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Respuesta desde abajo a la crisis mundial de refugiados y de destrucción del planeta

Jaime Yovanovic Prieto :: 22.03.16

El escalofriante artículo de Rajesh Makwana “La crisis mundial de los refugiados” publicado en http://clajadep.lahaine.org siendo uno de los mejores diagnósticos que hemos visto, termina endulzando la realidad al proponer una bella solución: la de que los partidos, gobiernos, estados e instituciones internacionales se hagan cargo del asunto, lo que resulta pedir peras al olmo, puesto que se han negado sistemáticamente a ello

Respuesta desde abajo a la crisis mundial de refugiados y de destrucción del planeta

Por Jaime Yovanovic Prieto

El escalofriante artículo de Rajesh Makwana “La crisis mundial de los refugiados” publicado en http://clajadep.lahaine.org siendo uno de los mejores diagnósticos que hemos visto, termina endulzando la realidad al proponer una bella solución: la de que los partidos, gobiernos, estados e instituciones internacionales se hagan cargo del asunto, lo que resulta pedir peras al olmo, puesto que se han negado sistemáticamente a ello. El autor señala la loable actitud de cientos o miles de voluntarios que han llegado a las fronteras de Europa a llevar ropas, alimentos y ayuda humanitaria a las impresionantes oleadas de refugiados que llegan diariamente a golpear las puertas cerradas del castillo del señor. La solidaridad de los pueblos y el oportunismo de las ONGs falsamente humanitarias, se encuentran codo a codo cumpliendo una función paliativa que sólo permite constatar las horribles condiciones en que se amontonan estos parias de la guerra y de la destrucción del planeta.

Con los acontecimientos de ayer en Bruselas, con decenas de muertos y cientos de heridos tras los bombazos, el miedo y rechazo a los migrantes va a aumentar, así como va a aumentar la simpatía a los partidos que levantan la línea dura del racismo y del nacionalismo exacerbado, corrientes que están creciendo vertiginosamente en casi la totalidad de los países del viejo continente, ya acondicionado por la extraña cantidad de películas de zombis, epidemias mortales, vampiros e invasores del espacio que inunda las pantallas de ese arte transformado en vil instrumento de propaganda, manipulación y acondicionamiento psicológico al más puro estilo del 1984 orweliano, de Goebbels y de las denuncias en los estudios de Matterlat.

El mismo problema golpea la frontera México-Estados Unidos y de Chile, este último considerado un oasis continental para las inversiones y la acumulación de ganancias, donde por ejemplo, los migrantes de República Dominicana han instalado un pueblito o barrio donde se hacinan sus connacionales y ya hay barrios o comunas como la de Independencia en Santiago donde el porcentaje de inmigrantes atendidos en los servicios de salud llega a cifras sorprendentes. Todos ellos han escapado de guerras, depredación de la naturaleza, el hambre y la posibilidad de encontrar un lugar “mejor” para vivir, lo que a nivel munial se está acabando.

Si las islas de la fantasía o “territorios de normalidad” se están agotando a nivel planetario y al mismo tiempo sigue acrecentándose la crisis económica, el desempleo, las guerras, la destrucción de la madre tierra y el amontonamiento poblacional en las grandes ciudades, las esperanzas y promesas de soluciones se van distanciando cada vez más, reemplazadas por la demagogia, mayores restricciones sociales, disminución de la capacidad adquisitiva y aumentos de precios. El sálvese quien pueda está instalado. Al parecer sólo los cubanos se van a salvar gracias a la lluvia de dólares que viene tras las modificaciones de los envíos hacia la isla, el viaje del primer transbordador turístico desde Estados Unidos y la pelea entre los grandes hoteles para lucrar con la invasión de miles y millones de turistas y cientos de empresas que afilan estacas.

Sin embargo esa visión es incompleta, es sólo la cara visible que muestran la prensa, los gobiernos, las iglesias, los empresarios y los políticos y sus analistas de todos los pelajes escondiendo las fórmulas que se están desarrollando en el seno de los propios pueblos afectados por las guerras, la crisis económica y la destrucción de la naturaleza, de los cuales vamos a analizar algunos ejemplos en los lugares que aparecen como los más conflictivos: México, Centroamérica y Colombia en nuestro continente, sin considerar las terminales crisis políticas que han envuelto a casi todos los demás.

México:
Se caracteriza por ser el puente hacia los Estados Unidos, ya repleto de inmigrantes y siguen llegando atravesando Centroamérica, adentrándose en este país y cruzando la frontera hacia el norte de mil maneras con innumerables muertos en el camino. La mejor solución que encontraron fue desatar los perros instalando el poderío de las bandas de narcotraficantes como colchón y transformando la región en campo de guerra con muerttos, secuestrados, desaparecidos por docenas diariamente. La respuesta de los pueblos ha sido la autonomía comunitaria, afirmándose en sus formas de vida, la confluencia entre vecinos, el común y los territorios, formando sus propias modalidades pacíficas de autodefensa con municipios autónomos, policías comunitarios y participación masiva de la población, llegando en casos a erigir barricadas de contención y agarrándose a tiros con los traficantes y las fuerzas armadas institucionales que dice combatir los cárteles. Algunos partidos y grupos civiles han querido aprovechar esta dinámica para organizar sus propias fuerzas, pero la población no los pesca, ya que la disposición comunitaria de los ejidos tradicionales del campesinado y las formas de vida en común de las naciones indígenas, han ido paso a paso ganando terreno y ya están llegando a las periferias de las ciudades, donde grupos de vecinos comienzan a compartir su cotidianeidad en procura del común.

