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Contra el despojo de la democracia

Jorge Alonso :: 10.03.17

Este texto nace en el intento de diálogo con lo propuesto por el académico venezolano Dr. Álvaro Márquez-Fernández en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a finales de 2016.

Contra el despojo de la democracia
Jorge Alonso
Introducción

Este texto nace en el intento de diálogo con lo propuesto por el
académico venezolano Dr. Álvaro Márquez-Fernández en la Fe
ria Internacional del Libro de Guadalajara, a finales de 2016. Álvaro
Márquez-Fernández es profesor emérito en la Universidad del Zulia,
ha sido director de la prestigiada revista
Utopía y Praxis Latinoamericana
. Ha sido profesor invitado en universidades de España, Bélgica,
Italia, Costa Rica, Guyana y México. Actualmente es docente en la
Universidad de la Guajira, Riohacha, Colombia. Ha escrito numero
-
sos libros y artículos científicos en los que destaca la forma de pen
-
sar al sujeto, y ha profundizado las transformaciones sociopolíticas
en América Latina haciendo énfasis en el pensamiento antihegemó
-
nico y en la ética de liberación. Cuestiona el uso del poder como
dominio y represión. Ha hecho ver que la hegemonía del Estado
neoliberal se refuerza por el control mediático de la política. Plantea
que la ética antihegemónica es ética de pluralidades intersubjetivas
para esclarecer el mundo de los otros. Aborda el proyecto eman
-
cipatorio latinoamericano en términos del reconocimiento del otro
como alteridad para ampliar los procesos de integración social, ga
-
rantizando condiciones de igualdad y equidad social. Hace ver que
para superar la dominación hacen falta ciudadanos solidarios que
pregunten por la condición de la vida del otro (Díaz, 2009). Visualiza
248
que en América Latina hay un proyecto por construir centrado en
el sujeto y la ética intercultural. Insiste en que solo a través de un
reconocimiento del otro es posible la liberación del pensamiento
y la racionalidad de la cultura colonial hegemónica, y propone una
liberación para todos.

Comentario a la ponencia de Márquez-Fernández
Su texto presentado en la Feria Internacional del Libro en Guadalaja
-
ra en 2016 (Márquez-Fernández 2016) se pronuncia por una demo
-
cracia de movilidad subalterna. Teniendo como trasfondo el devenir
de las diversas naciones en América Latina realiza un tratamiento
de filosofía política con una visión de gran profundidad. Siendo tan
amplia y compleja su reflexión, llevaría mucho tiempo atender to
-
das las vertientes que va escudriñando, por lo que solo apuntaré
algunas cuestiones y ensayaré una mirada coyuntural mexicana.
Abre discusiones pertinentes en torno al Estado y el poder, consi
-
derando la crisis del Estado moderno neoliberal como estructura de
reproducción de la racionalidad económica del capital, y explora las
formas para afianzarse con relaciones de fuerza y coerción acora
-
zadas jurídicamente, expresadas en el control y la represión. Aun
en el Estado social detecta el indoctrinamiento ideológico. Llama
la atención de que tanto los defensores de los gobiernos como sus
opositores se valen de imaginarios populistas, de sobredimensión
ideológica y de la radicalización de defensa de intereses grupales.
Se refiere a las crisis democráticas actuales latinoamericanas y a la
devaluación de las formas partidistas expresada en los déficits de
las democracia representativa y procedimental incapaz de garanti
-
zar justicia y equidad. Convoca a problematizar la interpretación teó
-
rica del poder y a evitar su concentración; pero atisba también una
resignificación de la democracia por medio de fuerzas subalternas
que pueden impulsarla hacia formas comunales y de convivialidad,
con capacidades de deliberación para alcanzar precisamente otra
democracia, otra forma de gobernar. Constata que hay movimien
-
tos sociales subalternos que van generando fenómenos sociales
249
excepcionales que reclaman educación, transporte, salud, higiene,
vivienda, empleo, derecho a la diversidad y la diferencia, derecho
a expresarse libremente, a saber disentir, consentir y tener un diá
-
logo permanente y honesto, y a tener la democracia como forma de
vida deseable. Insiste en que una democracia práctica de movilidad
subalterna requiere discutir los problemas comunes desde paráme
-
tros diferentes para construir una democracia de coparticipación di
-
recta, que se traduzca en la consecución de formas de convivencia
más plurales, justas, equitativas y de buen vivir, que se identifiquen
con valores para hacer de la política un lugar de reconocimiento y
de vida en común. Recalca que las democracias prácticas se gestan
desde otros horizontes valorativos incompatibles con los poderes
constituidos, y que las prácticas democráticas alternativas parten
de puntos divergentes donde los intereses sociales del colectivo no
se pueden unificar bajo una misma identidad política. Se refiere a
prácticas sociales insurrectas que forjan una subjetividad de la vida
cotidiana de la democracia pública que se va apropiando de una au
-
tonomía subalterna, una comunidad subjetiva de intereses comunes
con el otro, que permite reconocer que la dimensión de la eticidad
pública se encuentra asociada a la práctica de la libertad y de la
justicia. Se refiere a la perspectiva de un discurso liberador que se
pueda relacionar con las praxis transformadoras de los espacios de
convivencia.
Mi diálogo con él quisiera hacerlo señalando que en la situa
-
ción actual latinoamericana prevalece un cúmulo de despojos que
se expresan tanto en expresiones de derecha como de los llamados
gobiernos progresistas, que aceleran el deterioro de la naturaleza
y ponen en peligro la existencia de la vida humana en el planeta.
Pero que uno de los despojos mayores ha sido precisamente el de
la democracia.
Si echamos una mirada a lo que está pasando, no solo en
América Latina sino en el mundo entero, constatamos que la
democracia ha sido cooptada por el poder de las corporaciones que
utiliza lo electoral como una puesta en escena de su propio poder
y de la simulación. El investigador estadounidense Sheldon Wolin,
250
analizando la situación de su país, llamó la atención acerca de la
entronización de un “totalitarismo invertido”. Precisó que dicho
totalitarismo no tiene las mismas estructuras que el clásico, pero que
es un sistema de poder que se opone a los principios fundamentales
de la democracia y dispone de importantes tecnologías de control,
intimidación y manipulación masiva superiores a las del totalitarismo
clásico. Este nuevo totalitarismo se centra en el poder corporativo.
No se expresa como una ideología, pero mercantiliza la política y la
religión. Se ha pervertido la democracia en algo sumiso y privatizado.
Dicho totalitarismo es autoritario y para esto explota recursos
estatales, pero su dinámica mayor la genera por la combinación de
otras formas de poder, sobre todo de las corporaciones económicas.
El gobierno se apoya en el poder de las corporaciones, las cuales van
modelando una nueva cultura y configurando una nueva identidad.
