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El nuevo acuerdo de Yalta del capitalismo blanco y rojo

Jaime Yovanovic (Profesor J) :: 17.12.14

Estados Unidos, Cuba, Farc, Colombia, Canadá y el Vaticano son los artífices del nuevo acuerdo entre estados capitalistas, empujados todos por la crisis universal que empeora a cada día. Ninguno de ellos lo hace por vocación democrática ni humanista, sino por la necesidad de consolidar su status y papel interno e internacional en sendas políticas de estado

El nuevo acuerdo de Yalta del capitalismo blanco y rojo

Por Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)

Estados Unidos, Cuba, Farc, Colombia, Canadá y el Vaticano son los artífices del nuevo acuerdo entre estados capitalistas, empujados todos por la crisis universal que empeora a cada día. Ninguno de ellos lo hace por vocación democrática ni humanista, sino por la necesidad de consolidar su status y papel interno e internacional en sendas políticas de estado.

Veamos primero a los actores para entender los motivos e intereses de cada uno y luego una mirada de conjunto, para acercarnos a la mirada de los pueblos y comunidades.

Estados Unidos.
Los factores de la crisis se han agudizado por la expansión de las protestas debido a los crímenes policiales contra la población negra y la baja de la imagen de Obama, junto al crecimiento de los republicanos en el congreso, todo lo que ha llevado al gobierno a buscar medidas urgentes que mejoren la mala imagen del presidente actual.

En el plano internacional este país se ha empantanado en una nueva escalada de guerra en Oriente Medio donde el «mundo libre» se enfrenta a la ofensiva del Estado Islámico y a los malabarismos que se deben hacer para derrocar al gobierno de Siria, objetivo que ha pasado a segundo plano por la ofensiva yihadista, pero que adquiere nuevos ribetes ante el protagonismo de la autonomía comunitaria kurda que se ha fortalecido al norte de Siria fronterizo con Turquía deteniendo sorpresivamente el avance de la Yihad (guerra santa musulmana fundamentalista), cuyo protagonismo mundial pasó de Al Qaeda a la fracción que salió de allí y constituye el ISIS (Estado Islámico, sus siglas en inglés). Las autodefensas kurdas descolocaron a todos los países independizándose de los juegos geopolíticos de los múltiples actores que cruzan y chocan sus intereses en la región. Internacionalistas de diferentes países están llegando a la región para sumarse a los kurdos de Siria, que consiguieron que los kurdos de Irak (proclives al gobierno turco) enviaran dos grupos de 150 peshmergas cada uno (combatientes) a sumarse a la resistencia de Kobane, una de las tres ciudades principales juntos a centenas de villas, que han adoptado el modelo zapatista de autonomía, autogestión y democracia directa, lo que implica un cambio tan potente para la región que no permite tranquilamente diferenciar amigos de enemigos, lo que ha complicado sobremanera a Obama y la política ingerencista norteamericana, ya que no es posible dejar pasar al EI (Estado Islámico) a costa del fortalecimiento kurdo, más aún si ya entre los kurdos de Turquía se está expandiendo fuertemente el nuevo modelo de comunidades autónomas, por lo que ya se comenta que este modo de rearmar el mundo de la vida, de la sociedad y la política, se presenta como referente para todo el mundo árabe.

Estados Unidos, junto a Europa, Canadá y el conjunto de los países, incluyendo izquierdistas y progresistas, se encuentran dedicados al aumento de la acumulación capitalista sobre la base del extractivismo destructivo y temen que se les acabe la leche de la vaca por la creciente resistencia de los pueblos a la destrucción del planeta, como quedó demostrado en la enorme movilización crítica al encuentro de Lima preparatorio para la Cumbre ambiental del próximo años. También temen que en México el proceso de expansión de las autonomías siga aumentando como fue el extraordinario acuerdo de los padres de los 43 secuestrados de organizar un municipio paralelo junto a organizaciones sociales, lo que consolida el avance progresivo desde abajo, hoy día más peligroso para el capital que las ofensivas electorales o armadas contra el estado. 50 años de lucha armada no los aguanta nadie, ni el estado, ni las guerrillas ni la población, que ha quedado en medio de la pugna izquierda-derecha por hacerse del aparato del poder centralizado.

