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Terremoto político en India, segundo país más poblado del mundo. Triunfo electoral en el parlamento de Delhi del partido de los indignados

Agencias :: 11.02.15

De 70 mienbros, son 67 los electos del “Partido del Hombre -y la mujer- Común”. Partidos tradicionales se derrumbaron estrepitosamente

Nota de Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Oriente se estremece. Primero fue la revolución democrática y comunitaria de Rojava, cuyo principal bastión es Kobane, que propinó contundente derrota al Estado Islámico, luego las multitudinarias movilizaciones democráticas en Hong Kong, parte de China, y ayer la histórica victoria electoral del ahora primer ministro de Delhi, Arvind Kejriwal, que había liderado las movilizaciones de los indignados indios, el año pasado fue electo alcalde de Delh y acusado por sus adversarios de anarquista (Vea El Mercurio http://www.emol.com/noticias/internacional/2014/01/21/640715/el-alcalde-anarquista-de-nueva-delhi-continua-su-sentada-contra-la-policia.html ), acusación que toma con humor diciendo que efectivamente es anarquista y va a anarquizar la ciudad de Delhi.

Este acontecimiento va a repercutir mundialmente en las reflexiones y argumentos sobra la crisis general de los partidos y las ideologías de administración del estado, regiones y municipios de todos los países. La iglesia católica ha saludado a Kejriwal debido a que iglesias y templos han sido atacados por la enorme violencia que vive Delhi y que no ha sido prioridad para los gobiernos locales y centrales donde campea la corrupción, principal caballo de batalla del partido vencedor.

Eso no significa que vayan a haber grandes cambios salvo en poner en su lugar los mecanismos formales de las instituciones locales. Delhi no es uno de los 29 estados ni 6 territorios, sino que es el Territorio Capital Nacional, donde se encuentra la Capital del país, Nueva Delhi, y se situa en el centro, bien al norte del país. La izquierda está bastante desprestigiada en todo el país después de haber perdido las elecciones en los estados claves de Bengala y Kerala, este último con 34 años de gobierno comunista sumamente estatista con una potente reforma agraria capitalista que si bien fue capaz de enfrentar la expansión industrial en el campo, no tuvo la osadía de formar comunidades agrarias autosustentables. Los servicios como educación y salud fueron los más elevados del país, pero económicamente el proceso fue al fracaso y la derecha pudo ganar ese estado. El protagonismo social estaba en manos de las organizaciones amarradas al partido, por lo que al igual que en Venezuela, la burocracia centralizó los hilos queriendo hacer un capitalismo mejor que los propios capitalistas. En Kerala se perdió una oportunidad histórica de haber constituido comunas autónomas, libres o independientes sustentadas en la autogestión, ya que la cultura predominante era del papel importante de la mujer en la familia, pero eso habría significado el fin de la burocracia, su suicidio. De esa manera el fracaso repercutió fuertemente en otros lugares, como en Delhi, en la forma de crisis de credibilidad de los partidos de izquierda, centro y derecha. Hoy día el plato está servido. Kejriwal tendrá la oportunidad de mostrar si realmente tiene sensibilidad anarquista, lo que dudamos, Sólo vemos posibilidades de avances si las dinámicas de los indignados, al menos algunas de ellas, han conseguido implantarse en experiencias locales de autonomía, autogestión y formas de vida comunitaria. No vaya a ser que nos salga otro Correa, el de la robolución ciudadana.

Veamos la noticia:

11-02-2015
Los indignados indios arrasan en las elecciones regionales de Delhi

Agencias
Rebelión

El Partido del Hombre Común ( AAP ), liderado por el activista anticorrupción Arvind Kejriwal, arrasó hoy en las elecciones regionales de Delhi, para alzarse con la práctica totalidad de los 70 escaños de la Asamblea de la capital del país, en una victoria sin precedentes y demoledora.