Se interviene en lo más personal: en las relaciones sociales, el
matrimonio, la reproducción, las decisiones de la familia sobre la
vida y la muerte. Hay construcciones de los medios visuales que con
el nombre de libertad se defienden los intereses concretos de los
dueños de los grandes medios de comunicación. Se va creando un
conformismo leal y se manipula mediáticamente al electorado. Así,
este nuevo totalitarismo no necesita quitar el ámbito electoral, ni
requiere de un líder fuerte. Además, este totalitarismo niega su propia
identidad. Dirige la democracia de los de arriba sin que parezca que
ha sido suprimida y utiliza los mitos de la democracia como formas
vacías y superficiales. Pero lo que sucede es que la ciudadanía
ha sido desplazada por los poderes fácticos. Este totalitarismo
florece ante una ciudadanía que padece letargo político. Permite
las reyertas partidistas y una ciudadanía virtual. Dicho totalitarismo
es procapitalista y antisocial, y cultiva el miedo social como arma
de control. En lugar de un cuerpo de ciudadanos se propicia una
multitud solitaria. Lo político adquiere características gerenciales.
Hay deterioro de la ética pública. El poder corporativo es el que
manda, pero supedita al Estado en cuanto a contratos, subsidios
y protección. La privatización es un componente fundamental de
esa democracia dirigida. Se acostumbra a la gente a someterse a
251
las jerarquías del poder. Se explota lo incierto del empleo y de las
jubilaciones para el sometimiento. Las contribuciones a las campañas
son burdos sobornos. Crece la corrupción. Dicho totalitarismo ha
ido moldeando el apoyo de los electores sin permitir que estos
gobiernen. Hay votaciones, pero el pueblo no tiene control del
proceso mismo, que está en manos de los partidos y de los poderes
fácticos. Este totalitarismo no busca la unanimidad, sino la división.
No quiere a un demo activo sino a votantes ocasionales. La política
reproduce la estructura y la cultura del capitalismo corporativo. No
hay un ciudadano participante, sino un espectador-consumidor. Los
partidos son máquinas para ganar elecciones, aunque falsamente
se quieren hacer pasar como instituciones para promover la
concepción de una buena sociedad. Se reducen los espacios para
los desacuerdos “aceptables”. Las decisiones fundamentales no se
discuten, se imponen. Este totalitarismo no surge abruptamente, sino
que es el fruto de un largo proceso. Hay una propiedad de los medios
electrónicos de comunicación que se ha ido concentrando cada
vez más. Dicha propiedad implica el control de los contenidos. Hay
coberturas extremadamente selectivas; en los debates televisados
el público es parte del decorado. Se quiere una democracia retórica.
Se promueve una despolitización y se envuelve en un temor
colectivo de impotencia individual frente al trabajo, la educación,
la salud. El gobierno, en lugar de estar atento a las necesidades
populares se vuelve insensible y las usa demagógicamente. Un
punto básico de este totalitarismo es que el gobierno engaña al
pueblo sistemáticamente y tergiversa deliberadamente la realidad.
El mentiroso quiere que lo irreal sea aceptado como la realidad
(Wolin, 2009).
Frente a este proceso del control del poder estatal por parte
de los poderes fácticos está otro proceso aparejado: el del fascis
-
mo societal. Boaventura de Sousa Santos critica la existencia de una
democracia autoritaria. Hay un despotismo social. Hay un fascismo
que se asienta en la sociedad que promueve la acción conformista.
Aumenta el desempleo, bajan los salarios, decaen los bienes como
vivienda, salud y educación; hay destrucción ecológica y aumento
252
de riesgos. El fascismo social actual que nos presenta Santos no
es unívoco, y puede vivir con pluralismo. Una de sus expresiones
tiene que ver con la segregación social de los excluidos. Actores
con poderes reales usurpan prerrogativas de coerción y regulación
social. Hay una manipulación discrecional de la inseguridad. Se ge
-
nera impotencia y pasividad. Existe una enorme desigualdad eco
-
nómica, derechos ciudadanos que se consideraban inalienables son
confiscados. El fascismo societal no implica el regreso del fascismo
clásico. No necesita sacrificar lo formal de la democracia de los de
arriba. Es una nueva forma de fascismo. Este fascismo societal está
caracterizado por relaciones sociales y experiencias de vida bajo re
-
laciones de poder e intercambios extremadamente desiguales que
se dirigen a formas de exclusión particularmente severas y poten
-
cialmente irreversibles (Santos, 2004).
Ante esto, la propia democracia como modelo ha perdido
credibilidad, los partidos tradicionales están en crisis y la extrema
derecha se aprovecha de esto y va en aumento (Ramonet, 2016). En
los procesos democráticos mundiales de la segunda mitad del se
-
gundo lustro del siglo
xxi
se ha ido extremando la combinación del
totalitarismo invertido y del fascismo societal. Las corporaciones ca
-
pitalistas son las que detentan, sin haber sido elegidas y sin control,
un poder cada vez más profundo y extendido que en su voracidad
tras la ganancia han impuesto un sistema homicida, biocida, ecocida
y geocida (Boff, 2016). Pero las corporaciones no conviven pacífi
-
camente, sino que existe una dura pugna entre ellas. Aunque algu
-
nos crean, como en Estados Unidos, que votan antisistema, no es así
sino su voto está inscrito dentro de esa pugna, y ese voto favorece
a alguna oligarquía. Lo que sucede es que la vieja articulación del
mundo se está desmoronando (Piqueras, 2016). Lo que prevalece es
esa paretiana circulación de las elites en una pugna interelitista, en
donde los que mandan siguen despojando la democracia aunque se
beneficien de algunos de sus viejos mecanismos.
El imperio de las corporaciones aun en los gobiernos que se
han denominado progresistas en América Latina privilegia el extrac
-
tivismo que deteriora la naturaleza y pone en peligro la existencia
253
de los mismos pueblos. Las que parecían conquistas populares han
sido usurpadas por los poderes fuertes del capitalismo neoliberal.
Se ha hecho ver que desde arriba solo se reproduce lo que hay, y si
de cambiar se trata eso debe hacerse desde abajo (Machado y Zibe
-
chi, 2016). A nivel global, y de manera particular en el caso griego,
se ha visto que existe un espacio político que se ha convertido en
irreductible para las expresiones de la ciudadanía.
En la jornada de apertura del III Encuentro Mundial de Movi
-
mientos Populares en Roma, el 2 de noviembre de 2016, el brasileño
João Pedro Stédile denunció que el planeta estaba siendo agredido
por el capital que se había apropiado de la naturaleza, privando de
la misma a los seres humanos, por lo que emplazó a discutir nuevas
formas de política popular. Reflexionó que el pueblo ya no conse
-
guía ejercer su capital político a través del voto, e instó a encontrar
alternativas a los problemas que la humanidad está padeciendo.
Pero también hay voces que llaman a no dejar que prosiga la demo
-
cracia usurpada, sino a recuperar la auténtica democracia.
Hasta ahora ha prevalecido la democracia de simulacros. Pero,
como ha señalado Dos Santos, la libertad de los explotadores y de
violentos dominadores no puede ser un principio ordenador del
mundo; no podemos aceptar como principio que el 1% acumule
la mitad de la riqueza mundial. Dos Santos hace ver que por el
terror organizado y promovido por un sistema de poder en crisis la
humanidad ha sido sometida a colosales desequilibrios económicos,
crisis humanas y ambientales y amenazas a la sobrevivencia de la
humanidad y hasta del propio planeta (Dos Santos, 2016). Christian
Laval defendiendo el principio de lo común lo liga con la democracia
al plantear que la participación en toda la actividad colectiva,
política, económica y social supone el derecho de involucrarse
en la deliberación y decisión de todo lo que atañe a la vida y sus
actividades, precisando que no se trata de tomar el poder sino
gobernar distinto, que los servicios comunes sean de la sociedad,
pero una sociedad genuinamente democrática, para evitar que
el capital se siga apoderando de los procesos naturales y de los
productos culturales como la educación, la salud, etc. Se ha llamado
254
la atención de que el capital no solo se limita a destruir lo común,
sino que organiza en su propio desarrollo y que es capaz de despojar
a los individuos hasta de la cooperación que pone al servicio del
capital. Pero eso implica rescatar de alguna forma la democracia
(Gago, 2016).