Colombia:
La población tiene la convicción de que los acuerdos de paz con las guerrillas son meros acuerdos superestructurales, donde el sistema no va a generar condiciones para su debilitamiento, como ocurrió con la “paz” alcanzada con las guerrillas centroamericanas, donde sandinistas y farabundos consiguieron acceder a los gobiernos separándose de la población y asumiento programas neoliberales de fuerte destrucción extractivista de la naturaleza que tendrán que acentuar para afirmarse y con ello más se van a distanciar de la gente.

Hoy día las formas de vida de las comunidades nasa del Cauca, que han desarrollado la Guardia Indígena para su autodefensa de la vida y del territorio, se están reproduciendo en las regiones emberá y otras, en especial en la comunidades negras de la costa caribe y ya han llegado a las ciudades, especialmente Bogotá, Cali y Medellín, donde en barrios periféricos se están levantando fuertes experiencias de autonomía comunitaria en íntima interacción con estudiantes universitarios, especialmente de la Universidad Nacional, que han aprendido a construir el estudio académico con la práctica del buen vivir barrial, tratándose de una experiencia casi única en el continente y que de seguro se irá extendiendo en otros centros de estudio en la misma medida que los jóvenes se van distanciando de los partidos, que viven en el pasado en la constante lucha por acceder al poder o destruirlo, el famoso círculo vicioso como el perro mordiéndose la cola.

Centroamérica:
Los grandes protagonistas desde abajo han resultado ser los aliados horizontales de las comunidades lenca y de garífulas afrodescendientes, que han formado el Copinh, que salió a la noticia mundial tras el asesinato de su principal dirigente, la indígena lenca Berta Cáceres.

Todas estas experiencias y más en prácticamente todos los países del continente no sólo resisten los embates de los estados, gobiernos, partidos y empresas extractivistas, sino que fortaleces las formas de vida comunitaria, la defensa de los territorios, la producción de alimentos y la salud de los comuneros, como han hecho y están haciendo los mapuche de la Alianza Territorial Mapuche, ATM que no adhieren a los grupos o coordinadoras que siguen orientaciones de colectivos ideológicos o partidos que “luchan”, sino que son declaradamente pacifistas, mientras no los ataquen, eso es claro.

Veamos ahora un poco de oriente medio:
Ahí parece estar el ojo de la tormenta que está dejando caer sus bombazos en el corazón de Europa, pero esa es una guerra que no es de los pueblos, sino de grupos ideológicos y partidos que disputan el poder y la macro-economía, como el Estado Islámico grupo fundamentalista que aprovechó de la crisis del autoritarismo del gobierno sirio y de la balcanización del país para sentar cabeza y apoderarse de Rojava, norte de Siria fronterizo con Turkía, desde donde se extendieron hacia países limítrofes. Sin embargo en su principal base de apoyo, Kobané y ciudades de Rojava, los kurdos se organizaron en comunidades autónomas que federaron horizontalmente en la modalidad del confederalismo democrático, descartando la lucha por el poder y por un estado, desarrollando sus formas propias de economía, educación, saud y cultura, así como la autodefensa que llaman Destacamento de Protección del Pueblo y se levantaron en resistencia contra ocupación del estado islámico, derrotándolos vergonzosamente y obligándoles a retroceder limpiando casi toda la extensión de la región de Rojava, destacándode allí los destacamentos de mujeres, que como hormigas junto a los destacamentos masculinos arrasaban con las tropas del iSiS (nombre del EI). En el confederalismo entraron también comunidades armenias, cristianas y otras agrupaciones árabes y musulmanas del norte sirio, lo que ha permitido que circule la experiencia que hoy día se ofrece como solución a los vacíos de poder y a las pugnas fundamentalistas y por el petróleo de la región.

En África han sido los originarios amazigh (llamados bereberes), muchos de los cuales son tuareg, que van desde Mali y costa occidental por todo el norte africano hasta Egipto, los que están levantando la resistencia y la autodefensa de la vida, las comunidades, los territorios y la madre tierra, destacando los tuareg de Mali que llegaron a levantar lo que llamaron el estado libre de Azawan en el norte maliense, pero fueron atacados por el ejército apoyado por Francia, por lo que optaron por trabajar solanente la autonomía comunitaria y territorial. Un buen ejemplo para las regiones próximas. Le siguen los amazigh de Argelia que controlan la región de Kabilia a través de la Coordinadora de Tribus y Aldeas Amazigh, luego varios grupos y experiencias en Marruecos y Mauritania, llegando finalmente a Libia, donde los amazigh tuaregs controlan una extensa región montañosa con milicias propias de autodefensa, producción propia de alimentos y están discutiendo la autonomía dentro de una nueva constitución manteniendo la equidistancia con los dos gobiernos libios, el pro-occidental y el pro-árabe, que reune varios grupos fundamentalistas.

Con estos ejemplos basta para mostrar y demostrar que las soluciones a la crisis económica, de guerra y destrucción del planeta, que no procuran los estados y partidos, sino que la agravan, no está en las superestructuras, sino en los pueblos, desde abajo, desde el mundo de la vida y de la cotidianeidad. Y eso es lo que se está multiplicando en todas partes y hay que reforzar en cada lugar, tanto para alimentarnos, como para defender nuestro hábitat. La crisis de los estados, partidos, instituciones, economía, salud, educación, etc, se está enfrentando cambiando los modos de vivir, ya que si seguimos reproduciendo las luchas partidarias por el poder o la profusión de ideologías “salvadoras”, finalmente terminarán llevándonos a lo mismo.

Jaime Yovanovic Prieto
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