Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Venezuela: Riesgo de perder el referendo revocatorio lleva a Chávez a ampliar su presencia en los tribunales que decidirán si sale o se queda

26.10.03

La batalla entre los dos bloques neoliberales, el chavismo y la Coordinadora Democrática, ya da asco por la desesperación de cada uno por controlar los aparatos institucionales desde donde se podrá administrar la participación de una reducida capa de empresarios, militares y funcionarios públicos en el chorro de dinero que se agarra en la articulación del petroleo a la red del capital internacional y que necesita como base el sometimiento del pueblo venezolano al brillo de los sofistas y retóricos que se apuñalan unos a otros en pos del botín. En el parlamento, diputados saltan como conejos de una bancada a la otra detrás de quien pague más u ofrezca mejores condiciones para la repartija, y si el anterior ofrece algo bueno como mejor postor, no vacilan en dar otro salto atrás. Y así van. No hay que sorprenderse, el circo funciona así, con volteretas y vueltas de carnero.
El pueblo sigue de espectador subordinado a los que sueltan los mejores discursos, ya que ambos bloques cuentan con empresarios, trabajadores y otros sectores, tienen participantes de derecha, centro e izquierda.
Los sectores autónomos y de base son aplastados por la guerra de los dinosaurios, pero no están aniquilados.
Que se agarren de los pelos en las instituciones, allá ellos, para nosotros la tarea es continuar en la base desarrollando la autonomía y la capacidad de intercambios con las comunidades originarias.
Vean las noticias del periódico el Universal, pero también pueden ver las páginas chavistas, comparen y hagan estudios de como se engaña al pueblo desde la derecha, el centro, la izquierda, los militares y las instituciones.
Para entender lo que motiva a la izquierda a luchar por el control del estado, recomendamos la lectura del texto de Castoriadis donde explica los intereses y representaciones de los partidarios del capitalismo de estado.
Al mismo tiempo invitamos a los lectores a discutir sobre el asunto. Y que salgan chispas. Basta de impunidad de las políticas de neo-frentes populares.
Nos congratulamos por contar nuevamente con el Profesor J en medio de los debates. La experiencia boliviana muestra que también tendremos necesidad de discutir fuertemente sobre las maneras de relacionar la construcción de las autonomías y el poder popular con las instituciones.
Fuertes readecuaciones se vienen en las luchas populares del continente. Los pescadores intentarán sacar ganancias del río revuelto, pero se encontrarán con que los pueblos ya no comulgan tan facilmente con esas enormes ruedas de carreta como antes. Y allí nosotros tomamos partido, no hay engaño ni queremos pseudo políticas de alianzas con sectores que sólo las hacen en la medida que pueden mantener su hegemonía.
Se viene un período duro, habrá que endurecer los puños, y sin perder la ternura. Las tácticas reformistas y quintacolumnistas de la humanización del capitalismo hacen agua por todos lados y están a la luz del sol como el rey desnudo. Nada con ellos. Fuera. Ni Bush, ni Toledo, ni Gutiérrez, ni Kirchner, ni Lula, ni Chávez. Que hagan su circo. A concentrar los esfuerzos en las localidades en la construcción de la capacidad real para materializar y administrar los sueños.
Clajadep

Mientras las discusiones centran sus ojos en la convocatoria del referendo revocatorio, el bloque oficial del chavismo pelea por el control político del Poder Judicial, para garantizar la permanencia de Chávez en la Presidencia y cerrarle las puertas a cualquier salida electoral.
Al fin y al cabo es el Tribunal Supremo el que juzga al jefe de Estado en Sala Plena y toma decisiones clave sobre las preguntas y resultados de los referendos, ya sea en Sala Electoral o Constitucional.

De allí la intención de recuperar la mayoría oficialista perdida en el TSJ, desde el 11-04-02, imponiendo el incremento del número de magistrados de 20 a 32, porque con ello quedarían atrás las votaciones divididas en jueces vinculados al oficialismo o a la oposición, típicas de los casos políticos.

Pero la guerra por el poder no es sólo externa. Los magistrados afectos al chavismo también están intentando retomar el control del TSJ y de una Sala Plena dividida en dos bandos de 10 magistrados, en casos como los de los militares acusados de rebelarse contra el Gobierno el 11 de abril.

De allí la pelea interna porque la presidencia del TSJ esté en manos de un magistrado vinculado al oficialismo y el respaldo ofrecido a la aprobación por mayoría simple del proyecto de Ley del TSJ.

Esto explica por qué entre los artículos a debatir se encuentran el que le da doble voto al presidente del TSJ, para aprobar los fallos en las que oficialismo y oposición estén a mano, y el que permite remover a los magistrados que no asistan a la Sala Plena.

En los últimos tres años la holgada mayoría con la que contaba el oficialismo en la Asamblea se ha ido evaporando. Cuando en agosto de 2000 se instaló el nuevo Parlamento unicameral, el Bloque del Cambio (MVR, MAS, Proyecto Venezuela y otros) contaba con 115 diputados, suficiente para reformar la Constitución.
Los primeros en marcharse fueron los 7 diputados de la tolda del sol, los cuales tenían la segunda vicepresidencia del Parlamento, ocupada por Gerardo Saer, hasta que en enero de 2002 fue sustituido por Nohelí Pocaterra.

Leopoldo Puchi perdió ese año la primera vicepresidencia, reemplazado por su entonces compañero de tolda, Rafael Simón Jiménez. El cambalache fue producto de las diferencias que desde finales de 2001 surgieron entre los naranjas y los emeverristas; y que tuvieron su momento cumbre en octubre cuando el propio Chávez los calificó de “estorbo”. Sin embargo, un sector de la tolda naranja continuó fiel al “proyecto”, por eso se comenzó a hablar del MAS-Mas y del MAS-Menos.

La elección de la directiva en enero de 2002 significó la ruptura entre el MAS y el MVR. Los masistas chavistas, encabezados por Ismael García y Rafael Simón Jiménez, fundaron Podemos.

En esa ocasión las bancadas opositoras intentaron ubicar en la Presidencia de la AN al oficialista Alberto Jordán Hernández, quien poco antes se separó del partido de gobierno e inscribió, junto a Carlos Tamayo, la fracción Transparencia Revolucionaria.

Esta no fue la única deserción que sufrió el MVR, pues a raíz de la aprobación de las 49 leyes habilitantes (noviembre 2001) los llamados “miquilenistas” (Alejandro Armas, Ernesto Alvarenga, Nelson Ventura y José Luis Farías) montaron tienda aparte, aunque no fue sino hasta después de los sucesos de abril de 2002 cuando fundan Solidaridad.

Ernesto Alvarenga aseguró el 12A que 15 diputados oficialistas estaban dispuestos a brincar la talanquera.

A pesar de la pérdida de escaños y persistentes rumores de nuevas rupturas, el oficialismo ha logrado mantener el control del Legislativo gracias a la mayoría relativa (83 parlamentarios), la cual se vio reforzada por la reincorporación de Malaquías Gil (Podemos). Jiménez y Luis Salas (Vamos) continúan eventualmente con el Gobierno.


https://clajadep.lahaine.org