Planteamientos zapatistas al finalizar 2016
La democracia es uno más de los despojos. Desde México los za
-
patistas han venido denunciando el cúmulo de despojos que su
-
fren los de abajo. En septiembre sus señalamientos han sido más
apremiantes. Han señalado que en el sur la lucha de los pueblos en
defensa de sus territorios en contra de los caciques y empresas se
disuelve con la lucha por la seguridad y la justicia en contra de las
bandas de la delincuencia organizada relacionada con la clase po
-
lítica. En occidente de México los pueblos deben luchar contra los
malos gobiernos y el crimen organizado. Una lucha irrenunciable ha
sido la de la Madre Tierra. En el norte del país persisten las luchas
por el reconocimiento de los territorios de los pueblos frente a las
amenazas mineras, despojos agrarios, robo de recursos naturales.
En la península yucateca ven a los mayores defendiendo sus tie
-
rras frente al ataque de empresarios turísticos e inmobiliarios. En
el centro la defensa es contra autopistas, gasoductos, acueductos
fraccionamientos que se imponen violentamente. En el oriente la
violencia viene del
fracking
, de las mineras, del tráfico de migrantes.
Los pueblos originarios han buscado diálogo con el mal gobierno
en sus demandas urgentes de respeto a sus territorios, de presenta
-
ción de desaparecidos, de liberación de presos, de justicia para los
asesinados, pero los malos gobiernos simulando dialogar, fingiendo
consultar, apoyan los despojos. Los zapatistas han visto la resisten
-
cia del otro perseguido y estigmatizado, de las mujeres violentadas,
desparecidas y asesinadas, de la infancia convertida en mercancía,
de la juventud criminalizada, del trabajo explotado, de la rebeldía
perseguida, de la naturaleza mancillada. En octubre de 2016, el za
-
patismo y el Congreso Nacional Indígena, que celebraba su vigésimo
255
aniversario, lanzaron un comunicado en el que señalaron que había
llegado el tiempo de los pueblos de hacer vibrar a México con el latir
ancestral del corazón de la Madre Tierra. En ese encuentro repasa
-
ron los agravios y despojos y se dieron cuenta de que esos se habían
agudizado. Recalcaron que los pueblos se construían cada día en las
resistencias para detener la tempestad y ofensiva capitalista que se
había vuelto más agresiva y se había convertido en una amenaza
civilizatoria no solo para los pueblos indígenas y campesinos, sino
para los pueblos en las ciudades. Proclamaron su rebeldía ante los
malos gobiernos, sus empresas y su delincuencia organizada. De
-
nunciaron cada uno de los despojos sufridos por los pueblos. Re
-
frendaron que su resistencia y rebeldía era la forma de respuesta
colectiva. Señalaron que para defender lo que ha sido su caminar y
aprendizaje se había consolidado en el fortalecimiento en los espa
-
cios colectivos para tomar decisiones, haciendo a un lado a los par
-
tidos políticos que solo generaban muerte, corrupción y compraba
dignidades. Plantearon que el poder de abajo era el que los había
mantenido vivos. Haciendo un balance, sacaron como conclusión
que la ofensiva contra los pueblos no solo no cesaría, sino que au
-
mentaría; por lo que se llegó a la decisión de iniciar una consulta en
cada uno de sus pueblos, para desmontar desde abajo el poder que
arriba se imponía y ofrecía un panorama de muerte, violencia, des
-
pojo y destrucción. En esta forma, se declararon en asamblea per
-
manente para llevar a cabo dicha consulta para nombrar un Concejo
Indígena de Gobierno, cuya palabra fuera materializada por una mu
-
jer indígena, delegada del CNI como candidata independiente que
contendiera a nombre del CNI y del EZLN en el proceso electoral del
2018 para la presidencia del país. Para que no hubiera dudas, volvie
-
ron a proclamar que su lucha no era por el poder, sino que estaban
llamando a los pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarse
para detener la destrucción, y fortalecer sus resistencias y rebeldías
construyendo la paz y la justicia entrelazándose desde abajo. Lla
-
maron la atención de que era el tiempo de la dignidad rebelde, de
construir una nueva nación por y para todas y todos, de fortalecer el
poder de abajo y la izquierda anticapitalista
256
Esto produjo una agitada reacción, por lo que los zapatistas
tuvieron que hacer algunas aclaraciones en un comunicado firmado
por el Subcomandante Galeano destacando que si la sola existen
-
cia ciudadana de una mujer indígena había causado tanto revuelo
¿qué pasaría si su oído y su palabra recorrieran el México de abajo?
Posteriormente, los subcomandantes Moisés y Galeano, mientras se
estaba haciendo la consulta propuesta, anunciaron que la asamblea
permanente del CNI se reinstalaría el 29 de diciembre de 2016 para
examinar en los dos siguientes los resultados de la misma. El prime
-
ro de enero de 2017 se tomarían los acuerdos si los hubiera.
Se han dado muchas respuestas ante esta propuesta. Pablo
González Casanova, Gilberto López y Rivas y varios académicos
más, inmediatamente se pronunciaron, reconociendo el valor tras
-
cendente de la propuesta, y resaltaron que esa iniciativa derivaba
de un pensamiento colectivo. Recordaron que los pueblos habían
utilizado distintas estrategias de lucha para asegurar su continui
-
dad y autonomía. Llamaron la atención de que surgía de quienes
mandaban obedeciendo, cimentaban su poder desde abajo y de
-
seaban erigir una nueva nación por y para todos. Consideraron que
la propuesta abría un camino de paz en el contexto de violencias
del Estado. Hicieron ver que esa posible candidatura cuestionaba el
monopolio de la política y de la representación de la sociedad y la
nación. Para algunos, lo novedoso de la propuesta era que proponía
otra mirada a la política nacional desde las experiencias de despojo
y represión vividas por los pueblos indígenas. Alababan que no se
buscara el poder sino de construir una defensa más sólida, articu
-
lada y nacional contra los megaproyectos y los despojos en todo el
país. Precisaban que no se estaba tratando de crear un nuevo par
-
tido ni de aliarse con partidos políticos, sino de enfrentar el dilema
político de cómo podía un movimiento popular ganar presencia na
-
cional sin perder la relación con sus bases (Harvey, 2016). Se hizo
también el énfasis de que la exploración de participación directa en
la coyuntura electoral se inscribía en las formas de resistencia (Her
-
nández, 2016). Se hacían disquisiciones, anotando que al utilizar el
EZLN la vía electoral reconocía que, aunque las elecciones no era
257
el mejor terreno de lucha para los explotados y que no era ni el único
ni el principal medio organizativo para ser escuchado, cuando fuera
posible habría que utilizar dicho instrumento (Almeyda, 2016). Pero
también se difundieron escritos que criticaban al zapatismo por esta
propuesta, le reciminaban el hacerse sexenal, de hacerle el juego a
la derecha y de debilitar a la izquierda institucional. Otros cambia
-
ron los términos y llegaron a proponer que López Obrador declina
-
ra a favor de la candidata zapatista. Algunos planteaban que en su
momento se examinara quiénes tenían más posibilidades de triunfo
y entonces se decidiera quién sería el que conglutinara a toda la
izquierda. Hubo los que acusaron de sectarismo al zapatismo, por lo
que lo consideraban aislado. Se llegó a decir que la autonomía que
llevaba a cabo era interesante pero insuficiente, y que si le entraba a
lo electoral debía buscar alianzas, pues no resultaba serio hacer una
propuesta de esa naturaleza si se sabía que no iba a poder triunfar.