La victoria del AAP , nacido de un movimiento de protestas y con sólo dos años de vida, fue celebrada por miles de seguidores del movimiento indignado indio que nació en 2012 como un grito social anticorrupción y que hoy consiguió el éxito político que entonces reclamaba en las calles.

El AAP logró 67 de las 70 circunscripciones del estado de Delhi, que abarca a la capital india y los municipios aledaños, en unos comicios tradicionalmente considerados un termómetro de la política nacional.

El partido ganador logró 4.879.127 votos, para un 54,3% de los alrededor de 8,9 millones de votos emitidos (de un censo de 13,3 millones) mientras que el Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro, Narendra Modi, obtuvo 2.891.510 sufragios.

Aunque el sistema electoral indio -que otorga cada circunscripción al partido que más votos consigue en ella aunque sea por un solo sufragio de ventaja- jugó a favor de la AAP, el triunfo de este exfuncionario de Hacienda, reconvertido en activista y más tarde en político no tiene precedentes.

Grupos de mujeres bailando en corro, niños con banderas indias pintadas en las caras e incluso algún que otro seguidor acérrimo con escobas, el símbolo del partido, atadas a las espaldas se lanzaron a las calles de Delhi para festejar el triunfo mucho antes de que la Comisión Electoral de la India oficializara el resultado.

Es un triunfo “del hombre común” y de “toda la India”, según aseguraron a Efe varios de sus seguidores frente a la sede del partido vencedor.

“Esta es la victoria de la verdad y la honestidad”, dijo Kejriwal a sus seguidores, que ya gobernó efímeramente Delhi tras las elecciones de 2013, en las que su partido obtuvo un segundo lugar y una mayoría de 28 escaños que entonces le llevaron a pactar con el Partido del Congreso.

En aquella ocasión duró apenas 49 días en el cargo, dimitiendo por la decisión de la Asamblea de Delhi de no aprobar una ley anticorrupción que impulsaba. El Gobierno del estado quedó en manos del Ejecutivo central hasta las elecciones del pasado sábado.

Hoy Kejriwal se ha desquitado quedándose con la casi totalidad de los escaños.

En la otra cara de la moneda, el Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro, Narendra Modi, quedó reducido a tres anecdóticos escaños.

Tras ocho meses al frente del Ejecutivo nacional, la formación de Modi se estrelló en Delhi perdiendo 29 diputados, muy lejos del resultado que en las elecciones de 2013 le permitió, con 32 asientos, quedarse a las puertas de la mayoría absoluta.

Asumiendo la primera gran derrota de su partido, el primer ministro felicitó en su cuenta de Twitter al AAP y prometió el “completo apoyo” del Gobierno central al nuevo jefe de Delhi, al que durante la campaña había comparado con los terroristas naxalitas por su “anarquismo”.

El mismo Modi había escogido a la candidata del BJP para estos comicios, Kiran Bedi, la primera mujer policía de la India y excompañera de Kejriwal en la lucha anticorrupción.

Esta mujer recién llegada a la política, que ya había advertido de que asumiría los virtuales daños a su partido derivados de estas regionales, pidió a su excompañero que ponga a Delhi “a la altura que se merece” y la convierta en “una urbe de clase mundial”.

Ahogado en una profunda crisis, el Congreso se ha quedado, por su parte, sin representación en la asamblea delhí, lo que ya ha provocado la dimisión del secretario general del partido y su candidato en estas regionales, Ajay Maken.

La debacle electoral también movió hoy a los seguidores de la formación a reunirse frente a la sede del partido, pero para demandar la entrada en política de Priyanka Gandhi, hija de la actual presidenta Sonia Gandhi, y vista por muchos como la esperanza para la formación históricamente liderada por la dinastía Nehru-Gandhi.

El Congreso se mantuvo al frente del Gobierno delhí tres mandatos consecutivos de la mano de Sheila Dikshit, en el poder de la capital desde 1998 hasta 2013, cuando Kejriwal le quitó a gran parte del electorado, también concentrado en el sector más pobre de la ciudad.


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