El objetivo es crear una “economía de comunidad”, construyendo cooperativas en todos los sectores y educando a la gente en esta idea
Impresiones de Rojava: un reportaje de la revolución
A principios de diciembre una delegación internacional visitó el cantón Cezire de Rojava, donde el espíritu de una revolución social y política está en el aire.
Janet Biehl
, Roar Magazine
22/12/14 · 12:10
Las mujeres se han convertido en las principales impulsoras de la revolución en Rojave.
Del 1 al 9 de diciembre, tuve el privilegio de visitar Rojava como parte de una delegación de académicos de Austria, Alemania, Noruega, Turquía, el Reino Unido y EE UU.
Nos reunimos en Erbil (Iraq) el 29 de noviembre y dedicamos el siguiente día a aprender sobre el petroestado conocido como Gobierno Regional Kurdo (KRG) y sus aparentes aspiraciones de convertirse en Dubai. Pronto tuvimos suficiente y el lunes por la mañana nos dirigimos al río Tigris, donde cruzamos la frontera a Siria y entramos en Rojava, la región autónoma de mayoría kurda al norte de Siria.
El canal del río Tigris era estrecho, pero la sociedad que nos encontramos en la otra orilla no podría ser más diferente a la del KRG: el espíritu de una revolución social y política estaba en el aire. Cuando desembarcamos, fuimos recibidos por los Asayis, las fuerzas civiles de seguridad de la revolución. Los Asayis rechazan la calificación de “policía”. La policía sirve al Estado mientras que ellos sirven a la sociedad.
La sociedad que nos encontramos en la otra orilla no podría ser más diferente a la del KRG: el espíritu de una revolución social y política estaba en el aire
Durante los siguientes nueve días, exploraramos el autogobierno revolucionario de Rojava en un estado de inmersión total al pasado. No teníamos acceso a internet para distraernos. (…)
Rojava está formado por tres cantones geográficamente no contiguos. Nosotros veríamos sólo el que se encuentra más al este, Cezire (o Jazira), debido a la continua guerra con el Estado Islámico, que ataca al oeste, especialmente Kobane. Pero en todas partes fuimos bienvenidos calurosamente.
La tercera vía de Rojava
Al principio, el viceministro de Asuntos Exteriores, Amine Ossi, nos introdujo en la historia de la revolución. El régimen baazista sirio, un sistema de Gobierno de partido único, había insistido por mucho tiempo en que todos los sirios eran árabes e intentó “arabizar” a los cuatro millones de kurdos del país, oprimiendo su identidad y despojando de su ciudadanía a los que se opusieron.
Después de que los grupos de la oposición de Túnez y Egipto se rebelaran durante la Primavera Árabe de 2011, los rebeldes sirios les siguieron, iniciando una guerra civil. En el verano de 2012, la autoridad del régimen colapsó en Rojava, donde los kurdos tuvieron pocos problemas en convencer a los funcionarios para que se fuesen sin violencia.
Los rojavarianos –aunque la mayoría es kurda, también hay árabes, asirios, chechenos y otros– se enfrentaron a una decisión difícil: juntarse con el régimen que los había perseguido o con los grupos de la oposición, en su mayoría militantes islámicos.
Los kurdos de Rojava, relativamente seculares, se opusieron a ambos bandos y decidieron embarcarse en una tercera vía, basada en las ideas de Abdullah Öcalan, el líder kurdo preso que reformuló la cuestión kurda, la naturaleza de la revolución y una alternativa a la modernidad del Estado-nación y el capitalismo.
Inicialmente, los kurdos habían luchado por el Estado, pero hace algunas décadas, su objetivo empezó a cambiar
Inicialmente, bajo su liderazgo, los kurdos habían luchado por el Estado, pero hace algunas décadas, de nuevo bajo su liderazgo, su objetivo empezó a cambiar: ahora rechazan el Estado como fuente de opresión y en su lugar luchan por el autogobierno, por la democracia popular.
Influido por diversas fuentes históricas, filosóficas, políticas y antropológicas, Öcalan propuso el “Confederalismo Democrático” como guía para el programa general de democracia de abajo a arriba, igualdad de género, ecología y economía cooperativa. La implementación de esos principios, en instituciones no sólo de autogobierno democrático, sino también de economía, educación, salud y género se llama Autonomía Democrática.
Una revolución de las mujeres
Bajo la tercera vía, los tres cantones de Rojava declararon la Autonomía Democrática y formalmente establecieron un “contrato social”, un término no estatista usado en lugar de “constitución”. Bajo ese programa, crearon un sistema de autogobierno popular, basado en asambleas de comunas de barrio –que comprenden varios cientos de hogares cada una–, a las que cualquier persona puede asistir. El poder se ejerce desde abajo hasta arriba a través de los diputados electos en las ciudades y los cantones.
