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La invención del mundo moderno

Raúl Prada Alcoreza :: 11.12.14

Nuevo texto del principal intelectual crítico de nuestro continente Abya Yala en la actualidad, y no es casual que esté en Bolivia, el país con más elementos analíticos sobre la opción capitalista de las izquierdas

La invención del mundo moderno

Raúl Prada Alcoreza

Sabemos que el concepto de moderno es un concepto estético, plástico, inventado por los poetas malditos. ¿Cómo podemos aplicar este concepto a toda una época, es más, a toda una era, que data desde el siglo XVI? Lo hacemos, ciertamente desde el siglo XXI, desde nuestro presente; cuando ya aprendimos el concepto de modernidad, heredado de varias vertientes, convertido en uso del sentido común. Los hombres y mujeres del siglo XVI no se nombraban como modernos, tampoco los del siglo XVIII, ni siquiera los del siglo XIX, aunque el concepto estético de modernidad haya emergido a finales de este siglo; es a partir de la apropiación de la configuración conceptual poética de moderno, de modernidad, que el concepto adquiere variadas y dispersas connotaciones. En el siglo XX adquiere carta de ciudadanía; es, quizás, uno de los conceptos más nombrados, incluso abusados.

Si asumimos que desde el siglo XVI podemos hablar de modernidad, como modernidad barroca, tal cual la define Bolívar Echeverría[1], lo hacemos desde una percepción del siglo XXI, comienzos, en realidad, incluyendo, claro está, las perspectivas desplegadas en el siglo XX. Entonces se trata de nuestras interpretaciones de lo que acontecía en el siglo XVI para adelante. Es el siglo XVI para adelante nuestro, del presente. Se trata de la interpretación actual y actualizada de ese siglo y lo que viene después. ¿Es más valida la representación que se hacían hombres y mujeres de su siglo que las representaciones que nos hacemos nosotros de ese siglo y lo que viene después? Los del siglo XVI seguramente se representaban su siglo a partir de las perspectivas heredadas de siglos anteriores; quizás, en parte, desde las perspectivas generadas por el renacimiento. ¿Para quienes podrían ser más validas esas representaciones? Parece que tendríamos que decir, para los hombres y mujeres del siglo XVI. En cambio, parece que tendríamos que decir que nuestras representaciones son más validas, pues comprenden mejor el siglo XVI, debido a que hoy, se puede ubicar mejor el lugar de ese siglo en la historia. Empero, no se trata de representaciones, de concurrencia de representaciones, sino de percepciones, de experiencias, de memorias.

¿Podemos acceder a las percepciones y experiencias sociales del siglo XVI? Esos cuerpos, que son el lugar de las percepciones y de las experiencias, han desaparecido; ya no están. El siglo XVI nos llega, por fuentes, registros, cuadros, monumentos, arquitecturas, transmisiones orales, narrativas. La historia se ha encargado de reconstruir el siglo XVI. Sin embargo, el siglo XVI de la historia no es el siglo XVI vivido por los hombres y mujeres de ese siglo. En compensación, podríamos decir que los del siglo XVI no tenían una idea completa de su siglo; a lo más tenían ideas apegadas a las experiencias locales, regionales, hasta continentales; pero no tenían una idea de mundo. El mundo es mundo desde la conquista de América, tendríamos que decir de Abya Yala, porque el nombre de América ya significa la consolidación del dominio colonial.

Mundo, como entendemos, es el mundo moderno. Entonces, también tendríamos que decir que, el mundo moderno se gesta, por lo tanto, también la idea de mundo, precisamente en ese siglo XVI. Hay pues una desconexión entre la concepción y su referente, incluso podríamos decir ente la temporalidad de la concepción y la temporalidad de sus referencias. Como si la concepción nombrara la huella de lo que llega de las referencias, siendo imposible el acceso al espesor de las referencias. Esta desconexión entre ámbitos temporales, que en todo caso están vinculados por la narrativa histórica, nos muestra la ruptura en el tiempo, por así decirlo; no es el mismo tiempo. Por lo tanto no hay continuidad ni secuencia. La continuidad y la secuencia son imaginarias[2].

¿Cómo podemos hablar entonces de modernidad, de historia de la modernidad, si no hay continuidad temporal ni secuencia? Es pues una construcción teórica. ¿Entonces la historia de la modernidad no corresponde a los acontecimientos a los que hace referencia? ¿A qué corresponde? ¿A las huellas de esos acontecimientos, que llegan hasta nuestros días? ¿Forman parte del acontecimiento presente? ¿El presente, en parte, es el pasado que inventamos? Si fuese así, ¿estamos ante un presente expandido, que se enriquece con la interpretación y la acumulación de las huellas del pasado? ¿Se trata de un eterno presente que se mueve sobre sí mismo? ¿Pero, si solo hay presente, qué hay con el pasado?

