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La increíble historia de un ataque descomunal a una hormiga en el desierto.

Raúl Prada Alcoreza :: 14.04.17

La monstruosa bomba, casi bomba nuclear, por la explosión, hongo que forma e irradiación, mata a cerca de la cuarentena de soldados del Estado Islámico. ¿No es esto una descomunal ineficacia, tan descomunal como la misma bomba arrojada?

14.04.2017
Raúl Prada Alcoreza

La increíble historia de un ataque descomunal a una hormiga en el desierto.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/la-increible-historia-de-un-ataque-descomunal-a-una-hormiga-en-el-desierto/

Para contar esta increíble y triste historia de la cándida opinión pública y su abuelo desalmado, vamos a recurrir a los reportajes de la BBC mundo, que son ilustrativamente descriptivos.

Se llama GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast, cuyas siglas en inglés, MOAB, la hacen conocida como “Mother Of All Bombs”: la madre de todas las bombas. Forma parte del arsenal de Estados Unidos; su poder explosivo solo está por debajo de una bomba nuclear como las usadas en Japón en la Segunda Guerra Mundial. Fue usada por el ejército estadounidense en una operación de combate contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Afganistán; de acuerdo a la información brindada por el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer. Fue lanzada a las 19:32 hora local (14:32 GMT) desde un avión MC-130 hasta su objetivo, un “sistema de túneles y cuevas”, que el ejército norteamericano dice que usan los militantes de EI en Nangarhar, en el este de Afganistán. Sean Spicer declaro que “Estados Unidos toma la lucha contra EI muy en serio, y con el fin de derrotar al grupo debemos negarles espacio operacional, lo que hicimos”.

La MOAB es una bomba que pesa casi 10.000 kilos, lo que es equivalente al poder de 11 toneladas de TNT; estas características la convierten en el arma más poderosa antes de las bombas de reacción nuclear. No obstante, está muy lejos de provocar el tipo de destrucción que causan las bombas atómicas, como la que arrojó Estados Unidos en la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945. Su principal efecto es una ola de explosión masiva que se extienden por un radio de 1,6 kilómetros. Su carcasa de aluminio fue diseñada específicamente para maximizar el radio de la explosión. Tiene una longitud de nueve metros; regularmente es portada por un avión Hércules MC-130, que la suelta con ayuda de un paracaídas y después es guiada por el sistema GPS hasta su detonación poco antes de tocar terreno.

Fue probada por primera vez en 2003 en Florida, EE.UU., cuando la nación norteamericana sostenía operaciones contra Irak y Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Hasta ahora nunca había sido usada en combate, explica el corresponsal de defensa de la BBC, Jonathan Marcus; se trata de “una versión más grande de las armas usadas durante la guerra de Vietnam”. En una breve declaración, el presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo: “Estamos muy muy orgullosos de nuestros militares. Fue otro evento exitoso”. Como arma no nuclear, el uso de la MOAB no requiere necesariamente la aprobación del presidente.

Por otra parte, como si fuese una ironía factual, la Federación Rusa ha desarrollado su propia bomba convencional masiva, llamada “el padre de todas las bombas”, o FOAB. Es un tipo de bomba técnicamente conocida como un arma termobárica. Las bombas termobaricas generalmente se detonan en dos etapas, una pequeña explosión crea una nube de material explosivo, que luego se enciende, generando una onda devastadora.

El ejército norteamericano aún no ha confirmado el efecto del ataque en detalle, pero un funcionario local dijo a la BBC que muchos militantes de EI murieron; lo que presuntamente incluía al hermano de un alto líder. El gobernador del distrito de Achin, Esmail Shinwari, dijo a la agencia AFP que no contaba con información sobre víctimas, pero aseguró que era la explosión “más grande que haya visto”. “Ya que es una fortaleza de Daesh (Estado Islámico) creemos que muchos de los combatientes de Daesh pueden haber muerto”, consideró Shinwari.

Una declaración del Comando de Operaciones de EE.UU. en Afganistán decía que “las fuerzas estadounidenses tomaron todas las precauciones para evitar bajas civiles”. El ataque ocurre en la misma provincia en la que un soldado de EE.UU. murió la semana pasada. El general John Nicholson, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, dijo que las bajas de EI han aumentado, por lo que los yihadistas han incrementado el uso de artefactos explosivos caseros, bunkers y túneles. “Esta es la munición adecuada para reducir estos obstáculos y mantener el impulso de nuestra ofensiva”, aclaró Nicholson.

