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Adentrándonos en las formas de vida comunitaria de los kurdos y su economía comunal

Clajadep :: 25.05.15

Las noticias en general tocan por fuera la experiencia de Rojava en el Kurdistán sirio

Tomado de un artículo de un autor de un partido de orientación troskista que ataca fuertemente las posturas de la autonomía kurda, pero a la vez aportando datos y autores culminando finalmente con una apelación a que dicha experiencia debe subordinarse a la ideología y al partido de los obreros en la más pura tergiversación de Marx y si usted quiere ver el material completo lo encuentra en los medios informativos del MAS argentino, Veamos lo que hemos podido rescatar:

La dinámica abierta en Kobane podría empezar a configurar entonces una auténtica amenaza existencial para el “Estado Islámico” en Siria. Si el EI lograra ser expulsado del país a manos de los kurdos y de sus aliados árabes 3 (y de todas las etnias), sería un gigantesco triunfo popular, de una gran importancia política. Su caída implicaría la liberación de miles de personas del yugo de la opresión y la barbarie jihadista. Más aún, liberaría un torrente de energía contenida en los sectores democráticos y progresivos de la región, en la lucha más general contra el conjunto de los regímenes opresivos.

Esto es así porque el jihadismo ha jugado un rol profundamente contrarrevolucionario en Siria y en todo Medio Oriente. El EI en particular se ha dedicado sistemáticamente a masacrar a los activistas que comenzaron y encabezaron las protestas contra el régimen, a los combatientes armados que liberaron sus zonas de las tropas de Al Assad, etc. El EI viene actuando desde su formación como un inhibidor de las fuerzas revolucionarias, absolutamente funcional al régimen. Al mismo tiempo que se encarga de liquidar y desmoralizar sistemáticamente a los opositores a Al Assad, con su infinito despliegue de barbarie consigue horrorizar a la mayoría de la población y legitimar la prédica del régimen, “o mi dictadura o el abismo”.

La “revolución de Rojava”

El destino más general de la guerra contra el Estado Islámico, sin embargo, es solo uno de los aspectos que se pusieron en juego en la batalla de Kobane. Existe también otro aspecto, todavía más profundo por su contenido.

Esto tiene que ver con el carácter político-social, no de los agresores del EI, sino de los defensores de la ciudad: las YPG-YPJ. El carácter “no tradicional” de ese ejército salta a la vista en cualquiera de las imágenes transmitidas por los medios de comunicación: en todas ellas, se ve en la primera plana a las mujeres combatientes, fusil en mano. Este es un rasgo absolutamente excepcional, y que por sí solo ya hace una gran diferencia con la mayoría de los actores regionales. Sin embargo, este es solo uno de los aspectos de la cuestión.

Lo que determina el contenido político-social de las YPG-YPJ es la experiencia histórica de la que son producto. Es decir, la experiencia de auto-gobierno de Rojava y de profundas transformaciones sociales que comenzó a mediados de 2012 en el marco de la guerra civil siria, tras la retirada de las tropas del régimen sirio de esa región.

La experiencia de Rojava no se reduce solamente a la conquista de la autodeterminación étnica o nacional de una minoría oprimida. Allí ocurrió algo más profundo y de mayor significación política: comenzó un proceso de contenido emancipatorio con rasgos de “revolución social”, de autoorganización y protagonismo popular con un rol muy destacado de las mujeres.

El resultado de este proceso es que en Rojava se puso en práctica una experiencia de tipo comunal con elementos de “democracia desde abajo”. Decenas de organizaciones populares y asambleas locales conforman la columna vertebral de la administración civil. El protagonismo de las mujeres en la vida política, social y militar es parte inescindible de este proceso global. El crecimiento económico ha intentado encausarse a través de bases cooperativas. Todo el proceso se desarrolla bajo el signo del laicismo. Se trata en síntesis de una experiencia muy progresiva 5, especialmente en el marco del reaccionario contexto regional.

Por todo lo mencionado anteriormente, el contenido de la “batalla de Kobane” es mucho más que su forma. No se trató solamente de una disputa entre kurdos e islamistas por el control del norte de Siria. Se trató de un choque entre perspectivas políticas y sociales mayormente opuestas, de dos principios radicalmente diferentes para reorganizar el Medio Oriente. Mientras el “Estado Islámico” pretende hacer retroceder siglos enteros a la región, la experiencia comunal de Rojava plantea una salida sobre bases progresivas.

