Hemos dicho que la vida es materia sensible, recogiendo este enunciado de la biología. También hemos dicho que la vida se caracteriza por sus capacidades de reproducción, nutrición y organización; lo mismo, enunciado derivado de la biología. Añadiéndole el enunciado de la teoría de sistemas autopoiética, que considera que la vida tiene la propiedad o facultad de autopoiesis. Sin embargo, considerando que las macro-moléculas crean la vida, como la concibe la biología, conformando la neguentropía, organizada, autorregulada, administrada, hemos ampliado el concepto de vida a esta dinámica molecular. A partir de este cruce del umbral, nos desplazamos a las consecuencias teóricas de este cruce del límite epistemológico de la biología.
17.05.2017
¿Qué es la vida?
Raúl Prada Alcoreza
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/%c2%bfque-es-la-vida/
Hemos dicho que la vida es materia sensible, recogiendo este enunciado de la biología. También hemos dicho que la vida se caracteriza por sus capacidades de reproducción, nutrición y organización; lo mismo, enunciado derivado de la biología. Añadiéndole el enunciado de la teoría de sistemas autopoiética, que considera que la vida tiene la propiedad o facultad de autopoiesis. Sin embargo, considerando que las macro-moléculas crean la vida, como la concibe la biología, conformando la neguentropía, organizada, autorregulada, administrada, hemos ampliado el concepto de vida a esta dinámica molecular. A partir de este cruce del umbral, nos desplazamos a las consecuencias teóricas de este cruce del límite epistemológico de la biología. Considerando que las moléculas suponen no solamente asociaciones y composiciones moleculares, sino, sobre todo, asociaciones y composiciones atómicas, seguimos ampliando el concepto de vida; concebida en términos de las dinámicas atómicas. De esta manera, sabiendo que los átomos no son indivisibles, sino que también suponen composiciones de partículas infinitesimales, seguimos ampliando el concepto de vida a estas dinámicas de las partículas infinitesimales. Las mismas partículas infinitesimales, también suponen asociaciones y composiciones, llegando a las asociaciones y composiciones y combinaciones que hacen a los campos de fuerzas fundamentales del universo, el concepto de vida conjeturado y ampliado abarca a la misma composición del universo, entendido básicamente como materia y energía luminosa. Ahora bien, como el universo no solamente está compuesto por materia y energía luminosa, sino también por materia y energía oscura, ésta, además, mayoritariamente componente del universo, la consecuencia lógica parece ser que se considere a las dinámicas complejas de toda la materia y energía componentes del universo, tanto luminosa como oscura, como vida, en sentido ampliado. El enunciado concluyente es: la materia es vida, la materia está viva[1].
Este es el primer argumento. El segundo argumento tiene que ver con la sincronización integral y compleja del universo. En principio postulamos que la vida es el Oikos, el planeta mismo; la vida biológica supone esta sincronización integral planetaria. Ahora bien, la sincronización del Oikos no es aislada, sino que supone la sincronización integral dinámica y compleja del universo. La consecuencia lógica de la hipótesis especulativa es que el universo es vida, en sentido ampliado. Estos son los dos argumentos que sostienen que la materia y la energía, o las dinámicas complejas de la materia y la energía, vale decir de la complejidad dinámica y simultanea del tejido espacio-tiempo, es vida.
¿Entonces qué es la vida? ¿La sincronización integral compleja simultánea y dinámica? Que supone organización y autopoiesis; no necesariamente, en el conjunto, sino solamente en parte; reproducción y nutrición, en la parte biológica. Obviamente, no se puede hablar de vida en sentido biológico para todo el conjunto del tejido espacio-tiempo; sin embargo, el tejido complejo espacio-tiempo es condición de posibilidad existencial para la vida en sentido biológico. ¿Entonces, siendo condición de posibilidad existencial, si no se diera esta condición de posibilidad existencial no habría vida, en sentido biológico, no es menester definitivamente concebir la vida en sentido ampliado?
Ciertamente esta hipótesis especulativa contrae consecuencias teóricas e interpretativas del concepto vida. Exige una trasformación estructural tanto de la composición categorial, así como de la interpretación misma. En esta perspectiva, recurriendo a algunas anotaciones necesarias, podemos remarcar que la vida, en sentido biológico, no se da de manera aislada, sino en el substrato indispensable del tejido espacio-tiempo. La vida, en sentido biológico, es solo posible en esta complexión compleja; es indisociable del substrato del tejido espacio-tiempo. ¿Por qué entonces separarla, disociarla, con fines analíticos? ¿No es mejor comprender la complejidad dinámica simultánea integral, en sincronización y devenir constante, que hacen posible la vida, en sentido biológico?
