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Comuna Libre: donde el pueblo manda y el gobierno obedece

MPL :: 12.12.14

Con comentarios de Jaime Yovanovic (Profesor J)

Comuna Libre: donde el pueblo manda y el gobierno obedece

Por Henry Renna. Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha

Comentarios: Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)

En las últimas décadas el factor territorial ha adquirido nuevo protagonismo como espacio clave de la lucha de clases. No sólo por su estructura de oportunidades para enfrentar el sistema, sino la potencialidad inscrita en él de prefigurar uno diferente.

Comentario:
La lucha de clases ha sido sustituida mayoritariamente en la práctica por la lucha de sobrevivencia de la especie y hoy este tipo de lucha se reduce a una ideología, o sea, un conjunto de ideas y metodologías de interpretación del mundo que sólo van a dar una visión de realidad preconcebida, preconfigurada, a la cual adhieren por identificación conceptual los seguidores de dicha ideología, lo que lleva a la finalidad de homogeneización del pensamiento, como que fuera el pensamiento el espacio de elaboración previa de los caminos a andar, que serán más o menos los mismos en los más variados lugares, lo que se traduce en la praxis en una constante divulgación y convencimiento hacia los demás de la validez de ese modo de pensar y mirar el mundo, como una religión o la revolución cultural en la URSS, que al caer no dejó nada, ya que las relaciones humanas y de todo tipo se ordenaban según la ideología dominante.

Sin embargo las múltiples ideologías o filosofías de algunos o muchos (clasistas, cristianos, ecologistas, budistas, cosmovisión originaria, y tantas otras) adquieren sentido concreto cuando cada una a su modo confluye materialmente en el común, es decir, en la construcción de formas de vida comunitaria y así podemos ver que muchos de ellos se encuentran armando espacios territoriales de convivencia, lo que permitiría en un futuro la superación de las ideologías, en tanto el sujeto común desarrolle (se haga cargo de la formación de) su propio modo de pensar y mirar el mundo a su manera en cada territorio, lo que de hecho transforma a la ideología en prescindible, innecesaria, pues el común no tiene como base «la idea del común», sino lo que es común, o sea, de todos y de nadie. El mundo no se cambia desde el pensamiento (por ende tampoco desde la ideología), lo que no es más que una mirada teológica del ser, sino desde las relaciones humanas y de ellos-nosotros con el resto de la naturaleza, que no es un objeto externo, sino que el conjunto es un sujeto, dividido bipolarmente por el pensamiento ideológico-religioso, concepción perfeccionada por el pensamiento liberal de predominio de la racionalidad instrumental.

Por otra parte las principales formas de resistencia no provienen hoy día mundialmente de la lucha de clases, sino de indígenas, campesinos, afrodescendientes, pescadores artesanales, villas, identidades nacionales, identidades de género o sexo y muchas más, en tanto loas obreroas productores de plusvalía son cada vez menos y cada vez menos eficaces sus formas de organización sindical o asociativa, salvo la de partidos o corrientes en su interior que o se venden al sistema o no pueden batallar contra la precariedad del trabajo y la presión del desempleo.

Finalmente hay que destacar en el texto la alusión a la prefiguración de otro sistema, ya que aún muchas corrientes y el grueso de las dinámicas de resistencia o de reivindicaciones, movimentistas o no, se disuelven al agotarse la demanda, por lo que el autor y el MPL rescatan la ausencia, la posibilidad de que esas dinámicas de protesta o demanda al sistema
-el estado- puedan prefigurar lo otro, a lo que incitaríamos a la reflexión de que no sería una prefiguración, sino que sería lo otro propiamente dicho, no un diseño, posibilidad o promesa, sino un quehacer muy concreto: nuevas relaciones humanas y con la madre tierra, no enunciados que tendrán que imponerse por la fuerza de la racionalidad o aún la fuerza física, ya que al ser prefiguración habría que «atraer» a la gente hacia la configuración, lo que sería lo mismo, es decir, la revolución cultural. El sistema de relaciones debe permitir la autoconciencia.

