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Daseinus - Desnudarnos de lo social

Las Comadres Púrpuras :: 29.12.17

Decimos que DASEINUS fue creado como bisagra, como elemento flexible que, una vez realizada la machoctomía, permite la conexión y el flujo de sensaciones de todas las cosas a las que lo macho nos ha intentado cerrar.

Dasenius | Desnudarnos de lo social
12/29/2017

Las Comadres Púrpuras

La Machoctomía hace referencia al corte o la incisión de lo macho. Esa «tomía» no pretende sacarnos de encima el machismo, remedando las lógicas quirúrgicas del sistema fármaco-médico que entiende por salud la ausencia de enfermedad y que le hace creer a la población que el bienestar es un asunto que nos es ajeno a las personas, que de eso se encargan los expertos. Sabemos que el mundo real no se parece al mundo de los libros de texto y que sacar un miembro no es tanto una sanación. Por ejemplo, si a tu tía abuela le amputan el pie a causa de la diabetes, la enfermedad no se le cura, aunque ya no se vaya a morir por la gangrena.

A raíz de esto hemos pensado si será posible separarnos de lo macho a través de algún rito psicomágico –aprovechamos la interrupción para recordar que Alejandro Jodorowsky ha entablado discursos apologéticos del machismoII–, pero todo termina pareciendo muy digno de héroe romántico, con lo cual nuestra ilusión de salir ilesos de esta ruptura con el machismo conservando nuestra vida de hombres comunes se presenta imposible, porque el machismo no son un cúmulo concreto y puntual de acciones, lo macho nos habita.

De esa consciencia nace DASEINUS, bisagra compuesta de distintos términos, algunos de los cuáles son: Dasein, palabra que asociamos con el devenir, una cosa en constante transformación, como la vida, como las verdades sociales; Anus, palabra que asociamos con el culo desde dos vertientes, el latín, para recordar que nuestro lenguaje no viene de la Real Academia Española sino de una gran historia social de mutaciones étnicas, y de leer textos de ezquizoanálisis en su traducción en inglés; Nus, palabra que pensamos refería a nosotrxs, en portugués, pero que cuando la buscamos en el Dicionário Priberam, con el que intentamos acercarnos a la cultura Abya-Yala del Brasil, caímos en cuenta que en realidad remite a la desnudez, una desnudez que también puede implicar carencia, pobreza, falta de algo, una falta social, la presencia de nus permite pensar la presencia desnuda de las corporalidades como una especie de sinceridad sin lustres sociales, sin hipocresías.

Esa sinceridad es la que buscamos contactar con la machoctomía. Poder ver nuestras corporalidades sin el lustre del machismo. Afuera de los privilegios del género. DASEINUS adquiere sentido en ese espacio vacío que queda después del corte. DASEINUS es la prótesis que reemplaza la lógica de sentido que le aporta a los hombres heterocis el machismo. Su necesidad se hace inexorable al ver tantos hombres heterocis extraviados buscando figurar en movimientos feministas, en marchas antifeminicidio con frases escritas en sus pechos desnudos hablando de igualdad de género sin hablar de privilegios, sin hablar de sus pezones desexualizados, mismos hombres heterocis que buscan convencer a las mujeres de una especie de responsabilidad de denunciar a los abusadores sin que ellos denuncien a los abusadores que conocen, y sin corregir sus propios abusos.

A esos hombres heterocis también se les ve liderando procesos políticos con consignas que incumben las corporalidades de las cismujeres, en vez de entregar su capital social y su fuente de privilegios a que otras identidades lleven adelante las demandas necesarias que se van planteando en el engranaje político electoral. DASEINUS viene a remarcar lo siguiente a esos hombres heterocis: las discusiones que no están directamente en relación a regulaciones que se ejerzan sobre nuestras corporalidades nos competen de forma indirecta, y es desde ahí que nuestro rol se torna nuestro y no la apropiación de un reclamo extra. Así como el rol de un hombre heterocis respecto de los feminismos no está en el lugar de liderazgo, ni de autoproclamación, ni de figura pública vocero de mujeres, etc., sino que el rol es el de apoyo, soporte y solidaridad; así mismo sucede con todas las cuestiones que nos competen de forma indirecta, nuestro lugar será desde esa función ética de sostén y no desde el protagonismo.