El triunfo alcanzado en Kobane, por lo tanto, alumbra el camino no sólo para erradicar al monstruo reaccionario del EI, sino también para emprender la tarea de reorganizar Medio Oriente sobre nuevas bases sociales, muy diferentes a las de los regímenes hoy dominantes: las putrefactas dictaduras militares, monarquías tribales, teocracias, “democracias” neoliberales y autoritarias, etc.

2.2 Un proyecto para el Kurdistán: el Confederalismo Democrático

La experiencia de Rojava no nació espontáneamente, ni partió de una “tabla rasa” político-ideológica. Por el contrario, esta experiencia fue preparada durante largo tiempo por el PYD (Partido de la Unión Democrática), fundado en 2003 en el Kurdistán sirio, y que adquirió desde entonces una amplia influencia de masas en su región.

Las concepciones político-ideológicas del PYD, a su vez, fueron tomadas de su “organización madre” en Turquía: el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK son sus siglas en kurdo).

El PKK fue fundado en Turquía a fines de la década de 1970. Se trataba en sus orígenes de una organización “marxista-leninista” clásica que luchaba por un Estado kurdo independiente, unido y socialista. Para esto utilizaba, al igual que muchas organizaciones en esa década, la estrategia de la “lucha armada” de tipo guerrillero. Esta organización logró conseguir una importante base de apoyo entre los kurdos de Turquía, conformando una fuerte organización militar. La lucha que entabló contra el Estado turco (miembro de la OTAN) le valió su designación como “organización terrorista” por las grandes potencias imperialistas.

Tras la caída de la URSS, en todo el mundo empezaron a soplar “nuevos vientos” ideológicos, poniendo en crisis a las viejas organizaciones de la izquierda estalinista, maoísta, guevarista, etc. El PKK atravesó ese período con fuertes trasformaciones: su líder, Abdullah Ocalan (encarcelado en el Estado turco) comenzó un viraje político-ideológico muy similar al que ocurrió en México con el EZLN del “Subcomandante Marcos”.

Desde la prisión, Ocalan fue adoptando ideas de tipo anarquista o autonomista. Especialmente desde la década del 2000, comenzó a formular el nuevo programa estratégico del PKK: el Confederalismo Democrático. Resumiremos a continuación sus principales trazos.

El punto nodal de esta nueva perspectiva es el rechazo a la idea tradicional de que el problema de los kurdos se solucionaría con la creación de un Estado-Nación kurdo. Por el contrario, la perspectiva del Confederalismo Democrático parte de una impugnación global al concepto de Estado-nación. Esta crítica tiene un aspecto más general y uno particular. El aspecto general, es el rechazo a la idea de una organización verticalista que organice la vida social. En este sentido, la propuesta es organizar la sociedad abajo hacia arriba, desde las comunidades locales, con la participación de todo tipo de asambleas y organizaciones populares.

El aspecto particular tiene que ver con la consideración de la situación específica de Medio Oriente. La región se caracteriza por la coexistencia de miles de grupos étnicos y religiosos, cuya distribución “sobre el terreno” no se corresponde en modo alguno con los Estados-Nacionales. Más aún, nunca podrían hacerlo, porque en cada localidad, en cada pueblo o ciudad conviven decenas de grupos diferentes, distribuidos de maneras irregulares, discontinuas, dispersas, etc. No hay forma alguna de hacer entrar la geografía social de la región en los moldes del “Estado-nación”.

Estos dos aspectos se combinan en la perspectiva de organizar la vida social a través de una confederación de pueblos, grupos y etnias, de abajo hacia arriba, de lo local hacia lo general. Esta forma “no-estatal” de organización sería la única manera de acabar con los siglos de guerras fratricidas que caracterizan la historia del Medio Oriente.