Se podría sugerir hipotéticamente que se trata de dos universos distintos, que, sin embargo, están conectados, tienen relaciones, a través de las huellas, que hemos mencionado. No se accede propiamente al universo del pasado sino a través de las huellas que dejan esas conexiones que llegan hasta nosotros, a través de las cuales, reconstruimos la imagen de ese universo, no reconstruimos el universo del pasado; esto, por de pronto, es imposible. Cuando hablamos de dos universos distintos, plantemos claramente, quías, radicalmente, la discontinuidad entre ambos. ¿Qué nos ayuda a acercar, por así decirlo, los dos universos, el universo del presente y el universo del pasado? Los hombres y mujeres del universo del pasado viven su universo como su presente; los hombres y mujeres del presente viven su universo como su presente. Ambos viven su presente. Para ambos sus universos presentes no son representaciones, no son imágenes reconstruidas, sino, materialidades percibidas y sentidas corporalmente. Ambos sabemos lo que es asumirse, existir, vivir, en ambos mundos, por así decirlo; además teniendo una idea del otro mundo. Este saber vivir nos acerca, nos permite interpretar al otro mundo. La interpretación entonces se la hace a partir de la propia vivencia, de la experiencia en el universo propio; usando el espesor de esta experiencia para interpretar la otra experiencia inaccesible.

Ahora bien, ¿qué es la memoria, en este caso, teniendo en cuenta la hipótesis metodológica propuesta, la de dos universos discontinuos, entre pasado y presente? Si se trata de dos universos distintos, no puede ser memoria del pasado; es memoria del presente. ¿Qué quiere decir esto?

Memoria e historia

Se ha asociado la memoria a la historia o la historia a la memoria, queriendo hacer de la historia una memoria social; pero no es así. La historia no puede ser la memoria social; la historia es una narrativa o, si se quiere, un conjunto de narrativas, cuya trama pretende el saber y el secreto de la historia universal. La memoria social no podría ser otra cosa que una metáfora o una proyección de la memoria efectiva de los cuerpos. Las memorias de los cuerpos entran en interacción, se interpretan, y participan de la hermenéutica social de su tiempo. Se denomina memoria social a esta constelación hermenéutica, que se conforma en el intercambio social de interpretaciones, comunicaciones, expresiones, escritos, representaciones, del acontecimiento. La memoria social no es propiamente memoria; se constituye y conforma sobre el substrato de memorias efectivas. Es más una constelación de interpretaciones diversas, plurales, que comparten experiencias singulares, memorias singulares, saberes singulares y colectivos, materializados en narrativas, escrituras y representaciones. Puede haber ciertas analogías con la memoria efectiva; sin embargo, la memoria social no tiene efectivamente vida corporal y autónoma, de donde emerge la memoria efectiva. De todas maneras, la memoria social contiene las dinámicas de estas memorias efectivas singulares.

La historia no es memoria social, no contiene las dinámicas de las memorias efectivas singulares; es, como dijimos, narrativa, trama de la interpretación “ideológica” del tiempo social. Para que esta narración histórica haga presencia, se de lugar constantemente, es menester, que el círculo hermenéutico de la figuración, configuración y refiguración, circulen, acumulen, varíen, se transformen, por la actividad permanente de intérpretes, historiadores, escritores y lectores. Se habla de la historia como memoria abusando de la metáfora y la proyección de la memoria efectiva.

Es ilustrativo hacer una revisión de los saberes sobre la memoria, compararla con la memoria social y la historia. En adelante haremos un repaso sobre algunas definiciones de memoria, no para decir ninguna verdad sobre la memoria, ni aceptar como verdad estas definiciones, respecto a las cuales, mas bien, nos colocamos en posición crítica. Sino para usar este sentido común de las ciencias especializadas con objeto de comparación, en relación a las características de la memoria social y la historia.

Apuntes sobre la memoria

La memoria es una actividad delcerebro, es un acontecimiento de lamente;habilita al cuerpo paracodificar, almacenar y recuperarla información acumulada.La memoria emerge de las conexiones sinápticasrepetitivas entre las neuronas; se crean redes neuronales, que vienen a ocasionar la denominadapotenciación a largo plazo.

La memoria guarda experiencias; lo hace logrando distintos alcances. Se puede encontrar una memoria corta; como consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla, para sensibilizarla transitoriamente. También, con un alcance mayor, se encuentra unamemoria mediana, como consecuencia de un reforzamiento permanente de la sinapsis, gracias a la activación de ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes. Se puede decir que elhipocampocorresponde a la parte del cerebro relacionada a la memoria y aprendizaje.

La memoria está relacionada con el un aprendizaje. El estudio de la memoria ha tenido en cuenta la observación de loshomínidos; considerando que los homínidos presentan la estructura cerebral más compleja. Sin embargo, el estudio de la memoria en otrasespeciestambién es importante; no sólo para hallar diferencias neuroanatómicas, así como funcionales, sino para encontrar analogías y diferencias ilustrativas. Las investigaciones etológicas y psicológicas de los homínidoshan servido para sostener la hipótesis de la evolución de las capacidadesmnésicas. De todas maneras, se sabe que los organismos vivos, compuestos de un sistema nervioso simple, tienen la capacidad de adquirir conocimiento sobre el mundo, además de contar con una forma de memoria. Esta capacidad de retener, codificar, procesar y utilizar la información es de lo más compleja en los seres humanos.