Se les recomendó formular un Concejo “incluyente” que tuviera un
proyecto social para el cambio de gobierno. Algunos dijeron que se
trataba de una decisión cupular que se imponía hacia abajo. Otros
celebraron que se optara por el camino de una campaña para or
-
ganizar y luchar, y defendieron como viable la vía electoral como
herramienta para luchar contra el sistema. Hubo quienes llamaron la
atención de que no se trataba de un llamado etnicista autocentrado
en los pueblos indígenas, sino de una iniciativa similar a la de la
Otra Campaña que buscaba organizar a la gente, y que la propuesta
se hacía en el momento en que el Estado mexicano se estaba des
-
fondando con una metástasis terminal (Zibechi, 2016). Hubo los que
reconocían que la propuesta podía ser difícil de digerir para quienes
habían visto en el zapatismo el referente global de la resistencia
al capitalismo neoliberal; pero, que siendo una propuesta riesgo
-
sa, también era esperanzadora. Se aclaraba que en las instituciones
zapatistas no se ejercía el poder porque se dispersaba en la comu
-
nidad. Se alababa que la construcción de una alternativa electoral
cristalizara el trabajo asambleario que ya era una realidad. Se le veía
como una nueva herramienta de lucha controlada por la sociedad
civil y organizada por los de abajo. Se precisaba que el movimiento
258
indígena era el único capaz de tomar el poder de forma horizontal,
de cambiar el mundo sin tomar el poder (Soledad, 2016).
La discusión fue copiosa y extensa. Los zapatistas tuvieron
que intervenir con un nuevo comunicado. Criticaron los tintes ra
-
cistas de las reacciones aun en medios que supuestamente eran de
pensamiento avanzado. Exhortaron a leer con cuidado lo que se ha
-
bía propuesto y la forma en que se había hecho. Recalcaron que el
Congreso Nacional Indígena primero preguntaba antes de llegar a
alguna decisión. Recordaron que la consulta que se estaba llevando
a cabo en las últimas semanas de 2016 era si se estaba de acuerdo
en nombrar un Concejo Indígena de Gobierno para que gobernara
México, y que fuera representado por una mujer indígena delegada
del CNI que fuera candidata a la presidencia en las elecciones de
2018. Ante tanto discurso, llamaban la atención de que el movimien
-
to zapatista con sus 23 años había avanzado con sus municipios au
-
tónomos rebeldes en los que los pueblos mandaban y su gobierno
obedecía, donde había roto con el mal gobierno y que había dado
muchas muestras de que los zapatistas eran verdaderos maestros
de desobediencia al mal sistema. Recalcaron que en su realidad se
mostraba una forma de cómo se destruía al mal sistema o qué cosa
era lo que se debía destruir y qué construir, tomando en cuenta la
decisión de miles, y no la de un puñado de personas. Enfatizaron
que a ellos nadie les pagaba por ser lo que eran y que no le servían
a nadie porque nadie los mandaba. Hicieron duras críticas a los que
pretendían darles lecciones desde el ámbito de la intelectualidad,
y les recriminaron que no se dieran cuenta de que los pensamien
-
tos de los capitalistas cambiaban en su modo de explotar, reprimir y
despreciar. Les recomendaron que salieran de sus nichos de confort
y que ante la realidad se pusieran a imaginar muchas cosas con to
-
das las combinaciones que alcanzaran a ver para que tuvieran otras
ideas y no repitieran lo mismo de siempre. Nadie podía hablar por
los zapatistas, pues tenían sus propias palabras y acciones que de
-
mostraban que estaban por la gente de abajo y a la izquierda, la
que luchaba, la que pensaba, la que se organizaba, la que resistía y
se rebelaba. Indicaron que en esos momentos a los pueblos, tribus,
259
nacionales y barrios organizados en el CNI les tocaba enseñarles y
mostrarles el camino, y aseguraron que los zapatistas aprenderían
de ellos. Esperaban lograr eso para un mundo más justo, más demo
-
crático, más libre. Sabían que había que hacer todo de nuevo, pero
cabal, sin arriba ni abajo, sin desprecio, sin explotación, sin repre
-
sión y sin despojo. Y ese mundo también sería para los racistas y los
que los despreciaban. Argumentaron de muchas formas que lo que
saldría no era decisión de una persona, sino algo colectivo.
Importantes precisiones zapatistas
A mediados de noviembre, los zapatistas volvieron a lanzar un im
-
portante comunicado destinado no solo a los allegados nacionales
e internacionales, sino abierto a quienes sin estar con el zapatismo
tenían idénticas inquietudes y propósitos. Recordaron la frase mun
-
dial de que los sueños de los de abajo no cabían en las urnas de
los arriba, y los zapatistas añadieron que tampoco sus pesadillas
(asesinatos, desaparecidos, encarcelamientos injustos, ser indíge
-
na, ser mujer, ser pobre…). Los zapatistas se preguntaron cuántos
ausentes de Ayotzinapa cabían en las urnas, y recalcaron que ni si
-
quiera hay la certeza de que murieron, que no solo dolía la ausen
-
cia sino también la incertidumbre y angustia. Inquirieron a cuántas
boletas electorales equivalían los infantes asesinados por el partido
Acción Nacional en Sonora. Siguieron preguntando por los agravios
hechos por todos los partidos contra los de abajo, y específicamen
-
te, contra cada pueblo originario de los que fueron enfatizando sus
diversos nombres. En sus preguntas siguieron indagando qué en
-
cuesta tomaba nota de la destrucción de la tierra, por quién votaban
las aguas contaminadas, las especies animales que se extinguían,
el aire que se ensuciaba. Y apuntaron que faltaba pedirle cuenta a
quien era responsable de las pesadillas de los de abajo provocadas
por los de arriba.
Reiteraron la aclaración de que la propuesta inicial procedía de
los zapatistas y que el Congreso Nacional Indígena la había hecho
suya. Una vez más recalcaron que los zapatistas no iban a participa
262
pueblos originarios estaban golpeados con muertes, desapariciones,
secuestros, encarcelamientos, despojos, injusticias, con territorios
enteros destruidos y otros en vías de extinción, que se encontraban
acorralados, sin esperanzas, sin fuerzas, sin apoyos, débiles,
agonizantes; y que para los políticos y los medios no existían. Los
zapatistas les dijeron que ellos pensaban que era el momento de
pasar a la ofensiva, del contraataque y que había que empezar
golpeando uno de los corazones del sistema: la política de arriba.