Sigue el texto:
En este ámbito se han multiplicado las organizaciones de base y más importante se han fortalecido experiencias y prácticas autogestionarias y de construcción de poder popular. Estas nos regalan el derecho a pensar nuevamente en una alternativa masiva de transformación radical del país y el mundo, nos invitan a soñar con la proyección de las autonomías en una oleada de comunas libres que se reproduzcan revolucionando toda la ciudad.

Comentario:
Para la reflexión incorporamos la duda sobre el concepto de «base», ya que la base nos dice que hay una superestructura, que hay algo «arriba». Por otra parte las organizaciones son muy diferentes de modos de vivir. Por ejemplo las comunidades indígenas rescatan el Buen Vivir como manera de la cotidianeidad, ya no sólo asambleas que entrecruzan ideas y generan decisiones, sino asambleas donde las formas vida se expresan en decisiones diversas, dejando de ser el encuentro temporal de los inteligentes o conscientes o políticos profesionales, como las asambleas zapatistas donde los temas son el despliegue desde la gente viviendo, produciendo, amando, donde todos hacen política en el diario vivir , o las asambleas de Kobane, donde la resistencia Kurda contra el Estado Islámico está basada en las formas de vivir, desde las cuales vienen las asambleas donde la mujer no necesita que nadie les abra espacio, sino que vienen del compartir cotidiano tú a tú, cara a cara.
-generosa o conscientemente-.

Por otra parte el poder popular no se construye, no es un aparato de dirección política de los componentes, sino que se ejercita entre todos los miembros y miembras de la comunidad. El poder-hacer no es una acción política de fuerza o de pugna contra el poder-sobre, sino que es simplemente el despliegue de la potencia del ser común, por lo que antes de pensar en el poder de la comunidad, hay que tener comunidad, esto es, formas de vida comunitaria. Y la autonomía no existe si no hay autonomía de producción de saber y de pensamiento propio.

Rescatamos con fuerza la multiplicación de comunas libres o municipios autónomos o como se llamen, lo que es un notable avance en el debate teórico práctico en Chile, así como el derecho a pensar y soñar con esta utopía, que es la utopía del buen vivir comunitario, por lo que con gusto divulgamos y comentamos positivamente este texto, especialmente porque la gran mayoría de gente que enuncia su disposición al cambio, lo hace con la mira en el estado, en la centralidad, sea para usarlo, sea para destruirlo. Mirar las perspectivas de cambio desde abajo, desde el ciudadano a pie y de pie, es identificar de otra manera el sujeto del cambio.

Sigue el texto:
El cambio territorial para una transformación social

El desmantelamiento de la sociedad industrial a manos del neoliberalismo,  supuso no solo un cambio en el régimen económico de acumulación sino además en la forma de dominación. En una de sus dimensiones, se pasó de un poder disciplinario concentrado dentro de
los límites de la fábrica, a una fase de control a cielo abierto sobre los cuerpos. Con ello la lucha de clases en las ciudades de América latina sufrió una redirección en la intensidad de su conflicto, del ámbito de la producción (trabajo) al de la reproducción social (modos de vida), haciendo del espacio territorial un campo geopolíticamente clave para las resistencias.

Comentario:
En realidad el cambio territorial y su multiplicación ya es la transformación social, de otro modo se vería como dos entidades o momentos distintos, lo que pondría en el tapete la pregunta de cuál entonces es la transformación social. Eso re-encendería el debate sobre el papel del estado y estimularía a aquellos que ven sólo allí la posibilidad de la transformación. Como en México, donde la crisis institucional se encara desde dos perspectivas: todos contra el estado, a sacarlos de allí, etc. o a desarrollar los cambios territoriales. Buena parte de los familiares de los normalistas secuestrados están por ir al choque, pero hasta ahora ha prevalecido la prudencia y consiguieron en alianza con diferentes sectores levantar el primer municipio paralelo.

