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El cambio de contexto para una posible nueva Intifada palestina

Jaime Yovanovic (Profesor J) :: 22.07.17

En oriente medio y África del norte las útimas movilizaciones de la primavera árabe fueron analizadas y finalmente subsumidas por las tendencias oficiales de disputa y por ende de defensa de la institucionalidad colonial y procesos que en Europa habían continuado, analizado y sometido las movilizaciones de los indignados hacia nuevos partidos que volvían recalcitrantes a los mismos caminos ya trillados por los pueblos y que les traen una y otra vez de vuelta al redil de las ovejas que acaban trasquiladas

El cambio de contexto para una posible nueva Intifada palestina

La interpretación del contexto y las tendencias las hace cada uno en dependencia de sus objetivos e intereses, sin embargo hay dos interpretaciones principales: la de quienes mantienen o disputan los órganos de dirección del status quo (estados, gobiernos, bloques y alianzas) y los pueblos. Dicho de otra manera se trata por una parte de quienes disputan y comparten la institucionalidad colonial expresada en los instrumentos-estados y por la otra parte de las naciones que han sido sometidas por esa colonialidad y la dinámica del poder se orienta a borrar sistemática y constantemente los perfiles y “vestigios” de donde se levanta una y otra vez la potencia del protagonismo social y su raíz.

En nuestro continente Abya Yala puede apreciarse ello en la lucha de los partidos de izquierda-derecha-centro y extremos por acceder a los gobiernos coloniales para administrar el desarrollo del proceso de acumulación del capitalismo extractivista, en tanto las comunidades originarias despliegan desde los más variados rincones, bosques, montañas y selvas la autonomía del buen vivir, los autogobiernos y el cambio civilizatorio desde abajo.

En oriente medio y África del norte las útimas movilizaciones de la primavera árabe fueron analizadas y finalmente subsumidas por las tendencias oficiales de disputa y por ende de defensa de la institucionalidad colonial y procesos que en Europa habían continuado, analizado y sometido las movilizaciones de los indignados hacia nuevos partidos que volvían recalcitrantes a los mismos caminos ya trillados por los pueblos y que les traen una y otra vez de vuelta al redil de las ovejas que acaban trasquiladas, de manera que desde allí las noticias, los análisis, solidaridad y apoyos hacia las dinámicas árabes se dieron hacia las tendencias y partidos que tienen como objetivos lo mismo que las derechas, es decir, el control del mismo aparato institucional, como Hamas, Fatah, Frentes y demás partidos que han aparecido constantemente como actores y protagonistas de ese pueblo haciendo creer que la contradicción se trata apenas de la ocupación israelita, cuyas contradicciones internas se han morigerado en provecho de la institucionalidad dominante, por ejemplo la historia y avatares de los kibutz que pasaron de la autogestión a la integración por la ausencia de formas de vida comunitaria y la solo organización interna funcional más que vivencial, como llevan adelante la propuesta de las cooperativas integrales en los territorios ocupados por el estado español, es decir las modalidades racionalistas organizadoras por encima del buen vivir de los instintos y de los afectos de donde se proyecta el sujeto común, que en esas regiones se ha podido proyectar desde los pueblos que se han apoyado fuertemente en su historia y tradiciones más que en el análisis interno y diagnóstico binario de las estructuras y proceso de colonización y despojo que dieron origen a los estados nación europeos que se continuaron en las regiones colonizadas como bases artificiales por ejemplo futurista de la eventual conquista de la luna. La dificultad de los análisis históricos de esas regiones estriba en que los ocupantes y sus procesos pedagógico-culturales-ideológicos nos han hecho interpretar las situaciones y acontecimientos en un estudio acotado y circunscrito positivista dialéctico que ha ocultado o no ha sabido ver la complejidad de la interacción de más elementos que inciden y son influidos por ese pequeño espacio que normalmente se selecciona para el análisis. Por ejemplo vemos a los palestinos dirigidos por los partidos que hacen de vanguardia en la lucha de control de un estado para oponerse a los ocupantes desde otro aparato similar al que los aplasta en lo que llaman “independencia”, que al no tener resultados en ninguna otra parte (vea el ejemplo emblemático de Argelia), demuestra que no es precisamente la “independencia” la modalidad del cambio sino la manera de integrarse a las dinámicas desarrollistas de la acumulación. Eso nos muestra y demuestra que las vías del cambio van o han ido por otras direcciones.

Por ejemplo los kurdos, que están al lado de los palestinos, que durante muchos años lucharon por la independencia y hoy día la tendencia más desplegada en su interior ha sido la que ha dejado de lado la lucha por tener un estado y se han dedicado a rearmar sus tradiciones de autonomía comunitaria articulando todo ello horizontalmente, como los mapuche de la ATM o el autogobierno del Concejo de Gobierno Indígena de México, en el confederalismo democrático, no así el grupo mayoritario de los que están en Irak, que se inclinan a disputar y continuar los aparatos de poder y de integración al sistema-mundo, con la propuesta del plebiscito por la independencia, mientras los grupos minoritarios en Irak algunos de ellos quieren emular la vieja tradición de la coordinación entre estados socialistas y por ende se oponen a la autonomía, al igual que Lenin se opuso a la autonomía de los soviets desde la propuesta centralizadora del soviet supremo.

De esa manera hay que integrar en las reflexiones y el análisis esta nueva situación de multiplicación y expansión territorial en la región de oriente medio de esa modalidad democrática del federalismo y confederalismo horizontal que hoy está en la boca y oidos de todos.

Por otro lado, en todo el norte africano, y regiones de occidente de dicho continente, en los últimos años, de forma no vinculada a las primaveras árabes, se han sucedido levantamientos de las comunidades amazighen (en singular amazigh), como los kabiles de Argelia, los azawan de Mali y Burkina Faso, los rifeños de Marruecos y los tuaregs de Libia, todos ellos rescatando sus tradiciones y formas de vida comunitaria, salvo los amazighen de Mali, que debido a su masividad y fuerza, constituyeron hace pocos años atrás la república independiente de Azawan que fue aplastada por la legión extrangera francesa hace unos cinco años a solicitud del gobierno maliense.

Hoy día el Rif está que arde debido al levantamiento amazigh que está haciendo temblar al gobierno marroquí y está activando a las demás comunidades amazighen del continente como en Egipto, Sudán, Chad, Mauritania, Niger, etc, que parecen ser árabes, pero que poco a poco junto a los ya nombrados de Marruecos, Argelia, Mali y Libia, se está evidenciando no sólo su raíz amazigh, sino su identidad actual, donde por ejemplo los rifeños sostienen que la población de Marruecos es de 80% amazigh y que todos esos países parecen árabes porque han sido gobernados por los invasores de esa nacionalidad.

De modo que las experiencias kurdas a las que se suman las experiencias y potentes dinámicas actuales amazighen, habría que forzar un poco la barra para mantenerlas alejadas, como que no influyeran en los pueblos y gobiernos de la región, sin embargo ya circulan informaciones de que entre el pueblo palestino hay conocimiento y simpatía hacia la democracia kurda, habrá que irse sacando a los partidos de encima o convencerlos de que hagan como el PKK kurdo de abandonar el marxismo-leninismo y asumir el confederalismo democrático. De lo que no hay duda es que los gobiernos, servicios de inteligencia y partidos de todos los colores, observan con mucha atención y preocupación la influencia kurda, pues no sólo que no compíten en el mismo terreno, sino que les quitan el piso.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
unlibre@gmail.com


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