La ciudad de Cochabamba vivió ayer una jornada de movilizaciones sociales, pero muy diferente a las anteriores, por la presencia multitudinaria en las calles de marchistas con peticiones y acciones distintas a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Miles de ciudadanos de diferentes zonas de la ciudad se concentraron ayer en la Plaza de las Banderas y desde allí con pañuelos blancos, carteles que pedían el retorno de la paz al país, el respeto a su derecho a trabajar y circular libremente, recorrieron el paseo de El Prado, dieron la vuelta por la plaza Colón hasta la avenida Ramón Rivero y el puente de Recoleta, donde realizaron una gran concentración.
El objetivo de este grupo fue llegar hasta la plaza 14 de Septiembre para hacer escuchar su voz y demostrar que también ellos son parte del pueblo, pero que no están de acuerdo con la violencia ni la convulsión. Sin embargo, desistieron del propósito para no enfrentarse con los marchistas de otros sectores sociales, que en estos momentos hacía su ingreso por diferentes puntos al centro de la ciudad.
Mientras los primeros marcharon por una tregua social, advirtiendo que no permitirían nuevos destrozos y atentados a la propiedad privada y pública, los otros lo hicieron, una vez más, exigiendo la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada a la Presidencia de la República para que vuelva la paz y la tranquilidad.
Desde las 10:30, varias columnas de miles de manifestantes ingresaron por las cuatro esquinas a la plaza principal 14 de Septiembre. Sectores como el de los maestros, trabajadores de salud, universitarios, cocaleros, juntas vecinales, gremialistas y otros engrosaron la movilización en contra de Sánchez de Lozada.
La tensión inicial por la acción de un grupo de manifestantes que empezó a hostigar a los policías e hizo una barricada frente a la puerta de la Policía Departamental bajó al no provocar la reacción de los uniformados.
En un acto simbólico de lavado de la sangre derramada por los muertos en los últimos enfrentamientos de La Paz, y ante la atención de todos los manifestantes, los dirigentes lavaron la bandera boliviana.
Masivas movilizaciones y más de una veintena de barricadas cubrieron la carretera que une el valle alto con la ciudad de Cochabamba en señal de protesta por las muertes ocurridas en la ciudad de La Paz y El Alto, demandando además la renuncia del que fuera presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada.
Las medidas de presión se realizaron sin contratiempos, excepto en San Benito y La Angostura, donde los pobladores aprovecharon para pedir dinero a cambio de dar paso a los transeúntes, arguyendo que esos dineros serán destinados a los bloqueadores que “tienen necesidades”.
En el valle bajo las cosas no eran menos distintas. La avenida Blanco Galindo fue nuevamente escenario de bloqueos a los municipios de Quillacollo, Vinto, Sipe Sipe, Capinota y comunidades aledañas.
Los regantes y dirigentes sindicales masificaron el bloqueo en el puente de Parotani. En Vinto, las autoridades ediles lamentaron los destrozos a su edificio comunal ocasionados por comunarios de Morochata respaldados por vándalos.
En Quillacollo, la Central Campesina llevó a cabo el bloqueo de caminos, medida que señalaron que no levantarían hasta la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.