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2015 en Latinoamérica: el año de las incertidumbres

Nuestramérica :: 02.01.15

Agotamiento de algunos de los gobiernos progresistas, las tensiones entre algunos de ellos y los movimientos sociales, la contradicción permanente entre la construcción de alternativas y desarrollismo

Análisis
2015 en Latinoamérica: el año de las incertidumbres

jueves 01 de enero de 2015 Latinoamérica comienza un año que se promete azaroso. El proceso de paz en Colombia, el nuevo modelo de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, las elecciones de Venezuela o México pueden marcar la agenda, pero hay mucho más.

Por Equipo Otramérica

Los últimos 15 años nos han perfilado una América Latina inédita: un buen número de países con peso específicos gobernados por movimientos y partidos soberanistas y de tendencia a la izquierda; un crecimiento económico sostenido sorprendente; una mejora de todos los índices sociales estadísticos; la construcción de una nueva estructura geopolítica son Estados Unidos en su cúpula, sin Estados Unidos; una propuesta de alternativas basadas en El Buen Vivir inspiradora…

Pero comienza este año 2015 en el calendario gregoriano dominante en el Occidente político y cultural y las incertidumbres son mayoría. El agotamiento de algunos de los gobiernos progresistas, las tensiones entre algunos de ellos y los movimientos sociales, la contradicción permanente entre la construcción de alternativas y desarrollismo, la dramática situación de ingobernabilidad de México, el nuevo e inesperado escenario que se teje en Cuba, la posible consecución de un acuerdo de paz en Colombia entre el Gobierno y la guerrilla…. todo en un equilibrio precario que, además, se puede enfrentar a una caída generalizada de la economía, como apunta el periodista y politólogo José Natanson: “(…) con un barril de petróleo que hoy cotiza por debajo de los 100 dólares, cuando llegó a tocar los 160, el precio de la soja en caída y el comercio mundial estancado, la región ha superado la etapa de ‘crecimiento fácil’ y enfrenta un panorama más complicado, que se revela tanto en la intuición de que el ‘pico distributivo’ ha quedado atrás como en las mayores dificultades políticas que enfrentan los gobiernos de izquierda para conservar el poder”.

Apuntamos algunos de los asuntos sobre los que habrá que estar muy atentas durante este 2015…

Tensiones políticas

El año 2014 ha terminado con tensiones extremas en dos países gobernados, en teoría, por presidentes que se autodenominan como revolucionarios. En Quito, la histórica Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) terminó el año con una jornada de resistencia ante la intención del Gobierno de Rafael Correa de quitarles su sede central. Se trata de la escenificación del divorcio que existe desde hace tiempo entre Correa y algunos de los movimientos que fueron fundamentales para su llegada al poder.

Daniel Ortega, en Nicaragua, decidió celebrar la Navidad con la detención de decenas de campesinos que protestaban contra las expropiaciones de tierras destinadas a la construcción de un supuesto canal interoceánico del que no se conoce aún el trazado definitivo, para el que no se han hecho estudios de impacto ambiental y cuya financiación aún es un misterio.

Si Rafael Correa, como el propio Ortega o Evo Morales, ha controlado hasta ahora las críticas internas con un férreo control de los movimientos gracias a la bonanza económica del país y a la política de redistribución, el anunciado estancamiento de la economía, la lentitud en la descentralización del poder del Estado-nación y el congelamiento de las Constituciones ‘revolucionarias’ pueden hacer que el año 2015 sea clave para ver como se va resolviendo la tensión larvada.

Colombia y Cuba

En La Habana se mueven muchas cosas en estos días. Por un lado, es allí donde se negocia desde hace dos años la paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC. Comenzamos 2015 con un amenazado cese al fuego unilateral de la guerrilla y el anhelo de una firma que debería producirse antes de que acabe este nuevo año. De no ser así, será difícil que el reelegido presidente, Juan Manuel Santos, pueda poner en marcha todas las reformas legislativas e institucionales que ese acuerdo provocaría. No sabemos aún cómo se articulará el anunciado referéndum para validar los posibles acuerdos ni se ha entrado a negociar todavía los detalles de la desmovilización e integración política de la guerrilla en un escenario de postconflicto.

