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La única salida no es el estalinismo y la represión, Venezuela tiene otras alternativas desde abajo. Seis ministros de Chávez se rebelan contra Maduro.

Carlos Carcione :: 30.05.17

Para enfrentar con alguna posibilidad de éxito al gobierno de Estados Unidos y su política imperial y a sus aliados locales organizados en la MUD, hay que luchar por aplicar una política distinta de la que lleva adelante la cúpula del PSUV. De lo contrario no será el imperio ni la oligarquía local los responsables de la muerte del Proceso. Y mucho menos la izquierda crítica. Serán los autodenominados hijos de Chávez los que dilapidando el capital político que recibieron el 5 de marzo de 2013, pasarán a la historia como los sepultureros de la Revolución Bolivariana.
Izquierda latinoamericana aplaude el estalinismo y llama aplastar a la oposición, incluso a la izquierda crítica y sectores populares. Atilio Borón pide sangre venezolana.

16-05-2017
Las lecciones de algunos Intelectuales de la izquierda latinoamericana
¿Quiénes son los sepultureros del Proceso Bolivariano?

Carlos Carcione
Rebelión

Con tono doctoral, algunos intelectuales que se ubican a la izquierda del panorama político latinoamericano, pretenden recordarnos la existencia del imperialismo, del gobierno de Estados Unidos y sus afanes intervencionistas, y de lo neoliberal, servil y antidemocrática que es la MUD. Dando por “aprendida y agradeciendo” la lección magistral, pero dejando de lado esas maniobras propagandísticas, más o menos eruditas, les proponemos entrarle al debate de fondo, este es el momento. La pregunta a develar es ¿Quiénes son los enterradores del Proceso Bolivariano?

Fue suficiente con que Edgardo Lander, unos de los más prestigiosos intelectuales venezolanos con reconocimiento internacional, cuestionara la falta de crítica y “la solidaridad automática” con el gobierno de Maduro, de lo que él, generalizando, para nosotros abusivamente, denominó la izquierda latinoamericana, para que le llovieran las descalificaciones.

Descalificaciones por cierto notablemente similares en los argumentos y demostraciones en las que se sustentan, a las que esgrime contra los críticos de izquierda el gobierno de Maduro. Estos intelectuales, salieron prácticamente de manera simultánea y con más o menos elegancia, a afirmar no muy originalmente, que todos aquellos que desde la izquierda, Lander por supuesto, pero también Marea Socialista y otros, osáramos criticar a este gobierno, le estaríamos haciendo el juego a la derecha.

Esgrimiendo la tan mentada solidaridad automática y sin tomarse el tiempo de revisar nuestras afirmaciones, de constatar su veracidad ni de estudiar si nuestros argumentos son coherentes, nuestras denuncias ciertas y si nuestra política es correcta; ni mucho menos debatir con ella, directamente afirman aquella conclusión, antes incluso de iniciar un debate serio.

La estructura argumentativa de la polémica que proponen, busca justificar las políticas contrarias al proyecto bolivariano que, a modo de ruptura con su tradición e historia, vienen aplicando desde casi el mismo momento de la muerte de Chávez los que se consideran sus herederos políticos.

El peso de su argumentación está cargado en buscar liberar de responsabilidades a Maduro y la actual cúpula del PSUV. La comparación de la situación venezolana con el bloqueo a cuba, o la exclusiva responsabilidad del gobierno de Estados Unidos y la oligarquía local en el desabastecimiento y otros graves problemas sociales, sin evaluar ni tomar en cuenta las equivocadas políticas del gobierno, ni el desfalco a la nación, por citar algún ejemplo, son apenas una prueba de esto.

Ya han pasado cuatro años desde la asunción a la presidencia del actual equipo Maduro-Cabello, al que hace dos años se sumó el jefe de las Fuerzas Armadas Padrino López, que con variaciones mínimas viene gobernando el país, sin resolver, no ya los problemas, errores o políticas estructurales no consistentes con el transito al socialismo, heredades del periodo Chávez. Errores que según nuestro punto de vista hay que ubicar en la ausencia de una estrategia de ruptura con la lógica del capital.

Tampoco ha abordado con una política revolucionaria la grave emergencia actual, que ha llevado entre muchas otras calamidades a que: según números oficiales del Ministerio de Salud, conocidos en la primera semana de mayo de 2017, la mortalidad materna haya crecido un 65,79%, mientras que la mortalidad infantil se incrementó un 30,1% iniciando una dinámica de retroceso en los logros alcanzados que parece indetenible (por haber hecho públicos estos números fue sustituida la Ministra de Salud a menos de 4 meses de nombrada).