Por último, Los Estados Unidos necesitan un new deal en el continente, un nuevo trato que le permita recuperar el terreno perdido ante los chinos, que esperan dar el golpe de gracia con la construcción del canal interoceánico en Nicaragua, que ha opuesto al autoritarismo orteguista contra importantes sectores de población como lo demostró la gigantesca marcha campesina que llegó a Managua, la capital, pocos días atrás.

De Canadá no hay mucho que decir, ya que sigue las políticas estadounidenses y encara los mismos desafíos a su sombra.

El Vaticano tiene enorme interés por la socialdemocratización del mundo que consiga envolver a las poblaciones en espacios mínimos y controlados de bienestar que eviten la expansión de las confesiones protestantes, en especial evangélicas, que disputan espacios en sectores marginados ante la desesperanza. Cada momento histórico necesita de diferentes abordajes: Pío XII el fascismo, Juan XXIII el estado de bienestar y las encíclicas y pastorales con sus corrientes izquierdistas de la Teología de la Liberación, Pablo VI con el fin del muro, etc. Hoy día fue necesario colocar un fascista con un programa avanzado y cara de bueno definido por los sínodos, que ha sorprendido aún a los más izquierdistas, pues ha llegado a reconocer la existencia y potencialidad de las comunidades autónomas y la contestación ambiental, de género y diversidad sexual, en parte para adaptarse a los nuevos tiempos que vienen desde abajo por todas partes disputando allí la feligresía con las otras confesiones, en parte para contribuir a su contención y re-cohesión institucional, por ejemplo utilizando la ideología religiosa para contrarrestar las cosmovisiones autónomas. El Vaticano ya ha comprendido que el socialismo no lleva a la sociedad sin clases y reproduce las relaciones capitalistas en todos los niveles, tema en que el propio Leonardo Boff que se había distanciado de Frei Beto por su subordinación al PT, llegó también a comprender sumándose a la campaña presidencial de este partido, después que había llegado a escribir sobre las contradicciones del PT con las formas de vida comunitaria.

Cuba.
Cuba ha dejado hace rato de ser un peligro para la reproducción capitalista, con todo el cariño que tenemos por los primeros años de la revolución y toda la tristeza que significa ver como fue tragado ese proceso por el estalinismo. Sigue siendo una esperanza para muchos, pero especialmente para aquellos que han asumido la ideología de izquierda y el socialismo como meta, esto es, el capitalismo de estado como objetivo, que tiene como práctica la reproducción cada vez más intensiva de las relaciones individualistas, de consumo y de compraventa sobre la base del desarrollo, sin poder entender ni aceptar que el desarrollo, el crecimiento y el progreso sobre bases industrializadas han llegado a su fin y ahora sólo puede hacerse sobre la base de la destrucción del planeta, por mucho que se instalen metodologías verdes o sustentables. El acuerdo con Brasil, el gobierno del PT y la poderosa empresa del cemento de ese país de hacer del puerto de Mariel un poderoso polo de economía internacional, importaciones y exportaciones desde y hacia Estados Unidos y mediante el aprovechamiento del flujo marítimo europeo e internacional hacia y desde el canal de Panamá y la potente red de bancos y empresas mundiales instaladas en ese país, en especial en la zona franca o libre de Colón, apuntan a consolidar las relaciones capitalistas que Estados Unidos aspiraba a sembrar para destruir el modelo y hoy ya no necesita hacerlo, aspirando que se reproduzca allí el modelo chino sin chinos, sino con norteamericanos, que van a invadir con empresas turísticas y casinos, como en los viejos tiempos. Recordamos que gran parte de la industria inglesa se ha ido de su propio país para instalarse en China.

