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Feministas venezolanas: Resistencia y conquista de mi cuerpa.

Las Comadres Púrpuras :: 16.04.17

Tendría veintidós años cuando fui al ginecólogo a realizarme una citología y apareció en los resultados infección vaginal, Gardenellas Vaginales. Cuando hice mi segunda cita con el ginecólogo le pregunté ¿cómo la habría obtenido? Y de manera muy arrogante me dijo: -¿Qué sé yo, con quién se acuesta? ¿Dónde orina?

Resistencia y conquista de mi cuerpa 1
3 Abril, 2017

Por Las Comadres Púrpuras
http://frontal27.com/resistencia-y-conquista-de-mi-cuerpa-1/

Tendría veintidós años cuando fui al ginecólogo a realizarme una citología y apareció en los resultados infección vaginal, Gardenellas Vaginales. Cuando hice mi segunda cita con el ginecólogo le pregunté ¿cómo la habría obtenido? Y de manera muy arrogante me dijo: -¿Qué sé yo, con quién se acuesta? ¿Dónde orina? Así que sacó su talonario de récipes médicos y me indicó antibióticos y una crema vaginal. Lo cierto fue que su actitud me molestó y me sorprendió mucho, pero no le dije nada, realmente lo que le oculté al doctor es que hacía dos meses me había aplicado un aborto con pastillas. En ese momento no se lo dije porque no estaba preparada para que me cuestionaran o me señalaran por mi decisión.

Me apliqué lo que me recetó y se me quitó, pero meses después volvieron las molestias, hasta que se lo conté a una amiga bióloga y me dijo usa yogurt. Me dio las instrucciones, hablé un poco del aborto y ella me apoyó y entendió lo que me estaba sucediendo. Lo primero que me dijo fue que el impacto alteró mi ph y ahora mi vagina estaba vulnerable a la Gardenella. Ahora que escribo esto sé que ese pequeño acto que hizo mi amiga fue auto-ayuda, herramienta o método popular dentro de los movimientos feministas.

Del “Self help” a la auto-ayuda

“La teoría de la superioridad masculina se apoya, obviamente, en la biología”.

Leonor Taboada

En la década de los 70 en Estados Unidos la activista Carol Downer y un grupo de mujeres comenzaron a reunirse para explorar formas de desarrollar un técnica abortiva. Con esa experiencia se iniciaron en autoayuda, auto-examenes, autobservación vaginal. Años después, la activista fue apresada por el delito de “practica médica” sin licencia. El movimiento de “clínicas self help” se expandió con rapidez en países como Alemania, Austria, Dinamarca, Francia, Holanda, Suiza y España. La mayor exponente en este último país fue la activista Leonor Taboada. De ella tenemos el primer cuaderno feminista de introducción al Self Help publicado en 1978.

En la década de los 80 y 90 ya existían los primeros informes obtenidos por las compañeras iniciadas en auto-ayuda. En aquellos reportes, las activistas manejaban como conclusión la falta de conocimiento de nuestra cuerpa y obviamente concluían que el control patriarcal de la vida reproductiva de una mujer moldeaba la existencia de la misma, cosa que impera en pleno siglo veintiuno. En respuesta de ello se imprimieron los primeros manuales y libros que se difundían de mano a mano, entre los más conocidos están los de Rina Nissim y Christiane Northup.

Estos manuales y libros tenían dos fines: Uno, el auto-conocimiento que puntualizaban en el mapa de nuestro órgano sexual, su comportamiento y la conexión con el mismo. El segundo fin es el auto-apoyo y acompañamiento en casos de embarazos no deseados, enfermedades sexuales, autodeterminación, derecho al placer, métodos anticonceptivos naturales, entre otros, conocimiento de la fertilidad y la menstruación.

En la actualidad, se refiere a la ginecología autogestiva para no morir en manos del opresor. ¿Quién es el opresor? Aclaramos que no nos referimos a los hombres, que también son víctimas de la situación, nos referimos al sistema capitalista y mercantilización de la salud, además del control del cuerpo como instrumento de dominación patriarcal.

Particularmente el Self help se puede traducir en la actualidad como Gin-ecología Autogestiva que no es más que la ciencia y las herramientas que no necesariamente la ejerce un “especialista” pero sí la mujer que se apropia de la palabra y del acto porque es consciente de los derechos de conocerse y empoderarse de su salud.

Nuestra autonomía al igual que nuestra curiosidad por nuestra salud viene por diferentes etapas o procesos, por ejemplo, la menstruación y alteraciones de los mismos, un aborto, conocimiento de nuestro órgano reproductivo y prevención de embarazo, enfermedades de transmisión sexual, entre otros casos.
El proceso de educación sanitaria y de auto-realización

“Nadie educa a nadie. Toda educación culmina siendo auto-educación”.

Graciela Hierro

Parece mentira pero en los talleres que he ido y que también en una oportunidad me tocó impartir, me he topado con la falta de educación de nuestras cuerpas. Compañeras de lucha en auto-ayuda se cuestionan que ellas no son médicas, que no quieren tampoco serlo, que lo único que quieren es que las mujeres tengan poder sobre su cuerpo, pero las chicas, que siguen llamando por tal problema o que su vulva tiene esto, ¿qué toman o usan?

Entonces, todas llegamos porque queremos que nos curen de un hongo pero ni siquiera sabemos cómo funciona la vulva, la vagina, ni mucho menos el ph vaginal. Así que ¿por dónde empezamos? ¿Tenemos casi cincuenta años en desconocimiento de nuestro cuerpo? No puede ser que las cosas que se cuestionaban las feministas de los 70 sean los mismos cuestionamientos de la feministas del siglo XXI.

Toda mujer que quiera conocerse debe empezar por estudiarse. Hace unos meses una jovencita me escribió para decirme que había ido al ginecólogo y en la citología le había salido la Cándida y si eso se debía a que se masturba con frecuencia. Me sonreí y le dije que masturbarse con frecuencia no produce alteración de nuestras secreciones vaginales. Le indiqué lo que debía hacer y le dije que siguiera autoexplorándose.

En otro caso, una chica me escribió para decirme que tenía un flujo que hacía que le picara la vulva y yo le pregunté qué características tenía el fluido. Ella me describía el fluido pero no lograba dar con la infección, hasta que me dijo: -Disculpa me voy a tomar una foto porque es medio asquerocita la cosa y te lo mando. Eso hizo la chica, extrajo un poco de fluído con su dedo y se tomó la foto, era por supuesto la Gardenella. También me dijo que se administró antibiótico y se puso los óvulos que le recetaron en la medicina tradicional, pero que no se le quitaba y se encontraba desesperada, así que le receté un tratamiento natural, un plan alimenticio y, meses después, me escribió para decirme que se le había quitado.

Los dos ejemplos anteriores me demuestran que falta mucho por tomar conciencia de nuestra educación sanitaria y que la auto-realización va de la mano o de codo a codo con una compañera. Sin embargo, es también un tema de voluntad para seguir el camino. No podemos esperar que las activistas más veteranas sean responsables por la autodeterminación de nuestro cuerpo, todo lo contrario, ellas son la llave y la puerta, pero el primer paso es de cada una. Tú decides si quieres llegar al pasillo o quieres entrar a la sala. Continuará…


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