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Complicidades profundas de los enemigos declarados

Raúl Prada Alcoreza :: 21.07.17

¿Qué comparten el capital financiero, las empresas trasnacionales extractivistas, los conglomerados de accionistas, los dispositivos estatales de la hiper-potencia mundial, los dispositivos institucionales de los Estado-nación subalternos, que, están vinculados, aunque sea, incluso, de manera opuesta y hasta antagónica, con la extracción, explotación, industrialización, comercialización y especulación de la energía fósil? Ciertamente, la pregunta parece obvia, comparten precisamente estos procesos endemoniados, para decirlo metafóricamente, de la apropiación y transformación de la materialidad de la energía fósil; sin embargo, cuando hablamos de compartir nos referimos a mucho más. ¿Qué configuración estructural dan lugar estos vínculos, lazos, afines o antagónicos, entrelazados, incluso agresivamente, sus redes, circuitos, mallas institucionales, formas organizacionales y dispositivos estatales? Esta es la cuestión.
la otra parte de la paradoja, la complicidad de fondo de los enemigos con la reproducción del poder, la complicidad de fondo entre empresas trasnacionales extractivistas y los gobiernos “antiimperialistas”.
El hecho de que ambos, declarados enemigos, defiendan y sostengan el “desarrollo” económico, basado en la explotación de la energía fósil, los acerca tanto, que esta proximidad resulta más determinante que lo que los aleja; la disputa por el excedente de la energía fósil. Que ambos lados del enfrentamiento no sean conscientes de esta concomitancia de fondo y se concentren, mas bien, en sus contradicciones, tiene que ver con la ideología, pero también con la paradoja de la disputa por el excedente.
La responsabilidad de los pueblos para con la vida, la de las sociedades humanas, la de las sociedades orgánicas, la del planeta, en toda su biodiversidad, es salir del círculo vicioso del poder, del círculo vicioso del “desarrollo” económico, cuyo costo es la muerte de las formas de vida planetarias. Es encontrarse consigo mismos, con sus memorias sociales, en sus experiencias sociales; liberar sus potencias sociales, potencias creativas, reinsertarse con los ciclos vitales del Oikos, comenzando a dedicarse a lo que corresponde, para lo que están en el multiverso, a la comunicación con los seres del multiverso.

Complicidades profundas de los enemigos declarados
19.07.2017 23:33

Raúl Prada Alcoreza
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/complicidades-profundas-de-los-enemigos-declarados/

¿Qué comparten el capital financiero, las empresas trasnacionales extractivistas, los conglomerados de accionistas, los dispositivos estatales de la hiper-potencia mundial, los dispositivos institucionales de los Estado-nación subalternos, que, están vinculados, aunque sea, incluso, de manera opuesta y hasta antagónica, con la extracción, explotación, industrialización, comercialización y especulación de la energía fósil? Ciertamente, la pregunta parece obvia, comparten precisamente estos procesos endemoniados, para decirlo metafóricamente, de la apropiación y transformación de la materialidad de la energía fósil; sin embargo, cuando hablamos de compartir nos referimos a mucho más. ¿Qué configuración estructural dan lugar estos vínculos, lazos, afines o antagónicos, entrelazados, incluso agresivamente, sus redes, circuitos, mallas institucionales, formas organizacionales y dispositivos estatales? Esta es la cuestión.

En primer lugar, a pesar de encontrarse enfrentados, discursivamente, incluso políticamente, además de ideológicamente, comparten un interés común; la explotación de la energía fósil. Que unos quieran imponer relaciones de intercambio desiguales, que otros quieran defenderse y modificar los términos de intercambio, logrando beneficios legítimos, en lo que respecta a los ingresos del Estado rentista, los hace diferentes, en cuanto a la disputa en la participación del control de la energía fósil; empero, de todas maneras, ambos están imbricados en el manejo de esta energía fósil. Ambos quieren beneficiarse de los efectos económicos de esta energía contaminante y depredadora, cuando se la saca de sus yacimientos. A pesar de sus oposiciones mutuas, de sus antagonismos dichos e incluso practicados, ambos son cómplices en el extractivismo del petróleo y el gas; ambos quieren sostener, prolongar el “desarrollo” sobre la base de la explotación de la energía fósil. Ambos son partidarios activos de la civilización de la energía fósil.

Los análisis políticos, las elocuencias discursivas contrapuestas, las ideologías, declaradas antagónicas, los medios de comunicación, han hecho hincapié en la oposición y el antagonismo declarado, incluso practicado, entre unos y otros, poniendo en escena el esquematismo político del amigo y enemigo. Sin embargo, precisamente por el esquematismo dualista del que parten, no pueden vislumbrar la otra parte de la paradoja, la complicidad de fondo de los enemigos con la reproducción del poder, la complicidad de fondo entre empresas trasnacionales extractivistas y los gobiernos “antiimperialistas”.

El hecho de que ambos, declarados enemigos, defiendan y sostengan el “desarrollo” económico, basado en la explotación de la energía fósil, los acerca tanto, que esta proximidad resulta más determinante que lo que los aleja; la disputa por el excedente de la energía fósil. Que ambos lados del enfrentamiento no sean conscientes de esta concomitancia de fondo y se concentren, mas bien, en sus contradicciones, tiene que ver con la ideología, pero también con la paradoja de la disputa por el excedente.