La democratización y humanización de los acuerdos actuales esconden intereses económicos indesmentibles y no es de extrañar que uno de los primeros en saludar este nuevo romance haya sido Peña, el presidente asesino de México, que espera ganar fuerza política interna elogiando la «nueva realidad»

Farc:
Ni cortos ni perezosos, a sabiendas de que se trata de un mero acuerdo estatal que no ayuda al avance de la emancipación de los pueblos, sino que aspira a contenerla, el brazo armado del PC Colombiano, enfrascado en las negociaciones de paz por arriba con el gobierno Santos, se ha sumado a este «espíritu» de paz decretando a los cinco minutos de anunciado el acuerdo Cuba-USA un alto el fuego unilateral, esto es, sin acuerdo con el adversario, presionados a su vez por las denuncias de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas de Colombia de la violencia de los actores armados que pasan por encima de sus territorios y sus habitantes dejando tras de si una estela de muerte y destrucción. De quién fue la idea de salir de inmediato tras el acuerdo con la declaración de cese el fuego, eso no importa, como no importa si fue primero el huevo o la gallina. Lo que importa es constatar que fue un acuerdo en el acuerdo. O sea, para USA, Cuba y los demás actores era conveniente que esa izquierda estalinista armada dejara de molestar y jugara cartas sólidas para que el gran acuerdo gran tuviera repercusiones colaterales como carambola de billar arrastrando tras de si a sus respectivos feligreses.

Colombia.
Mientras aparecen las noticias del acuerdo interestatal Cuba-USA y la declaración de las Farc, Santos, el presidente colombiano, visita uno de los más importantes cuarteles militares de la contrainsurgencia y sostiene que la paz se va a lograr gracias a los esfuerzos militares que han sostenido la guerra, y que entonces ellos son los artífices de una nueva situación que deberá estar solucionada antes de un año. Pero la nueva situación de «entre toros no hay cornadas» va a influir y Santos tendrá que analizar seriamente también su alto el fuego pero «sin renunciar» a sus funciones de control, represión y orden social.

Los grandes ausentes aquí son los pueblos, que no pueden solamente ser vistos como furgón de cola de los estados y gobiernos que han negociado y seguirán negociando en secreto con el arte de la diplomacia de «doy si me das» o «cedo si me cedes», «uno para mi, otro para ti, uno más para mi, otro más para ti», el cambalache. El pueblo cubano verá acrecentarse las actividades y relaciones capitalistas. El pueblo colombiano deberá aceptar los límites de los acuerdos Farc-Gobierno. El pueblo norteamericano seguirá igual o peor.

Hay que ver lo que sucede con las dinámicas emergentes, resistencias y construcción de formas de vida comunitaria del Buen vivir en general en todo el continente. Las izquierdas saludarán alborozadas el fin del bloqueo, pues están muy necesitadas de referentes e imágenes para disputar ideológica y propagandísticamente los espacios de poder con las derechas, aunque sin tocar el capitalismo como acumulación, pues es de allí que todos sacan dinero para el clientelismo, o sea, entregar algunos beneficios a cambio de la simpatía, el apoyo y el voto, como los médicos de la familia, los planes trabajar, las canastas de pobres y las operaciones «milagro». Los que tengan mayores conflictos internos como México posarán de progresistas sacándose la foto junto al acuerdo. La lucha ambiental y de defensa de la naturaleza y la vida serán pisoteados por el incremento del extractivismo, los monocultivos y las edificaciones urbanas, lo que llevará al aumento de las dinámicas de resistencia, en tanto ya es fácil percibir que muchas de esas dinámicas transitan de la lucha a las formas de autoorganización para instalar nuevas relaciones sociales que poco a poco van configurando un mundo nuevo reconstruido desde abajo y por territorios o localidades donde las formas de vida en común van siendo la tónica, a diferencia de las formas de vida de individualidades separadas articuladas por el poder, por los partidos y las ideologías.


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