Por eso propusieron que el CNI formara un Concejo Indígena de
Gobierno, un colectivo formado por delegados del CNI que aspire a
gobernar el país y que se presente a las elecciones de 2018 con una
mujer indígena del CNI como candidata independiente. El
Subcomandante Galeano relató que ante la propuesta algunos de
molestaron mucho, y otros guardaron silencio para pensar lo que
iban a decir. Destacó que por el respeto que le tienen al zapatismo
escucharon hasta el final, y empezaron a pensar la propuesta.
Alguien dijo que esa iniciativa le daría otra vez visibilidad a los
indígenas y posibilitarlos a encontrarse con otros indígenas, y con
mucha gente de abajo. Se señaló que había mucho descontento en
todo el país. Aunque también se vio que la propuesta tenía varias
cosas en contra que tendrían que analizar con seriedad. Entre los
contras se mencionó al racismo, y a la crítica de que buscarían el
poder. El CNI fue discutiendo la propuesta y la fue haciendo suya
colectivamente. El zapatismo planteó que el Concejo Indígena de
Gobierno debería estar formado por delegados y delegadas de
todos los colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y
pueblos originarios organizados en el Congreso Nacional Indígena.
Aclaró que no iban a ganar porque el sistema electoral en México
estaba hecho para beneficiar a los partidos políticos, no para la
ciudadanía; y que si llegaban a ganar no se reconocería porque el
fraude no era una anomalía en el sistema electoral sino su esencia; y
que si les reconocieran el triunfo no iban a poder hacer algo
trascendente porque arriba nada había que hacer ya que ahí no se
decidían las cuestiones fundamentales, pues quien mandaba
despachaba en el poder financiero internacional; pero que 261
al CNI le preocuparía que lo acusaran de traicionar su palabra, de
que se desviara de su camino o que estaba claudicando y se había
vendido. Podrían atacarlo fuertemente. Le correspondería al
SubGaleano recibir críticas y ataques. Pero también todo eso
ayudaría al CNI a decidir si aceptaba o no la propuesta. Según el
Subcomandante Moisés, quien asumió la vocería y la jefatura del
zapatismo, la propuesta es algo que no se reduce a los pueblos
indígenas, sino que es muy grande, tanto o más que, el primero de
enero de 1994, indicó que, aunque el CNI rechazara la propuesta, el
haberse puesto a dialogarla y discutirla producirá importantes
cambios. El comunicado recordó que el magisterio democrático
había refrendado su rebeldía, que los pueblos originarios siguieron
padeciendo golpes, despojos y desprecios; que la Hidra capitalista
seguía devorando mundos. Llamó la atención de que el CNI era el
único espacio donde los originarios podían hacerse escuchar.
Cuando llegó la hora del Quinto Congreso del CNI se vio que no
podía ser como otras reuniones en las que se platicaban sus
resistencias, maldecían al sistema, declaraban que no se rendirían y
volverían a sus tierras para seguir llevando la cuenta de agresiones,
despojos, injusticias, muertes. Los zapatistas analizaron que esos
dolores ya no encontraban eco como antes. Explicó que no se
trataba de que la gente fuera apática, sino que la guerra que los
pueblos originarios padecían desde hace tiempo había llegado a sus
calles, casas, escuelas, lugares de trabajo, y los dolores de los
originarios ya eran uno entre muchos otros e iba creciendo la
soledad. Se hizo ver que pronto el CNI no podría salir de sus
territorios. Les recordaron a los asistentes a ese Quinto Congreso
que estaban ahí porque sus pueblos buscaban apoyo, porque se
debían a sus pueblos, que las cosas estaban mal y se pondrían peor,
por lo que algo tenían que hacer. Los zapatistas anotaron que a ellos
nada les debían, pero sí se debían a sus pueblos, y si nada hacían
sería muy tarde para reaccionar. Y enfatizaron que lo que decidieran
hacer lo comprenderían y no habría de parte de ellos juicios ni
condenas. Les llegaron a decir que si les estorbaban la Sexta y el
EZLN que rompieran con ellos. Los zapatistas les dijeron que los 260
por un cargo electoral en el proceso de 2018, que no se iban a con
-
vertir en un partido político ni presentar a una mujer indígena como
candidata a la presidencia. Otra aclaración que hicieron fue que los
zapatistas no iban a participar directamente en esas elecciones por
-
que el zapatismo no luchaba por tomar el poder. Pero recordaron
algo más, que ningún integrante del EZLN tenía algún cargo en los
gobiernos autónomos porque su tarea era servir a las comunidades,
acompañarlas, apoyarlas, y no mandarlas. Otra precisión importan
-
te fue que el pronunciamiento que se estaba consultando no había
sido formulado por los zapatistas sino por el CNI, y que lo habían he
-
cho suyo tal como se los entregaron. Volvieron a hacer mención de
que en el V Congreso se examinó que el profundo racismo existente
en la sociedad mexicana era un obstáculo para llevar adelante la ini
-
ciativa. Los zapatistas añadieron que además del racismo había en la
clase política un profundo desprecio, pues si los originarios hacían
algo siempre decían que alguien los estaba manipulando. Criticaron
que la prensa y varios intelectuales hubieran tergiversado las cosas
diciendo que el EZLN iba a participar en las elecciones con una mu
-
jer zapatista como su candidata presidencial, cuando lo que sucedió
fue que el CNI decidió consultar si participaba con una delegada
propia la cual contará con el apoyo del zapatismo.
Los zapatistas son conscientes de que han ido surgiendo du
-
das y cuestionamientos legítimos y racionales, y en ese comunicado
se propusieron dar respuestas, insistiendo en que la propuesta no
estaba ya en manos de los zapatistas sino del CNI.
El zapatismo dio cuenta de la génesis de la propuesta que les
llevó algunos años, cómo se fueron analizando las razones en contra
y después las que estaban a favor de ella. Sintéticamente vieron el
qué, luego todo lo que estaba en contra y a favor del cómo, luego
dónde y cuándo, y finalmente el quién. Fue cuando echaron el ojo al
CNI que se había mantenido, con sus altibajos, leal a su esencia, y,
aunque lejano su dolor de los medios de comunicación, representaba
al sector más golpeado por la Hidra capitalista. Los zapatistas no
sabían si la propuesta la aceptaría el CNI, tampoco si la Sexta la
entendería. Se preguntaron qué harían si no saldría bien. Sabían que
263
precisamente por ello podían y debían hacerlo. El zapatismo destacó
que esa acción iba a significar no solo un testimonio de inconformidad,
sino un desafío que encontraría eco en los muchos abajos de México
y del mundo. Apuntó a la importancia de que esa iniciativa podría
desatar un proceso de reorganización combativa no solo de los
pueblos originarios, también de obreros, campesinos, empleados,
colonos, maestros, estudiantes, de toda esa gente cuyo silencio e
inmovilidad no es sinónimo de apatía, sino de ausencia de
convocatoria. A quienes decían que eso era imposible, los zapatistas
les recordaban que si les hubieran preguntado lo que iban a hacer
antes del primero de enero de 1994 también les hubieran dicho que
eso no era posible. Enfatizaron que no importaba si ganaban o no la
presidencia de la República, sino lo que estaba en cuestión era el
desafío, la irreverencia, la insumisión, el quiebre total de la imagen
del indígena objeto de la limosna, que su atrevimiento cimbraría al
sistema político entero y que tendría ecos de esperanza no en uno,
sino en muchos de los Méxicos de abajo… y del mundo. También
dijeron los zapatistas que la iniciativa estaba a tiempo para que, con
toda libertad y responsabilidad, decidieran hasta dónde la llevaban
y qué tan lejos llegaban. Plantearon que, si los del CNI estaban
dispuestos a desafiar a una sociedad racista, deberían ir más allá y
desafiar también a un sistema patriarcal y machista. En cuanto al
dinero para hacer eso apuntaron que los zapatistas podrían
reorientar su economía de resistencia y hacer un llamado a personas,
colectivos y organizaciones de México y el mundo. En esa forma
podrían tener la libertad de renunciar a la paga económica
institucional que el sistema da a las candidaturas independientes.