Sobre la transferencia de la lucha de clases hacia el mundo de la vida, sólo reiteramos que si bien la dominación se ha extendido a los cuerpos mediante el biopoder y específicamente mediante la biopolítica, además del extractivismo y de la fuerza bruta e ideológica institucional, no es la lucha de clases que se ha trasladado, sino otras luchas y otras contradicciones han asumido un rol preponderante y pueden confluir si los movimientos de trabajadores, especialmente los productores de plusvalía, van asumiendo en sus localidades las formas de vida del común y siguiendo las deliberaciones que allí se determinen. Lo que es diferente de asumir la teoría de la lucha de clases y de los trabajadores en esos ámbitos de la autonomía comunitaria.

La concepción de la lucha de clases hoy día apunta a la conducción del estado mediante la continuidad de las relaciones capitalistas, como lo han demostrados los países y gobiernos llamados socialistas, que en en realidad son capitalismo de estado, donde la burocracia estatal con el pretexto de acumular para beneficiar, desarrolla alianza con algunos sectores de trabajadores industriales.

Sigue el texto:
Así como el capitalismo ha invadido esferas de la vida antes impensadas también ha permitido con ello una pluralidad de ejes de enfrentamiento entre las comunidades y los defensores del sistema.
Desde los territorios se han desencadenado en los últimos años importantes procesos de insumisión. Por nombrar algunos ejemplos emblemáticos en la región está el caso de los caracoles del EZLN en México, las Juntas Vecinales de El Alto en Bolivia, las comunidades
del Movimento Sem Terra en Brasil y la organización piquetera en Argentina.

Comentario:
Las dinámicas enunciadas tienen sus bemoles, ya que solamente de esa lista el EZLN ha conseguido desarrollar nuevas relaciones asentadas en las formas de vida comunitaria, en tanto el MST de Brasil no tiene «comunidades», sino formas capitalistas de asentamientos de reforma agraria, ninguna autogestión, altamente disciplinados tras el partido PT de gobierno, cuyo brazo agrario es el MST, en el cual el 90% de los dirigentes, incluyendo Stedile y Gilmar Mauro, son militantes activos del partido gobernante. En El Alto, la mayoría de las juntas vecinales han sido cooptadas por el MAS, partido de gobierno, que se ha opuesto firmemente a la autonomía comunitaria. En Argentina, los piqueteros han sido cooptados por diferentes partidos y los que trabajaban en barrios como MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) en su mayoría se han incorporado y aún fueron fundadores del Frente Popular Darío Santillán, abandonando todos ellos las dinámicas iniciales de constituirse barrialmente en nuevas formas de vida. La multiplicación de las asambleas autónomas que llegó hasta los últimos rincones del país, hoy no existe gracias a la alianza de buena parte de las izquierdas con el gobierno peronista.

Sigue el texto:
En Chile esta tendencia se observa en los últimos (i) levantamientos regionalistas (Magallanes, Aysén, Calama, Arica, Tocopilla), (ii) luchas sectoriales (Castro por salud, Cabildo, La Ligua y Petorca por el agua, Peñalolén y La Florida por suelo y vivienda, Dichato por la reconstrucción, Freirina por la crisis sanitaria, Santiago centro por el comercio popular), batallas ecológicas (Ralco, Alto Maipo, Aysén, Punta de Choros, Penco-Lirquén,
por proyectos de inversión energética, Huasco alto contra Pascualama, Huasco bajo, Arica, Coronel y Quintero contra la contaminación de azufre, plomo, arsénico y el derrame de petróleo), choques contra el gobierno local (Renca, Ñuñoa, Conchalí, Peñalolén ante la defensa de espacios comunitarios, Cerro Navia, La Florida y Talcahuano por el
cierre de escuelas, Concepción, Chiloé y Valparaíso contra obras de infraestructura) y como no, la histórica lucha de la nación-pueblo Mapuche que sigue a vivo fuego.

