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Equipo de fútbol kurdo arrasa en Suecia y llegan a la 1a. división

Omar Daboulsi :: 10.11.17

El Dalkurd fue fundado en 2004 por 9 refugiados kurdos con un objetivo claro: ayudar a los jóvenes procedentes de allí, en su mayoría refugiados, a integrarse en la sociedad sueca. Empezó siendo un equipo de regional, pero ha entrado en la historia del fútbol sueco al conseguir 7 ascensos en 13 años, 5 de ellos de manera consecutiva.

No coger aquel avión en Barcelona les salvó la vida. Ahora arrasan en Suecia
El Dalkurd lo fundaron 9 kurdos en 2004 y gracias a sus 5 ascensos seguidos acaba de llegar a la 1ª división sueca
OMAR NABOULSI
10 NOVIEMBRE 2017 11:25

Si no es por la intuición de los futbolistas del Dalkurd FF, nadie estaría hablando de este club a día de hoy. Aunque parezca el típico giro de guión de una serie que esté dando sus últimos coletazos, fueron capaces de salvarse de una tragedia sin saberlo…

En 2015 los jugadores de este equipo sueco estaban en España y tenían billetes para viajar de Barcelona a Düsseldorf. Exactamente estaban asignados en el Airbus Germanwings 9525 que partió de la Ciudad Condal el 24 de marzo para estrellarse en los Alpes de Provenza. En el último momento decidieron que esa escala en Alemania hacía demasiado larga la vuelta a casa y se dividieron en 3 vuelos distintos destino Estocolmo.

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Dos años después de salvar sus vidas -y probablemente el futuro de la entidad- han conseguido subir a la Primera División sueca, aunque los méritos deportivos, por importantes que sean, no llegan a la magnitud de la filosofía del club.

El Dalkurd fue fundado en 2004 por 9 refugiados kurdos con un objetivo claro: ayudar a los jóvenes procedentes de allí, en su mayoría refugiados, a integrarse en la sociedad sueca. Empezó siendo un equipo de regional, pero ha entrado en la historia del fútbol sueco al conseguir 7 ascensos en 13 años, 5 de ellos de manera consecutiva.

ROJ FANS, SU GRUPO DE ANIMACIÓN

Puede sonar pretencioso, pero Roni Berry esperaba los logros del Dalkurd. Este sueco de ascendencia kurda es miembro de Roj Fans, el único grupo de animación del club, cuyo nombre es un claro guiño a la región de Rojava, también conocida como el Kurdistán Sirio.

En el colectivo no hay un número fijo de personas: todos los miembros de Roj Fans son seguidores del Dalkurd y todos los seguidores del Dalkurd son miembros de Roj Fans.

Como explica Barry, la mayoría de aficionados son suecos con identidad kurda o vinculados a Dalarna, la provincia donde juega el equipo. “Esta identidad no es étnica: tenemos personas rubias de ojos azules que nos apoyan porque defienden la lucha de los kurdos contra ISIS. Hay más suecos que kurdos en las gradas”, afirma.

“Viví el avance rápido de Dalkurd en las divisiones suecas como algo raro pero esperado. Es extraño ver a un club ascender tan rápidamente, pero el espíritu de lucha kurdo es así. No recuerdo cuántas veces vi al presidente, Ramazan Kizil, decir ‘Jugaremos en Primera” incluso cuando aún estábamos en regional”.

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En estos momentos el profesionalismo se mezcla con su idiosincrasia integradora, aunque todos los futbolistas que fichan por el Dalkurd saben que no es un equipo cualquiera.

Uno de los protagonistas del ascenso es de Ceuta, aunque con orígenes marroquíes. Jalid Kerkich Amar nos cuenta cómo fue su llegada al Dalkurd tras haber formado parte de las categorías inferiores de la selección española y la marroquí, pasar por el la cantera del Levante y disputar una temporada en el Umeå FC sueco, donde jugó antes de llegar a Dalarna.

“En el vestuario tenemos 13 nacionalidades diferentes y siempre hay muchas risas. Nos involucran nada más llegar; los extranjeros somos grandes profesionales pero no alcanzamos el mismo sentimiento que los 3 kurdos que hay en la plantilla”.

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Sus fundadores pensaron en Dalkurd como nombre porque era un término que preservaba sus orígenes y no dejaba de lado a Dalarna, la región que les había dado la oportunidad de construir un nuevo futuro. Como símbolo del club escogieron los colores del Kurdistán Iraquí, la tierra de la que huyeron, y el Domnarvsvallen Stadium, donde juegan los partidos como local, se encuentra en una ciudad de pescadores como Börlange.

UNA AFICIÓN DE 30 MILLONES DE PERSONAS

A pesar de que acabe de aterrizar en la élite, el equipo ya tiene más de un millón y medio de seguidores en Facebook.

Según las cifras más conservadoras, existen más de 30 millones de kurdos en el mundo y no tienen un territorio reconocido como propio ni una selección oficial, así que muchos han optado por identificar al Dalkurd como su combinado nacional.

“En las redes sociales notamos el apoyo de millones de kurdos. Te agregan y te escriben mensajes aunque estén lejos porque sienten el club como su selección y ven los partidos. Es un gusto alegrarle la vida a tanta gente”, asegura Kerkich.