La memoria está diseminada por distintas localizaciones especializadas. Se dice que se da como un mapa de distribución de la memoria; en algunas regiones del córtex temporalestarían almacenados los recuerdos de la infancia, en tanto que el significado de las palabras se guardaría en la región central del hemisferio derecho, a diferencia de los datos de aprendizaje, que se guardarían en el córtex parieto-temporal. Loslóbulos frontalesse especializarían en organizar la percepción y el pensamiento. Siguiendo este mapa de la memoria, losautomatismosestarían almacenados en elcerebelo.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la memoria pasó a ser elparadigmade lapsicología cognitiva. En las últimas décadas se ha convertido en el núcleo enunciativo de laneurociencia cognitiva; que sería una especialización interdisciplinaria entre la psicología cognitiva y la neurociencia.

En 1890, el psicólogoWilliam James, propuso una distinción formal entre memoria primaria y memoria secundaria; memoria corta y memoria larga. Distinción básica del modelo de almacenamiento múltiple de Atkinson y Shiffrin; modelo elaborado en 1968.

En 1885, Hermann Ebbinghaus se convirtió en un investigador experimental de la memoria; convirtiéndose él mismo en objeto de estudio. Se puso a estudiar los fenómenos básicos empíricos de las manifestaciones visibles de la memoria, que denominócurvas de aprendizaje y del olvido.

Sin embargo, durante gran parte de la primera mitad delsiglo XX, la memoria no fue la preocupación principal de lospsicólogos experimentales. Esto se debe el dominio ejercido por elconductismo en el campo de la psicología. De todas maneras, algunos conductistas estudiaron la llamada conducta verbal, utilizando el aprendizaje depares asociados.

Este enfoque relacionista y asociacionistapermitió avanzar sobre el estudio de la memoria. Desde entonces se le observa estos fenómenos empíricos de la memoria en la teoría de inferencia, formando parte de las teorías delolvido.

Se puede decir que se dio lugar una[RPA1]revolución cognoscitiva en 1959; desde entonces la memoria se ha convertido en un campo integral, a partir del enfoque delprocesamiento de la información.

En el proceso dealmacenamiento de los conocimientos en la memoria es posible diferenciar las siguientes fases: Codificación oregistro, es decir, recepción, procesamiento y combinación de la información recibida; almacenamiento, es decir, creación de un registro permanente de la información codificada; recuperación, es decir, recordar la información almacenada en respuesta a una señal para activar un proceso.

Se denominamemoria sensoriala la facultad de registrar las sensaciones percibidas. Constituye la fase inicial del desenvolvimiento del proceso de la atención. Esta memoria tiene una gran capacidad para procesar gran cantidad de información a la vez, aunque durante un tiempo muy breve.

Existe una serie de almacenes de información provenientes de los distintossentidos,los cuales prolongan la duración de la estimulación. Esto facilita, generalmente, su procesamiento en la llamadamemoria operativa.

El almacén icónico se encarga de recibir la percepción visual. Se considera un depósitolíquidode gran capacidad, depósito donde la información almacenada es una representación isomorfa; es decir, con la misma estructura de la realidad, estructura física y no categorial; pues aún no se ha reconocido el objeto.

El almacén ecoico mantiene almacenados los estímulos auditivos, permitiendo que el receptor acumule suficiente información para poder procesarla definitivamente en la memoria operativa.

Lamemoria cortaes el sistema donde se maneja la información que interactúa con el ambiente. Aunque esta información es más duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, de todas maneras, se encuentra limitada.

Las funciones generales del sistema de memoria abarcan la retención de información, el apoyo en el aprendizaje de nuevo conocimiento, la comprensión delambienteen un momento[RPA2] dado, la formulación de metas inmediatas, así como también posibilita la resolución de problemas. Las limitaciones de capacidad tienen que ver con la imposibilidad de simultaneidad; cuando una persona realiza una determinada función, las demás no se podrán llevar a cabo en ese momento.

La memoria operativa se conforma por varios subsistemas; un sistema supervisor, es decir, elejecutivo central; además de dos almacenes secundarios especializados. Uno especializado en información verbal, denominadolazo articulatorio; el otro, especializado en información visual, denominadoagenda viso-espacial.

Lamemoria larga viene a ser lo que comúnmente llamamos memoria. Es en donde se guardan los recuerdos vividos, diríamos, la experiencia, así como se guarda el conocimiento sobre elmundo; también se guardan imágenes, conceptos, estrategias de sobrevivencia, esquemas de comportamiento, astucias de la conducta. La memoria larga es una potencia; sus capacidades y posibilidades son desconocidas, comprende la retención y fijación de informaciones en distintos planos, de diferente composición. Metafóricamente, en comparación, se considera a la memoria larga como la base de datos; la figura sería la siguiente: se inserta la información por medio de la memoria operativa; la memoria larga no solamente aparece como almacén de información, sino como dinámica de actualización de la información.