La disputa por el excedente, si se quiere, puede venir definida por sus propios discursos; unos, los amos del mundo, pretenden que su apropiación responde a la competitividad de las empresas trasnacionales extractivistas, empresas que residen en la geografía del imperio; otros pretenden que la defensa de los recursos naturales, su recuperación soberana, corresponde al derecho de las naciones, en recuperar lo que les pertenece. Hasta aquí seguimos sus discursos. Incluso es aconsejable interpretar la ubicación de estos discursos en la geopolítica del sistema-mundo capitalista y en el mapa de las disposiciones y dispositivos del poder, a partir de la tesis sobre el imperialismo. Pue esta tesis, derivada del marxismo austriaco, ayuda a entender la articulación entre capital financiero y Estado; además de su subsecuente geopolítica imperialista en la guerra por el dominio del mundo. Hasta aquí el aporte de la interpretación histórico-política, que cuestiona e interpela la legitimidad de poder constituido, en este caso, del poder constituido en el mundo. Sin embargo, el problema radica en que no se sale del círculo vicioso del poder. Por ejemplo, en el tema que nos ocupa, no se sale del círculo vicioso del extractivismo. Se puede decir como que hay una fraternidad antagónica entre imperialistas y “antiimperialistas”.

En segundo lugar, todas las organizaciones, empresas, estados, gobiernos, dispositivos, instituciones, partidos, clases políticas, involucradas en la explotación de la energía fósil, conforman, quiéranlo o no, la hiper-burguesía barroca de la energía fósil. Una burguesía heterogénea, tenga los discursos que tenga, evoque la ideología que postule, dipute desde distintos ángulos el control y la participación del excedente de la energía fósil, está coaligada por lo que comparten sus composiciones sociales estratificadas, por lo que defienden, por lo que los define; el modelo económico extractivista, especulativo y financiero de la explotación de la energía fósil. Al final de cuentas, es más determinante lo que comparten que lo que los diferencia. Son pues la clase dominante mundialmente; pueden tener contradicciones internas, que las hacen elocuentes, incluso, a veces, violentas; sin embargo, no dejan de ser la clase dominante del mundo institucionalizado.

En tercer lugar, otra característica que los acerca, a los supuestos enemigos, partidarios del “desarrollo” económico sobre la base del extractivismo, es el estilo de la apropiación y el uso económico del excelente. Se trate de la burguesía ligada a los consorcios empresariales trasnacionales extractivistas o se trate de la burocracia ligada a la defensa soberana de los recursos hidrocarburíferos, ambas instancias usan la parte del excedente apropiado, que les toca, de manera especulativa; fortaleciendo las estrategias acumulativas del capitalismo financiero. Unos, a través de la valorización dineraria, el capital; otros, a través de la renta.

En cuarto lugar, ambos protagonistas del antagonismo de la disputa por el excedente de la energía fósil, son cómplices del crimen de lesa humanidad y de lesa ecología, al destruir el planeta; que es el costo de su “desarrollo”, y destruir las condiciones de posibilidad de sobrevivencia de las sociedades humanas. Se ha querido distinguir, si se quiere, una versión de “izquierda” de esta destrucción, llamada “desarrollo”, respecto de la versión de “derecha”; sin embargo, los voceros de la primera versión olvidan que, de todas maneras, lo que defienden es la destrucción del Oikos; el hogar se las sociedades orgánicas. Es un exabrupto nombrar a esta destrucción de “izquierda” revolución. Solo el delirio ideológico puede llevar a pronunciar este discurso, que no tiene sustento histórico, salvo en el imaginario de la narrativa apologista, al estilo de la epopeya.

En quinto lugar, los protagonistas de la disputa por el excedente, recurren al recurso del monopolio de la disponibilidad de fuerzas, y de la potestad del uso legal e institucional de la violencia. Esta recurrencia devela no solo su vocación autoritaria y su constitución patriarcal, sino su vulnerabilidad, ocultada por las prepotencias destiladas. Lo anecdótico, que en ambos casos, se hable de “terrorismo” cuando tienen que descalificar a sus enemigos. Ambos comparten la susodicha “guerra contra el terrorismo”. Paradójicamente, recogen una tradición, por así decirlo, de la historia política de la modernidad; la estrategia del terror para imponerse.

Esta complejidad social, política, institucional, que supone imbricaciones no solo afines, sino, incluso, antagónicas, exige abandonar la perspectiva del esquematismo dualista, para iniciar la comprensión de estas problemáticas, relativas a los acontecimientos históricos-políticos-económicos-culturales de la civilización moderna y del sistema-mundo capitalista. Es menester dejar el esquematismo dualista, el supuesto de la contradicción, concebida como beligerancia de opuestos; subsumir esta figura parcial de contradicción en el juego dinámico de la paradoja. Para decirlo fácilmente, buscar, más bien, que es lo que une a los enemigos en su enfrentamiento, en su guerra sin cuartel.

Estas consideraciones son importantes cuando hay que asumir una actitud ante la demanda de declararse o a favor de unos o a favor de otros. El chantaje emocional e ideológico de unos y de los otros. Pues el optar por unos o los otros, a pesar de las diferencias coyunturales, paradójicamente resulta optar por cualquiera de ellos; pero, sobre todo, por la continuidad de los juegos de poder, por la continuidad del círculo vicioso del poder. Al final de cuentas, ambos están por lo mismo, con diferentes estilos, por la destrucción del planeta, de la vida en el planeta, ilusionándose con el paraíso banal de la riqueza fútil.

La responsabilidad de los pueblos para con la vida, la de las sociedades humanas, la de las sociedades orgánicas, la del planeta, en toda su biodiversidad, es salir del círculo vicioso del poder, del círculo vicioso del “desarrollo” económico, cuyo costo es la muerte de las formas de vida planetarias. Es encontrarse consigo mismos, con sus memorias sociales, en sus experiencias sociales; liberar sus potencias sociales, potencias creativas, reinsertarse con los ciclos vitales del Oikos, comenzando a dedicarse a lo que corresponde, para lo que están en el multiverso, a la comunicación con los seres del multiverso.


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