Les recomendaron aprovechar esto para hablar y escuchar a otros
pueblos originarios y a quienes estaban sufriendo sin esperanza ni
alternativa. Lo importante era que el CNI podía y debía ser un punto
de unión entre los diferentes pero iguales en empeño. Precisaron
que no se trataba de unir bajo una sigla, una jerarquía, una lista de
siglas reales o suplantadas, sino unir como punto de confluencia.
Para el zapatismo, en torno a ese Concejo y a esa mujer indígena
podía generarse un gran movimiento que cimbrara el sistema
264
político entero, y en el que confluyeran todos los abajos. Se
necesitaba una buena sacudida. Volvieron sobre el tema de que lo
importante no era si juntaban o no las firmas, si salía o no la paga
para moverse, si se obtenía o no el registro de la candidata, si se
presentaran o no las otras candidaturas a debatir, si se participaba o
no en las elecciones, si se ganaba o no, si se reconocía o no el triunfo,
porque lo que importaba eran otros problemas y otras preguntas. El
zapatismo fue enfático en hacer saber que respetarían sus
decisiones, sus pasos, sus caminos, y que los zapatistas serían una
fuerza más entre las que se sentirían convocadas por su desafío, y
que los apoyarían con toda su fuerza.
Desde mediados de octubre de 2016 la delegación zapatis
-
ta al Quinto Congreso del Congreso Nacional Indígena, junto con la
CG-CCRI del EZLN, se dieron a la tarea de organizar la consulta inter
-
na para conocer la opinión y decisión de las bases de apoyo zapa
-
tistas sobre la propuesta central. La consulta interna la hicieron en
todas y cada una de las comunidades, colectivos, regiones y zonas
zapatistas. También se incluyeron en la consulta a las compañeras,
compañeros, hermanos y hermanas de la ciudad que participan en
diversos equipos de apoyo de la Comisión Sexta del EZLN. No se
incluyó en la consulta a las tropas insurgentes zapatistas porque no
es su trabajo tomar ese tipo de decisiones. Lo primero que se hizo
fue informar de los dolores de los hermanos pueblos del Congreso
Nacional Indígena, de todas las maldades que les hacen por los ca
-
pitalistas, que explotan, reprimen, desprecian y roban a los pueblos
originarios, de cómo están matando pueblos enteros. También se in
-
formó de cómo se organizan y resisten contra esa política de muerte
y destrucción. Luego se explicó cuál era la propuesta subrayando
que el Concejo Indígena de Gobierno no haría lo que se le ocurriera,
sino que tomaría en cuenta lo que decían los pueblos de todo Mé
-
xico, indígenas y no indígenas; y que dicho Concejo tendría como
voz a una mujer indígena del CNI (no del EZLN), quien se presenta
-
ría como candidata a la presidencia de México en 2018. Se explicó
que el Concejo Indígena de Gobierno, junto con la mujer indígena
del CNI, recorrerían todo lo que se pudiera de México y el mundo
265
para explicar cómo estaba la situación actual. Dicho Concejo ha
-
blaría y escucharía a todos los indígenas de México en sus pueblos,
regiones, zonas, estados, para convencerlos de que se organizaran,
de que no dejaran, de que resistieran y de que se gobernaran ellos
mismos. El Concejo también hablaría y escucharía a quienes no eran
indígenas, pero que también eran explotados, reprimidos, robados
y despreciados en México y el mundo. Igual les llevaría un mensaje
de organización y lucha, de resistencia y rebeldía, según su modo de
cada quien, según su calendario y su geografía.
Se examinó que para que dicha mujer fuera reconocida como
candidata por las leyes mexicanas tenía que juntar casi un millón de
firmas de personas con credencial de elector. Por lo que previamen
-
te el Concejo Indígena de Gobierno y la vocera indígena tienen que
conseguir las firmas para registrar. Luego vendría el recorrido de su
campaña. Durante esto se van a conocer y recoger muchos dolores
y rabias. Se volvió a enfatizar que el fin no era que se hiciera presi
-
denta, sino llevar un mensaje de lucha y organización a los pobres
del campo y de la ciudad, de México y del mundo. Lo importante es
hablar y escuchar a quienes nadie habla ni escucha, y mucha gente
agarre fuerza y esperanza para organizarse, resistir y rebelarse. Y se
llegaría hasta donde el CNI decidiera.
En lo previo se examinaron puntos como el de la seguridad,
pues los gobiernos podían hacer un ataque contra el Congreso
Nacional Indígena y la candidata para que no ganara. También se
abordó que los malos gobiernos podían atacar a las comunidades
zapatistas para que no apoyaran al CNI. Otra cuestión era que
podrían llegar quienes quisieran sacar ganancia propia de la de los
pueblos indígenas, que hay quien va a querer llevar la lucha de los
pueblos indígenas por otro camino; y otras cosas.
Entre las cosas favorables de la iniciativa estaba que servía para
que la sociedad mexicana volviera a ver y escuchar a los pueblos
indios de México, para organizarse para explicar a los de abajo la
destrucción y mal que hacía el capitalismo. Sería una gran oportunidad
para la reorganización del mismo CNI. Después de todo ese proceso,
las comunidades zapatistas de manera mayoritaria decidieron, que
266
apoyarían al CNI. Se vio también que había cosas en los que no podían
apoyar, como las firmas, porque no tenían credencial electoral; pero
sí podían colaborar explicando la iniciativa y exhortando a quienes
tienen credencial a que apoyaran. También aportarían los zapatistas
recursos para los viajes del CNI. Se aclaró que, si algún pueblo del
CNI no apoyara la idea, aunque ganara la propuesta, se le seguiría
considerando y respetando como parte del CNI y, por supuesto,
acatando su propia autonomía. Los zapatistas anunciaron que estaban
esperando los resultados de la consulta en el CNI.
Ejemplos de la consulta sobre la propuesta zapatista
Un ejemplo de cómo se hizo esta consulta en una organización ur
-
bana zapatista se encuentra en lo que ha estado haciendo el Centro
Social Ruptura en Guadalajara. Lo primero que se examinó fue la
forma de transmitir la propuesta del CNI para que no se confundiera
la discusión, la consulta y la misma propuesta. Se preguntaron qué
pensaban sobre la posibilidad de que esa iniciativa contribuyera a
la organización y articulación de muchos sectores de la sociedad.
Se hicieron muchas de preguntas, teniendo presentes algunas pre
-
misas para pensar. Destacaron que lo que había presentado el CNI
era una idea general que todavía no se había desplegado. Hicieron
un llamado a no pervertir como electorera la propuesta. Confesan
-
do que, aunque a muchos de ellos les había movido el piso por su
tradición en contra de la vía electoral, reconocieron que en 1988 se
había dado una insurrección civil. Examinaron que para el capitalis
-
mo más de dos terceras partes de la población eran desechables.