Todos los casos más allá de sus particularidades, tienen en común (de forma) una organización asamblearia con un fuerte arraigo de base territorial, (en su contenido) trabajar por la reconstrucción de la vida social mediante la auto-organización de la clase en sus
territorios y la colaboración solidaria de sus participantes, y sobre todo (en el fondo) ser acciones dirigidas a la construcción y ejercicio de un poder, un poder propio. Un poder-hacer de los de abajo en los territorios que nada a contracorriente del poder-sobre que los
de arriba tienen sobre nuestras vidas.

Comentario:
Si bien esos movimientos expresan la dinámica contestataria y de resistencia, al tiempo que demuestran la enorme disposición de la gente en términos generales, ninguno de ellos consiguió dar continuidad en formas de nuevas formas vida compartida, salvo algunas pequeñas manifestaciones como en Dichato. ¿Por qué? Porque estamos preocupados más de que asuman a la clase y la lucha contra el estado. En Dichato producía tristeza constatar la presencia de los partidos que han dividido a la población y algunos cosas han tenido que negociarse en reuniones de cúpula antes de llevarlas a la asamblea. Y esos partidos son representante de la ideología de la lucha de clases que presionan constantemente por subordinar subjetivamente a la población. Los logros no indican que se haya constituido poder popular sobre la base de un empoderamiento de formas de vida compartida que vaya cambiando el territorio. El cambio del territorio que compartimos con este texto no puede ser solamente la lucha y la formación de un «aparato» de activistas portadores de la ideología que buscan reproducirla, sino el establecimiento de formas de cotidianeidad compartida, la recuperación del común.

Sigue el texto:
La autogestión como forma de lucha y producción social

Este proyecto adquiere cuerpo lentamente con las innumerables prácticas de trabajo de base autogestionario existentes hoy en Chile. Ellas las vemos como los embriones de un área de reproducción social donde los modos de vida propuestos, sus lógicas y formas de
organización, no son estatales, ni mercantiles, sino sociales, las que se da la propia gente. Son alternativas a las que ha recurrido la población para hacer efectivo en los hechos, los derechos que el Estado no garantiza y que el Mercado viola permanentemente.
Modalidades de planeación, control y ejecución del trabajo, educación, vivienda, salud, cultura, otros, levantadas por las mismas comunidades cuando recuperan la confianza en sus capacidades y dan respuesta con sus propias manos a las necesidades más sentidas, desde estructuras solidarias, mutualistas y autogestionarias.

Algunos ejemplos son: 

§  Prácticas de educación autogestionaria que reproducen por grietas de una ciudad escolarizante y autoritaria alternativas de educación liberadoras bajo control directo de la gente (jardines comunitarios, primarias populares, escuelas autogestionadas de jóvenes y adultos, espacios permanentes de autoformación, etc.).

§  Experiencias de producción social del hábitat que siembran gérmenes en la misma trama urbana capitalista de un habitar crítico, un poblar alternativo que nace desde las propias poblaciones (apoyo técnico colaborativo para proyectos habitacionales y urbanos, dispositivos de autogestión del hábitat, cooperativas y constructoras populares, entre
otras).

§  Esfuerzos de organización cooperativa y economíalocal que lentamente recuperan espacio perdido en el ámbito del trabajo articulando economías otras en el seno del neoliberalismo
(cooperativas de servicios,  empresas sociales, emprendimientos mutualistas).

§  Trabajos de comunicación, arte y cultura popularque hacen frente al silencio de los medios, el individualismo, y los grises y opacos del sentido común hegemónico (centros culturales,  periódicos,  radios, canales de TV,  asociaciones de artistas, sellos autogestores, entre otras).

§  Casos de salud comunitaria que desafían la medicalización y patologización del bienestar abordando sus determinantes sociales a través de distintas técnicas y prácticas, ancestrales y alternativas, de auto-cuidado individual y colectivo (apoyo mutuo psico-social, medicina indígena, consultorios populares, grupos de crianza, etc.).