En la composición de la memoria larga se diferencia entre memoria declarativa y memoria procedimental. La memoria declarativa es donde se almacena información sobre hechos. La memoria procedimental aparece, mas bien, como un sistema de ejecución; colaborador del aprendizaje de habilidades, no representadas en tanto información explícita sobre el mundo. Por el contrario, éstas se activan de modo automático, como una secuencia de pautas de actuación, ante las demandas de una tarea. Consisten en una serie de repertorios motores, como escribir, así como estrategias cognitivas; por ejemplo, efectuarcálculos.

El aprendizaje de habilidades se consigue de modo progresivo, primordialmente por medio de la ejecución, combinada con laretroalimentación;el aprendizaje incide en la elaboración de las instrucciones. Hablamos del sistema declarativo, también de la imitación; es decir, la mimesis. El nivel de adquisición de habilidades depende de las prácticas, también del adiestramiento que se lleve a cabo. Observando las prácticas, se ha visto que en los primeros ensayos, la celeridad de la actividad genera un incrementoexponencial.La obtención de habilidades es práctica, se puede decir mecánica, se lleva a cabo de manera automática.

La regla de producción en la memoria procedimental se establece en términos de condición-acción; se contempla la condición como una estimulación externa en la memoria operativa, que puede darse en forma representativa; se comprende la acción como una modificación de la información dada en la memoria operativa.Las características de esta memoria son importantes al tratar de desarrollar una serie de reglas que permitan obtener una buena ejecución en una tarea.

La memoria declarativa contiene información referida al conocimiento sobre el mundo y sobre las experiencias vividas por cada persona, se denomina también memoria episódica; así como información referida al conocimiento general, sobre todo respecto a los conceptos extrapolados de situaciones vividas; es decir, se presenta, en este caso como memoria semántica. La memoria semántica es objetiva, la memoria episódica es subjetiva. Esta composición dual de la memoria declarativa ayuda a entender el funcionamiento de las dinámicas de la memoria; la información está representada y se recupera diferencialmente.

La memoria semántica da cuenta de un almacén de conocimientos acerca de los significados de laspalabrasy de las relaciones entre estos significados; constituye una especie dediccionario mental; la memoria episódica representa eventos que reflejan detalles de la situación vivida, acompañando a las significaciones.

La organización de los contenidos en la memoria episódica está sujeta a parámetros espacio-temporales; esto es, los eventos que se recuerdan representan los momentos y lugares en que acaecieron. Sin embargo, la información representada en la memoria semántica sigue una pauta conceptual, de manera que las relaciones entre los conceptos se organizan en función de su significado.

Otra característica, que diferencia ambos tipos de representación, tiene que ver con que los eventos almacenados en la memoria episódica son aquellos que se han codificado de manera explícita, mientras que la memoria semántica posee una capacidad inferencial; es capaz de manejar y generar nueva información, incluso que no se haya aprendido explícitamente. Se puede decir que se encuentra implícita en los contenidos; cuando esto ocurre se da lugar a la comprensión del significado de una nueva frase, de un nuevo concepto.

Los recuerdos son imágenes del pasado, que se archivan en la memoria. Nos sirven para traer al presente la imagen de algo o a la imagen de alguien. Se definen también como una reproducción imaginaria de algo anteriormente aprendido o vivido; por lo que están vinculados directamente con la experiencia.

Las conexiones neuronales de la corteza son estimuladas por la información; se fortalecen y vinculan alcontexto emocionalen que se formaron. Una vez codificadas residen en la región de la corteza donde la información fue percibida y procesada. Cuando sea necesario, o suscitado por laemoción, esa memoria se activa para utilizarse como memoria usada para la actividad o la acción.

La complejidad de la memoria se puede resumir en un cuadro conceptual, cuadro que comprenda a la repetición, a los esquemas y a la memoria corta. Esta complejidad ha sido estudiada por la neuropsicología de la memoria; que estudia los procesos inherentes al cerebro.

Por otra parte, se estudia los procesos básicos de la memoria, se investigan las tres funciones básicas de la memoria, así como la estructura de funcionamiento de la memoria, estructura compuesta por los tres sistemas de memoria, que se comunican e interactúan entre sí. Estos sistemas fueron reconocidos por los psicólogos Richard Atkinson y Richard Shiffrin; para tal efecto usaron la teoría multialmacén de la memoria.

Se encontraron fallas en el proceso y la función de la memoria, que no son relativos a los olvidos, tampoco a dificultades en el almacenamiento de la información, ni tampoco a problemas en lo que respecta a la recuperación de la información, sino que son distorsiones de la información. Algunos de estos trastornos adquieren calidad de enfermedad; en este caso, estos trastornos son llamados paramnesias.