Esta visión igualitaria, libertaria y de rechazo a la opresión, tiene su correlato en la perspectiva del rol de las mujeres en la sociedad. Medio Oriente es una región especialmente conservadora, con un muy fuerte peso de las relaciones y la cultura patriarcales. La opresión hacia la mujer llega a niveles insoportables en gran parte de la región, y se redobla en las zonas rurales o pastoriles, en las poblaciones más periféricas y en los estratos más bajos de la sociedad. Por esta razón, el “Confederalismo Democrático” plantea la centralidad del objetivo de la emancipación de las mujeres de toda forma de opresión, partiendo de su auto-organización desde abajo. La perspectiva es la formación de organizaciones de mujeres que jueguen un rol fundamental en la vida social, en los organismos de gobierno y en la defensa militar.

2.3 La “revolución” del 19 de julio

El proceso político que condujo a la experiencia democrática de Rojava comenzó en 2011, con el estallido de movilizaciones masivas en toda Siria contra Al Assad (como parte del proceso más general de la Primavera Árabe). Esto tuvo su impacto en el Kurdistán sirio, con un auge de la movilización y organización popular de los kurdos como parte del movimiento general de resistencia contra el régimen.

En ese marco las propuestas del Confederalismo Democrático impulsadas por el PYD comenzaron a llevarse a la práctica entre los kurdos de Siria, desarrollándose un movimiento por el auto-gobierno y la auto-gestión. Comenzó también la puesta en pie de grupos armados para la auto-defensa de los kurdos, orientados por el PYD.

La transformación más decisiva, sin embargo, ocurrió en el marco de la guerra civil siria. El punto de quiebre fue la “revolución” del 19 de julio de 2012: un levantamiento por el cual las milicias kurdas comenzaron a hacerse con el control de la mayor parte de las ciudades de Rojava (y de los barrios kurdos de otras ciudades). Paulatinamente, el régimen de Al Assad fue retirándose de las zonas kurdas.

2.4 Las formas comunales y las transformaciones sociales en Rojava

La retirada de las fuerzas del régimen sirio de la mayor parte de Rojava marcó el comienzo de su experiencia de “autonomía democrática”. En el aspecto militar, se formalizó la creación de las YPG como fuerzas de autodefensa de Rojava y de su experiencia democrática.

Pero lo más interesante es lo que ha ocurrido en el terreno de la administración civil del Kurdistán sirio. Esta parece haber quedado en manos de un conjunto de organizaciones populares, asambleas barriales, comités de las comunidades, etc., conocidas colectivamente como el movimiento Tev-Dam (Movimiento de la Sociedad Democrática). Citaremos extensamente a continuación una descripción realizada por Zaher Baher, que visitó Al-Jazira (uno de los cantones de Rojava) en mayo de 2014:

“El programa del Tev-Dam era muy inclusivo y cubría todas las cuestiones particulares de la sociedad. Se implicó mucha gente de las bases y clases populares y de diferentes orígenes; entre ellos kurdos, árabes, musulmanes, cristianos, asirios y yazidíes. La primera tarea fue la de establecer una gran diversidad de grupos, comités y comunas en las calles de los barrios, pueblos, comarcas y en todas las ciudades pequeñas y grandes. El papel de estos grupos fue el de involucrarse en todos los aspectos de la sociedad. Los grupos se crearon para tratar todo tipo de cuestiones incluyendo: mujer, economía, medio ambiente, educación, salud y cuidados, apoyo y solidaridad, centros para familias de mártires, comercio y negocios, relaciones diplomáticas con países extranjeros y muchas más. Incluso hay grupos establecidos para conciliar y mediar en disputas entre diferentes personas o facciones y así intentar evitar que estas disputas vayan a los tribunales, a menos que estos grupos sean incapaces de resolverlos.

“Estos grupos suelen tener sus propias reuniones semanales para hablar sobre los problemas que enfrenta la gente allá donde vive. Tienen su propio representante en el principal órgano de toma de decisiones de los pueblos y ciudades, llamado Casa del Pueblo”.

Todos los que escriben sobre la experiencia de Rojava coinciden en estos puntos: la colaboración de diferentes grupos étnicos-religiosos, y la proliferación de diversas organizaciones populares para hacerse cargo de las diferentes tareas.

Volvemos a citar a Baher, estar vez acerca de las comunas: “Las comunas son las células más activas en la Casa del Pueblo y se han creado por todos los lados. Éstas tienen sus propias reuniones regulares semanales para discutir sobre los problemas a encarar. Cada comuna tiene su propio representante en la Casa del Pueblo y en el vecindario, en la villa o en la ciudad donde estén”.