Es por eso que un hombre heterocis no tiene nada que negarle, ni validarle, ni discutirle, ni de qué convencer a otras personas sobre su derecho a existir y a ser en libre tránsito. Los hombres heterocis tenemos que aprender a callar y a escuchar. No se trata de enaltecer víctimas, ni de defenderlas, sino de entender más allá de las palabras lo que se está reclamando y lo que se está exigiendo. Para esto vale señalar la diferencia entre la representación de una agresión sexual en una serie creada por un hombre y en una serie creada por una mujer. Una de las series es «She’s Gotta Have It» creada por un hombre negro, Spike Lee. La otra serie es «SMILF» creada por una mujer blanca, Frankie Shaw. Para empezar en la de Spike Lee está la protagonista y sus tres amantes, todos la complacen sexualmente; también están las amigas, pero no tienen tanta presencia, al menos en los primeros capítulos, como los hombres en torno al personaje principal que es la mujer.

En la serie de Frankie Shaw está ella de protagonista, vive con su hijo, tiene al ex, que es el padre del hijo, un latino, está su mejor amiga, una mujer negra, está la nueva pareja del ex, una migrante australiana, y la madre de Frankie, que le cuida al hijo de tanto en tanto, y con la que tiene una relación conflictiva. En ambas series hay una escena de agresión sexual. En «She’s Gotta Have It» un hombre toma de la mano a la protagonista en la calle diciéndole que se pare a escucharlo, ella le rechaza y él la empieza a insultar. Ella se va a su casa corriendo y llora. Luego hace catarsis con su arte y le cuenta a los tres amantes que tiene, los tres le dicen que van a ir a matar a golpes al tipo. En «SMILF» la protagonista accede a verse con un hombre mayor que ella por dinero. Se ven en un lugar público y ella le dijo que no iban a tener ningún tipo de intercambio sexual. Él le pide que vayan a hablar. Se sientan en unas mesas, hay gente en el lugar, parece una especie de feria. Están tomando algo y en un momento hablan sobre algo que tenían en común. La conversación incluso le dio cierta esperanza a la protagonista por una información para una posibilidad de trabajo a la que ella quería aplicar. En un segundo el hombre, igual de clandestino y sin sentido que el acosador de «She’s Gotta Have It», mueve su mano por debajo de la mesa y la mete entre las piernas de la protagonista hasta que se pierde en su falda. La reacción de la protagonista es dar un salto hacia atrás y volviendo con impulso hacia delante golpear al hombre y dejarlo en el piso sangrando.

No queremos decir que una forma de ser sea válida y la otra no lo sea, pero el hecho de ver cómo una mujer aborda ese momento en la libertad de la creación de la escena, en contraste a como lo hace un hombre, es el elemento que tomamos para decir que si un hombre va a criticar el acoso callejero o el abuso sexual en nuestra sociedad, buscando aportar algo novedoso, que lo haga desde la voz del hombre y no desde la voz de la mujer.

Si un hombre va a hablar de una sexualidad de disfrute y de no reproducción, que hable de vasectomía en vez de pastillas anticonceptivas, si va a hablar de violación que hable de la institución sexual del no consentimiento en la socialización de los varones como futuros hombres sexuales en vez de hablar de medidas de prevención para mujeres solteras. Y cuando quiera calmar sus inquietudes sobre las medidas antireproductivas, o sobre la vida cotidiana de las mujeres solteras, que escuche. Que escuche a quienes se hayan empoderado o hayan vivido esas experiencias fuera de los mandatos morales, sociales o religiosos. Los hombres debemos construir, junto con mujeres y junto con todas las identidades autopercibidas, espacios colectivos donde la palabra circule, y los hombres debemos aprender a guardar silencio y escuchar, hasta que la configuración de nuestras lógicas se vayan desmantelando, porque tenemos una forma acomodada a nuestros beneficios para procesar la realidad. Y como la idea no es reproducir el silenciamiento que el machismo impone, por eso incentivamos a indagar en temas que tengan que ver con las corporalidades de los hombres y sus libertades al momento de hablar y opinar. Porque opinar también es hablar. Todo esto no es más que un proceso de sensibilización que nos permita diferenciar entre imponer la propia opinión y criterio por sobre la existencia de las demás personas, en contraste a apoyar de forma solidaria una demanda socio-política con la que compaginamos a nivel ético y emocional. Por eso decimos que DASEINUS fue creado como bisagra, como elemento flexible que, una vez realizada la machoctomía, permite la conexión y el flujo de sensaciones de todas las cosas a las que lo macho nos ha intentado cerrar.

NOTAS:

I. Artes de Adela Dore: http://cargocollective.com/ardedesign

II. Más del machismo del psicomago acá: https://codigoespagueti.com/noticias/cultura/analisis-del-caso-jodorowsky-vs-cultura-colectiva/


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