Elejecutivo centralcoordina los recursos del sistema de la memoria; los distribuye por diferentes almacenes, denominadosesclavos, especializados en distintas funciones, dependiendo de las tareas. Elejecutivo central se centra en tareas activas de control sobre los elementos pasivos del sistema; que son los almacenes de información. Ellazo articulatoriose encarga del almacenamiento pasivo y del mantenimiento activo de información verbal hablada. El primer proceso es limitado, la información se pierda en un breve lapso; mientras que el segundo, la repetición, permite vigorizar la información temporal. Además, elejecutivo central es responsable de la transformación automática del lenguaje, presentado de forma visual, convertido a su forma fonológica. Se puede decir que procesa la totalidad de la información verbal[3].

Laagenda viso-espacial,es decir, el almacén del sistema, está involucrada con elementos de carácter visual. Su tarea consiste en guardar este tipo de información. La capacidad de almacenamiento de información en la agenda viso-espacial se ve afectada, como en el lazo articulatorio, por la similitud de sus componentes, cuando no es posible traducir los elementos a su código verbal[4].

Apuntes sobre historia

La historia no es memoria social; sin embargo, tiene como sensores, que vendrían a ser las fuentes, los registros, las bases de datos, los archivos, los documentos. Entonces, estos almacenes de información, son trabajados por métodos de clasificación, por métodos de ordenamiento, que forman secuencias, cuadros, mapas; estas sinapsis, hablando metafóricamente, después son analizadas, interpretadas, para convertirse en descripciones, también en interpretaciones, en construcciones elaboradas de la historia. La historia funciona como una memoria social artificial, como si fuese la memoria de un cuerpo plural, la sociedad. Sin embargo, esta memoria social artificial no funciona como la memoria en el cuerpo singular, tampoco funciona como lo hace la memoria social efectiva; no actúa inmediatamente sobre las acciones emprendidas socialmente, no actúa sobre las acciones emprendidas por el Estado, salvo si se trata del discurso oficial, que tiene como tarea la legitimación. La sociedad no usa la memoria social artificial como el cuerpo singular usa la memoria. El cuerpo perceptual y la memoria conforman una vida integral, que desprende ciclos vitales, actividades, prácticas, que conforman un ámbito dinámico, del que forman parte. En cambio, la memoria social artificial y el cuerpo social, no están integrados; forman parte de una composición diferenciada, composición de partes que funcionan como en una división del trabajo, división de dispositivos especializados, no integrados, aunque articulados en distintos procesos sociales. Por otra parte, la vida se encuentra en los que organizan las fuentes, los registros, las bases de datos, los archivos, los documentos; en los que revisan estas recolecciones, las clasifican, las ordenan, las analizan y las interpretan; por último, en los que construyen narrativas históricas. Son estas singularidades las que dan movimiento a la memoria social artificial; sin olvidarnos de las singularidades que reconfiguran estas narrativas.

Por lo tanto, las analogías son de forma, no de contenido; las analogías son figurativas, no reales. Por lo demás, el conglomerado social, no asume la memoria social artificial de la misma manera, sino de muchas maneras, variadas, distantes, próximas, aceptando las versiones científicas o, más bien, rechazándolas o desconociéndolas; prefiriendo optar por sus propias interpretaciones, que vienen de otros saberes. Puede que institucionalmente se asuma la historia como la versión oficial; es decir, la verdad institucionalizada. La historia entonces, como ciencia, como saber, como actividad, incluso como lectura, como reconfiguración, es muy diferente a la memoria del cuerpo singular, también de la memoria social efectiva.

Por otra parte, se puede hablar, también metafóricamente, de memoria corta, memoria mediana y memoria larga, en la historia, dependiendo de las estructuras de duración que analiza, dependiendo de los periodos o ciclos que considera. Sin embargo, tampoco, en este caso, estas memorias, corta, mediana y larga, artificiales, funcionan de la misma manera que la memoria corta, memoria mediana y memoria larga efectivas. No son memorias integradas; es más, están separadas, de acuerdo a las escuelas, corrientes, teorías, metodologías de la investigación.

De la misma manera, se dan lugar los aprendizajes en la investigación histórica, así como las transformaciones discursivas y teóricas; sin embargo, estos aprendizajes no redundan exactamente en habilidades prácticas de un cuerpo integrado, sino en habilidades intelectuales, pero, también entrampamiento de los investigadores. Las transformaciones discursivas y teóricas, mas bien, muchas veces, derivan en rupturas epistemológicas, metodológicas y de corrientes. No hay pues un continuum acumulativo en un cuerpo integrado, sino enriquecimientos dispersos de saberes disociados, que reagrupan conocimientos, dependiendo de los enfoques, de las instituciones, de los usos.

Estas diferencias marcadas y las analogías de forma no se remarcan para disminuir la historia, ni descalificarla, respecto a la memoria social efectiva y a la memoria singular, aunque, obviamente, son mucho más complejas que la historia, son vitales, en la medida que contienen actividades vivas, además de que son el substrato de la misma historia; sino se trata de comprender cómo funcionan estas distintas memorias, las vitales y las artificiales, evitando confundirlas a través del juego metafórico, que es lo que se acostumbra a hacer.

