Para estudiar y comprender la decisión de los votantes ingleses de abandonar la Unión Europea ya no bastaría con seguir los argumentos políticos interesados de la alianza institucional global de la izquerderecha o dereizquierda y menos las posturas más específicas de las ideologías de cada actor-factor de dicha alianza, ni tan siquiera las posturas que las izquierdas llaman “imperialismo yanqui”, que en el fondo y en la superficie no es más que la expresión local del capitalismo globalizado y el ejercicio administrativo de los estados subordinados al sistema-mundo definido por Wallerstein.