Enfatizaron que la construcción de otras relaciones sociales desde
la actualidad había sido una convicción y práctica de los integrantes
de este centro social. Ante la propuesta zapatista plantearon que re
-
sultaba importante preguntarse de qué manera articularse de modo
de que se fueran superando las diferencias que se encontraran, sin
dejar su talante autocrítica. Percibían que había miles de iniciativas
político organizativas de todos los tamaños y que cada una en su
situación y saber podía contribuir a un nuevo horizonte. Repetían
267
que tocaba a cada quien construir lo propio para autoemanciparse.
Valoraron que en la consulta que estaba en marcha era básica la re
-
flexión en cada sitio de si la propuesta servía a las luchas locales.
Apuntaban que habría que examinar cómo la propuesta podía llevar
al compromiso de trabajar en el proceso electoral en perspectiva de
desbordarlo para exigir que se detuviera el despojo y la represión.
Llamaron la atención de lo valioso que era volver a tomar la lucha de
los pueblos indígenas como centralidad de la lucha general de los
pueblos, barrios y comunidades del campo y de la ciudad. Insistían
en que esa iniciativa iba en el sentido de agrietar y no apuntalar al
sistema. Intuían que, si esa era la decisión, se podía mostrar durante
el periodo de campaña y el proceso electoral otra forma de hacer
gobierno, de hacer poder político desde abajo y de forma colectiva.
Percibían que se trataba de hacer una campaña contra la clase polí
-
tica, el Estado y el capital trasnacional, y no de quedarse en una sim
-
ple competición en un proceso electoral de suyo tramposo. Veían
que se podían usar las elecciones como una ventana al mundo para
parar la guerra. No dejaban de percibir que se trataba de habitar
la contradicción que representaba participar en un proceso electo
-
ral para parar la destrucción. Sabían que se podía aprovechar para
empujar la construcción de una fuerza política nacional y mundial
anticapitalista frente a la invasión y despojo de las trasnacionales
capitalistas. Destacaron que era una oportunidad de que se fueran
vinculando las luchas (Sandoval, 2016). Los participantes del Centro
Social Ruptura destacaron que la iniciativa político organizativa za
-
patista devenía de un ejercicio de autonomía de hecho, pero como
ensayo y aprendizaje con dimensiones nacionales. Eran conscientes
de que la iniciativa había desatado un conjunto de consultas que se
encontraban en proceso y cuyo resultado no se sabía todavía. Con
-
sideraron que la iniciativa zapatista daba muestra de respeto y con
-
fianza a los pueblos indígenas del CNI y más allá de ellos, a todos los
pueblos, comunidades y barrios que vivían en resistencia, pues pre
-
cisamente la consulta iba en el sentido de preguntar si les ayudaba
o no a detener la guerra capitalista de exterminio que vivían en sus
territorios. Veían que se propiciaba que los pueblos juntos dieran un
268
paso en urgente necesidad de articularse organizadamente, más allá
de los vínculos que habían mantenido en los últimos veinte años, y
realizar un ejercicio de gobierno y autonomía de hecho. Realizaron
también una reflexión crítica y autocrítica respecto del racismo que
permeaba a toda la sociedad (Sandoval, 2016b). En otra reflexión se
anotó que había que tener en cuenta que una de las particularida
-
des de la iniciativa zapatista y del CNI era el planteamiento de una
forma inédita de subvertir el sistema político de dominación capita
-
lista en la que podría colapsar el régimen electoral de partidos y de
gobierno. Lo inédito se atisbaba en que no se presentaría un partido
que compitiera electoralmente para ganar el gobierno. Otro énfasis
se vio en que la iniciativa también desafiaba a un sistema racista,
patriarcal y machista. Se había pasado a la ofensiva para golpear el
corazón del sistema. No se ponía lo principal en ganar o no, sino
en el desafío, la irreverencia, la insumisión. El colectivo se propuso
pensar lo que seguía desde la Sexta Declaración zapatista porque
en la Otra Campaña había quedado pendiente la segunda etapa en
la que se promovería la vinculación y enlace de todas las luchas;
pero se enfatizó que el unir sería un punto de confluencia donde
coincidieran las diferencias y las rivalidades encontraran un punto
de confluencia. Consideró este colectivo que el Consejo Indígena
de Gobierno se podría prefigurar como lo fundamental del ensayo
de un gobierno autónomo nacional. El colectivo abrió su mente y su
corazón al proceso que ya se había iniciado (Sandoval, 2016c). Plan
-
teó que el seminario de la Cátedra de 2017 versara sobre la decisión
que adoptaran el CNI y el EZLN.
Otro ejemplo de la discusión interna de otros colectivos fue el
que realizaron integrantes de colectivos en torno al trabajo sexual,
que apoyan al zapatismo y que han hecho la aclaración de que cada
colectivo toma sus propias decisiones, que respetan las del zapatis
-
mo, aunque pueden darse casos que no compartan sus puntos de
vista. Otra aclaración fue que, más allá de las diferencias han cami
-
nado juntos para pasar de la resistencia a la ofensiva contra la re
-
presión, el despojo, la explotación y el desprecio. Una reflexión que
externaron estos colectivos fue que si bien ha habido estrategias
269
electorales que han dado pie para sumar resistencias antisistémi
-
cas, no dejaban de ver que representaban riesgos en la construcción
de un nuevo mundo libre de todo tipo de opresión. Recordaron que
mucha gente no confiaba en México en el sistema electoral, lo cual
se manifestaba en el alto abstencionismo. Se preguntaban si una de
-
cisión que se llegara a tomar sobre una candidata indígena no ena
-
jenaría a muchos respecto del zapatismo, y apuntaron el riesgo de la
participación en un proceso electoral cuyo costo pudiera ser mayor
a los avances que se pudieran lograr. Estas reflexiones las hacían
desde sus luchas concretas. Precisando que la discusión todavía no
concluía del todo, llegaron provisionalmente a la decisión de apoyar
individualmente la iniciativa en los aspectos de logística, comunica
-
ción y seguridad. Consideraron que lo que estaba todavía a discu
-
sión era su participación política en esa iniciativa y si sus demandas
formarían parte de la plataforma electoral de la candidata. Llamaron
la atención de que, precisamente por sus años de lucha, una de las
limitaciones es que no podían como colectivo apoyar a ningún can
-
didato así fuera como el de la iniciativa. Aclararon que eso implicaba
que no podían movilizar a nadie para que decidiera votar o no por
la candidata, ni tampoco invitar a nadie a participar en esa campaña
electoral, porque hacerlo abriría las puertas para actividades par
-
tidistas y o electorales posteriores, lo cual no era congruente con
su trayectoria. Pero también enfatizaron que no fetichizaban nin
-
guna forma de lucha, y que abrían sus corazones y pronunciaban
su palabra con la disposición de entender la iniciativa, así como sus
implicaciones a favor y en contra de la misma. Esperaban que la can
-
didatura indígena amarrara resistencias, las visibilizara y permitiera
avanzar en la construcción de un mundo donde cupieran muchos
mundos. Concluyeron diciendo que caminando preguntaban (Noti-
calle, Brigada Callejera, Red Mexicana de Trabajo Sexual, 2016).
