Cada vez son más y más en todas partes que reaccionan y se movilizan en protección de la madre tierra y de la vida. A multiplicar los espacios comunes de autodefensa de la naturaleza y la vida
Los de abajo
El asediado Nixticuil
Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada
Las imágenes del video son impactantes. Las motosierras de la empresa EcoCenter, subcontratada por Spinelli Corporation, arrasan con 115 robles y encinos centenarios y algunos milenarios en las inmediaciones del área natural protegida del bosque Nixticuil, en el municipio de Zapopan, al norte de la zona metropolitana de Guadalajara. Uno a uno son derribados los árboles de más de un siglo. Los camiones de carga esperan que los trabajadores de la compañía los apilen para llevarlos a triturar.
Este es un bosque sobreviviente, a pesar de las innumerables embestidas contra su flora y fauna encabezadas por las inmobiliarias que expanden la mancha urbana a esta región de robles, encinos, pinos, tepame y huizache, y en la que sobrevuelan aves en peligro de extinción y migraciones provenientes de Canadá. Aquí llegaron estos días las grandes motosierras para destruir el pulmón verde más grande de la zona, con el fin de montar en sus alrededores viviendas sin mayor futuro.
Respiración de aire puro para unos; para otros no es más que un gran negocio. El asediado Nixticuil comprende mil 800 hectáreas de los cerros de El Nixticuil y la sierra de San Esteban, y provee agua a varias comunidades rurales y urbanas, además de albergar cientos de especies animales y vegetales y alimentar al río Blanco, que riega gran parte de las últimas zonas agrícolas de Zapopan, que fue durante muchos años la mayor productora de maíz del estado.
Antes lo tenían que hacer de manera clandestina, al igual que los innumerables incendios provocados. Hoy lo hacen también con el permiso de la Dirección de Ecología del municipio de Zapopan, pero las irregularidades son múltiples: no dan a conocer por qué es necesario el derribo y para otorgar un permiso se debe realizar una reunión informativa con los vecinos, previa a los trabajos. Tampoco colocaron un letrero especificando el lugar donde realizarían el trabajo, los responsables, duración, autorización municipal y un número de teléfono de atención ciudadana. Y un elemento más: la norma que tiene como objeto podar o derribar aquellos árboles que ponen en peligro a la población no responde a la pregunta de “¿desde cuándo un bosque pone en peligro a la población?”
Ahora la constructora anuncia que plantará mil pinitos de 20 centímetros que donaron al ayuntamiento, “arbolitos que nadie sabe dónde van a plantar, además de que, si lo hacen, nunca le dan seguimiento”, acusan desde el Nixticuil. Este sábado, en defensa de su derecho a la vida, marchará la población que defiende el Nixticuil. La cita es el cruce de avenida Ángel Leaño y avenida Los Robles, en Zapopan.
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