Si partimos de que la vida, en sentido ampliado, es el universo mismo, el tejido espacio-tiempo, podemos conjeturar que la vida, en sentido ampliado, es la sincronización integral de los múltiples planos y espesores de intensidad, además en distintas escalas, incluso en distintas dimensiones, del tejido espacio-tiempo. Ahora bien, la vida, en sentido restringido, si se quiere, estricto, en sentido biológico, es la singularidad o multiplicidad de singularidades, que se dan como despliegues de los acontecimientos de la sincronización integral del universo. En las condiciones de posibilidad adecuadas planetarias. Como dijimos, la vida, en sentido biológico, no puede sino darse como parte integrada a las dinámicas complejas de la vida, en sentido ampliado, del tejido espacio-tiempo. La vida no es posible sino en esta complejidad dinámica integrada del universo, comprendiendo sus distintas escalas y dimensiones articuladas y conectadas.
Ahora bien, en la simultaneidad dinámica de la sincronización integral del multiverso, la vida, en sentido biológico, puede aparecer como juego del azar; sin embargo, sabemos que el azar funciona en la paradoja azar-necesidad, donde el azar se realiza en la necesidad y la necesidad se afirma en el azar. Cuando la vida, en sentido biológico, se da, se constituye como tal, se realiza como necesidad. Es como decir que la necesidad de la vida estuviese inscrita en el juego del azar, en la aleatoriedad de las probabilidades, para decirlo en lenguaje matemático; teniendo en cuenta que se puede interpretar de esta manera, una vez que la vida, en sentido biológico, se constituye. El hecho que se dé, para decirlo de ese modo, configura la singularidad del tejido espacio-tiempo.
Si en algún o algunos nudos del tejido del espacio-tiempo se da la vida, en sentido biológico, esto implica que todos los entramados del tejido componen ese nudo o esos nudos. Los nudos forman parte de la textura compleja; son parte de las urdimbres y de las tramas materiales y energéticas, de las composiciones y combinaciones de composiciones, de dinámicas múltiples, en distintas escalas y dimensiones. La fenomenología o las fenomenologías de la vida, en sentido biológico, no son procesos aislados, sino compenetrados con las dinámicas complejas del tejido espacio-tiempo. El advenimiento es el acontecimiento existencial del multiverso, que es, a su vez, a
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No pueden convertirse los nudos vitales, en el tejido espacio-tiempo, como si fuesen la referencia central o nuclear; todos los nudos del tejido lo son. En este sentido, no hay un centro primordial o final, sino movimiento complejo del tejido, que configura, des-configura y reconfigura, constantemente los entramados, presentando simultáneas composiciones del devenir. Esto no quiere decir que no hay regularidades, que no hay continuidades de ciertas propiedades fundamentales, por así decirlo; por ejemplo, los campos de fuerzas fundamentales del universo reaparecen en las composiciones y combinaciones de composiciones del tejido espacio-tiempo.
Lo que decimos es que el pensamiento complejo no concibe algo aislado, no puede analizarlo en el aislamiento, sino que comprende el acontecimiento de la singularidad, vale decir como único. Sin embargo, la singularidad es singularidad por la multiplicidad de singularidades imbricadas. De lo que se trata es de comprender y entender cómo funciona la complejidad integral sincronizada en tanto simultaneidad dinámica del tejido espacio-tiempo, cómo funciona para que se den las singularidades; entre ellas, las relativas a la vida, en sentido biológico.
El pensamiento complejo es un pensamiento no solo de la complejidad, sino de la paradójica manera en la que se realizan las dinámicas de la complejidad, sinónimo de realidad. Toda singularidad es singularidad en la singularidad integral y sincronizada donde se da; el acontecimiento singular forma parte del acontecimiento integral, que no deja de darse de forma singular. Para decirlo en otras palabras, la realidad no puede realizarse sino de manera singular, en la multiplicidad de singularidades, donde aparece de forma concreta. La realidad no se da, de ninguna manera, no podría hacerlo ni serlo, de manera abstracta o general, incluso universal. Esta es la forma como aparecen los conceptos en la episteme moderna. Por lo tanto y en consecuencia, la realidad es singular, es realización de múltiples y plurales singularidades.