Anotaciones sobre la historia de México

Bernardo García Martínez dice que se puede hablar de la época colonial desde la caída de Tenochtitlan, en 1521 hasta la independencia, en 1821; sin embargo, esta consideración cronológica tan solo es una gruesa aproximación, pues no se puede decir lo mismo si la perspectiva es económica, social, en su caso, desde una perspectiva demográfica o desde una perspectiva cultural[5]. Escribe:

La economía de mercado, por ejemplo, se fue transformando paulatinamente a medida que los españoles expandían sus actividades comerciales, agropecuarias y mineras a lo largo del siglo XVI, pero la economía de subsistencia de los tiempos prehispánicos persistió a su lado, y tanto una como otra pasaron por los años de la independencia sin alterarse en lo esencial. Sí hubo una sacudida económica a principios del siglo XIX, pero la causa principal fue la acometida fiscal emprendida por España en 1804. La población experimentó un drástico descenso entre 1519 y 1575, tas lo cual pasó unos años de relativa estabilidad y luego a un periodo de crecimiento que se vio alterado hacia 1737, pero no en 1821. La historia ambiental, que estudia el impacto humano sobre el medio físico, reconoce que la conquista ocasionó cambios muy importantes en el paisaje mesoamericano – como ocurrió con la introducción de la ganadería -. Pero para la historia ambiental el fin de la época colonial no tiene significado especial, y en cambio le resulta más importante señalar un límite cronológico hacia 1780 cuando se inició el corte de madera en gran escala para la construcción naval, o hacia 1880, cuando los ferrocarriles provocaron cambios muy profundos en el uso del suelo[6].

Bernardo García dice que la época colonial puede acomodarse a distintos ciclos, a distintos periodos, a distintos cortes cronológicos; las fechas de inicio son, de alguna manera, coincidentes, pues coinciden con el periodo de la llamada conquista; el viaje de Cristóbal Colón, la llegada de las carabelas a la isla nombrada como La Española, a las islas del caribe y al continente. Así como que coincide con los circuitos de navegación en el Atlántico, entre el viejo continente, el nuevo continente y África, añadiendo los circuitos entre la nombrada América y el Asia. En cambio, las fechas finales son dispares, debido a que los cambios involucrados no calaron tan hondo o no coincidieron en el tiempo. De todas maneras, puede acordarse que se dieron importantes transformaciones de diversa índole, políticas, económicas, culturales, cambios que se iniciaron hacia 1760[7]. Escribe:

Ésta es una fecha aceptable para poner fin a esa etapa de la historia de México que se inició cuando los españoles llegaron a tierras mesoamericanas. La seguiremos llamando colonial por costumbre y conveniencia, a sabiendas de que excluimos los últimos cincuenta o sesenta años de la dominación española. Éstos pueden considerarse en un conjunto aparte que abarca también – a pesar de la ruptura política – los años posteriores al proceso de la independencia[8].

Estamos ante una historia de México que contempla la posibilidad de múltiples linealidades históricas, dependiendo de los tópicos, de los temas, en consideración. Estamos ante una historia plural, dependiendo de los cambios considerados. Se define entonces los cortes cronológicos de acuerdo a los ritmos de las transformaciones efectuadas en el tópico considerado; si se trata de cambios económicos, sociales, políticos, culturales. García habla de un periodo fundacional, que va desde 1519 hasta 1610; este periodo se inicia con lo que llama la irrupción de los conquistadores, fase que se estira desde 1519 hasta 1530. Dice que la conquista debe entenderse no sólo como el desenlace de una victoria militar, sino como un complejo proceso de enfrentamientos y acomodos que se prolongaron hasta alrededor de 1530. Desde esta perspectiva, la conquista fue más un proceso que una coyuntura; se prolongó por unos cuarenta años, a los que hay que añadirle otros cincuenta años, para que Nueva España dejara atrás el periodo formativo fundacional y entrara en una fase de madurez[9]. García escribe:

Cabe recordar que Mesoamérica comprendía por ese entonces centenares de señoríos, es decir, pequeños estados o cuerpos políticos que disfrutaban de diferente grado de autonomía. En náhuatl se les lama altépetl. Aunque el concepto tenía equivalentes en otras lenguas indígenas, la palabra náhuatl era la más difundida; luego, los españoles la tradujeron como pueblos de indios. Casi todos estaban encabezados por un “señor” hereditario, que de hecho era un pequeño rey y el personaje que encarnaba la legitimidad política (tlatoani en náhuatl, que los españoles tradujeron como cacique). Los señoríos eran las unidades básicas de la organización política prehispánica. Muchos eran tributarios de la Triple Alianza (la estructura imperial entonces dominante), pero, otros, como los tlascaltecas, eran independientes[10].