Mientras se espera el resultado de la consulta
La propuesta zapatista rompió con cualquier ortodoxia. Importaba
convocar a los descontentos a organizarse y a aprovechar el espacio
270
electoral para ello. Los pueblos del CNI habían sabido aprovechar
los espacios jurídicos para defenderse, sin supeditarse a los de arri
-
ba. Pero también tenían claridad de que podían entrar a un espa
-
cio riesgoso en que había que tener mucho cuidado. En la consulta,
independientemente de lo que se llegara a acordar, se desató un
proceso de contactos, ampliación y consolidación organizativa muy
importante. Se aprovechó la consulta para difundir las propuestas
indígenas, y además de dinamizar lo orgánico, sirvió para que las
luchas se fueran apoyando entre sí. Los pueblos eran conscientes de
que existiría el peligro de que los acusaran de dividir el voto, y tam
-
bién de que los capitalistas trataran de meter la mano para aprove
-
char dividirlos. Lo peor que pudiera pasarles es que algunos llegaran
a pensar que sí se debía tomar el poder, cuando de lo que se trataba
era de aprovechar lo electoral para defenderse y no desviarse de
sus luchas. Lo importan270
electoral para ello. Los pueblos del CNI habían sabido aprovechar
los espacios jurídicos para defenderse, sin supeditarse a los de arri
-
ba. Pero también tenían claridad de que podían entrar a un espa
-
cio riesgoso en que había que tener mucho cuidado. En la consulta,
independientemente de lo que se llegara a acordar, se desató un
proceso de contactos, ampliación y consolidación organizativa muy
importante. Se aprovechó la consulta para difundir las propuestas
indígenas, y además de dinamizar lo orgánico, sirvió para que las
luchas se fueran apoyando entre sí. Los pueblos eran conscientes de
que existiría el peligro de que los acusaran de dividir el voto, y tam
-
bién de que los capitalistas trataran de meter la mano para aprove
-
char dividirlos. Lo peor que pudiera pasarles es que algunos llegaran
a pensar que sí se debía tomar el poder, cuando de lo que se trataba
era de aprovechar lo electoral para defenderse y no desviarse de
sus luchas. Lo importante que se vigorizó la decisión de defenderse
ante tanto despojo. Y si se llegara a tomar esa decisión lo que pasa
-
ría sería que a los despojos habrían añadido el de la democracia, y
la lucha por rescatarla, enfatizando otras formas de hacerla con la
discusión y toma de decisiones en los pueblos.
La consulta de esta propuesta revitalizó al mismo CNI en sus lu
-
chas al inquirir si se apoyaba esa propuesta y se decía cómo. Tuvo la
virtud de impulsar la reorganización interna de los pueblos y comu
-
nidades, y también de impulsarlos a contactar a sus aledaños para
invitarlos a participar en la consulta. Lo más destacado ha sido el
método de la consulta. Esto se puede apreciar con detenimiento en
el mismo comunicado zaptista de mediados de noviembre, en donde
se narra cómo fue consulta interna zapatista con cuatro puntos muy
definidos: Lo primero fue la información de la situación en la que
estaban los pueblos, sus dolores, las afrentas, la explotación, el des
-
pojo, la represión, sus resistencias y luchas. Lo segundo fue explicar
la propuesta y su contexto. El tercer punto llevó a cada organismo
participante en la consulta a cómo dicha propuesta podría estorbar
la lucha particular en cada sitio. Esto obligó a examinar críticamente
la propuesta. Pero, el último punto conducía a examinar en qué ayu
-
daba la propuesta a las luchas concretas de cada quien y esto ate que se vigorizó la decisión de defenderse
ante tanto despojo. Y si se llegara a tomar esa decisión lo que pasa
-
ría sería que a los despojos habrían añadido el de la democracia, y
la lucha por rescatarla, enfatizando otras formas de hacerla con la
discusión y toma de decisiones en los pueblos.
La consulta de esta propuesta revitalizó al mismo CNI en sus lu
-
chas al inquirir si se apoyaba esa propuesta y se decía cómo. Tuvo la
virtud de impulsar la reorganización interna de los pueblos y comu
-
nidades, y también de impulsarlos a contactar a sus aledaños para
invitarlos a participar en la consulta. Lo más destacado ha sido el
método de la consulta. Esto se puede apreciar con detenimiento en
el mismo comunicado zaptista de mediados de noviembre, en donde
se narra cómo fue consulta interna zapatista con cuatro puntos muy
definidos: Lo primero fue la información de la situación en la que
estaban los pueblos, sus dolores, las afrentas, la explotación, el des
-
pojo, la represión, sus resistencias y luchas. Lo segundo fue explicar
la propuesta y su contexto. El tercer punto llevó a cada organismo
participante en la consulta a cómo dicha propuesta podría estorbar
la lucha particular en cada sitio. Esto obligó a examinar críticamente
la propuesta. Pero, el último punto conducía a examinar en qué ayu
-
daba la propuesta a las luchas concretas de cada quien y esto abría
271
las posibilidades. El quinto punto fue sopesar si la propuesta le sirve
o no a cada quien y por qué. Después venía la decisión, y, finalmen
-
te, los cómos para hacer realidad dicha propuesta. Todo esto fue un
ejercicio eminentemente democrático y que dinamizó los contac
-
tos democratizadores con su entrono. Se ha tratado de una amplia
deliberación y toma de decisiones colectivas muy informadas y co
-
cinadas dentro de un proceso crítico muy estricto y productivo. El
zapatismo aceptó entrarle al proceso y está convencido de la impor
-
tancia del mismo, al compararlo con la irrupción armada de enero
de 1994. Saben que tiene una gran capacidad de movilización, de
organización, de impulso, de lucha, de concitar los dolores y los des
-
contentos en una situación urgente. Se trata de conmover y hacer
que se junten de otra ofrma los agraviados y se puedan defender
conjuntamente. Se meten en el espacio que ha sido usurpado de la
democracia electoral para trasenderla en una democracia de orga
-
nización, toma de decisiones y ejercicios de gobierno desde abajo.
Sabedores estos pueblos de que la democracia restringida instalada
era para reproducir el dominio de la clase dominante, se pusieron
en la vía de poder cambiar esto tratando de convertir la indigna
-
ción social en organización propia, propiciando independencia del
pensamiento popular e impulsando una propuesta integradora que
promovía actuar en común con esa visión crítica luchando colectiva
-
mente, produciendo nuevas formas de comunicación, desarrollando
nuevos instrumentos de lucha que podían romper con modelos pre
-
determinados (Castro, 2016). Ante los múltiples despojos se abrió la
posibilidad también de entrar al rescate de la democracia, haciendo
ver que la experiencia de información, discusión, deliberación co
-
lectiva que se hacía en las comunidades irradiara la vida nacional
en una coyuntura para impulsar otras formas de hacer política, y la
importancia del autogobierno colectivo. Independientemente de
qué suceda con el término de la consulta, ella misma ya es en sí mis
-
ma una recuperación de la democracia profunda. El reto del rescate
de la democracia nacional, si esa fuera la decisión, es enorme, y al
mismo tiempo va a cambiar al país, pues no solo lo va a sacudir, sino
que va a propiciar un impulso a la organización de la defensa de
272
abajo con unas proporciones que pueden construir una nueva reali
-
dad mejor para todos.
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nos”, www.rebelion.org/noticia.php?id=218873


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