Luego este autor cita a su vez al Manifiesto de Tev-Dam: “Las Comunas son las células más pequeñas y más activas de sociedad. (…) Las Comunas están formadas sobre el principio de participación directa de la gente en los pueblos, en las calles y los vecindarios, y en las ciudades. Éstos son los espacios donde la gente se autoorganiza voluntariamente con sus opiniones, creando sus propios objetivos e inician sus actividades en todas las áreas posibles, abriendo las puertas al debate de cualquier problema y sus soluciones”.

El Tev-Dam, a su vez, se dotó de un organismo ejecutivo para llevar adelante administración: la “auto-administración democrática” (DSA). Citamos nuevamente a Baher: “Después de mucho trabajo duro, discusiones y planteamientos, el Tev-Dam ha llegado a la conclusión de que necesitan una DSA en los tres cantones del Kurdistán (Al Jazera, Kobani y Afrin). A mitad de enero del 2014, las Asambleas Populares eligieron sus propias DSA, con autonomía para implementar y ejecutar las decisiones de la “Casa del Pueblo” (el comité principal del Tev-Dam) y asumir algunas labores administrativas en las autoridades locales y municipales, en los departamentos de salud y educación, en organizaciones de negocios y comercio, en defensa y sistemas judiciales, etc. La DSA está compuesta de 22 hombres y mujeres, teniendo cada DSA un diputado y una diputada. Casi la mitad de representantes son mujeres. Está organizado de manera que gente de diversos orígenes, nacionalidades, religiones y géneros puedan participar. Esto ha creado un muy buen ambiente de paz, hermandad, satisfacción y libertad”.

El rol de las mujeres

Uno de los aspectos más destacados de la experiencia democrática de Rojava es la irrupción de un poderoso movimiento de mujeres auto-organizadas, que a su vez juegan un importante rol en la organización de la vida social y de la defensa militar. Citamos un relato de otra visitante del cantón de Jazira:

“La vida diaria ha cambiado sobre todo para las mujeres, quienes anteriormente estaban reducidas a una vida dentro de casa. Aunque las calles todavía son principalmente provincia de los hombres, las mujeres han establecido sus propias estructuras de educación y sus propios consejos locales. Todos los cuerpos políticos deben de contar con un 40% de mujeres y todos los co-representaciones deben incluir a una mujer. Las mujeres están organizadas autónomamente tanto en la revolución como en sus temas arquetípicos. Las vallas publicitarias en Qamislo muestran a más luchadoras de YPJ que a los hombres de YPG. “Te defenderemos”, dice uno” (Rebecca C., “Rojava: una revolución en la vida diaria”).

Más aún, el rol de las mujeres es absolutamente imprescindible en la resistencia militar de Kobane frente al Estado Islámico: “Un estimado 35% de los combatientes (de alrededor de 15.000) son mujeres. Fundadas en 2013 como un ejército autónomo de mujeres, las YPJ llevan a cabo operaciones de forma independiente. Hay varios centenares de batallones de mujeres en toda la región del Kurdistán Sirio. Meysa Abdo es la mujer que dirige la resistencia en Kobane y cientos de mujeres han muerto luchando contra el ISIS/EI” (Dilar Dirik, “Más allá del campo de batalla: La lucha radical de las mujeres kurdas”).

El valor político de todo esto es inconmensurable. El contraste con el EI no podría ser mayor. Pero no hay que ir tan hacia el “extremo” para encontrar a la barbarie patriarcal: esta se encuentra en cada calle, en cada casa, en cada plaza y en cada lugar de trabajo de Medio Oriente.

El caso más claro de esto son las monarquías ultrarreaccionarias del Golfo (Arabia Saudí, Qatar, etc.) o la teocracia iraní. Pero aún los países más relativamente “secularizados” como Egipto sufren masivamente de la opresión de género. Un país casi “europeo” como Turquía padece bajo el gobierno de los “islamistas moderados” una regresión en las condiciones de vida de las mujeres. Las recientes declaraciones al respecto del presidente turco Erdogan son muy clarificadoras: “No puedes poner a hombres y mujeres en posiciones iguales, eso va en contra de la naturaleza porque su naturaleza es distinta” y “nuestra religión ha otorgado una posición a las mujeres, la posición de madre” (“Hombres y mujeres no están en posiciones iguales”, http://www.elmundo.es).

