Izquerdas y derechas disputan y comparten posiciones institucionales para ampliar el extractivismo del capital globalizado y contener la emergencia de los de abajo portadores del cambio civilizatorio.
Los pro y contra de Sanders en USA
Por jaime Yovanovic Prieto
Si Sanders gana en California el martes 7 de junio, lo más probable es que los delegados nominados por el partido demócrata se vuelquen hacia él y sea finalmente nominado el candidato que enfrentará a Trump, en especial si tenemos en consideración que las últimas encuestas dan un empate entre Clinton-Trump y la victoria por más de 10 puntos a Bernie Sanders si fuese éste el rival del supermillonario.
Los pro de Sanders son básicamente concentrados en su discurso progresista, que en nada podemos diferenciar de aquellos que están siendo debilitados por las dinámicas autónomas de los movimientos sociales y comunidades, y atacados duramente por los partidos de derecha en el continente. La política cubana de abrir las puertas a empresarios pequeños y medianos, así como el aumento de los viajes aéreos y cruceros gigantes desde Estados Unidos al país caribeño, sin ninguna duda va en beneficio de esta candidatura, mientras Obama se pasea por el mundo como adalid de la Paz para favorecer a Clinton abrazando al representante de Japón donde soltaron el exterminio atómico.
El principal contra de Sanders es dividir a la población entre posturas de izquierda y derecha, con lo que contribuye notablemente a las necesidades del capital globalizado para quebrar la emergencia de nuevos sujetos comunitarios que se multiplican por todas partes, lejos de las pugnas ideológicas y en pos de un cambio civilizatorio que contenga desde abajo el avance del extractivismo que está destruyendo el planeta, empujando a las poblaciones hacia las periferias de las ciudades y los países metrópolis, donde son debidamente controlados por los aparatos de fuerza, jurídicos, políticos e ideológicos de los de arriba, sean éstos de izquierda o de derecha.
Estamos ante una política de alianzas de izquierdistas y derechistas en defensa del capital y de la contención de los de abajo, sea reforzando los aparatos de arriba, sea engañando a los sectores sociales, populares y comunitarios con sus discursos “avanzados” y medidas sociales que hacen creer que hay cambios en tanto se refuerza la matriz extractivista, como hizo Mujica en Uruguay con su histrionismo “popular” con una mano, mientras con la otra aprobaba la ley minera que movilizaba miles de uruguayos en rechazo, muchos de los cuales fueron “ablandados” por las actuaciones teatrales del ex gobernante, al que el estado acaba de dar un bello reconocimiento por su habilidad en sacar simpáticos conejos del sombrero escondiendo ladinamente los ases en la manga y el puñal bajo el poncho.
La estrategia conjunta izquierda-derecha pasa por compartir los aparatos del estado, en especial gobiernos y parlamentos, en tanto a la izquierda le cabe el rol de contención popular haciendo marchas y luchas, y la derecha aplicando la mano dura. Se trata de la vieja política del policía bueno y del policía malo, en este caso ambos defendiendo el extractivismo y la contención de la resistencia. No necesitamos traer a colación el violento maridaje de gobierno y parlamento de los casos de Venezuela, Brasil y Argentina, o de los casos de Grecia y España, por nombrar sólo algunos ya por todos bien conocido, donde las posturas de izquierda apuntan a evitar el protagonismo autónomo de los de abajo para meterlos en el saco de las instituciones y así poder circular libremente las empresas voraces que destruyen todo a su paso. La consigna del socialismo ha sido pisoteada por todos ellos y ya no se habla del tema, o aunque se hable, pues sólo están consiguiendo llegar a menos gente en la medida que se va aprendiendo a que los cambios de veras se hacen desde la cotidianeidad y del mundo de la vida y ya no más desde la habilidad de los partidos políticos para atraer votantes o “combatientes”.
Sanders ahora aparece como una esperanza para las izquierdas, que apuestan sus cartas a su figura, aún a costa de aguantarse el gobierno venezolano las ofensivas de las derechas nacionales e internacionales manteniendo al pueblo atado y paralizado ante los horrores de la crisis económica que allí ha caido en una de sus peores formas. Así muestra al mundo que podrá la derecha ser agresiva, pero ellos son quienes mantienen subordinada a la gente y que hay que contar con ellos, los izquierdistas, para reventar la naturaleza y el planeta, como la ley del Arco Minero que se discute judicialmente en estos días y que ha concitado una fuerte movilización popular desde abajo. El gobierno Maduro no puede perder esta batalla ante los populares, ya que quedaría en entredicho su capacidad de control, y más aún si son millones de millones las platas que ponen los chinos. Veremos en que culmina ese tira y afloja entre gobierno de izquierda y parlamento de derecha contra los de abajo que se oponen al Arco Minero. Apúrate Sanders, dice Maduro, que necesita esa “gran victoria” para aplastar la resistencia y frenar la ofensiva derechista que quiere poner en duda su gobernanza y control.
Lo positivo de Sanders sólo se puede medir si sus seguidores o parte de ellos estuvieran en estos momentos reuniendo vecinos para hacer huertas, convivencias, salir de las casas a compartir en pos de la gran familia del barrio, sembrando para un cambio civilizatorio desde abajo. Pero aún son pocos, pues la mayoría está habilmente envuelta en esa carrera de caballos de distinto color, pero caballos al fin y al cabo, en los que se deposita la esperanza, que es lo quieren los de arriba: mantener a la gente tras la farándula de la política.
Así, la victoria de Sanders ofrece al capital mejores alternativas de justificar el extractivismo mundial y alimento para la domesticación de las izquierdas, que podrán extender sus redes hacia los movimientos, barrios y comunidades que se han ido desprendiendo de los partidos para trazar sus propios caminos.
Sin ninguna duda ello está siendo analizado por el nuevo bloque de izquierda chilena que se estaría forjando entre los partidos RD de Jackson, PRO de Meo y la denominada izquierda autónoma, que de autonomía no tiene nada, salvo el nombre, destinado a atrapar incautos. Ese bloque es observado atentamente por el PC, partido ex-izquierdista que se va moviendo de bloque en bloque según las oportunidades de mantener y aumentar sus accesos institucionales y de controlar movimientos, sindicatos y demás, como Anamuri, que se ha metido al mundo de las semillas engañando a cuanto esperanzado se les pone por delante. La movida del PC al informar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos las yayitas del gobierno, apuntan en esa dirección. Pero aún no pueden romper con el gobierno hasta no tener una idea más concreta de como van a abordar sus eventuales futuros compañeros del nuevo bloque las elecciones municipales, donde queda bastante paño de manga para recortar y obviamente, lo que suceda con Sanders de USA, repercutirá fuertemente en los análisis, ya que si gana podrán decir que las izquierdas se están recuperando y más de una oveja descarriada creerá el cuento y volverá al redil.
Jaime Yovanovic Prieto
Pre-candidato independiente sin pacto
Concejal de los vecinos por valparaíso
vecindep@gmail.com