Problablemente su club sea el mejor símbolo de la diáspora de una población que está repartida en su mayoría entre Turquía, Iraq, Irán y Siria. Los kurdos son la minoría étnica sin estado propio más importante de todo el Oriente Medio, a pesar de que el pasado 25 de septiembre se celebrara un referéndum para la independencia de Kurdistán Iraquí donde el “Sí” obtuvo el 92.73% de los votos.

El presidente kurdo Masud Barzani se vio obligado a paralizar la independencia de la región autónoma ante las amenazas de bloqueo del gobierno de Bagdad y la falta de apoyos internacionales.

Era impensable que Irak les dejase marchar así como así por las grandes reservas petroleras del territorio, donde se calcula que se extraen a diario 600.000 barriles.

“Dalkurd para mí representa mucho más que un club de fútbol. Los colores en la camisa son mucho más que solo colores. El nombre del club es mucho más que solo un nombre. Tengo muchas identidades: kurda, religiosa, política… pero solo la kurda ha sido la que han intentado robar y suprimir. Dalkurd representa mi éxito y el de los kurdos en conservar nuestra identidad, en forma de fútbol”, cuenta Berry.

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3.500 kilómetros separan el Kurdistán Iraquí de Dalarna. Al ser una región alejada de Estocolmo -unos 300 kms- y algo despoblada, el gobierno sueco la utiliza para reubicar a quienes han obtenido asilo en el país. Tal y como nos cuenta Kerkich, en Börlange se aprecia claramente el fenómeno, ya que en un municipio de 45.000 personas con un día a día un tanto aburrido se encuentra por las calles con somalíes, kurdos y sirios acogidos.

7 ASCENSOS MARGINADOS POR LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Si alguien ha podido pensar que el Dalkurd ha cimentado su expansión gracias a ayudas institucionales está equivocado. De hecho, el club está planteándose trasladar el equipo a una ciudad más grande porque el Ayuntamiento les margina.

El otro club histórico de la ciudad, el IK Brage, se lleva todas las ayudas, y los suecos de Börlange tampoco animan al Dalkurd.

En resumen, el club tiene más seguidores cuando juegan fuera de casa porque en las grandes ciudades hay más kurdos. “Cuando vamos a Estocolmo o a Göteborg, vienen 5000 o 6000 personas a animarnos. En casa llegamos a 1000 con suerte”, explica Kerkich.

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Parece que los dueños del Dalkurd quieren expandirse como sea. Hace un año y medio los hermanos millonarios Sarkat y Kawa Junad se hicieron con el 49% de las acciones, a sabiendas del potencial que tiene la entidad al ser la imagen de un pueblo sin país propio. Se trata de dos empresarios kurdos del mundo de la comunicación -dueños del canal kurdo Vîn Tv- que ejercen como gestores y pisan territorio sueco lo justo y necesario.

Nada más entrar en el club hicieron una campaña simple, anunciando que estaban dispuestos a aceptar a todo aquel que quisiera colaborar con ellos. En la actualidad ya cuentan con más de 80 patrocinadores entre particulares y empresas, muchas de ellas kurdas.

El presidente Ramazan Kizil es igual de ambicioso que ellos y ha declarado en varias ocasiones que el objetivo es que el primer equipo dispute competiciones europeas para luchar por ser reconocidos como un país a través del fútbol.

Para ello deben acondicionar sus instalaciones a la élite. “El club ha crecido mucho y quieren seguir haciéndolo. Todo el mundo habla de nosotros, ahora toca que crecer internamente. No es lo mismo estar en Quinta División que en Primera. El club tiene que pegar un salto en cuanto a infraestructuras, mejorar estadio…”, apunta Kerkich.

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HIJO DE PESHMERGA

En esta estrategia de expansión e identificación kurda tiene que haber una figura visible. Brwa Nouri era el elegido. Talentoso, kurdo de nacimiento y comprometido con el club, pero se marchó al Ostersunds FK, uno de los equipos punteros de Suecia que ha derrotado al Galatasaray esta misma temporada en Europa.

“En sus primeros años, el Dalkurd era un proyecto social. Los equipos de su división entrenaban 1 o 2 a la semana, pero el club quería tener a los jóvenes ocupados más tiempo y hacían 6 entrenamientos semanales. Uno de esos chavales era Nouri, que ahora es el capitán del Ostersunds FK y está jugando la Europa League contra equipos como el Athletic de Bilbao”, recuerda Berry.

En su lugar, el Dalkurd escogió a Peshraw Azizi como estandarte. El capitán del equipo nació en el Kurdistán Iraquí y su padre fue un combatiente de las fuerzas kurdas armadas, conocidas como Peshmerga -su significado literal es “aquellos que enfrentan la muerte”-. Estas luchan contra el ISIS y se les atribuyen las capturas de Sadam Hussein y, en menor medida, de Osama Bin Laden.

Azizi salta al campo a defender los colores del Dalkurd como si se tratara de su propia familia, recibiendo peticiones de algunos Peshmerga diciendo que les haga felices con su fútbol. En cambio, otros le agradecen que nunca cogiera aquel avión en Barcelona.

De lo contrario, ¿qué hubiera sido del Dalkurd?


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