Bernardo García continúa:

La entrada de los españoles a México-Tenochtitlan, si bien pacifica en lo formal, se convirtió a los pocos días en una ocupación militar apoyada en el sometimiento y prisión del monarca mexica. Moctezuma. Tal ocupación se prolongó durante siete meses, de noviembre de 1519 a junio de 1520, tiempo que los españoles aprovecharon para obtener información y recursos, pero sobre todo para establecer alianzas con otros señoríos de un modo que no contradijera las prácticas políticas mesoamericanas. En este lapso la integridad política de la Triple Alianza se fracturó, aunque al mismo tiempo se generó el movimiento de resistencia mexica que culminó con la desposesión de Moctezuma y la expulsión de los españoles y sus aliados (episodio conocido por éstos como Noche Triste y que habría de adquirir un lugar importante en la historia popular)[11].

Hacemos algunas anotaciones. Primero, la condición social, cultural y organizativa de mesoamericana es plural; los señoríos, la Triple Alianza de México, Tetzcoco y Tlacopan, las autonomías, los circuitos de intercambio, quizás compartiendo la transversal de una civilización agrícola. Segundo, el largo proceso de la conquista, primero de las islas del Caribe, segundo de Mesoamérica. Tercero, el estallido de las resistencias nativas, en algunos casos, con victorias, aunque después estas victorias hayan sido pasajeras. Cuarto, el quiebre de la Triple Alianza, la aparición de nuevas alianzas entre españoles y señoríos nativos.

Estamos ante dos mundos, si es que no los nombramos como dos universos, distintos. El contraste no podía ser mayor. Se enfrentaron sociedades agrícolas contra sociedades comerciales; se enfrentaron máquinas de guerra, hablando de los mesoamericanos, contra máquinas militares, usando os conceptos propuestos por Gilles Deleuze y Félix Guattari[12]. Máquinas de guerra que emergen con las sociedades nómadas, que se fijan en las sociedades sedentarias, que corresponden a la guerra como extensión del nomadismo, aunque después este nomadismo haya sido contenido por las sociedades agrícolas. Máquinas militares que emergen de la razón de Estado, no sólo como máquina de captura, sino, sobre todo de disciplinamientos. Los militares ganaron a los guerreros. No solo les favorecieron las armas, técnicamente más destructivas, sino la política de Estado, por así decirlo, recurriendo a las nociones de política de Nicolás Maquiavelo; usando astucias, engaños, estrategas, dividiendo, conformando alianzas, simulando, atacando cuando el enemigo se encuentra más vulnerable. Esto marcó la diferencia crucial en la correlación de fuerzas, fuera de lo que resultó siendo una guerra biológica, las enfermedades traídas por los europeos, para las cuales los nativos no tenían defensa.

Desde el arribo de las carabelas a la isla La Española hasta la toma de Tenochtitlán pasa un poco más de cuarto de siglo. El aparato militar, jurídico, administrativo y religioso de la Corona tiene tiempo para preparar el largo proceso de conquista del continente de Abya Yala. De entrar en contacto con los señoríos, de conformar alianzas con algunos, enfrentándose con otros. La entrada a Tenochtitlán no la efectúan solos los españoles, lo hacen acompañados con sus aliados nativos. Los españoles hacen política, en sentido reducido, formal, institucional, conspirativo, a la manera como describe la actividad política de su tiempo Nicolás Maquiavelo; empleando astucias y destrezas negociadoras, formando alianzas, para contrarrestar las alianzas de la Triple Alianza. ¿Cómo explicar que después de la derrota española en la Noche Triste, vuelvan con más bríos y terminen venciendo? ¿La explicación se encuentra en la diferencia técnica militar? ¿La explicación se encuentra en el derrumbe de la Triple Alianza; por lo tanto, en que los españoles cuentan con aliados nativos?

Nuestra hipótesis interpretativa se inclina por la segunda alternativa. Una conquista, una victoria, la dominación consecuente, no se da sólo con las fortalezas de un lado, el lado que va resultar vencedor, sino con las debilidades, las fisuras, los quiebres, al final, el derrumbe del otro lado, los derrotados. ¿A los señoríos de la Triple Alianza les ha faltado lo que les sobraba a los españoles, el uso de la política, al estilo que describe Maquiavelo? No estamos de acuerdo con la tesis de Tzvetan Todorov[13], por cierto metafórica e ilustrativa, de que mientras los nativos veían, en los españoles, a dioses, los españoles veían a los nativos como subhumanos. La interpretación que se acerca de Tzvetan Todorov a la hipótesis que manejamos es cuando dice que los españoles, después de Cristóbal Colón, usaban el lenguaje para mentir, es decir, para desplegar astucias y conspiraciones, en tanto que los nativos usaban el lenguaje mágicamente. Sin embargo, no es del todo convincente esta figura, esta interpretación, que no deja de ser metafórica, pues no se enfrentan inocentes a villanos, aunque los españoles más se acerquen a este perfil; no se enfrentan el buen salvaje, tal como lo concibe Rousseau, y hombres perversos de la civilización “occidental”, aunque estos contrastes arrojen ciertas analogías con la historia efectiva. Las hipótesis interpretativa, que parece más plausible, sin descartar la combinación con otras hipótesis, parece ser que la diferencia se marca por este uso de la política, en el sentido que describe Maquiavelo, que es lo mismo que decir, que no se hace política, sino una anti-política, ahora entendiendo la política en el sentido de Rancière; es decir como democracia, como suspensión de los mecanismos de dominación[14].