La paz sería un triunfo diplomático de Cuba, país sede y garante de esas negociaciones. Pero, en realidad, la noticia de final del año 2014 fue el anuncio simultáneo desde Washington y La Habana de la apertura de relaciones diplomáticas después de más de cinco décadas de bloqueo por parte de Estados Unidos. La noticia aún tiene demasiados flecos. Fuera de cierta apertura en lo económico y del restablecimiento de las relaciones, aún no sabemos cómo se va a traducir en la isla ni las consecuencias internas en Estados Unidos, donde los sectores más radicales ya consideran una traición la estrategia de Barak Obama respecto a Cuba.

Elecciones

El calendario electoral está abierto en Latinoamérica. En marzo hay comicios legislativos en El Salvador, igual que en México (julio) y Venezuela. Peña Nieto intentará lograr una mayoría absoluta legislativa en México en el peor momento de su mandato, pero hay que seguir de cerca las multitudinarias movilizaciones sociales que ha desencadenado la desaparición de los estudiantes en Iguala, que ya es un parteaguas en la conciencia crítica sobre la toma del poder por parte del crimen en ese país. En Caracas, Nicolás Maduro deberá demostrar si, a pesar de la dramática caída del precio del petróleo y de los problemas económicos que eso conlleva, puede mantener el control de la Asamblea frente a una oposición teóricamente unidad entorno a la Mesa de Unidad Nacional pero tan fragmentada como en la última década.

Guatemala enfrenta elecciones presidenciales y legislativas, como Argentina.

En Bolivia, Colombia, Uruguay y El Salvador también se celebrarán elecciones locales. Si en Bolivia se trata de confirmar si el MAS de Evo Morales controla de manera más o menos hegemónica el poder local, en Bogotá Álvaro Uribe se juega la reconquista del poder con su candidato estrella –Francisco Pacho Santos- para el segundo cargo político más importante de Colombia.

La incógnita brasileña

En la ecuación de las incertidumbres aparece con subrayado Brasil. El nuevo mandato de Dilma Rousseff es realmente complicado, con el subimperio suramericano en recesión económica y fuertes críticas sociales a las políticas del Gobierno federal. El capital político de la presidenta reelegida es limitado y tendrá que enfrentarse al dilema de aplicar las reformas neoliberales a las que le empujan los sectores empresariales y las instituciones financiaras internacionales capitalistas o buscar caminos propios para enfrentar los graves retos de la desigualdad brasileña.

La Cumbre más observada

Algunas de las claves del año geopolítico las podremos intuir en la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en Panamá.

La foto noticiosa está garantizada, y tendrá que ver con Barak Obama y Raúl Castro. Pero habrá muchas más lecturas entre líneas. Especialmente sobre la estrategia de Washington respecto a las nuevas instituciones regionales (como Unasur o la CELAC) y a su eje del Pacífico, la alianza con los principales gobiernos conservadores de países con salidas a ese océano para tomar posiciones en la carrera por el control de las rutas hegemónicas durante este inicio del siglo XXI.

Si El Caribe y el Atlántico han sido los escenarios del poder planetario durante los últimos cuatro siglos, ahora todas las fuerzas se miden en un Pacífico en el que países como Chile, México, Perú, Colombia o México se convierten en puertas estratégicas para los intereses del capital multinacional.

Avanzarán los días… y os contaremos. Mientras, preparémonos para el primer año sin Juan Gelman, Chespirito, sin Gabriel García Márquez, sin Simón Díaz, sin Gustavo Cerati o sin José Cheo Feliciano, aguardemos al ano nuevo andino amazónico y pongámosle el hombro a los que tenemos más cerca. Feliz comienzo.


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