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Venezuela, Argentina y victoria izquierdista en Grecia

Jaime Yovanovic (Profesor J) :: 22.01.15

En Venezuela la burocracia no ha debido prescindir de los de abajo, debilitándose cada vez más. En Argentina los partidos y los falsos autónomos del Frente Santillán acabaron con las asambleas barriales o vecinales autónomas. En Chile la burocraia partidaria abrió camino al golpe. Hoy Syriza debería subordinarse a la expansión de la autonomía comunitaria por abajo. Veamos como puede hacerse eso.

Venezuela, Argentina y victoria izquierdista en Grecia

Por Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)

Cuando Allende iba a las elecciones, el MIR propuso al Partido Socialista chileno la formación de los CDT, los Comités de Defensa del Triunfo así como niveles de articulación social por abajo, como en campamentos de pobladores sin casa, las famosas tomas urbanas del MIR, con la sencilla idea de que la victoria electoral que se avecinaba no quedase sólo en eso, sino que revirtiese y diese frutos también para el protagonismo y despliegue de la potencia de los de abajo, con lo que una vez se demuestra que el MIR chileno tenía vocación de protagonismo y no sólo de vanguardia como hace hoy día buena parte de los miristas sobrevivientes, muchos de ellos filiándose a partidos del gobierno, o sea, la política desde el aparato y no desde el protagonismo social. Pero bueno, las buenas maneras dicen que cada uno busca la horma de su zapato y el puñal que le corta.

En Argentina, cuando caen gobiernos y la multitud sale a las calles inventando otras maneras de hacer política, nacen, para beneficio de la escuela de la historia, las llamadas asambleas barriales o asambleas vecinales autónomas, espacios libres donde los vecinos ocupan espacios en que levantan huertas y formas de vida compartida, recogiendo consignas zapatistas de horizontalidad, mandar obedeciendo, ya basta, para todos todo para nosotros nada, etc. las experiencias de un lugar servían para otros y los discos rayados de un lugar no siempre fueron interpretados debidamente en otros. Por ejemplo, el rol de los partidos en las asambleas argentinas, y no sólo de los partidos, sino también de las corrientes ideológicas, que tuvieron el cielo en sus manos y perdían tiempo y energías discutiendo quien era mejor elaborando propuestas, reproduciendo las viejas costumbres de dependencia y seguidismos, organizando, estructurando, cerrando el paso al despliegue de los modos compartidos de vivir y hacer juntos las pequeñas cosas de la cotidianeidad. Al mismo tiempo por todas partes se va levantando la lucha antiglobalización, que movilizaba miles y centenares de miles de personas en los más variados confines del planeta, lo que nutrido por las experiencias zapatistas y luego por las asambleas argentinas, amenazó seriamente a los burócratas que lentamente levantan cabeza después de la debacle de la caída del muro, entre ellos los siniestros de Le Monde Diplomatique, que se unifican con Greenpeace y otras ONGs para cambiar el rumbo de las movilizaciones sociales y darles una direccionalidad de vuelta a la cohesión estatal, contribuyendo así a la obstaculización de las múltiples experiencias autónomas que surgían una tras la otra. Estos burócratas franceses inventan el llamado ATTAC, asociación para la Tasa Tobín, lo que resulta chistoso en medio de la creciente lucha callejera diversa que convocaba a grupos tras grupos, experiencias tras experiencias, aún sindicatos, mujeres, juventudes, ecologistas, etc. en una unidad social pocas veces vista en la historia, como fue la gran movilización de Seattle en Estados Unidos y las anteriores en Europa como Praga y Gotemburgo. Paralelamente al Attac, los partidos consiguen unificar esfuerzos internacionales en la que llamaron Vía Campesina, aprovechando la plataforma comunicativa que prestaba la AGP, Acción Global de los Pueblos, cuyos principales teóricos, viejos y nuevos izquierdistas supieron aprovechar los esfuerzos de la autonomía para montarse sobre ella e instalar piezas y pasos en instituciones, como algunos que aún acompañan desde dentro el gobierno burocrático y capitalista de Evo Morales. Luego, para rematar y dar el golpe de gracia a la autonomía y recuperar espacios para partidos reformistas y rebeldes, todos dispuestos a re-levantar las políticas fenecidas del estado socialista que no avanza hacia la sociedad sin clases, los de Attac, Vía Campesina, PT de Brasil, montoneros, madres de plaza de mayo, MST de Brasil, kirchnerismo, CTA argentina y grupos de los viejos partidos de todo el mundo, convocan al Forro Social Mundial, al que hacen picar a todos los pececitos izquerdistas y autónomos que pululaban por todas partes, encandilados por la idea genial de encontrarse todos juntos, sin percibir que la Fundación Ford financiaba el encuentro y que Soros, el magnate de la globalización, así como partidos, alcaldes, ministros y otros europeos próceres de la socialdemocracia, llegaron con su séquito y sus monedas a invertir fondos todos «todos a una» en cálido abrazo con las principales ONGs del mundo, por el fin de la creciente y vertiginosa lucha antiglobalización, que estremecía al mundo (y al capital, principalmente). Los grupos alternativos fueron atraidos y capturados por el MST brasileño, la máscara progresista del partido de Lula, que estaba apuntando toda la artillería a la pacificación y las elecciones que ganaría, al igual que Kirchner y el kirchnerismo en Argentina, cabreados de la autonomía comunitaria.