La victoria la logran los españoles por el uso de la política, al estilo descrito por Maquiavelo, combinando fuerza y fortuna, violencia y consenso, si es que se puede hablar de consenso, en este caso, y no, más bien de alianzas, que parece más conveniente. El no haber mantenido la unidad de los señoríos nativos, es más, la unidad de los pueblos nativos, es lo que da la victoria a los españoles y lleva a la derrota a los nativos. La responsabilidad de la conquista recae en los aliados nativos de los españoles, en los que llamaremos los colaboracionistas. No hay victoria de un lado sin cómplices del otro lado.

Esta parece ser una de las explicaciones no sólo de la conquista de México sino también de la conquista del Perú; quizás también de la conquista de todo el continente de Abya Yala por parte de los europeos. Por otra parte, este parece ser el drama de los países de América Latina y el Caribe, que después de la conquista y la colonización, se rinden a los imperialismos capitalistas sucesivos, contando, claro está, también en estos casos, con colaboradores.—

[1] Ver de Bolívar Echeverría Crítica de la modernidad capitalista. Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia; La Paz 2011.

[2] Ver de Raúl Prada Alcoreza Gramatología del acontecimiento. Dinámicas moleculares; La Paz 2014. Amazon: https://kdp.amazon.com/dashboard?ref_=kdp_RP_PUB_savepub.

[3] Bibliografía: Casals, Pere. « Taller de memoria: ejercicios prácticos (http:/ / www. google. es/ books?id=2F-P6ahsHHwC& pg=PA7& dq=”memoria+ humana”+ psicologÃa& cd=9#v=onepage& q=& f=false)». 2005 (Horsori Editorial, S.L.): pp.126. Taylor, Ann. « Introducción a la psicología: una visión científico humanista (http:/ / www. google. es/ books?id=Af9rxAjmdFgC& pg=PT207& dq=es+ común+ que+ antes+ de+ los+ exámenes+ los+ nervios+ nos+ traicionen+ y+ sintamos& cd=1#v=onepage& q=& f=false)». 2003 (Pearson Educación): pp.422. Soprano, Ana María. « La memoria del niño: desarrollo normal y trastornos (http:/ / books. google. es/ books?id=mUo-8n-dCokC& dq=La+ memoria+ del+ niño:+ desarrollo+ normal+ y+ trastornos& printsec=frontcover& source=bl& ots=uF2PL0p6sr& sig=TRrgDQQZxu_DKLWj2tW3umujTQM& hl=es& ei=q14yS8A1y8yMB_S66dcC& sa=X& oi=book_result& ct=result& resnum=1& ved=0CAsQ6AEwAA#v=onepage& q=& f=false)». 2007 (Elsevier España): pp.232. Kolb, Klaus. « Cómo ejercitar la memoria (http:/ / books. google. es/ books?hl=es& lr=& id=OMTFM4FzSpQC& oi=fnd& pg=PA4& dq=cómo+ ejercitar+ la+ memoria& ots=cCrBW-DUBF& sig=iwE6dm-Wch7J4miOLDwP_NbJupI=& f=false)». 2008 (Hispano Europea): pp.96. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre.

[4] Referencias: Robert Feldman. (2005). Psicología con aplicaciones a los países de habla hispana. México: McGraw Hill. Interamericana. E. Kandel. (1997). Neurociencia y conducta. Pearson. Cf. aquí (http:/ / www. sizes. com/ people/ brain. htm). National Geographic. Features. Mappig Memory in 3D; http:/ / ngm. nationalgeographic. com/ 2007/ 11/ memory/ brain-interactive. “Innis SM.Dietary omega 3 fatty acids and the developing brain. Brain Res. 2008 Oct 27; http:/ / www. bmj. com/ content/ 344/ bmj. e184. short?rss=1. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre.

[5] Bernardo García Martínez en Nueva historia mínima de México. El Colegio de México; México 2008. Pág. 111.

[6] Ibídem. Págs. 111-112.

[7] Ibídem. Págs. 112-113.

[8] Ibídem. Pág. 113.

[9] Ibídem. Pág. 113.

[10] Ibídem. Pág. 119.

[11] Ibídem. Págs. 119-120.

[12] Ver de Gilles Deleuze y Félix Guattari Mil mesetas. Pre-Textos; Valencia 2000.

[13] Ver de Tzvetan Todorov La conquista de América. Siglo XXI; México 2007.

[14] Ver de Jacques Rancière El desacuerdo. Política y filosofía. Nueva Visión 1996. Buenos Aires.

[RPA1]

[RPA2]


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