La singularización es realización efectiva; es decir, realidad efectiva. Ahora bien, la vida, en sentido biológico, no puede sino darse como multiplicidad de singularidades, como devenir de las singularidades. Las formas de vida no son abstractas, sino, mas bien, concretas y singulares. Sin embargo, suponen la información genética; que, si bien no es abstracta, es programa inscrito en la especie; por lo tanto, en cada uno de los individuos, es decir, de las singulares existencias ontogenéticas. Ahora bien, lo que la filosofía holista nombra como totalidad, concepto abstracto de la cualidad del todo, donde todo cabe, no es sino la integralidad dinámica de las múltiples y plurales singularidades que conforman esta integración de singularidades en constante devenir. El todo, como tal, no existe, sino como concepto abstracto, que concibe la totalidad del mundo, por así decirlo, en el sentido que le atribuía Wittgenstein; más allá del mundo no hay nada. Sin embargo, este todo aparece como cualidad independiente de todos sus componentes; como si existiera. Solo existe en la imaginación teórica, no en la realidad efectiva.
En la realidad efectiva, la complejidad dinámica se realiza como singularidades imbricadas, en distintas escalas y en distintas dimensiones. Lo que hay, si se quiere, son tejidos, cuya urdimbre y trama las conforman las singularidades o las dinámicas singulares. Lo que hay que atender son estos tejidos, sus texturas entrelazadas, no la totalidad abstracta, como lo ha hecho la episteme moderna. El pensamiento moderno ha convertido el concepto abstracto en objeto de estudio, como si existiera efectivamente. Es cuando se ha perdido en el análisis de cualidades abstractas, productos de la imaginación teórica, cuando lo que se requería era comprender el funcionamiento de la complejidad, las composiciones de los tejidos, por así decirlo, la síntesis disyuntiva de las singularidades, en la constelación de las singularidades bullentes.
En este sentido lo que importa es estudiar el contenido, si se quiere, para usar el término conceptual, de la totalidad, sus dinámicas; en otras palabras, el funcionamiento inherente, la vida. No una abstracción conceptual, que, en todo caso, es un instrumento de análisis y de interpretación; no una entidad real en el mundo efectivo. El tercer argumento respecto de la vida, es éste, que la vida, en sentido amplio, es dinámica compleja de singularidades, que se singularizan en la vida, en sentido biológico. El cuarto argumento, que la vida corresponde al tejido complejo, a las urdimbres y tramas, de las texturas hiladas por las singularidades, que configuran singularidades vitales como las formas de vida, en sentido biológico.
Entonces, la vida no puede ser un concepto restringido al organismo vivo, no solo por la relación compleja entre genoma y fenotipo, que ya nos habla de la dimensión inscrita del genoma en el organismo vivo; sino también por lo de la sincronización integral, por las dinámicas singulares, por los tejidos. La vida supone complejidades dinámicas en distintos planos y espesores de intensidad articulados e integrados. La vida, desde la perspectiva compleja, abarca, comprende y contiene la integralidad de las dinámicas singulares y las configuraciones móviles de los tejidos. La vida no solo supone la complejidad dinámica e integrada del Oikos, sino la sincronización simultánea y dinámica del cosmos.
Esta mirada integral del pensamiento complejo ayuda a comprender y entender los funcionamientos imbricados, que ponen en juego condiciones de posibilidad y singularizaciones. Para decirlo de manera resumida, ayuda a concebir la vida como acontecimiento. ¿Cuál es la importancia de este enfoque integral? No solamente en términos teóricos sino también prácticos, como consecuencia para la acción. Las relaciones con la vida dejan de ser solamente relaciones individualizadas respecto a los organismos vivos, abriéndose estas relaciones a los ciclos y procesos de estos organismos, si se quiere a sus entornos, a sus nichos ecológicos, a sus ecosistemas, a la sincronización integral del Oikos. Se transforman en relaciones para con los tejidos vitales.
Una consecuencia de esta apertura integral es que las relaciones, las prácticas, las operaciones, las acciones, se dan sin perder de vista las armonizaciones de los conjuntos involucrados. Una segunda consecuencia corresponde al potenciamiento de la vida. Una tercera consecuencia es mantener abierta la creatividad de las formas de vida. Una cuarta consecuencia es el de dar apertura a la experiencia de la comunicación múltiple con los demás seres del Oikos y del cosmos.
[1] Ver Más acá y más allá de la mirada humana. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/mas-aca-y-mas-alla-de-la-mirada-humana/.