El MST fue el encargado de domesticar a los autónomos en Venezuela, convenciendo que el poderoso Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora se incorporara al partido oficialista y de domesticar a los autónomos en Argentina, especialmente a Miguel Mazzeo, que posa hoy día de líder autónoma, sin serlo ni un pelo, que fue uno de los principales artífices de la ruptura del bloque piquetero de los MTDs saliéndose con los MTDs de Lanús y Almirante Brown para formar con los filiados a la Vía Campesina el Frente Popular Darío Santillán, aparato partidario que apunta sus intereses hacia el estado socialista con receta, programa y pasos todo ordenado y planificado, o sea, la vieja izquierda con máscara de nueva.

Toda la carne en el asador

En Venezuela la estrategia ha sido subordinar los movimientos al gobierno, como fue en Chile, aún golpeando y aislando a los que procuran organizar y desplegar la potencia por abajo para subordinar a las autoridades a las instancias populares, comunitarias, que definan desde el mundo de la vida los pasos a seguir. Los burócratas prefieren compartir el gobierno antes que ceder a la autonomía de las formas de vida en común, ya que el desarrollo de éstas hace innecesario el estado, con lo que se acaba la gallina de los huevos de oro a la que los jefes han invitado a sus seguidores, buena parte ansiosos por el reparto y el pillaje del botín estatal. Basta leer a Roland Denis, ex viceministro de Chávez, para darse cuenta de la necesidad y la urgencia de una subversión de los de abajo que supere y subsuma a la burocracia, acosada por el desabastecimiento que ya habían hecho en Chile los propietarios.