§  Entre otras.

Comentario:
Efectivamente se han ido instalando en algunos lugares estas experiencias que son altamente positivas, aunque, como hemos dicho, conducidas desde una concepción ideológica previa, lo que les mantiene aislados de la población y van a requerir bastante tiempo para expandirse algo más, por lo que la experiencia ha enseñado que para crecer hay que trascender las diferencias ideológicas entre la población, lo que permitirá la construcción de un referente social que haga abstracción de las luchas ideológicas, de clase y de lucha por el control del estado. Por ejemplo si como vecinos independientes se proponen hacer campaña para las municipales, se hace sobre la base de estas experiencias en proceso de crecimiento, no tanto para que la gente vote al candidato concejal vecino, sino más para que el candidato recorra barrios mostrando los avances en el barrio referente. Ello permite que la gente los vea de otra manera, los que votan y los que no votan. Diferentes son las campañas parlamentarias o presidenciales, que la distancia de los espacios de reconstrucción del común no permiten la corporalidad y el actuar juntos, priorizándose el globo más que el detalle. Por ejemplo el movimiento estudiantil fue aniquilado por las candidaturas de algunos dirigentes al parlamento, que desviaron la atención hacia las altas esferas de la macro-política perdiéndose el hilo conductor del protagonismo social en los territorios.

Sigue el texto:
A revolucionar la ciudad desde abajo

La reforma urbana de la Nueva Mayoría, como era de esperarse, no sólo omite el problema de la tierra, la cuestión de la segregación, el tema del lucro con la ciudad, la construcción de barrio, la planificación social del espacio y pensar un habitar de nuevo tipo, sino además
incorpora nuevas exenciones e incentivos a la empresa privada. Así las cosas, con las cartas del progresismo en la mesa, no basta con reivindicar al mal gobierno el derecho a la vivienda o el acceso a la ciudad. No será suficiente exigir una reforma mejor a las de antes, o una política de desarrollo urbano mejor a la que propone el gobierno.
Es urgente, aquí y ahora, revolucionar la ciudad desde abajo; una larga travesía, que comienza hoy,  por disolver la urbe capitalista en múltiples comunas libres; comunas donde el pueblo mande y se mande, gobierne y se autogobierne.

Comentario:
Poco manda o gobierna el pueblo si se trata de hacerlo mediante el seguimiento a la teoría de la lucha de clases, que es lo que impregna el texto: llevar la ideología a todas partes, convencer y enganchar. Por eso hemos incorporado la necesidad del pensamiento propio que en cada lugar despliegue la creatividad y la potencia. Esa será autonomía comunitaria, que tienen los zapatistas y no tiene el MST.

Sigue el texto:
La construcción de estas comunas es una gran batalla, un combate cuyos primeros golpes debiese considerar:

§  Levantar la asamblea territorial como entidad gestora de proyectos de producción social en todos los ámbitos que sean de su interés (vivienda, trabajo, salud, educación, cultura, etc.) y el área social como un espacio no estatal, ni mercantil, de desarrollo, sino autogestionario.

Comentario:
Asamblea es sinónimo de acuerdos y desacuerdos, que allí se van a dirimir. El tema está que si se hace antes de las formas de vida comunitaria, será un espacio burocrático al estilo comité central.

Sigue el texto:
§  Crear (auto)gobiernos comunitarios donde se encuentren la mayoría de las organizaciones de base, organizaciones políticas y movimientos sociales y populares de los territorios en cuestión.

§  Disputar el acceso al suelo mediante el establecimiento de áreas de manejo comunitario de interés social definidas participativamente, el traspaso de todo el suelo público a un conservador local de suelo social y la instauración de mecanismos  que controlen el alza en el
valor del suelo privado, la recuperación de plusvalías para los habitantes, y medidas impositivas sobre su transferencia y especulación.