Cuando nuestra delegación visitó un barrio de Qamishlo –la ciudad más grande del cantón de Cezire–, presenciamos la asamblea de un consejo de gente local, donde se estaban discutiendo la electricidad y temas relacionados con las mujeres, resolución de conflictos y familias de mártires. Mujeres y hombres estaban sentados y participaban juntos. En otra parte de Qamishlo, fuimos testigos de una asamblea de mujeres discutiendo problemas particulares de su género.
Los tres cantones de Rojava declararon la Autonomía Democrática y formalmente establecieron en un “contrato social”
Las cuestiones de género son de especial importancia para este proyecto. Pronto nos dimos cuenta de que la revolución de Rojava es fundamentalmente una revolución de las mujeres. Esta parte del mundo es tradicionalmente hogar de la opresión patriarcal extrema: nacer mujer significa estar en riesgo de abuso violento, matrimonio infantil, crímenes de honor, poligamia y más.
Pero hoy en día las mujeres de Rojava se han deshecho de esta tradición y participan en toda la vida pública: en todos los niveles de la política y la sociedad. El liderazgo institucional consiste no sólo en un puesto, sino en dos, un funcionario hombre y una funcionaria mujer, en aras de la igualdad de género y para evitar que el poder se concentre en las manos de una sola persona.
Las representantes de Yekitiya Star, la organización paraguas de los grupos de mujeres, explicaron que las mujeres son esenciales para la democracia, incluso, sorprendentemente, definen el antagonismo a la libertad de la mujer no como patriarcado, sino como Estado-nación y modernidad capitalista. La revolución de las mujeres tiene como objetivo liberar a todos y todas. Las mujeres son a esta revolución lo que el proletariado fue para las revoluciones marxistas-leninistas del pasado siglo. Ha transformado profundamente no sólo el estatus de las mujeres, sino todos los aspectos de la sociedad.
Incluso los aspectos tradicionales de dominación masculina de la sociedad, como el ejército, han sido profundamente transformados. A las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) se les han unido las YPJ –o Unidades de Protección de Mujeres– cuyas imágenes se han recorrido el mundo. Juntas, las YPG y las YPJ están defendiendo la sociedad contra las fuerzas yihadistas del Estado Islámico y Al-Nusra con Kalashnikovs y, quizás igualmente formidable, con un gran compromiso intelectual y emocional no sólo con la supervivencia de su comunidad sino también con sus ideas políticas y aspiraciones.
Incluso los aspectos tradicionales de dominación masculina de la sociedad, como el ejército, han sido profundamente transformados.
Cuando visitamos una asamblea de las YPJ, nos dijeron que la educación de las luchadoras consiste no sólo en entrenamiento en asuntos prácticos como armas, sino que también en Autonomía Democrática. “Estamos luchando por nuestras ideas”, recordaban a cada momento. Dos de las mujeres que conocimos habían sido heridas en la batalla. Una estaba sentada con una bolsa de suero y la otra con una muleta de metal. Ambas mostraban signos de dolor, pero tenían la entereza y la autodisciplina para participar en la sesión.
Cooperación y educación
Los rojavarianos luchan por la supervivencia de su comunidad, pero encima de todo, como nos dijeron las YPJ, por sus ideas. Incluso consideran la aplicación con éxito de la democracia por encima de la etnia. Su acuerdo social afirma la inclusión de las minorías étnicas (árabes, chechenos, asirios) y religiosas (musulmanes, cristianos, yezidis) y la Autonomía Democrática en la práctica parece que se desvive por incluir a las minorías, sin imponerse a otros contra su voluntad, dejando la puerta abierta a todos.
El modelo económico de Rojava “es el mismo que su modelo político”, nos dijo un asesor económico en Derik. El objetivo es crear una “economía de comunidad”, construyendo cooperativas en todos los sectores y educando a la gente en esta idea. El asesor expresó satisfacción de que aunque el 70% de los recursos de Rojava debe de ir al esfuerzo bélico, la economía todavía se las arregla para satisfacer las necesidades básicas de todos.
El 70% de los recursos de Rojava debe de ir al esfuerzo bélico, la economía todavía se las arregla para satisfacer las necesidades básicas de todos
Luchan por la autosuficiencia, no les queda otro remedio: Rojava vive bajo un embargo. No puede ni exportar ni importar de su vecino más próximo al norte, Turquía, al quien le gustaría ver desaparecer del todo el proyecto kurdo.
