agentes de gobierno, de la aceptación de sus proyectos, aliados a uno u otro, y carentes de “otra política” que no sea la que emane del Estado-gobierno, sirviéndoles más bien de piezas de auxilio en labores policiales o comunitarias. En todo caso allí el trabajo de base de estos compañeros masacrados y la enorme querencia de miles de personas hacia ellos, de quienes se ganaron el respeto y mucho cariño.
Lo que ha pasado no es por tanto otra cosa que una vil masacre contra luchadores del pueblo real y concreto que ha nacido y se ha desenvuelto en la Caracas que tenemos. El gobierno, no encontrando dónde está la funcionalidad de su muerte a su favor, mientras sí la encontró con Serra, ellos son entonces los muertos malos y los ha convertido en viles delincuentes, por declarativa despótica y ya. Tergiversando unos hechos donde no hubo ningún enfrentamiento armado con el Cicpc ni mucho menos, no dándoles ni siquiera el privilegio a la investigación la aclaratoria. Son el “resto de la sociedad” que no vale nada, seres que no valen ni mierda y así hay que hacerlo saber al resto de la pobrecía que en definitiva para nuestros “mandatarios” no valen sino eso (¿qué hubiese pasado si eso ocurre con unos guarimberos?, estarían en la ONU dando explicaciones y toda la policía intervenida: respondiendo a la naturaleza de clase del Estado). Para el discurso dominante, la esfera desde la cual todos nos hacemos ciegos e hipnotizados, estuvo bueno que cualquiera los haya matado, son seres sin derecho de ningún tipo, y paradójicamente menos si eran chavistas, demostrando hasta qué punto el movimiento popular se dejo vencer por la burocracia, viviendo hoy las consecuencias de lo que esto significa. Una asquerosidad de parte del gobierno que no tiene nombre y de lo cual muy pocos se quieren pronunciar. Pero seguro la memoria queda y las respuestas políticas vendrán, esto hará crecer el pueblo en lucha y una rabia nacerá distinta a la simples cantaletas creadas por los medios oficiales.
Habrá una línea de derecha del gobierno (¿será Rodríguez Torres uno de ellos?, aclarelo usted mismo) que está impulsando esta guerra asesina contra los colectivos, mientras estos no queden totalmente desarmados y al mando de sus políticas de defalco nacional?. ¿Estarán utilizando herramientas hasta religiosas y partidarias para generar este pacto entre parapolicialismo-paramilitarismo colombiano y Estado?
Terminando, no queda más que concluir que aparatos externos parapoliciales y paramilitares y por la prueba de los hechos están actuando dentro del Estado y a lo cual el gobierno actúa en su contra siempre y cuando le sirvan a su óptica inmediatista de guardarse en el poder. Cuando las evidencias de los hechos no le sirven, al contrario alimentan esta realidad…ten cuidado Nicolás porque comienzan matando “colectivos” pero pueden terminar matándote a tí mismo, que sea cual sea tu política eres parte de lo que odian.
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Jefes se lavan las manos y arrestan a los agentes que asesinaron a los cinco del “Escudo de la Revolución”
Subdirector del Cicpc se reunirá con los funcionarios detenidos
Detenidos seis funcionarios del Cicpc por hechos ocurridos en Quinta Crespo
Por: Aporrea-Agencias | Jueves, 16/10/2014
16-10-14.-Seis funcionarios del Cuerpo de Investigaciones, Científicas Penales y Criminalística (Cicpc) fueron privados de libertad por los hechos ocurridos la mañana del martes 7 de octubre en Quinta Crespo, donde resultaron abatidos en un presunto enfrentamiento cinco sujetos, entre ellos José Odreman, miembro del colectivo Escudo de la Revolución.
El Ministerio Público, a través del Tribunal Trigésimo Séptimo de Primera Instancia, dictó 6 órdenes de aprehensión contra varios funcionarios del Cicpc como parte de la investigación por el allanamiento y enfrentamiento en Quinta Crespo, que dejó un saldo de 5 muertos.
Las medidas privativas de libertad para un comisario, un inspector y otros cuatro detectives del Cicpc, adscritos a las Divisiones de Homicidios, Vehículos, Robo, Eje Central y Hurto.
Se les imputarían los delitos de homicidio calificado por motivos fútiles, uso indebido de arma orgánica, quebrantamientos de pactos y convenios internacionales, y simulación de hecho punible.
Luego de estas acciones del Ministerio Público el subdirector del Cicpc Douglas Rico se dirigió hasta la sede de la Fiscalía General de la República donde se reunirá con los policías detenidos por el asesinato de José Odreman y otras cuatro personas.
Rico informó que los funcionarios tienen todo el respaldo de la institución y se mantienen trabajando con normalidad. “Esta es una situación normal donde hay que investigar los hechos ocurridos. Ellos van a ser puestos a la orden de los tribunales y se buscarán los mejores abogados para que sean defendidos”, dijo antes de ingresar al MP.
Aseguró que desconoce si habrá otras órdenes de aprehensión.