En Grecia no se puede detener las dinámicas sociales para ceder el paso a la burocracia en el gobierno, que es lo que espera el capital para ver si concede aire o no a Syriza, de modo que teniendo en cuenta los factores enunciados aquí, más la experiencia de 1936 en España y la Revolución de los Claveles en Portugal, el camino de la burocracia en Grecia no tiene otro destino que durar un tiempo en tanto acumule capital engarzado al capitalismo globalizado. de otro modo no tendrá financiamiento. La población no tiene que votar y sentarse a esperar la vaca dar leche, en especial teniendo en cuenta los malos resultados de los gobiernos progresistas en el continente Abya Yala. En Grecia existen muchas experiencias por abajo, centros comunitarios, bibliotecas populares, casas okupas, micro experiencias de autogestión, educación popular, huertas barriales, economía alternativa, en fin, pudiendo afirmarse que es uno de los países del mundo con mayor índice de experiencias alternativas per capita, por lo que la victoria de la izquierda radical va a legitimar ese accionar, lo digan o no lo digan, lo usen los de arriba o no lo usen, pero la legitimidad va a estar ahí, habrá oídos, habrá expectativa, habrá receptividad, habrá sensibilidad, por lo que esa extensa red horizontal podrá ampliarse en un solo día al doble o al triple de lo existente, o sea, que si hay mil experiencias en el país, pueden pasar a 2 o 3 mil en un día, sin necesidad de hablar el lenguaje de Syriza, ni colgarse de su éxito. Habrá que desarrollar las siguientes líneas de acción, que no deben seguirse, sino incorporar al debate necesario, tanto en Grecia como en otros lados.
1. Abrir nuevos espacios de salir de las casas y realizar actividades compartidas en otros barrios donde no hay presencia, por ejemplos juegos con niños en mesa, con artesanato mediante productos naturales o reciclados, de los cuales puede desprenderse la necesidad de la huerta vecinal, reforzamiento escolar, alimentos naturales, recopilación de la basura orgánica y no orgánica, evitando la circulación de ideología y de las prácticas izquierda-derecha.
2. Evitar el foco o el centro, tales como casas okupas o centros culturales dedicados exclusivamente a atraer gente para formarla y captarla. Que cada espacio alternativo salga al barrio a hacer actividades por fuera, como huertas o comités de comprando juntos, para el establecimiento de formas de vivir compartidas, ya no sólo «momentos» o «lugares» alternativos y menos «islas de la fantasía» o ghetos rebeldes sino el virus que circule de persona a persona no mediante el discurso y la concientización, sino mediante prácticas modificando las relaciones interpersonales en cada barrio o localidad.
3. Reforzar los espacios donde hay presencia para introducir e intercalar uno o dos componentes nuevos que interactúen con los existentes, por ejemplo, sino hay huerta, hacerla, sino no hay reciclaje, hacerlo, si no hay salud comunitaria basada en plantas medicinales, hacerla.
4. Cambiar la orientación de lucha ideológica en las escuelas y universidades, para atraer estudiantes por medio de su vocación profesional y no por una mirada abstracta del cambio, sino la profesión como herramienta de encuentro de vecinos y modificación del entorno relacional, esto es, aprender haciendo, pero no haciendo en frío, sino inmersos en los procesos de reconstrucción de las formas de vida comunitaria, no aprender, sino construir saber, no entre los estudiantes, sino también con vecinos, vecinas y vecinitos, haciendo, plantando, construyendo, etc. No cuesta nada que los estudiantes de salud junto a su asistencia a aulas para sacar su título, planten y conozcan las medicinas naturales junto a los vecinos del barrio, haciendo catastro para ver cuál planta hay que sembrar, junto a los tomates que hay que proteger de los transagénicos plantando un amaranto, etc. Es sólo mirar la carrera como acto del común y no como herramienta para obtener empĺeo.

Vamos, hermanos griegos, que la victoria electoral institucional de Syriza sea un paso de avance por abajo en la multiplicación de las formas autónomas de vida comunitaria. No llame a la abstención, no llame a nada, vaya a su barrio a profundizar su experiencia o vaya a otro barrio a multiplicar las experiencias. Recuerde que todo el mundo va a salir a bailar y celebrar, como que la victoria de Syriza represente algo más que un gol de un partido de fútbol, donde la izquierda y la derecha disputan la administración de la acumulación de capital. Usted tiene claro que el cambio no viene por arriba, y más bien van a envolver a la gente en el juego de ilusiones de los reyes magos, pero no va a conseguir nada colocándose en medio de la avalancha, déjela pasar, pero clave firmemente su estaca en el barrio o en otro barrio. El avance es por abajo y horizontalmente, de esa manera da en lo mismo que gane la derecha o la izquierda, lo importante es que usted no se detenga a observar o analizar, que ya habrá tiempo para ello. Es hoy día que tiene usted que dar un paso firme hacia sus vecinos, no importa lo que piensen ni por quien votan, no profundice esa brecha. Si no sabe hacerlo, yo tampoco, aprenda haciendo, si viene alguien con la receta, huya, será una mentira, ya que la receta no existe, pues como sostiene el poeta «no hay camino, se hace al andar».

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
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