Por el contrario, afirmamos, y no desde ahora, sino hace ya 4 años, desde que el desabastecimiento, el acaparamiento y la llamada “guerra económica” se presentaron, que las políticas aplicadas por Maduro iban a profundizar la crisis y a facilitar la extorción contra el gobierno y el país, por parte del gran capital, de la burguesía local y los políticos de la MUD y del gobierno de Estados Unidos.

En su momento alertamos también que al contrario de lo que afirmaban los discursos del gobierno y el partido, la práctica concreta del ejecutivo llevaba una asimilación o capitulación a las exigencias del capital financiero internacional. Cuestión que para nosotros se ha constatado con los siguientes ejemplos:

A) El pago puntual de una deuda externa con claros visos de ilegitimidad, se hizo y se continúa haciendo a costa de las importaciones más necesarias para la subsistencia de la población.

B) Para la supuesta superación del modelo rentista petrolero se eligió el camino entreguista, de expansión de la frontera extractivista con el Arco Minero del Orinoco2 presentado con bombos y platillos, frente a 150 empresas transnacionales de 35 países y firmando contratos leoninos con la Barrick Gold entre muchas otras.

C) Para obtener las divisas necesarias para cumplir con los pagos de la deuda, se buscó un plan de exportaciones basado en la búsqueda de inversión de capital extranjero en Zonas Económica Especiales, donde no rigen las leyes de la Revolución Bolivariana, ni las tributarias ni las laborales, ni ninguna otra, de la extensa legislación progresiva del Proceso. Sobre esta misma lógica se estructura el plan de los 15 Motores Productivos.

D) Se encubrió y se continúa encubriendo el monumental fraude que significa una fuga delictiva de capitales del orden de los 475.000.- Millones de Dólares, donde sin dudas existe complicidad entre altos funcionarios del Estado y Empresarios locales y extranjeros y del que han sido coparticipes los políticos oligárquicos de la MUD.

E) Y para enfrentar el desgaste electoral que estas políticas de asimilación al imperialismo provocaron en su base social, como quedó demostrado en las elecciones de Asamblea Nacional de 2015, se tomó desde el gobierno la decisión de no realizar ninguna elección más que el PSUV no pudiera ganar. Iniciando de esta manera una deriva autoritaria que hoy se puede constatar por ejemplo, en la ilegal intervención de tribunales a modo de Consejos de Guerra y dependencias militares para enjuiciar y detener a civiles. Y como coronación de esta deriva, la convocatoria a una Constituyente amañada.

Pero esto no se lo cuestionan los intelectuales que acusan de hacerle el juego a la derecha a aquellos que no renunciamos al pensamiento y la acción crítica. Y cuando se preguntan sobre el desgaste evidente del gobierno, es para explicar que se debe, únicamente, a la ofensiva despiadada del gobierno de Estados Unidos y de los golpistas de la MUD, desligando de toda responsabilidad a las políticas aplicadas por Maduro, su equipo y su gobierno.

Si desarrollamos coherentemente la lógica de la argumentación que sostienen los compañeros, ella misma encierra una justificación de las políticas del gobierno del tipo, “es lo único que se puede hacer”. Pero entonces, ¿por qué no debatirlo abiertamente?

Por qué no discutir si la forma de enfrentar y ganar la “guerra económica” y lograr un mínimo abastecimiento de emergencia en medicamentos y alimentos es pagando la Deuda a como dé lugar; o abriendo espacios a la depredación del gran capital extractivista y financiero; o cediendo soberanía y eliminando de hecho derechos políticos y sociales de todo el pueblo. O utilizando una represión que iguala los peores tiempos de la IV República. Si la política correcta o la única posible, según ustedes es ésta, hagamos el debate de cara al pueblo venezolano, donde todas las posiciones puedan ser expresadas y defendidas.

En fin, habría que contestar también por qué, si estas políticas las aplican los gobiernos de la derecha las criticamos y combatimos en la calle. Pero si el que las lleva adelante es el gobierno del presidente Maduro son incuestionables y hay que ser solidarios de manera “automática” con su aplicación.