§  Impulsar el acceso a la vivienda adecuada mediante la masificación de la autogestión habitacional y la conformación de cooperativas de construcción de viviendas y empresas sociales sin fines de lucro.

§  Dar vida a los consejos populares de planificación territorial cuyo objetivo sea velar por la justicia espacial del ordenamiento territorial, con carácter resolutivo y cuyas decisiones sean
vinculantes.

§  Articular polos productivos de economía local y solidaria dirigidos a la transformación secundaria de materia prima, convergencia colaborativa de servicios y, transferencia tecnológica a cooperativas populares familiar y comunitaria.

§  Implementar una política de ecología barrial dirigida a la arborización, reciclaje y creación de huertas urbanas en cada grieta del espacio comunal.

§  Luchar por la integración inicial en el sistema de salud comunal de los centros de autocuidado comunitarios, como espacio paralelo de trabajo familiar y barrial en torno al buen vivir.

§  Intencionar la creación de una red de educación autogestionaria paralela a independiente a la educación estatal-municipal compuesta por centros de infantes, escuelas primarias, secundarias y de adultos, como de capacitación, especialización y de formación con
financiamiento público y administrados directamente por las comunidades y organizaciones educativas autogestoras.

§  Apoyar y reproducir los medios de comunicación alternativos, centros culturales, las artes y artistas populares en cada barrio bajo autogobierno comunitario.

Comentario:
Esto es un programa de lo que se va a hacer, que se ofrece como propuesta para la incorporación conceptual de adherentes, estén o no estén operando en esas áreas, al tiempo que ofrece la posibilidad de alianzas de todo tipo para un programa común. Esa es la forma de operar de la vanguardia, que piensa que la autonomía se desarrolla dentro de determinados moldes, ya que tendrán que ser las formas de vida comunitaria las que se desplieguen en primer lugar y desde esa experiencia, que forma valores no individualista, viene la necesidad de la auto-administración de los asuntos de todos. Hacerlo antes de las formas de vida comunitaria es como vender las botellas y después la leche o regalar solamente lápices rojos para hacer dibujos monocoloridos.

Concluye el texto:
Todos estos elementos no son líneas de un novedoso manifiesto del cambio social, sino en su mayoría son realidades que ya se están construyendo en los sótanos del modelo. Detrás de ellas hay mujeres y hombres que decidieron tomar una opción distinta -y en contra- del
modo de vida capitalista, su esclavitud soterrada, la violencia estatal aceptada, y un pensamiento único naturalizado. Lentamente estas manos se entrelazan en los territorios, donde nace un nuevo habitante, un poblador y una pobladora en lucha que construirá
territorios libres por donde vaya transformando el mundo y cambiando su propia vida. 

A ese sur, vamos caminando.
Henry Renna, Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha

Conclusión de los comentarios:
Efectivamente hay esas experiencias, o embriones de ellas, que se están construyendo y efectivamente por parte de militantes activos de las filas de los grupos y partidos de izquierda, los anti, los anticapitalistas. Distinto es dar a conocer las iniquidades del modelo, los estados y gobiernos, pero otra cosa es participar por oposición a ello. O sea que la gente que no es anticapitalista tendrá que soportar el gobierno o autogobierno de los anti o, peor aún, el bombardeo constante para que se haga anti.

La experiencia histórica ha demostrado con creces que los anti son convocados a la organización del partido que va a dirigirlo todo, hasta llegar a la burocracia autoritaria, la dictadura del partido y la formación de la casta de los elegidos, de modo que sería prudente acabar con el anti y levantar las banderas «a favor de». Los gobiernos que se llaman anticapitalistas han tenido que reconocer que esa es sólo una consigna demagógica, que sólo aglutina a los fieles de la ideología y con eso dividimos nuevamente a la sociedad, como en Venezuela, que el gobierno ha tenido que reinstaurar alianzas con los empresarios en vez de apoyarse en los que el autor de este texto denomina «organizaciones de base» para avanzar a cambios territoriales que allí son subordinados, o peor aún en Bolivia, donde las formas de vida comunitaria son estigmatizadas, aunque esté presentes en la Constitución, que ya se encarga el gobierno de ir sacando leyes que la contradicen.