En estas condiciones, el movimiento de mujeres de Kobane es un ejemplo valiosísimo para toda la región, que enlaza su significado con la lucha de las mujeres de la Plaza Tahrir, de Turquía, de Arabia Saudita, de Yemen y de todos los países.

La economía en Rojava

Citaremos a continuación un fragmento sobre la situación económica en Rojava:

“Actualmente, la situación económica es mala. Hay sanciones impuestas tanto por Turquía como por el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) del Kurdistán iraquí (explicaré este punto en otra sección). La vida en Al Jazera es muy sencilla y las condiciones de vida son muy bajas, aunque no existe pobreza. La gente, en general, es feliz dando prioridad a lo que han logrado con el fin de tener éxito” (Zaher Baher, cit.).

Hasta aquí, lo que podemos deducir es que las condiciones de guerra y el bloqueo económico imponen una “economía de subsistencia”. Pero una mirada más profunda exige analizar la política económica llevada adelante por la administración de Rojava:

“La nueva administración tomó la tierra y distribuyó porciones de ella a cooperativas auto-organizadas que están trabajando para expandir la ganadería y para aumentar y diversificar lo que se planta. Continúa extrayendo algo de petróleo y lo refina en diesel de baja calidad para venderlo en el cantón y distribuirlo a las cooperativas y otras instituciones. Lo que producen las cooperativas se vende o a la administración o a precios controlados por la administración. La administración proporciona a cada hogar con una ración de pan. El contrabando es alto” (Rebecca C., cit.).

Leemos aquí una orientación hacia las cooperativas como forma de organización de la producción. Sin embargo, debemos partir de recordar algo que señalábamos en el primer apartado de este artículo: la ausencia de grandes centros industriales y en general, de una producción a gran escala en esta región. Por lo tanto, lo que se ha puesto en pie en Rojava se trata de pequeñas cooperativas, de pequeña escala y muy escaso capital.

Esto se puede confirmar leyendo el siguiente fragmento de una entrevista al Dr. Ahmet Yusuf, presidente del Comité de Economía y Comercio del Cantón Autónomo de Efrin: “Por lo tanto, la economía que queremos crear en el cantón de Efrin será una economía social. Por esa razón empezaremos con cooperativas. Empezaremos con pequeñas unidades de producción. Desarrollaremos una economía basada en la agricultura” (Dr. Yusuf, “Rojava’s economic model is a communal model”).

Más adelante en la misma entrevista sostiene:

“Intentaremos incluir a inversores de capital regionales en este proceso. Pero no les dejaremos la oportunidad de explotar a la comunidad y al pueblo o monopolizar. El cantón de Efrin es un cantón agrícola. Por esa razón, solucionaremos los problemas de nuestros granjeros y contribuiremos a la diversificación de su producción. Construiremos pequeñas unidades de producción, por ejemplo le daremos mayor importancia la producción regional de oliva a la que hasta ahora no se le ha dado importancia. Avanzaremos hacia la industrialización de pequeña escala en nuestra región en la que todos los productos de la oliva serán procesados”.

Para completar el panorama, citamos un fragmento del mismo autor, en otra entrevista:

“Actualmente en Efrin existen 50 fábricas de jabón, 20 de aceite de oliva, 250 plantas procesadoras de oliva, 70 fábricas de materiales de construcción, 400 talleres textiles, 8 fábricas de zapatos, 5 produciendo nylon, 15 procesando mármol. Fueron construidos dos molinos y dos hoteles. Somos el primer y único lugar produciendo jabón en Siria. Estamos trabajando en desarrollar el comercio alrededor de los productos de uso cotidiano, frutas y otros productos alimenticios. Estamos haciendo todo esto en las aldeas así la gente regresa a ellas. Una vez más una represa fue construida para proveer agua potable. Creamos la marca ‘Hecho en Efrin’” (Efrin Economy Minister, “Rojava Challenging Norms Of Class, Gender And Power”).


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