El drama del momento actual del Proceso consiste justamente en lo opuesto de lo que ustedes afirman: Para enfrentar con alguna posibilidad de éxito al gobierno de Estados Unidos y su política imperial y a sus aliados locales organizados en la MUD, hay que luchar por aplicar una política distinta de la que lleva adelante la cúpula del PSUV. De lo contrario no será el imperio ni la oligarquía local los responsables de la muerte del Proceso. Y mucho menos la izquierda crítica. Serán los autodenominados hijos de Chávez los que dilapidando el capital político que recibieron el 5 de marzo de 2013, pasarán a la historia como los sepultureros de la Revolución Bolivariana.

1 Atilio Borón: Venezuela: no callar, pero para decir la verdad https://www.aporrea.org/ideologia/a245909.html

Entrevista a Claudio Katz: http://rebelion.org/noticia.php?id=226296

Enrique Toledo: Lander y la izquierda buena, http://questiondigital.com/lander-y-la-izquierda-buena/

2 Emprendimiento minero de 112.000 km2 (una superficie igual a Portugal y dos veces Bélgica). Donde no rigen ni las leyes ni la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
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30-05-2017
Los sepultureros de la “izquierda” latinoamericana (II)
La sed de sangre venezolana de Atilio Borón

Carlos Carcione
Aporrea

El martes 23 de mayo se publicó en Aporrea.org un artículo de Atilio Borón titulado “Venezuela sumida en la guerra civil”[1]. En él, luego de una larga descripción de hechos, algunos reales, otros inverificables y otros, la mayoría, directamente falseados, Borón concluye que: “Ante ello, la única actitud sensata y racional que le resta al gobierno del presidente Nicolás Maduro es proceder a la enérgica defensa del orden institucional vigente y movilizar sin dilaciones al conjunto de sus fuerzas armadas para aplastar la contrarrevolución y restaurar la normalidad de la vida social.”

No se trata de un simple artículo de propaganda en defensa del gobierno de Nicolás Maduro, supuestamente asediado por una guerra civil. Es un grito de guerra contra, al menos, la parte del pueblo que rechaza al gobierno y que en el día hoy alcanza, según todos los estudios de opinión incluso los del oficialismo, un rechazo que va del 75% al 85% de toda la población del país que llega a 30 millones de habitantes. Es decir, un rechazo abrumadoramente mayoritario. ¿Habrá que aplastarlos a todos? ¿Con cuántos aplastados cree Borón que se recuperará la “institucionalidad vigente” y la “normalidad de la vida social”? ¿Con 100, 1.000, 5.000, 50.000, 100.000?

Argumenta Borón que esto es necesario porque: “El patriótico y democrático llamado del presidente Nicolás Maduro a una Constituyente sólo sirvió para atizar la violencia y el salvajismo de la contrarrevolución. La razón es bien clara: esta no quiere una solución política de la crisis que ella misma ha creado.”

Pero para hacer esa afirmación, el catedrático, tiene que pasar por encima y no nombrar al movimiento ciudadano autónomo e inorgánico que se viene expresando desde el mismo anuncio de la convocatoria a esa Constituyente fraudulenta el 1º de Mayo. Y como no le conviene dar a conocer que una parte significativa de ese rechazo proviene, justamente, de destacados dirigentes políticos, intelectuales, académicos y luchadores sociales del propio chavismo, vergonzantemente lo oculta. Sucede que no puede hacerlo porque esto derrumbaría el pilar de su llamado al aplastamiento, “los terroristas rechazaron el patriótico y democrático llamado”.

Por eso no dice que, entre centenares de otros, han hecho público su rechazo a la Constituyente los ex ministros de Chávez, Héctor Navarro, Gustavo Márquez Marín, Ana Elisa Osorio, Oly Millán Campos, Mary Pili Hernández, Miguel Rodríguez Torrez, además de Eustoquio Contreras, actual diputado del PSUV, Reynaldo Quijada dirigente del partido UPP 89, proveniente de las filas del Proceso Bolivariano, Javier Biardeau Sociólogo, Edgardo Lander, Santiago Arconada, Gonzalo Gómez, Nicmer Evans, el Mayor General Cliver Alcalá Cordones, decenas de constitucionalistas y nada más y nada menos que dos Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia actual y uno Emérito, la anterior Defensora del Pueblo y la Fiscal General de la República, también actual. Además por supuesto de Marea Socialista.