Las consecuencias del ataque descomunal se resumen a que la más poderosa bomba no nuclear, jamás lanzada por Estados Unidos en un conflicto, mató 36 combatientes del autodenominado Estado Islámico (EI) y destruyó su base en Afganistán, de acuerdo a la información dada por el Ministerio de Defensa afgano. El director ejecutivo de Afganistán, Abdullah Abdullah, declaró que ningún civil fue afectado por la explosión. Abdullah añadió que el ataque contra el sistema de cuevas fue realizado en coordinación con el gobierno en Kabul. No obstante, el expresidente de Afganistán, Hamid Karzai, condenó el ataque como “el uso más inhumano y brutal de nuestro país”.

Según confirmó el portavoz del Pentágono Adam Stump, esta es la primera vez que el arma ha sido utilizada por el ejército estadounidense en combate. Esmail Shinwari, gobernador del distrito de Achin, donde tuvo lugar la ofensiva, le dijo a la BBC que no se registraron muertes de civiles porque ningún civil vive en ese lugar. Más temprano el funcionario había declarado a la agencia AFP que la explosión fue la más grande que haya visto y que las enormes llamas “envolvieron la zona”. Según fuentes locales citadas por el servicio afgano de la BBC, la explosión de “la madre de todas las bombas” en Nangarhar fue tan fuerte y poderosa que se pudo escuchar en dos distritos vecinos. De acuerdo a la información brindada por el Pentágono: “A las 7:32 pm hora local del jueves, las fuerzas estadounidenses en Afganistán ejecutaron un ataque contra el complejo de túneles de EI en el distrito de Achin, provincia de Nangarhar”.

¿Por qué utilizaron el poderoso explosivo? La respuesta a la pregunta la dio el general John W. Nicholson, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán; dijo: “Como el número de bajas de EI ha aumentado, están utilizando explosivos improvisados, búnkers y túneles para defenderse”. “Esta es la munición adecuada para reducir esos obstáculos y mantener el momento de nuestra ofensiva contra EI”, dijo para justificar el uso de la GBU-43/B. En el comunicado, el Pentágono dice que el ataque fue diseñado “para minimizar los riesgos de las fuerzas afganas y estadounidenses que ejecutaban operaciones de limpieza en el área, al tiempo que se maximizaba la destrucción de combatientes e infraestructura de EI”. También afirmó que “las fuerzas estadounidenses tomaron todas las precauciones para evitar bajas civiles con este ataque”.

Sin embargo, contrastando contra estas declaraciones técnicas, el expresidente afgano Hamid Karzai condenó el ataque a través de su cuenta de Twitter y acusó a EE.UU. de usar al país asiático “como campo de pruebas para armas”.

¿Qué presencia tiene EI en Afganistán? El autoproclamado Estado Islámico anunció la creación de su rama en Khorasan — un antiguo nombre para Afganistán — en enero de 2015, la primera establecida oficialmente fuera del mundo árabe. En pocas semanas, el grupo apareció en al menos cinco provincias afganas en un intento de establecer parcelas de territorio desde las cuales expandirse. Esto lo convirtió en el primer grupo militante de importancia en tratar de arrebatarle al Talibán el control sobre la insurgencia local. Su principal objetivo era expulsar a los militantes talibanes de la zona y sacar a al Qaeda, aliado del Talibán, de la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán, o reclutar a sus combatientes. Sin embargo, según expertos, EI no ha logrado establecer una base a apoyo político amplio ni conseguido el respaldo que esperaba en Afganistán. Según estimaciones, la organización puede tener de 1.000 a 5.000 combatientes en el país[1].

¿Qué es lo que tenemos que descifrar de esta trama fáctica y verídica, descrita en la exposición ecuánime de la BBC Mundo? La increíble historia descuella en haber arrojado una gigantesca bomba, por su magnitud, equivalente al poder de 11 toneladas de TNT; bomba explosiva por debajo de la bomba nuclear arrojada en las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki, en un desierto donde se dice que se encuentran los túneles donde se halla el refugio y la base de operaciones del ISIS en Afganistán. La eficacia de tremenda bomba arroja la cifra de 36 militantes del ISIS. En lenguaje popular la metáfora usada es que la montaña pare un ratón. En este caso, la monstruosa bomba, casi bomba nuclear, por la explosión, hongo que forma e irradiación, mata a cerca de la cuarentena de soldados del Estado Islámico. ¿No es esto una descomunal ineficacia, tan descomunal como la misma bomba arrojada? A esto llamamos una muestra patética de la hipertrofia de la tecnología de guerra de la hiper-potencia global y sus aliados.