Visitamos una academia de economía y cooperativas económicas, entre ellas una cooperativa de costura en Derik, que hace uniformes para las fuerzas de defensa; también una cooperativa de invernadero, que planta pepinos y tomates o una cooperativa de lácteos en Rimelan, donde un nuevo cobertizo estaba en construcción.
Las zonas kurdas son las más fértiles de Siria, hogar de abundante suministro de trigo.Sin embargo, el régimen baazista había evitado deliberadamente la industrialización de la zona. Antes se cultivaba trigo, pero no podía ser transformado en harina. Visitamos un molino, de nueva construcción desde la revolución, improvisado con materiales locales. Ahora proporciona harina para el pan que se consume en Cezire, cuyos residentes obtienen tres panes al día.
Similarmente, Cezire fue la mayor fuente de petróleo de Siria, con varios miles de plataformas petrolíferas, la mayoría en la zona de Rimenlan. Pero el régimen baazista se aseguró de que Rojava no tuviese refinerías, forzando a que el petróleo fuese transportado a refinerías de otras partes de Siria. Pero desde la revolución, los rojavarianos han improvisado dos nuevas refinerías de aceite, las cuales se usan principalmente para proporcionar diesel para los generadores que alimentan el cantón. La industria de aceite local, si se puede llamar así, produce solo suficiente para las necesidades locales, nada más.
Una revolución HTM (hazlo tú mismo)
El nivel de improvisación es sorprendente en todo el cantón. Cuanto más viajábamos por Rojava, más nos maravillábamos de la naturaleza “hazlo-tú-mismo” de la revolución, su confianza en el ingenio local y los escasos materiales a mano. Pero no fue hasta que visitamos varias academias –la academia de mujeres de Rimelan y la Academia Mesopotámica en Qamishlo– que me di cuenta de que esto es esencial para el sistema en conjunto.
Cuanto más viajábamos por Rojava, más nos maravillábamos de la naturaleza “hazlo-tú-mismo” de la revolución
El sistema de educación en Rojava es no-tradicional y rechaza las ideas de jerarquía, poder y hegemonía. En vez de seguir la jerarquía profesor-estudiante, los estudiantes se enseñan unos a otros y aprenden de las experiencias de los otros. Los estudiantes aprenden lo que es útil, en cuestiones prácticas, a “buscar el significado”, como nos dijeron, en cuestiones intelectuales. No memorizan, aprenden a pensar por ellos mismos y a tomar decisiones, para convertirse en los dueños de sus propias vidas. Aprenden a empoderarse y a participar en la Autonomía Democrática.
Las imágenes de Abdullah Öcalan están por todas partes, lo que para ojos occidentales podría sugerir algo orwelliano: adoctrinamiento, creencia automática. Pero no es así. “Nadie te dará tus derechos –alguien nos cita a Öcalan– tendrás que luchar por ellos”.
Y para llevar acabo esa lucha, los rojavarianos saben que deben educarse tanto a sí mismos como a la sociedad. Öcalan les enseñó el Confederalismo Democrático como un conjunto de principios. El papel de ellos ha sido el averiguar cómo implementarlo, en Autonomía Democrática, y así empoderarse ellos mismos.
Los kurdos históricamente han tenido pocos amigos. Fueron ignorados por el Tratado de Lausanne, que dividió a Oriente Medió después de la I Guerra Mundial. Durante la mayoría del siglo pasado, han sufrido como minorías en Turquía, Siria, Irán e Iraq. Su lenguaje y cultura han sido oprimidos, sus identidades negadas, sus derechos humanos revocados.
Están en el lado equivocado de la OTAN, donde Turquía tiene permiso para llevar la voz cantante de la cuestión kurda. Ellos han sido durante mucho tiempo los intrusos. Esa experiencia de tortura, exilio y guerra ha sido brutal. Pero también les ha dado fuerza e independencia mental. Öcalan les enseñó a cómo reestablecer las condiciones de su existencia de una manera que les dio dignidad y respeto propio.
Esta revolución de “hazlo-tú-mismo” está embargada por sus vecinos y se las apaña por los pelos. Es, no obstante, un esfuerzo que empuja la perspectiva humana hacia delante. A raíz del siglo XX, mucha gente ha llegado a las peores conclusiones sobre la naturaleza humana, pero en el siglo XXI, los rojavarianos están estableciendo un nuevo estándar de lo que los seres humanos son capaces. En un mundo que pierde rápidamente la esperanza, ellos iluminan como un faro.
Janet Biehl es una escritora independiente, artista, y traductora que vive en Burlington. Previamente editó “Murray Bookchin Reader” y es la autora de Ecology or Catastrophe: The Life of Murray Bookchin.