No los nombra para no perder tiempo ni espacio en argumentar por qué es que están equivocados al rechazar la que sería una convocatoria “patriótica y democrática”. Porque para él, para Borón, es suficiente afirmar que esa convocatoria es “patriótica y democrática” para que lo sea. Y le pide entonces al presidente, al más puro estilo estalinista, “aplástelos”. Imaginamos que hubiera dicho si lo hubieran consultado desde el Palacio de Miraflores, siguiendo su lógica es muy probable que hubiera afirmado: “vea Presiente, no quieren asumir su magnánimo llamado. Por lo tanto le hacen el juego a la derecha terrorista”. Listo, firmado y sellado el ucase del exterminio.

Por supuesto que no negamos la existencia una derecha extremista, que impulsa grupos foquistas y que, como dice Edgardo Lander en la entrevista que le realicé para Aporrea.org[2], son financiados y entrenados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, entre muchas otras afirmaciones con las que coincidimos y que por eso no voy a abundar en este artículo. Pero esto sucede desde hace muchos años.

Lo que Borón no consigue explicar, ni con este artículo ni antes, es por qué es ahora cuando se manifiesta con tales magnitudes. Por qué a pesar de esa violencia foquistas y de la represión desmadrada, de los tribunales militares para juzgar a civiles, de los 55 muertos en manifestaciones, etcétera; hace más de 50 días que las protestas continúan ocupando gran parte de las ciudades del país. Serán que son miles y miles los terroristas y van disfrazados de ciudadanos desarmados que simulan marchar.

No será tal vez porque desde hace año y medio el gobierno de Nicolás Maduro viene recortando derechos y garantías, con un estado de excepción ilegal. O tal vez, porque rechazan la eliminación de toda salida electoral a la crisis por parte del gobierno desde que perdió la elección del Diciembre de 2015. O quizás, porque no soportan ya la manipulación de los poderes públicos como el CNE, que se negó a organizar las elecciones a gobernadores en diciembre pasado, pero está dispuesto a organizar en menos de 45 días una elección de Constituyente como las que nunca se habían realizado en el país, para la que ni siquiera hay registros confiables de quiénes son los que tienen derecho al voto para elegir a los 180 constituyentes que se deberán elegir corporativamente.

No será tal vez porque una parte sustantiva del pueblo venezolano dedica entre 8 y 30 horas semanales a hacer colas para comprar alimentos. O porque una parte importante de los enfermemos crónicos, hipertensos, diabéticos, asmáticos, con HIV o con cáncer, con párkinson, no consiguen regularmente sus medicamentos. ¿No cree Borón? que constitucionalizar los CLAPs[3], es una forma vergonzosa de reconocer que, de ahora en adelante, 6 millones de familias venezolanas vivirán de comprar una miserable bolsa de alimentos de pésima calidad, de menos de 10 kilos, distribuidos cada mes y medio. ¿No le asombra? que se aliente que eso quede escrito en una Constitución.

¿No pensó Borón?, que un gobierno que firma contratos leoninos con el capital financiero internacional, como el vergonzoso y trágico acuerdo cerrado el domingo 28 de mayo con Goldman Sachs, en el que el banco del Secretario del Tesoro de Trump, compró 2.800 millones de dólares en Bonos de PDVSA con el 61% de descuento, y que al momento del rescate, la petrolera de todos los venezolanos deberá pagar, sólo de intereses 848 millones de dólares, una cifra superior a la recibida, el domingo pasado. No cree Borón que ese gobierno, que firma ese contrato, merece el desprecio de los que luchan por la independencia económica del país frente al imperialismo.

¿No cree Borón?, que el Desfalco a la Nación enriqueció súbitamente a niveles multimillonarios en dólares a la cúpula política del PSUV y el Gobierno y a muchos dirigentes de la oposición. Y qué el Arco Minero del Orinoco es un negocio apetecido por las grandes mineras mundiales y sus financistas.

En fin. Desde sus oficinas del Centro Cultural de la Cooperación en la Av. Corrientes de Buenos Aires, una bella tarde de otoño, imagino que Borón escribe para saciar su sed: “Aplaste Maduro”. Y me da asco.

[1] Venezuela sumida en la guerra civil por Atilio Borón. https://www.aporrea.org/tiburon/a246559.html

[2] “La constituyente nos lleva a un punto sin retorno, entrevista a Edgardo Lander”. https://www.aporrea.org/actualidad/n309163.html

[3] Los CLAPs (Comité Locales de Abastecimiento y Producción), organización para estatal que vende una bolsa o caja con alimentos no perecederos cada mes y medio.

Fuente: https://www.aporrea.org/ideologia/a246898.html


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