El presidente de Estados Unidos califica a esta hazaña de “evento exitoso”. ¿Cuál éxito? El haber matado al 2% del contingente armado del ISIS en Afganistán, teniendo en cuenta la cifra estimada que maneja el ejército norteamericano, o menos del 1% si tomamos en cuenta otras fuentes. Estos datos, los resultados del ataque del ejército norteamericano asombran por su descomunal incongruencia, sobre todo, de acuerdo a la lógica, por su descomunal sinsentido. Al respecto debemos aclarar, que de ninguna manera se pide, para que sea eficaz un ataque militar, que se mate a todos los militantes del ISIS. Esto es caer en lo mismo, en la “lógica” de los enemigos, según la cual e problema se soluciona matando al enemigo. La muerte no es ninguna solución, solo es el testimonio fúnebre de la incapacidad humana de resolver problemas.

Ahora bien, según el expresidente afgano Hamid Karzai, que condenó el ataque, acusó a EE.UU. de usar al país asiático “como campo de pruebas para armas”, nos muestra otro sentido del uso de la “madre de todas las bombas”, que ya tiene una pareja, el “padre de todas las bombas”, con este romance macabro ya pueden procrearse. Afganistán es usado como un laboratorio para probar las armas tecnológicamente avanzadas y las armas de destrucción masiva, y para utilizar a los y las afganas como “conejillos de indias”.

Otra alternativa a lo que se presenta como el absurdo militar, formando parte de la historia de la estupidez humana, es que se busque precisamente con esta demostración de fuerza descomunal, mandar una señal de advertencia a los enemigos del imperio, que, paradójicamente, forman parte también del imperio, de acuerdo al concepto de imperio de Antonio Negri y Michael Hardt. El imperio, entonces se reproduce por la complementariedad perversa de los enemigos.

La segunda alternativa, ya no es exactamente un sinsentido, sino que se ha reducido al país ocupado por las armadas “occidentales” - con la excusa de la “guerra contra el terrorismo”, concretamente contra Al Qaeda, cuando se perpetró la invasión, aprobada por la ONU - a la condición de objeto de experimentación, en la perspectiva no solo de mejorar la tecnología de guerra, sino de una guerra mundial, la madre de todas las batallas.

La tercera alternativa, es la más grave de todas, pues nos dice que se tiene en cuenta, con estas acciones demoledoras, la proximidad de la guerra. Lo que lejos de volver sensatos a los responsables de haber aprobado y lanzado la susodicha bomba, los devela como los más grandes irresponsables de la historia de la humanidad. Pues no solo están jugando a la guerra, no solamente incursionan en la guerra de cuarte generación, según la estrategia militar norteamericana, sino que ya se inmiscuyen en la tercera guerra mundial, que, hasta el momento, aparece, como punta de iceberg, como guerra de baja intensidad. Entonces, ya están en la madre de todas las guerras y la última posible de la triste historia de la humanidad.

Si los pueblos del mundo quedan callados e inactivos ante semejante peligro anunciado, quedando en manos de estos “especialistas” de la muerte, en su forma de destrucción masiva; en manos de gobiernos que asumen que el mundo se reduce a un campo de batallas; en manos de Estado-nación, hiper-potencias, potencias emergentes, fundamentalismos de toda clase, de todo color y de toda gama de discursos; estos pueblos pusilánimes son cómplices de lo que se avecina, el apocalipsis, volviendo a usar esta metáfora bíblica. Son parte de la imbecilidad humana, que teniendo la oportunidad de ser vida, de liberar la potencia social, sincronizando con la potencia creativa de la vida, de dedicarse a tareas maravillosas, como la de la comunicación con los seres del multiverso, se ha encaminado, en cambio, a destruirse a sí misma y destruir el planeta.

[1] Leer Cuán poderosa es la GBU-43/B MOAB, la “madre de todas las bombas” que EE.UU. lanzó contra Estado Islámico en Afganistán. Redacción BBC Mundo; Londres 13 abril 2017. También 3 claves del ataque de Estados Unidos con una GBU-43/B, “la madre de todas las bombas”, contra Estado Islámico en Afganistán. Redacción BBC Mundo; Londres 14 de abril 2017. http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39596050. http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39595919.


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