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Chile: la sociedad del odio

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J) :: 14.05.15

Dos jóvenes grafiteros han sido asesinados por la sociedad del odio. El hijo del dueño mató a balazos a los que pintaban su pared. La propiedad privada está por encima de la vida.

Chile: La sociedad del odio

Dos jóvenes grafiteros han sido asesinados por la sociedad del odio. El hijo del dueño mató a balazos a los que pintaban su pared. La propiedad privada está por encima de la vida.

Por Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)

Las familias y vecinos de los chicos asesinados están pasando momentos tan dolorosos que nadie los quisiera, preguntándose el ¿por qué? ¿Cómo alguien puede salir disparando a dos grafiteros? Vivimos en la sociedad del odio, en la sociedad de personas separadas y en competencia y éste no es un fenómeno aislado, ya que la propia autoridad y la prensa han aplaudido a los rambos que capturan lanzas en las calles y los desnudan atentando contra su dignidad y casi matándolos a golpes, además allá arriba viven la danza de los millones empresarios y dirigentes de partidos políticos, en tanto abajo la población vive de mal en peor y se nos pide resignación, la paz de los sepulcros. Los mapuche han sido despojados de sus tierras y se les pide resignación. Los pescadores artesanales han sido despojados por las leyes de pesca que favorecen a las industrias pequeras, en fin, la lista es larga y desde arriba se sigue estimulando el odio concentrando las riquezas y reprimiendo al que alza la voz. Nos quieren habituar a la violencia haciéndonos vivir en medio de ella justificando los abusos, colocando un nuevo ministro del interior de línea dura y asociando a partidos de izquierda a los poderosos para emborrachar la perdiz, de allí los caramelos entregados al Partido Comunista.

Ante tanta injusticia y violencia, algunos como respuesta hacen lo mismo, convocando constantemente a la lucha contra el estado en las calles haciendo el servicio a los que llevan sus banderas para instalarse como vanguardias y llevar a la gente al poder con ellos en los puestos de comando, ya que hasta ahora los cambios por arriba han resultado en nuevas formas de violencia. Hasta la sociología habla de la sociedad del conflicto, de negociar los conflictos, de enfrentar los conflictos. Nos ponen permanentemente a unos contra los otros compitiendo por un trabajo precario o la izquierda atacando a la derecha y la derecha atacando a la izquierda.

Esa violencia no se va a parar con más lucha, sino con el cambio radical de los hábitos, usos y costumbres. Ya que nos están habituando a la violencia, hagamos lo contrario, habituémonos a vivir en paz cambiando el entorno donde vivimos y donde se forman nuestros hijos y nietos. Rechacemos la violencia institucional generando la autonomía barrial constituyendo localidades y territorios donde no tenga espacio la violencia. Respondamos a la violencia del trabajo precario o la ausencia de trabajo desplegando la autogestión de alimentos y medicinas en cada barrio.

Si no cambiamos nuestras formas de vida no podemos pedirle al estado y a las instituciones que lo hagan, ya que responden a los empresarios, a la ganancia y a los partidos políticos, y su vocación se servicio público es falsa. Hay que organizarse primero entre los vecinos para vivir, cuidarse y resolver necesidades con sus propias manos, segundo organizarse para intercambiar entre experiencias de autoorganización social en los barrios, trocando alimentos, medicinas naturales, actividades culturales y demás, tercero habría que organizarse como autogobierno local en la forma de democracia barrial o comunitaria, que dependa del mundo de la vida compartida y no de los partidos que llaman a organizar el poder popular por encima de la población para “dirigirla”. Con esos tres pasos podemos instalar los territorios de paz para el Buen Vivir.

Contra la sociedad del odio, la comunidad del compartir.

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)


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