Es claro que esta noticia (??) apunta a justificar las accciones represivas y la calificación de “terroristas” a los luchadores sociales, pero aún así muestra el avance real de la autodefensa popular en la región.
Clajadep
La muerte del soldado Julio Efraín Vila Flores (18), el pasado 23 de octubre, en un sector del Parque Isiboro Sécure a causa de la explosión de un cazabobo, hizo presumir que los campesinos cocaleros en la zona de Chapare estén utilizando tecnología avanzada para fabricar los artefactos explosivos y que incluso estén siendo instruidos por expertos en este tema.
Milton Sánchez, comandante de la Unidad de Policía Ecológica, dijo a EL DEBER que es posible que los campesinos estén siendo instruidos por personas especializadas en explosivos porque han observado que están perfeccionando los artefactos y ahora utilizan otros métodos y elementos que refuerzan a los anteriores para poder hacer mayor daño a los erradicadores de coca excedentaria en el trópico cochabambino.
El comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta, Fernando Valenzuela, asegura que lo utilizado por los cocaleros en la fabricación de artefactos explosivos es material improvisado como cemento, chatarras, pequeños focos intermitentes, pilas de 1,5 voltios y otros, y que es un sistema casero conocido desde 1998.
“Lo que pasa es que los han fabricado en tres fases, comenzaron con el goteo de ácido sulfúrico, luego con el sistema eléctrico con foquitos de linternas y ahora han implementado el cemento y foquitos intermitentes. Con eso han mejorado el aspecto eléctrico y un poco en la potencia para dañar”, dijo Valenzuela descartando que estén utilizando tecnología.
Explosivos con envases de vidrio. Al igual que los fabricados con envases de lata eran los más comunes hasta hace poco. En ellos contienen interiormente masa de dinamita, fertilizante y carga multiplicadora.
Detonante con metralla. El recipiente se rellena con dinamita y metralla que consiste en diferentes artículos como perdigones, clavos, fierros pequeños, tuercas y otros que pueden cobrar vidas humanas.
Bloques de cemento. Los últimos son más sofisticados con bloques de cemento en vez de recipientes de vidrio y lata. Son de 20 ó 30 centímetros de diámetro por diez de alto con mayor potencia para dañar.
El representante del Defensor del Pueblo en el trópico cochabambino, Godofredo Reinicke, aseguró que lo que viene sucediendo con la elaboración de artefactos explosivos en esa zona viene a ser una respuesta a las permanentes violaciones a los derechos humanos y a la violencia que se respira en las comunidades campesinas, aunque esas reacciones son desde todo punto de vista condenables, pero obedecen a situaciones aisladas en el tema de resistencia de parte de un grupo que está cansado e impotente al ver que las violaciones continúan.
“No me atrevería a decir que están utilizando tecnología avanzada, ya que conocemos que estos artefactos son fabricados con material desechable y rudimentario por personas que adaptan conocimientos básicos en temas de explosivos que probablemente lo aprenden en el mismo cuartel”, dijo Reinicke.
La autoridad aseguró que si se hace un balance en cuanto a muertos y heridos por los conflictos en Chapare, la balanza se inclina al lado de los campesinos, aunque admitió que en el caso de artefactos explosivos los más perjudicados han sido policías y militares. Sin embargo, admitió que de un tiempo a esta parte el índice de violaciones a los derechos humanos y la violencia en esa zona bajó considerablemente.
Francisco Fernández, dirigente campesino de la Organización Central de Valle Hermoso y subalcalde del Distrito 5, provincia Carrasco, aseguró que en ese sector se conoce muy poco del tema, pero que la determinación de las organizaciones sindicales es que sus compañeros no se enfrenten con las Fuerzas Armadas.
“Lo que pasa es que el gobierno no está cumpliendo el compromiso de frenar la erradicación forzosa de la hoja de coca y algunos sindicatos están tomando acciones con estos explosivos como auto defensa a las violaciones que cometen a diario los policías y militares”, dijo Fernández.
Sostuvo que otros de los factores que hacen reaccionar a los campesinos es la violación a la propiedad privada porque los erradicadores se instalan en sus predios sin consulta alguna, abusan y saquean las viviendas.
“Los abusos son permanentes contra escolares, áreas privadas y viviendas que no respetan las Fuerzas de Tarea Conjunta”, agregó Fernández a tiempo de indicar que el desarrollo alternativo nunca funcionó porque el gobierno no se preocupó para que se concrete.
Los organismos especializados investigan a los responsables
Según el jefe de la Fuerza de Tarea Conjunta, teniente coronel Fernando Valenzuela, por instrucciones del Comando General de la Policía, todos los organismos especializados e Inteligencia de la Policía nacional, incluyendo la Policía Técnica Judicial, están comprometidos en dar con el o los autores de los artefactos explosivos caseros que son activados en el trópico cochabambino.
“Estos son los organismos indicados, los sistemas de Inteligencia son los que van a esclarecer estos hechos que vivimos en esta zona y esperamos que en un mes más tengamos novedades que seguramente la autoridad la hará conocer en su momento a la prensa”, dijo Valenzuela.
Aseguró que los campesinos no colocan los artefactos explosivos sólo por gusto sino que debe haber alguna persona “entre comillas” que está manejando este asunto y mucha gente debe saber quién es.
“Hay gente todavía boliviana inconsciente que no quiere al país, ojalá que con el cambio del Presidente se den nuevos cambios”, expresó Valenzuela.
El mayor Milton Sánchez, comandante de la Unidad de Policía Ecológica, dijo que a diario previenen la existencia de artefactos explosivos rastrillando durante los patrullajes con anticipación en un recorrido de la ruta por donde ingresarán los erradicadores. “Se busca, si se detecta o se sospecha de la presencia de un explosivo o de una amenaza de emboscada, mi unidad como medida, primero ubica el aparato, lo desactiva o lo neutraliza haciéndolo explotar en el lugar”, dijo.
En el caso de una emboscada, la unidad despeja el lugar y se asegura el punto crítico, la gente se aposta en la zona y acordona el área hasta que pasen todos los erradicadores (que son entre 100 y 150 efectivos), si hay emboscada reaccionan inmediatamente con fuego cruzado para contrarrestar la situación. Existe persuasión al oponente, si es posible lo captura o sino lo eliminan.