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Pueblo amazigh: El Rif asediado

Correo Diplomático :: 07.09.17

Cerrarle el paso definitivamente a los intentos deliberados e incesantes del Majzén por arabizar, radicalizar, banalizar e islamizar (falsamente) a los rifeños con el único y axial cometido que es el de eclipsar y desarraigar su cultura e identidad, que tanto hace tambalear a la Dinastía Alauí cada vez que se hable del pasado y de la legitimidad histórica de esa maltrecha y avasallada población rifeña.

El Rif asediado
07/09/2017
http://www.correodiplomatico.com/2017/09/07/el-rif-asediado/

Mohamed Meziane, profesor e hispanista

A través de las imágenes no se produce una sensibilización como alguno creen, sino que pese a disponer de toda la información del mundo y como nos es imposible hacernos cargo de ella, al final lo único que vemos son imágenes y las tratamos como tales: un elemento superficial del que no tenemos responsabilidad alguna.

Así que no es ningún disparate ni demasiado osada la afirmación de que las imágenes, los reportajes y hasta las manifestaciones, ya no sensibilizan en absoluto.

El crítico y poeta español García Montero pareció decir algo por este tenor cuando afirma que “la piedad fugaz caracteriza nuestra vida líquida”, o sea que estamos acostumbrados a ver de todo: el dolor es rutina, el placer es rutina y el asombro también es rutina.

Todo esto que aquí cito forma parte de nuestra cruda realidad en la que vivimos, y es literalmente lo que padece esa maltrecha y hostigada población del Rif, en el Norte de Marruecos; que solo parece producir lástima, piedad y solidaridad fugaz, cuando no efímera. De modo que nos suelen llegar desde la otra orilla (Europa), bajo forma de ánimos, frases como: “¡Pobres rifeños!”, “¡Es que es un niño!, ¿cómo pueden caerle 20 años de cárcel?, ¡qué barbaridad!”, pero a renglón seguido y en un santiamén están la sociedad de consumo y la vida fácil en la que predomina la ley del menor esfuerzo.

¡Seamos sinceros! Ya nadie quiere compromisos de ningún tipo y menos cuando nos son ajenos; es la idiosincrasia más letal y destructiva de este nuevo mundo individualista y desalmado en el que sobrevivimos.

Casi todos nos alimentamos y vivimos de/en la información, las pantallas, los medios de comunicación y las redes sociales y, por desgracia nuestra, dichos medios nos mantienen alejados de la realidad, cuando no intoxicándonos… Nos hacen permanecer en el reino de lo virtual, donde nos hacen creer que somos todopoderosos y sabemos cuánto queramos saber, pero mientras tanto la realidad se evapora, desaparece y en esta realidad la verdad es que el Rif está solo.

El Rif ya no es noticia y sin embargo debería preocupar que el Rif se eclipsa, agoniza y se muere lentamente pidiendo a gritos libertad, justicia, dignidad, memoria, identidad…. en unos puntos suspensivos que giran una y otra vez sobre lo mismo.

El filósofo español Ortega y Gasset, señalaba en una de sus numerosas obras (El Espectador) que “toda opinión justa es larga de expresar”. De este modo, si alguien tardó en justificar su justa y verdadera causa en ese tumultuoso y ajetreado panorama político internacional, estos son precisamente los rifeños.

Llevamos más de 10 meses en la calle, sin capas ni espadas, armados de paz y voces, reivindicando a gritos nuestros ancestrales derechos como seres humanos que se ven dignos de escuelas, universidades y hospitales, donde puedan asegurar que sus hijos estén zambullidos e involucrados en el desarrollo humano universal y sus valores ecuménicos. Y del mismo modo cerrarle el paso definitivamente a los intentos deliberados e incesantes del Majzén por arabizar, radicalizar, banalizar e islamizar (falsamente) a los rifeños con el único y axial cometido que es el de eclipsar y desarraigar su cultura e identidad, que tanto hace tambalear a la Dinastía Alauí cada vez que se hable del pasado y de la legitimidad histórica de esa maltrecha y avasallada población rifeña.

A lo dicho, se le añade la lamentable actitud oficial de los socios estratégicos de Marruecos, posicionando en primer lugar al lobby francés, España, Europa, EEUU y las distintas y diversas ONG gubernamentales y no gubernamentales. Asimismo resulta inexplicable e injustificable la inmoralidad de los políticos que confunden ideas con intereses, verdad con utilidad. Bajo ningún fundamento ni pretexto se tiene que callar ante las masacres y las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en el Rif, que sufrimos a diario y que están documentadas en un sinfín de fotos y videos en las redes sociales.

La pregunta que se plantea sola es: ¿qué más tiene que sacrificar el Rif para justificar su causa? Si hasta el momento tenemos a más de 350 rifeños secuestros y encarcelados, a 4 asesinados (si se cuenta la muerta del activista que dijeron había caído solo del tejado de su casa, falleciendo), y a toda una pacífica e indefensa población cercada y acorralada por unas desmesuradas fuerzas de seguridad y militares, que parecen estar dispuestas a aniquilarla, sin que le tiemble el pulso.

Por último, me quedo una vez más con una imprescindible reflexión de Ortega y Gasset, también del espectador: “Si la preocupación por lo útil llega a constituir el hábito central de nuestra personalidad, cuando se trata de buscar lo verdadero tenderemos a confundirlo con lo útil. Y esto, hacer de la utilidad la verdad, es la definición de la mentira. El imperio de la política, es pues el imperio de la mentira”


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