Está muy buena la idea de las comunas libres o autónomas o como se llamen, pero que sean organizadas y dirigidas por una ideología divisionista no parece muy conveniente. Más pertinente parece trabajar por la reconstrucción del sujeto común, el sujeto comunitario, que es esa la connotación mapuche, no sólo la lucha por la recuperación territorial y la libre determinación como hacías múltiples grupos, hasta que surge la Alianza Territorial Mapuche, que trabaja más el «por» que el «para», la raíz ancestral más que las ideologías, muchos grupos mapuche están contaminados por las ideologías huincas, como la de «clase», pero la mayoría sigue la cosmovisión construida desde el mundo de la vida y no desde las teorías.

Eso es lo que hace falta, ese sujeto común que despliegue su propia mirada, pero como piensan que son ignorantes o retardados, se requiere el grupo de vanguardia portador de la verdad para inyectarla en las mentes vacías. O sea, de trata de atrapar a todas las dinámicas sociales y comunitarias que vienen de todos lados en la ideología de las clases? No hay confianza en la gente que vive mandando al último rincón de su ser los valores positivos aplastados por la práctica de una sociedad individualista que busca dividirlos hasta el cansancio.

Parece mejor invertir esfuerzos a favor de una nueva sociedad, supliendo los vacíos del sistema, como la salud, que es pésima, hacer lo que ustedes proponen, comités autónomos de salud o como se llamen, pero todo ello en el contexto de ir sustituyendo la cotidianeidad individual por actividades comunes, así la práctica sustituye a la presión de las ideas ya constituidas, el discurso que va a ser interminable. El compartir actividades y resolver situaciones problemáticas en conjunto permite entender el mundo de otra manera y liberar las mentes y corazones de ataduras o atablandas. No se trata de sacar de mentes y corazones lo que está incorrecto e introyectar lo que debe estar allí, sino de practicar la corporalidad de la vida, hacer autogestión, hacer juegos de niños, huertos, educación propia, en fin, miles de actividades que vayan configurando un hormiguero sin violentar la razón o la psique de las personas, que aprendamos todos a que el mundo puede vivirse de otra manera, permitir que brote el instinto del común, los afectos, el respeto, la comunicación cara a cara, cuerpo a cuerpo y las reflexiones se vayan haciendo acorde con ello en un proceso autónomo de construcción o reconstrucción de saberes e identidades en estrecha relación con la madre tierra y el «entorno» natural.

El rearmado de los fragmentos individuales del ser común no puede ser una labor orientada por la racionalidad instrumental o pasos sociológicos o tácticas políticas, sino el rescate de los instintos y sentimientos más profundos arrinconados por la cultura dominante en todos sus aspectos. La ruptura corporal y sensitiva de las distancias cortará la cadena de reproducción de comportamientos individualistas, ya que el individualismo no es una opción que se pone y saca como una camiseta, sino que son miles de comportamientos obligados en este tipo de sociedad que nos empuja unos contra los otros y sin superar esas distancias toda propuesta de «organización” será meramente técnica, sociológica, articuladora, a diferencia del mundo de la vida compartido, donde no es necesario argumentar para respetar, convencer para escuchar, presionar para que abran los corazones ni pedir para otorgar.

Finalmente creo que esta reflexión de posibilidades y de pequeños hechos que despuntan por todos lados es necesario profundizarla en muchas partes y creo que el MPL ha dado en ello pasos muy acertados y debería darle más importancia al sujeto común, como el sujeto mapuche, milenario, productor de su propia mirada de mundo, un sujeto, no muchos sujetos organizados como quien arma una estructura.

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
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