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Crisis de la pugna política izquierda-derecha y la hora de los pueblos.

Jaime Yovanovic (Profesor J) :: 27.11.16

El terremoto político que se ha dejado caer tras la victoria de Trump, de Rajoy, Temer, Macri, Kuczynski, el avance de la derecha francesa y europea, la muerte de Fidel, la consolidación de los gobiernos de derecha en todo el planeta, la militarización en México y Ecuador, los escuálidos aletazos del PT en Brasil y el peronismo aliado a la izquierda argentina, las crisis del gobierno chileno que abren camino a la derecha y la ilusión de las izquierdas de retomar fuerzas por medio de una “nueva izquierda” tan triste como la vieja, los notables avances del extractivismo y la destrucción planetaria en todas partes, como la nueva crisis del agua en Bolivia, todo ello sumado a la imposibilidad de las izquierdas de recuperarse como referente, como los casos de Syriza y Podemos, junto a los empujones chinos por apropiarse de territorios en todas partes para extraer materias primas, como en Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Perú, muestran un escenario político mundial y nacionales bastante miserable.

Crisis de la pugna política izquierda-derecha y la hora de los pueblos.

El terremoto político que se ha dejado caer tras la victoria de Trump, de Rajoy, Temer, Macri, Kuczynski, el avance de la derecha francesa y europea, la muerte de Fidel, la consolidación de los gobiernos de derecha en todo el planeta, la militarización en México y Ecuador, los escuálidos aletazos del PT en Brasil y el peronismo aliado a la izquierda argentina, las crisis del gobierno chileno que abren camino a la derecha y la ilusión de las izquierdas de retomar fuerzas por medio de una “nueva izquierda” tan triste como la vieja, los notables avances del extractivismo y la destrucción planetaria en todas partes, como la nueva crisis del agua en Bolivia, todo ello sumado a la imposibilidad de las izquierdas de recuperarse como referente, como los casos de Syriza y Podemos, junto a los empujones chinos por apropiarse de territorios en todas partes para extraer materias primas, como en Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Perú, muestran un escenario político mundial y nacionales bastante miserable.

Los partidos y la política van en notable decadencia, los nacionalismos de derecha sustituyen a los nacionalismos de izquierda, todos se unen para el extractivismo destructor empujando a las poblaciones agrarias y comunidades para despojarlos de sus territorios.

Definitivamente la política y los partidos están llegando a su fin y las salidas son cada vez más extremas debido a que la población no se deja arrastrar, aumenta la abstención y la concentración en votos hacia candidaturas que muestran la desesperación y angustia, como es el caso de la militarización de regiones en Venezuela, que, entre otros, levantan las banderas de la “lucha” contra el imperio cuando en realidad su “lucha” es contra los pueblos y la madre tierra.

Los pueblos y comunidades están acrecentando la insurgencia desde abajo en muchas partes y, a diferencia de tiempos ya idos, las izquierdas tienen cada vez posibilidades de atraerlos hacia la centralidad estatal dirigida por ellos, los salvadores de la patria, pues se está pasando masivamente de la protesta a la construcción.

Las comunidades amazónicas ya no sólo piden o exigen a los gobiernos, que es el terreno fértil de los partidos: la denuncia y la “movilización, la ampliación de los ganados sociales, sino que ya toman sus propias decisiones y las modalidades de autogobierno se asoman por todas partes. La actual insurgencia mundial ya no va tras el estado ni tras las vanguardias que nos engañan para ocuparlo en su beneficio con el falso discurso del “beneficio del pueblo” o de estrategias que en corto plazo se desmoronan para abrir, en medio de lágimas y justificaciones, las grandes alamedas por donde está pasando la derecha y el pueblo se retira masivamente de la pelea izquierda-derecha, cansado de mirar desde la galería como unos sustituyen a los otros en un cuento rotativo de nunca acabar. La sonada victoria de Sharp en Valparaíso con una gigantesca abstención parece más una vitoria a lo Pirro y su mantenimiento sólo será posibler si identifica lo social como interlocutor y no como masa a ser manejada con las más altas metodologías burocráticas.

Ya basta de lágrimas de un lado y del otro por los goles que pasan los adversarios. Es la hora de los pueblos y del cambio civilizatorio.

Claro que la desinformación juega un papel muy fuerte, pues los diarios comerciales, de derecha y la TV, esconden los avances sociales que vienen por todas partes desde abajo, así como los medios de izquierda, tan caros para la militancia que necesita el alimento esperanzador de los discursos y análisis de los cabecillas de las vanguardias, así cmo las noticias seleccionadas con pinzas que muestran sólo los avances de “los suyos”, también los esconden, argumentan y contrargumentan, tapando y escamoteando la información de los avances desde abajo en cientos de lugares del planeta, con lo que los medios configuran una falsa realidad que poco a poco se va abriendo paso en las mentes y conciencias de la gente honesta.

Hay varios medios alternativos independientes a nivel mundial que van dando cuenta diaria de esos avances de abajo, muchos de los cuales colocan sus noticias en la página libre de http://clajadep.lahaine.org a la cual vienen personas y organizaciones de diversos lugares a informarse, llegando mensualmente casi al medio millón de visitas. Otro medio libre es http://desinformemonos y también http://pueblosencamino que recomendamos para que usted haga sus propios análisis y conclusiones.

Si se comparan las noticias de corresponsales, agencias y partidos o gobiernos, con las notas divulgadas por los mismos protagonistas sociales, podremos contar con una observación más adecuada y podremos ver claramente que la pugna izquierda-derecha se está quedando en ciclos de recambio o de alianzas de unos con los otros, en tanto los grupos sociales, comunitarios y dinámicas de abajo, se van expandiendo por todos lados no sólo con demandas y acciones, sino, lo que es más importante, construyendo nuevas relaciones humanas, sociales y económicas, además de que el autogobierno se va implantando paso a paso en los más variados lugares.

Es evidente que se va a acrecentar la contradicción entre la represión de los estados y gobiernos de derecha y de izquierda contra la población, las comunidades y los territorios, pues la carrera desenfrenada del extractivismo ya es imparable por arriba, en especial si cualquiera que llegue allá arriba necesitará del proceso de acumulación para sostener el clientelismo electoral y los ganados sociales que les apoyan, de allí que es altamente positivo que distintas y múltiples experiencias desplieguen la potencia social constructiva más que la fuerza social destructiva de la “lucha entre enemigos”.

Ne necesitamos esperanza, sino poder ver como están avanzando las experiencias de autonomía comunitaria y de resistencia constructiva en nuevas e imaginativas formas de autogobierno local, que al intercambiar horizontalmente unas con las otras están permitiendo dejar atrás el cambiar el mundo para hacer otro.

Para los pueblos y comunidades la lucha por el estado ha quedado atrás, con lo que la vieja pugna izquierda-derecha pierde sentido.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
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